Economía Social y Solidaria: de ferias y balances

La Secretaría de Extensión de la Unicen, entre sus múltiples líneas de trabajo, desde hace varios años desarrolla la de la Economía Social y Solidaria, en forma de programa. A lo largo del 2017, no han sido nada pocos las y los tandileros que esperaron con ansiedad la realización de las ferias impulsadas desde este programa, cuya última edición fue la del 16 y 17 de diciembre. En tiempos de crisis, donde parece que la solidaridad se diluye, esta experiencia de autogestión indica lo contrario.

Miradas del Centro dialogó con Mariano Larrondo y con Marcos Pearson, en tren de balances del año recién ido y sobre la organización de la modalidad de las ferias, que ya llevan siete años de desarrollo en Tandil, en las instalaciones del Centro Cultural Universitario (Yrigoyen 662).

Acerca de este último punto, Larrondo resaltó que, a partir del 2017, la Feria de la Economía Social, antes organizada sólo por la Mesa de la Economía Social y Solidaria, ahora se convirtió en una Mesa de Ferias y de Organizaciones de la Economía Social y Solidaria de Tandil. ¿Esto qué significaría? “Que la propia feria pasó a organizarse junto a varias organizaciones de la ciudad”, como la CTEP, los emprendedores de la Sala Comunitaria de Elaboración de Alimentos, la Feria de Productores y Emprendedores del Hipódromo, la Feria Verde y Artesanal de la de la Universidad Barrial, la Feria del Centro Cultural La Compañía, y la Feria Colectivo Natural.

Junto a la Universidad, todas esas organizaciones participan de la planificación de la Feria, que se inicia un mes antes de la realización de cada feria. Y no se trata de soplar y hacer feria: cada uno de estos eventos involucra, entre muchos otros aspectos, desde la comunicación, difusión, diseño gráfico, inscripción, armado de los puestos, conseguir materiales, preparar sorteos (que se hacen en la Feria), hasta buscar bandas, músicos y/u obras de teatro, colectivos artísticos que acompañan. “Todas esas tareas se distribuyen entre todos los compañeros y compañeras que participan desde cada uno de los espacios”, indicó Larrondo.

Durante el 2017, se realizaron cinco Ferias, como evento que dura “casi siempre más de un día, de seis o siete horas por día. Es la más grande de Tandil, la que nuclea más emprendimientos: cerca de 150 en cada feria”, destacó Larrondo. Feria conformada por emprendimientos autogestionados, familiares, asociativos de hecho, cooperativas, fábricas recuperadas, individuales, entre otras modalidades, nucleados a las organizaciones que participan de la organización de la Feria.

En palabras de Larrondo, a la hora de la definición, “la Feria no es solamente una herramienta o un fin de comercialización y de visibilización de los productos y de los emprendimientos de la Economía Social: es también un espacio, un medio para poder conocer al otro; de poder generar organización; de poder generar vínculos entre los productores, entre los productores y el mundo universitario, entre todos los actores que se acercan a la Feria”.

“Un balance positivo en un contexto de adversidad”

Así lo definió Marcos Pearson, responsable del Programa de la Economía Social y Solidaria de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Centro. Un balance positivo de lo trabajado en este año, “en un contexto de adversidad para el trabajo autogestionado y para la promoción de la economía social, y para los trabajadores en general”. En este 2017, el Programa pudo continuar con los proyectos que venía trabajando desde años anteriores y, hasta profundizarlos y fortalecerlos. Uno de ellos, como se señalaba líneas arriba, la propuesta de las Ferias de la Economía Social y Solidaria, con su mecanismo directo del productor al consumidor, que se fortaleció mediante la Mesa de Ferias, “como espacio organizativo y participativo para llevar adelante las ferias en el Centro Cultural Universitario”.

Otro proyecto que se fortaleció fue el Consuma Dignidad, una herramienta de intermediación solidaria, a través de la cual el Programa de la ESyS, junto a cinco organizaciones de elaboración de alimentos de la ciudad, ofrece esos productos del sector cooperativo y autogestionado a la comunidad universitaria (docentes, no docentes, y personal superior). “La comunidad universitaria puede hacer sus pedidos a través de un formulario web, digital, y todos los meses se hace la entrega de esos productos (más de 150), directo del productor al consumidor: la Universidad solamente hace intermediación solidaria”, señaló Pearson.

El Consuma Dignidad es un proyecto muy importante para nosotros: es complementario a las ferias, y se ha fortalecido y funcionado sistemáticamente durante todo el año”. Proyecto que desde este 2017 tiene su réplica en La Posta, en Olavarría, junto al Programa de Economía Popular, Social y Solidaria de la Facultad de Ciencias Sociales. En ambas localidades, a través de convenios con el Sindicato de Docentes y de No Docentes, personal de la Universidad puede hacer sus compras de productos de La Posta y del Consuma Dignidad, y se los descuentan directamente de sus haberes. Así se otorgan beneficios por partida doble: para los trabajadores de la Universidad y para los productores y trabajadores autogestionados.

Otro de los puntos resaltados por Pearson fueron las participaciones en espacios de taller y de formación (en secundarias de Tandil y de otras localidades), y la continuidad de la cátedra de Cooperativismo y Economía Social y Solidaria, cursada por cuarto año consecutivo en Tandil, y con un buen resultado en los trabajos finales. “Este año la cursaron aproximadamente veinte estudiantes de las facultades de Ciencias Económicas, Exactas, Artes, Humanas y Veterinarias. Todas las facultades con sede en Tandil le dieron un reconocimiento académico, a través de diversos formatos, a la cátedra”.

El Programa de la ESyS, junto a los demás equipos que trabajan la economía social en la Unicen (como sucede, por ejemplo, en las facultades de Sociales y Agronomía), forma parte de la Red Universitaria de la Economía Social y Solidaria (RUESS), con aproximadamente treinta universidades participantes. En el marco de esa red, se impulsó la campaña de comunicación ‘Ponele un 10 a la Economía Social’, labor que se continuó durante el 2017 y que, a fin de año, se terminó de elaborar los materiales de la segunda etapa de la campaña: una cartilla gráfica y materiales audiovisuales, junto a las universidades de Quilmes, Córdoba, Tres de Febrero, Tierra de Fuego, Misiones y Villa María.

El Programa de la ESyS de la Unicen, la Universidad de Quilmes y la Cooperativa de Software Geneos (de Tandil) se encuentran en el desarrollo de “Chasqui”, un software multiplataforma que servirá para la gestión y comercialización de la Economía Social. “A través de este software, en breve, vamos a poder canalizar toda la gestión y distribución de productos, tanto de Consuma Dignidad como de La Posta, en Olavarría”, adelantó Pearson.

En un contexto de adversidad, muy complicado para los trabajadores, el balance del año del programa es positivo, tratando de poner a la Universidad en el rol que le corresponde: construyendo conocimientos y propuestas que redunden en un beneficio de las comunidades en donde la universidad está inserta. En esa dirección estamos”, concluyó Pearson.

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