La Mesa de Emergencia pide empatía con acciones concretas

De las promesas de campaña al Coronavirus, de los supuestos beneficiarios a los siempre olvidados. Sabemos que el gobierno saliente dejó en peores condiciones a los sectores más vulnerables del pueblo argentino, escuchamos cómo la contienda electoral ilusionaba con un mejor porvenir a esos sectores y, nuevamente se volvió a jugar con la esperanza de vecinas y vecinos. Información de prensa compartida por la Mesa de Emergencia de Olavarría

La fórmula ganadora garantizaba, en el relato, convocar a un contrato social con el fin de cerrar la grieta ideológica que dividió a las y los argentinos, y que aún hoy notamos a ambos espacios políticos esmerarse por alimentarla, para ellos sólo hay blanco y negro, los grises deben definirse.

Esto puede verse por un lado, siempre en lo local que es el ámbito que nos compete, con un Cambiemos que sólo colaboró con los comedores y merenderos de la Mesa de Emergencia durante la campaña, es decir, entre los meses de julio y octubre, y por otro lado, el Frente de Todos, que absorbió por completo el plan para pintar escuelas, actividad que incrementará lo que actualmente se paga del salario complementario.

Es decir que, ambos espacios partidarios se esmeran por profundizar la grieta y eliminar matices.

Dentro del marco de “promesas de campaña”, una de las más prometedoras en lo discursivo era el programa de seguridad alimentaria “argentina contra el hambre”, con el cual se crearía un plan para mejorar la alimentación y la nutrición y bajar el precio de los alimentos.

 

Se propuso además, durante la campaña, crear un consejo federal de Argentina sin hambre, integrado por universidades, sindicatos, cámaras empresariales, iglesias, y para nosotros/as lo más importante, la participación de los sectores sociales y los actores del territorio, éste debía ser un espacio de articulación entre los estados nacional, provincial y municipal.

Dentro de esta línea también se prometió una regulación de precios de la canasta básica de alimentos, reflotar el programa precios cuidados, fortalecer y ampliar la tarjeta de alimentación, implementar una nueva canasta básica de alimentos saludables, realizar controles sanitarios y nutricionales, refuerzos en los alimentos de los comedores escolares. Por su parte, el proyecto se financiaría con fondos del presupuesto nacional, transfiriendo recursos a las provincias y municipios.

¿Cómo conocimos esta propuesta? Con personalidades reunidas para una foto que resultaban impactantes, que tenía mucho contenido, típico de una campaña electoral, pero que una vez concretado el triunfo, se achancho, y fue a paso demasiado lento, políticas públicas de creación de puestos de trabajo que aún no han sido creadas, no hay un plan para el fomento y capacitación de la economía social, que sigue tan desestimada por este gobierno como lo fue en el anterior, no hay incentivos económicos ni capacitaciones para quienes cobran un salario complementario, el acceso a la salud, que no se gana sólo por abrir un container de vacunas trabadas en aduana, eso no mejora el sistema en general, un programa de precios cuidados que no estuvo en marcha durante el mes de compra de los útiles escolares, la desorganización en este punto es tal que, muchos niños y niñas no pudieron comenzar sus clases porque estas empezaban el 2 y el plan lo cobraban varios días más tardes ¿precios cuidados dónde? Si los alimentos siguieron en aumento, ayuda a comedores y merenderos comunitarios ¿dónde? no nos hemos enterado de al menos uno que reciba alimentos saludables, capacitación, nutricionistas, ni recursos.

Tuvo que llegar el Coronavirus para que se agilice la entrega urgente de las tarjetas alimentar, para que se dé un plus a la AUH, a jubilados y otros. Pero la ley de góndolas y los precios cuidados no fueron competentes en la intervención del control de precios y stock de alcohol en gel, lavandina en gel, jabón blanco y corporal, papel higiénico, barbijos, entre otros productos útiles para prevenir el contagio del virus.

El ministro de desarrollo social, Daniel Arroyo, y el titular de ANSES, Alejadro Vanoli, anunciaron medidas para mejorar el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables, y el punto que más nos interesa se cumplimente es el que refiere a reforzar el presupuesto a comedores escolares, comedores y merenderos comunitarios, para migrar hacia un esquema de viandas.

 

Consideramos que el Estado es el único organismo capaz de coordinar al conjunto de la sociedad frente a la amenaza que implica el Covid-19, sus capacidades son irremplazables, pero también es cierto que están dañadas, producto de la dedocracia que genera la afinidad política y los amiguismos. Apelamos a que sea éste el desencadenante que obligue al Estado municipal a recibir a las organizaciones sociales, todas, sin preguntar a qué línea política pertenecen, pero más apelamos a que se realicen acciones concretas y urgentes para colaborar con las familias que más necesitan de nuestro acompañamiento.

Necesitamos en forma urgente una respuesta y un acto de maduración por parte del gobierno local que supere sus propias fobias. Necesitamos, por las familias a las que acompañamos, que el Estado esté a la altura de las circunstancias y deje de ver este problema grave, como un negocio para los amigos y los militantes. Necesitamos ser todos y todas alcanzados por las políticas públicas que se generaron a raíz de esta pandemia, por ello, solicitamos al municipio, la pronta convocatoria a este espacio

para aunar esfuerzos en pos de garantizar la alimentación a familias que hoy acuden a comedores y merenderos comunitarios como estrategia de supervivencia.

Que esta pandemia no exprese una cuarentena viable para la clase media-alta, donde los sectores más vulnerables y desprotegidos quedan siempre a merced de algo superior o divino, pero no del alcance real de las políticas públicas.