Dime con quién andas, Ximena….
Cristina Luján Romero es la amiga de Ximena Tezanos Pinto. Según «la vecina» fue quien la llevó a incursionar en la militancia en una primera acción pública: la defensa del asesino Chocobar (premiado por Patricia Bullrich). En el mismo grupo de amigos aparece el psicologo Ernesto Anzoátegui, que las acompañó en algunos viajes y marchas. La historia de los dos, está muy lejos de ser la de gente pacífica y sin odios. Análisis de Ivy Cángaro compartido desde su red social.
Cristina Romero optó por anular su primer nombre, posiblemente porque no quería ningún tipo de analogía con la Cristina más famosa del país, y se hace llamar Luján a secas. Pero para la vida cotidiana, no tiene más remedio que -en trámites y documentos- dejar que se instale el que sus padres eligieron para ella en primer lugar.
De ese modo pudimos constatar que, como todas estas personas de este variopinto grupo de «amigos», no figura en Afip. No está en relación de dependencia, no es monotributista, no aporta como autónoma. Cosa rara puesto que, como la vecina, suele gritar a cuatro vientos que con sus impuestos mantiene vagos.
Cristina Luján Romero vive en una muy humilde casita de una zona picante de José León Suarez, en el partido de San Martín. Así y todo, y sin que haya referencia alguna a algún desempeño laboral registrado (se intuye alguna labor relacionada con la virtualidad, pues en una foto se ve un posnet al lado de su pc, y en algún comentario de alguna ex amiga un tanto enojada, ésta le reprocha «mostrar el cu lo por televisión» (sic)). También pueden verse en sus perfiles de redes sociales múltiples fotos de viajes a Punta Cana, Europa, la India, y Brasil entre otros lugares paradisíacos y caros. Parece irle muy bien en algún sentido, en la labor que haya elegido emprender sin tributar.
Lo que sí queda clarísimo es su pensamiento político: un mix entre la meditación en el Arte de Vivir de Raví Shankar -con quien tiene varias fotos-, el proteccionismo animal, el yoga, y en total coincidencia con Sabrina Basile, con quien se la ve en fotos y comentarios de profunda amistad, también va en sintonía con ella en el odio a Cristina Fernández, el kichnerismo en su conjunto, la idolatría manifiesta a Patricia Bullrich -con quien también tiene numerosas fotos y a quien siguió, junto a Ximena Tezanos Pinto, hasta San Nicolás en esa marcha gaucha a caballo para un 9 de Julio- y la adhesión a Revolución Federal.
Está claro que participa, agita y disfruta de las acciones de escrache, manifestaciones violentas y actividades públicas y privadas de este conjunto de desclasados que se juntaron en un odio en común. En una de sus fotos amenaza diciendo «Esperá que te agarremos las justicieras escrachadoras, no vas a poder caminar tranquilo, hijo de un camión de kukas» (en el original, como podrán ver, escribe «hagarremos»).
Sabemos que Sabrina Basile es una de sus militantes más fervorosas. Se la puede ver en cuanta filmación haya de actos violentos contra Massa (donde actúa en conjunto con Gastón Guerra y Sebastián Forlan, uno de Nación de Despojados y otro del grupo nazi platense), la golpiza a Ferraresi, las amenazas a Loredo, et al.
En su muro, queda claro que Cristina Luján Romero participa y celebra esas actividades y lo hace en conjunto con Basile y los demás. Comprobado está que en la famosa marcha de antorchas, donde Basile tiene un rol protagónico, participó la magnicida Brenda Uliarte. Romero, además, fue denunciada por las legisladoras del Frente de Todos Claudia Neira y Maia Daer como la persona que las increpó, amenazó de muerte y violentó el 4 de julio por la tarde en las inmediaciones de Casa Rosada durante la asunción de la ministra Batakis.
El epítome de la felicidad para Luján Romero llegó y lo dejó manifestado (como podemos ver en una de las imágenes) cuando Eduardo Prestofilippo, más conocido como «El Presto», ese agitador youtuber desde lo que él mismo llama «El ministerio del Odio», defensor de Videla, que amenazó públicamente de muerte a Cristina Fernández de Kirchner, y que comparte actos con Danann y Alvaro Zicarelli (sobre quien insistimos hay que poner el foco) la felicitó por alguna de esas «intervenciones» que de artísticas tienen poco, y de peligrosas mucho.
Cristina Luján Romero, también, comparte fotos junto a Ximena Tezanos Pinto, al menos desde los dos últimos años.
En algunas de ellas se las ve plantando árboles, en otras viajando a Rosario en el coche de Ximena para el encuentro con Patricia Bullrich en defensa de «el campo», tomando cafecito en bares, o agitando en manifestaciones públicas cortando calles.
También hay profusas fotos (una de ellas de la semana pasada donde Ximena la pondera como «una amiga de fierro», por cierto una lamentable analogía) en el departamento del sexto piso de Uruguay y Juncal, desde dentro y desde fuera, siempre con alguna consigna contra la vicepresidenta e inscripciones como «van a correr«, «Argentina sin Cristina» y esos slogan que pertenecen e impusieron los de Revolución Federal.
En algunas de esas imágenes también aparece Gladys Egui, la abogada añosa que se recibió a los 50 y no ejerció nunca, pero que ahora representa ante la Justicia en un fuero en el que es inexperta como el penal, a Gastón Guerra y Jonathan Morel, los mismos muchachitos que se tomaron una foto en el departamento de Ximena, luego de haber amenazado de muerte a la persona que vive en el mismo edificio.
Jonathan, el carpintero, es además quien aparece en varias escuchas de estas últimas horas, hablando claramente de asesinar a Cristina Fernández de Kirchner, a Máximo Kirchner, a Alberto Fernández, y que habría cobrado por algún trabajo de carpintería, casi dos millones de pesos por encargue de una empresa de la familia Caputo. Pero todo, como en la vida de Ximena, es pura pura pura casualité.