De fogatas y el ‘arbolito del milagro’ (que no se haya caído)

Como desde hace 24 inviernos, el 23 de junio encontró a Flor de Murga y al vecindario del Barrio de las Ranas en pleno rejunte de ramas secas para la celebración de la Fogata de San Juan. En esta ocasión, la hoguera visibilizó un problema de años, que tiene en vilo a las y los vecinos de las inmediaciones de Las Heras y Saavedra, en Tandil: que el Municipio retire el árbol de grandes dimensiones que, aún de casualidad y por algún ‘hecho inexplicable’, no se ha caído y terminado en tragedia.

En el Barrio de las Ranas y sus alrededores, todavía persiste la Fogata de San Juan como una tradición. Uno de los escenarios supo ser el predio de Balbín y Pellegrini. También se recuerda que en el patio del Jardín de infantes de la Escuela Normal se lograron altas llamaradas, ante los enormes ojos de asombro de peques abrigados hasta las orejas. La edición número 24 de esta Fogata que organiza Flor de Murga tuvo lugar en la plaza de Las Heras y Saavedra. Allí se acercaron integrantes y colaboradores del Carnaval de Mi Tandil, otros tantos de la propia barriada, junto a quienes siguen y acompañan a la popular murga en cuanta actividad realizan.

MÁS VALE PREVENIR

Mientras las y los integrantes de Flor de Murga repartían chocolate bien caliente y masitas para combatir el reciente advenimiento del invierno, Dardo Casal, fundador de la murga, reveló el sentido del lema de la Fogata de este año: ‘El arbolito del milagro’. Lema que hace referencia a la gran (y sensata) preocupación de la barriada, por la peligrosidad que significa la presencia de un árbol de dimensiones en la esquina de Saavedra pasando Las Heras, que ante el mínimo viento oscila y corre serio riesgo de caer.

Casal informó que se trata de un reclamo que el vecindario denuncia al Municipio desde hace casi cinco años: “Los vecinos le han elevado notas para que tome una determinación”. Notas elevadas al área de Espacios Verdes Públicos, que fueron recibidas por Alejandro Bonadeo y Hugo Biasco, en sus respectivas gestiones en la cartera, y por Luciano Jaureguiberry en la actualidad. “Todos dijeron que había que sacarlo, que iban a encontrar la solución, pero todavía el árbol sigue ahí, moviéndose. En días de viento, hay vecinas que son retiradas por sus familiares, por miedo a que se caiga el árbol”, indicó Casal.

El ‘arbolito del milagro’ y su peligroso estado.

Por si a la situación le faltara dramatismo, Casal agregó: “Se empezó a partir el tronco principal y sospechamos que va a abrirse en dos. Imagínense cómo la pasan los vecinos cuando escuchan que se les mueven las ventanas con el viento; y qué podría llegar a pasar si ese árbol se cae”. Además, el cordón cuneta está quebrado y la rajadura del asfalto, por acción de sus raíces, llega hasta el otro cordón. Por esa vereda angosta, asimismo, pasa el caño maestro de gas que alimenta a los domicilios: “Si una de esas raíces llega a arrancarlo, corre peligro toda la cuadra… Y más también. Puede pasar un desastre”. Ángel, vecino que sufre cotidianamente esta amenaza latente, tomó el micrófono y expresó: “Se ha hablado de este árbol durante años. Todos prometieron, pero nadie hizo nada”. Vecino que no puede dormir ni bien asoma el viento; y si es de día, prefiere irse hasta que pase la tempestad.

Es muy triste que una persona tenga que tomar esas medidas, por medio día que les puede llevar a los empleados municipales dar la solución”, lamentó Casal, quien ya habló tres veces con Jaureguiberry. Al tiempo que el actual director de Espacios Verdes Públicos dice coincidir en que ese árbol debe ser sacado, el comprometido vecino del Barrio de las Ranas no dudó en espetarle: “El día que ocurra la desgracia de que se caiga, los vamos a ver a todos corriendo, pero van a llegar tarde. Todavía estamos a tiempo”.

Dardo Casal.

Por lo pronto, la barriada de Las Ranas ya puso la pelota en la cancha: “Hasta que no hagamos el gol, no nos vamos a callar. Por eso, el árbol del milagro… del milagro que todavía no se cayó ni estamos lamentando una tragedia”. Una vez sea sacado el dicho árbol problemático, Flor de Murga y los vecinos se comprometieron a plantar y cuidar otro, de menor tamaño, “para no tener el mismo problema en unos años”.

EL CHISPAZO Y EL MILAGRO COLECTIVOS

Dardo Casal, como anfitrión, repartió 33 antorchas, una por cada año de ‘Flor de Murga’. Las fue encendiendo y, en ronda, quienes se convocaron a la plaza de Las Heras y Saavedra comenzaron a aportar, cada cual, su granito de fuego para consumir el ramerío. El derrotero de esta Fogata de San Juan tuvo sus altibajos, entre apagadas inesperadas y resucites esperanzadores. Las y los murgueros bailaban alrededor de la parva que tímidamente se incendiaba, al ritmo incesante de sus tambores y las palmas de las y los allí presentes.

Inicio de la Fogata

[TANDIL]Así se iniciaba la edición 2019 de la Fogata de San Juan, organizada por Flor de Murga y la vecindad del Barrio de las Ranas, este domingo 23 de junio, en la plaza de Las Heras y Saavedra.

Publicado por Miradas del Centro en Miércoles, 26 de junio de 2019

Eran sólo fueguitos que no lograban encenderse con fuerza, ¡ni echándoles kerosene!”, comentó en su perfil de Facebook el propio Dardo. Iba a ser la primera vez, en casi un cuarto de siglo, que quedaban ramas sin quemar, por la humedad acumulada de las lluvias previas. Casi suspendieron la reunión. Sin embargo, el calor del ritmo murguero se fue encendiendo cada vez más, sumado a la porfía de las y los grandes y chicos, que “echándole viento, cartones, corriendo ramas y hasta arrojando una cobija humedecida con grasa, lograron que el Barrio de las Ranas se ilumine con una fogata”.

San Juan tenía previsto ese otro milagro en la noche del domingo 23. Y no hay dos sin tres: la barriada se encuentra a la espera de que esas llamaradas iluminen también a las autoridades, para que se dignen dar respuestas y soluciones concretas frente a ese ‘árbol del milagro’ que, esperan, no cobre fama por la tragedia y la desidia de la gestión lunghista.

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