Con todas las letras: es acoso callejero y violencia

En Tandil, desde la Colectiva Mala Junta (en Patria Grande) y demás organizaciones feministas están visibilizando una problemática que recorre las calles de la ciudad serrana desde hace un tiempo, y es claro motivo de preocupación: el acoso callejero y, por ende, situaciones de violencia. Si alguna vez te acosaron en la calle; si te da miedo caminar sola o solo, e incluso dejaste de pasar por algún lugar por temor, esta nota es para vos. Y si no te pasó, también, para que distingas estas situaciones nulamente agradables y sepas cómo accionar. Bonus Track: una encuesta lanzada desde la dicha Colectiva.

Hace un tiempo ya que los medios colegas de la Ciudad de las Sierras se hacen eco de denuncias de jóvenes víctimas de exhibicionistas y acosadores que rondan diversas zonas del plano tandilero. Noticias que alarman a la comunidad toda. Asimismo, vale recordar la labor que se está llevando a cabo desde el grupo Geógrafas Haciendo Lugar, que en la actividad realizada en las asambleas del 8M se dio cuenta de esta problemática, mediante mapeo colectivo y comunitario.

A propósito de comenzar a visibilizar esta cuestión, en la fría tarde previa a la movilización del 3 de Junio, por Ni Una Menos, en la Plaza Martín Rodríguez, en los alrededores del Tanque de Agua (alguna vez rebautizado popularmente como ‘Monumento al Corcho’), se realizó una intervención. Varias jóvenes se acercaron al lugar, y desde la esquina de Santamarina y Sarmiento se movilizaron hacia la Plaza de las Carretas para desembocar luego en la Plaza Independencia. A lo largo del recorrido, repartieron volantes con los puntos principales de esta problemática y de esta campaña (más abajo transcribimos el texto de esos volantes).

Sobre esta actividad, Miradas del Centro dialogó con Yanina Venier, integrante de Mala Junta, quien indicó que “desde Casa Violeta, hace un tiempo venimos recibiendo situaciones de acoso, de hostigamiento en la calle. Y ante la demanda en la justicia, no hay respuestas”. En ese sentido, señaló que en lo atinente a acoso callejero, persecuciones en la calle a la salida de la escuela, “en la Justicia no hay una respuesta, cuando sí está contemplado en la ley vigente contra la violencia de género y en todos los documentos internacionales a los que el Estado argentino adhiere”. Pero a la hora de hacer ejercicio del derecho “a que no nos violenten en las calles, no hay respuestas”.

Que sea un tema que se ha presentado en reiteradas ocasiones sobre la mesa de la Casa Violeta, evidencia que “es una situación que nos pasa al 99% de las mujeres desde que tenemos 12 años”. Situación que abarca desde haber recibido algún tipo de hostigamiento, de acoso, de comentario hasta “haber visto que alguien nos muestre sus genitales”, que, lamentablemente, “para muchas mujeres es muy común, de todas las edades y desde muy pequeñas”. Por estas no menores razones, decidieron organizar esta campaña, para visibilizar “que no es normal; que el piropo, cuando no es deseado por la otra persona, es acoso; y que el acoso callejero es violencia de género, porque lo sufrimos centralmente las mujeres y la población LGBT”, señaló Venier.

La campaña contempla varios puntos. Uno de ellos plantea ‘caminatas nocturnas’, como la realizada en la noche del 2 de junio, “para evidenciar el uso desigual que tenemos del espacio público, las mujeres centralmente: en los horarios nocturnos y en los lugares descampados o poco iluminados, donde nos sentimos inseguras por estar expuestas o atemorizadas a que un varón pueda acercarse a nosotras, decirnos algo, tocarnos, manosearnos, violarnos… Un temor muy frecuente”.

Frente a ese miedo, la acción para revertirlo. Se realizarán talleres de defensa personal y de elaboración de gas pimienta, así como la encuesta para que completen mujeres, varones y población LGBT, “para poder marcar la diferencia entre cuántas veces y qué tipo de hostigamiento sufrimos las mujeres y los varones en general; y cómo eso condiciona desde nuestra forma de vestir hasta a qué lugares vamos y a cuáles no, y por dónde circulamos”.

Otro de los planes es realizar charlas en escuelas y en Casa Violeta, para presentar un proyecto al gobierno municipal, para visibilizar la problemática y desnaturalizarla, por no ser precisamente algo que ‘a alguna gente le gusta’ o ’que no genera daño’. “El acoso callejero sí nos impacta: nos ha generado muchísimas modificaciones en nuestras conductas durante años”, tales como pensar “que nuestra vestimenta es justificativo para que otro opine sobre nuestro cuerpo, o nos violente; nos han condicionado las horas de circular en la calle, de no poder andar solas, que se cuestione si estamos solas, si nos queremos manejar con autonomía en el espacio público”, subrayó Venier.

Se intentará un quiebre en Tandil, en una ciudad intermedia “en la que podemos interpelar a la sociedad a que cambie de actitud y de comportamientos, en los vínculos, en las calles”. Un cambio cultural es posible, para que vecinas y vecinos puedan distinguir y entender que se puede “ser amables con alguien, sin que piense que es un indicio de que queremos tener una relación; poder saludar a alguien o mirar a alguien, sin que eso tenga como respuesta el acoso”. También se tratará de interpelar al Estado municipal, para que se active, por ejemplo, “multando a las obras en construcción en los que son reiterados los acosos; a los boliches en los que hay acoso, hostigamiento o violencia hacia las disidencias, en donde se cosifica a las mujeres”. Otro tema que preocupa y mucho tiene su foco en la salida de las escuelas: generar mayor atención sobre las persecuciones o intentos de secuestros u otros hostigamientos que sufren las adolescentes.

Por último, Venier sintetizó: “Se trata de una interpelación a la comunidad, al Estado municipal y a la Justicia, a que actúen y que empiecen a hacerse eco de que hay una legislación vigente y que sí deberían actuar en estos casos que no están teniendo respuesta”.

“¡Peligro! Zona de acosadores”

¿Por qué el punto de encuentro de la convocatoria fue la Plaza del Tanque? La respuesta la dio Rocío ‘Rola’ Lievona, también integrante de Mala Junta, que explicó a este portal que la elección se dio “en base a lo que pasó en el 8M: un grupo de Geografía hizo un estudio, cartográfico, de cuáles eran las zonas donde nos sentíamos más vulnerables con respecto al acoso callejero”. En el marco de las asambleas realizadas el último 8M, “surgió que la del Tanque es una de las plazas donde más se marcaba el acoso callejero”. Por esto, les pareció un buen inicio ese punto de la ciudad para empezar a visibilizar “lo que para muchas es cotidiano, y que para muchas es personal, porque ‘lo personal es político’. Es cuestión de que organicemos esa bronca que cotidianamente nos cargamos en la calle, frente al acoso callejero que sufrimos, y salir a visibilizar esto tan invisible como sumamente visible”.

Sobre la respuesta de la gente en la calle ese mismo sábado, Lievona marcó que “lamentablemente está muy naturalizado el piropo”, pero también analizó que “tiene que ver con una cuestión generacional: a las generaciones más jóvenes, estos debates les parecen mucho más cercanos. Cada cual lo recepciona de acuerdo a la voluntad de desnaturalizar que tenga para con este asunto”. En ese sentido, manifestó: “Nosotras ponemos el tema en debate y queda librado a la deconstrucción de esta norma, de este patrón de comportamiento, que es parte de algo más grande, como lo es la cultura de la violación, a la que las mujeres hemos sido expuestas durante toda la historia. Éste es un comportamiento ‘micro’ que vivimos cotidianamente y que está sumamente naturalizado”.

Encuesta sobre Acoso Callejero

‘De camino a casa quiero ser libre, no valiente’, rezaba uno de los carteles que se pegatinearon en la intervención de ese primer sábado de junio. En el marco de las acciones de la Campaña contra el Acoso Callejero, desde la Colectiva Feminista Mala Junta Tandil invitan a completar la encuesta, “para relevar datos sobre esta situación en la ciudad. Tu respuesta es muy importante para visibilizar el acoso que sufrimos diariamente, y organizarnos para frenarlo”, indican sus promotoras.

En el texto que introduce a la encuesta, se explica que la intención de la Campaña es la de “visibilizar y problematizar una serie de situaciones que las mujeres, cuerpos feminizados y población LGBTIQ sufrimos al transitar por espacios públicos, utilizar el sistema de transporte o frecuentar determinados espacios nocturnos o recreativos”. Sus promotoras están “convencidas de que el Acoso Callejero es violencia de género y queremos frenarlo para poder vivir nuestras vidas libremente”.

Link para ingresar a la ENCUESTA SOBRE ACOSO CALLEJERO

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TEXTO DEL VOLANTE QUE SE ENTREGABA EN LA ACTIVIDAD

¿Qué es el acoso sexual callejero?

Se entiende por acoso sexual en espacios públicos o de acceso público a las conductas físicas o verbales de naturaleza o connotación sexual, basadas en el género, identidad y/u orientación sexual, realizadas por una o más personas en contra de otra y otras, quienes no desean o rechazan estas conductas en tanto afectan su dignidad, sus derechos fundamentales como la libertad, integridad y libre tránsito, creando en ellas intimidad, hostilidad, degradación, humillación o un ambiente ofensivo en los espacios públicos y en los espacios privados de acceso público (tal lo definido por la Ley 5742 de ‘Acoso Sexual’ de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Ocurre desde temprana edad, generando la dificultad de transitar libremente por la calle. No tiene que ver con tu vestimenta ni con tu apariencia. A la gran mayoría nos molesta, incomoda o da miedo. Nos expone a una situación de vulnerabilidad.

Incluye las siguientes acciones: piropo (un halago u opinión que se realiza dentro de una relación y ámbito de confianza –familiar, amistoso, compañerismo- y que está permitido dentro de estos contextos, ya que no invaden el espacio personal de quien lo recibe. Está aceptado socialmente que recibir este tipo de halagos por parte de desconocidos está bien y no causa ningún daño; en cambio, quienes lo recibimos consideramos que es molesto e incómodo y debe ser considerado ‘acoso callejero’); comentarios sexuales, directos o indirectos al cuerpo; fotografías y grabaciones no consentidas; contacto físico indebido o no consentido; cercanías que resultan incómodas, comúnmente vivenciadas en transportes públicos, boliches, etc.; persecución o arrinconamiento; masturbación o exhibicionismo, gestos obscenos u otras expresiones.

No cedamos espacios. No dependamos de nuestrxs acompañantes. No renunciemos a caminar libremente y sin miedo.

Las estadísticas de los últimos años dicen que 9 de cada 10 mujeres en Argentina sufren acoso sexual callejero. Debemos dejar de naturalizar y de ignorar esta problemática social. Los cuerpos feminizados tenemos que poder habitar libremente el espacio público. Por esto, demandamos al Estado acciones concretas para erradicar este tipo de violencia.

¿Qué puedo hacer cuando me siento insegurx o me están acosando?

– ¡Gritá! No te avergüences de ridiculizar a tu agresor públicamente.

– En caso que la situación sea más violenta, gritá ¡FUEGO! Va a despertar mayor curiosidad y van a ayudarte.

– Llevá el celular en la mano, con el número marcado de un contacto cercano.

– Llevá las llaves en la mano, por si tenés que defenderte. Colocalas entre tus dedos y con el puño cerrado.

– Tocá los timbres que estén a tu alcance, entrá a un negocio o fingí que conocés a alguien que cruces en la calle.

– Llevá con vos gas pimienta o cualquier aerosol: aplicá rociando sobre los ojos. No lo uses en espacios cerrados ni con viento en contra. Extendé el brazo lo más que puedas y cubrite con el otro.

¿Qué puedo hacer cuando veo que están acosando a otra persona?

Evidenciá y denunciá al agresor. No te muestres ajenx a la situación. Acercate y ayudá a la víctima. No te quedes calladx.

Si estás caminando solx por la calle y ves que cerca hay otra persona en la misma situación, acercate y proponele acompañarse.

‘Ni Una Menos’: para que la violencia machista se termine de caer