El nivel preuniversitario del Centro, en pie de lucha

Lejos de encontrarse pasivos e indiferentes en la defensa de la educación pública en todos sus niveles, las y los integrantes de la gran comunidad de las escuelas nacionales ‘Ernesto Sábato’ y ‘Adolfo Pérez Esquivel’ (de Tandil y Olavarría, respectivamente), dependientes de la Unicen, se encuentran en movimiento permanente. Asambleas, carteles, abrazos, comunicados, sentadas, y la preocupación que no da respiro…

Desde hace una semana, el ingreso al Campus Universitario olavarriense está rodeado… De color: dibujos, consignas y compromiso. Son los afiches que realizaron las y los estudiantes de la Escuela Nacional ‘Adolfo Pérez Esquivel’ (más familiarmente conocido como ‘ENAPE’), en el marco de varias asambleas y clases públicas. El hall del edificio situado en el Campus ha sido el punto de encuentro y debate de lo trabajado en aulas, pasillos y entre promociones.

En el hall del establecimiento educativo, en instancias de debate, las y los alumnos explicaron el por qué de las frases elegidas para ilustrar las cartulinas. “Un gobierno que no invierte en Educación quiere gobernar sobre un pueblo ignorante”, “Un maestro luchando también está enseñando”, “¿Tanto miedo tiene el Estado de educarnos?”, “Sólo la educación pública garantiza la igualdad de oportunidades”, y “Eso de que ‘los pobres no llegan a la Universidad’ no era un diagnóstico, era un plan de gobierno” eran algunas de esas frases, que del interior de ENAPE pasaron a ser portadas en las marchas de estas últimas semanas en defensa de la educación pública, como también pueblan por estos días el ingreso al Campus, para visibilizar la problemática. Jóvenes estudiantes que, además, formaron parte de la asamblea interclaustros que decidió la toma del Campus este último viernes.

Asambleas realizadas y por hacer, para formulación de iniciativas enmarcadas en el plan de lucha en la defensa de la educación pública. Miradas del Centro dialogó con Ariadna Cataldi, estudiante de ENAPE, quien observa un aumento enorme de la participación de los jóvenes de su escuela, “en los proyectos, en las asambleas, en las marchas, en las actividades”. Mayor participación que resulta de las instancias asamblearias, “las actividades de concientización; charlas con profesores y directivos que nos informan sobre el día a día de la situación; compañeros de la Facultad, que exponen sobre los recortes en el presupuesto y la lucha diaria”. Ariadna notó esa mayor participación ya en las puertas del segundo cuatrimestre, en donde sus propias compañeras y compañeros han manifestado pavor ante el riesgo que corre la educación pública. “Por eso, es necesario hablar con todos para que, informados de la situación, sepan tomar su camino, su postura en esta problemática”, resaltó.

Grata sorpresa se han llevado las y los estudiantes de los años superiores de ENAPE, ante un preconcepto para con los más chicos: si bien, primeramente, parecía no divisarse mucho interés, a medida que se realizaron las actividades, “el interés fue creciendo y manifestándose. Los estudiantes de 1ero, 2do y 3ero, que creíamos iban a tener menos interés, nos enseñaron a los más grandes que tienen una cabeza completamente abierta al tema, están tan al tanto como nosotros sobre la situación actual y la problemática de la educación pública, y tienen muy buenas ideas. En la toma del Campus, estuvieron acompañando y participando de las asambleas. Hay mucho apoyo, desde los estudiantes, desde lo individual como en lo colectivo”.

Stefano Vinci también pertenece a la comunidad de estudiantes autoconvocados preuniversitarios del ENAPE. “Hay un proceso de efervescencia estudiantil en los últimos meses, producto de la delicada situación que está sufriendo la comunidad universitaria”, indicó a Miradas del Centro. Entienden que se debe al ajuste y a la fuerte crisis económica “que dejan obsoletos a los presupuestos destinados a las universidades nacionales”, en un claro ataque a la universidad pública, gratuita y de calidad.

A pesar del panorama poco alentador, se vislumbra un halo de esperanza, a la luz de la participación “que se está generando, sobre todo, en las pibas y los pibes más chicos, que vienen a aportar ideas frescas a los debates”. Vinci da cuenta del gran número de jóvenes estudiantes “en discusión en las aulas y en asambleas, sobre cómo modificar esta situación crítica en las universidades y en la educación pública en general”.

En esas instancias de debate, además, las y los preuniversitarios del centro bonaerense exigen ser reconocidos como claustro “para participar de las instancias de decisión, al interior de la Universidad”. Vinci denunció que “hay quienes, discursivamente, les conviene que formemos parte, y cuando no, somos simplemente ‘el secundario’. Nosotros nos pensamos y nos sentimos parte de la Universidad”, remarcó, mientras el plan de lucha sigue en marcha.

“NO SOLAMENTE ESTAMOS RECLAMANDO UN SALARIO DIGNO”

Cincuenta docentes de la Escuela Nacional ‘Ernesto Sábato’, el preuniversitario de Tandil, redactaron una carta a estudiantes y sus familias, en torno a la situación que atraviesa la institución dependiente de la Unicen, en el plan de lucha de la comunidad universitaria y la educación pública en general. Escuela en la que se han dado clases públicas con los estudiantes y charlas de los directivos con sus padres de los estudiantes, en este segundo cuatrimestre aún sin inicio concreto en la Unicen.

Allí señalan que la ‘Sábato’ nació “del trabajo mancomunado y desinteresado de un gran grupo de docentes universitarios (y de decisiones políticas de sus autoridades) que compartieron el amor y el compromiso con la educación pública, en el seno de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires”. En sus catorce años, “las manos y las ideas de sus directivos, docentes y no docentes” construyen a diario “este ‘sueño real’ de una educación pública de calidad, capaz de recibir e incluir a estudiantes -y sus familias- de todas las escuelas primarias de Tandil y la zona”.

En la carta pública, resaltan que entre los objetivos de ese proyecto institucional, uno de ellos expresa textualmente: “Atender, como fin principal, básico y común de la Educación Secundaria a la formación ciudadana”. En consonancia con ello, los docentes firmantes consideran que “la grave situación por la que atraviesa la educación pública nos obliga no sólo a posicionarnos como actores del sistema al que pertenecemos, sino a comprometernos con acciones pedagógico-didácticas que den cuenta de nuestras definiciones y que contribuyan desde ese hacer a la formación de nuestros y nuestras alumnos y alumnas”. Comparten la idea de que una ‘buena enseñanza’ no sólo hace referencia al éxito en aprendizajes de determinados saberes o contenidos, “sino a la clara intención de favorecer procesos de construcción de conocimiento que incluyan la comprensión de la realidad a la que pertenecemos, y en la que es necesario intervenir para que sea más humana y más justa”.

En ese sentido, frente a las circunstancias que ubican a la educación pública en un lugar central de la actualidad, estos docentes han realizado intervenciones colectivas y públicas desde febrero a la fecha: han participado de movilizaciones, asambleas y actividades artísticas; han dictado clases públicas, organizado charlas y debates; y han decidido hacer paros, adhiriendo a sus representaciones gremiales. “Actividades que tienen la intención de que la comunidad conozca el problema, tome conciencia de su gravedad y nos apoye en esta lucha”. Problema que atañe a 57 universidades del país, con sus presupuestos recortados desde el año 2017. Presupuesto que “incluye el salario de los docentes, los gastos de funcionamiento y el apoyo a los estudiantes. Este año se han recortado a nivel nacional cuatro mil millones del presupuesto educativo, y además lo han subjecutado”.

Situación en la que “resulta claro que no solamente estamos reclamando un salario digno”. Decisiones políticas que “no sólo afectan nuestros sueldos, sino que impactan severamente en el funcionamiento de todas las universidades públicas (pagar la luz, el gas, los servicios de comunicaciones, de limpieza, entre otros), y en la posibilidad de apoyar a nuestros y nuestras estudiantes como se hizo hasta ahora, por ejemplo, con becas y con un menú de comidas de calidad a bajo costo”. A ello se suma, entre las últimas medidas anunciadas por el gobierno, la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, “que en articulación con nuestras universidades permite el desarrollo de conocimiento científico argentino, valorado en todo el mundo, lo que significa un claro retroceso para la ciencia y técnica nacional”.

Las y los docentes enfatizan que “la educación pública es un derecho en nuestro país, y no un privilegio de algunos. Este derecho nos constituye como ciudadanos argentinos, nos distingue de otros países”. En ese punto, ‘Argentina es educación pública’ es una consigna que desde hace décadas “nos representa plenamente. Por eso, volvemos a pedirles comprensión y apoyo en el camino que hemos tomado, con la convicción y el compromiso en la defensa de nuestra escuela, de nuestra universidad, y de la Educación Pública”, concluyen desde la Escuela Nacional ‘Ernesto Sabato’.

La frase “Ser docente y no luchar es una contradicción pedagógica, ética y política” acompaña las firmas de Diana Gabriela Barreyra, Pedro Zarini, Eugenia Seoane,  Patricio Lafuente, Luciana Arbeo, Paula Russi, Anabela Leguizamón, Daniela Urdampilleta, Jesica Peralta Aguirre, Florencia Ramón, María Cecilia Papini, Inés Rosso, Marcela Lappano, Dominique Moreno, Dorita Frúmboli, Guillermo Javier Alonso, Débora Pérez, Ivana Fernández, Gloria Folmer, Mercedes Marchetti, José Rodríguez, Agustina Gómez Hoffman, Guadalupe López, Pablo Vaccaro, Liliana Testani, Gabriela Suescun, Carolina Moules, Sebastián Castronovo, María Eugenia Abraham, Mariana Zarlenga, Martin Sabatini, Mario Romero, Andrea Cadona, Mariana Hernandorena, Valeria Guasone, María José Peralta, Ana Mercedes Soria, Laura Cincuegrani, Virginia Jaureguy, Constanza Albornoz, Florencia López Ezcurra, Marisol Macusso, Danisa Ruiz, y José Ferrarese.

Un comunicado que se suma a la declaración realizada por las y los directivos de más de cuarenta escuelas preuniversitarias de las Universidades Nacionales, en defensa de la Universidad Pública, Laica y Gratuita “en la que todos nosotros nos formamos”. ‘La Sábato’ forma parte de las instituciones  firmantes de esta declaración, en la que manifiestan la gran preocupación “por la crisis que afrontan las universidades de nuestro país y las Escuelas Preuniversitarias que de ellas dependen, donde se forman miles de niños y jóvenes, desde los niveles preescolares al nivel Superior no Universitario”. Una declaración en la que exhortan a las autoridades nacionales “a realizar ofrecimientos salariales superadores que permitan levantar las medidas de fuerza que se vienen desarrollando por justos reclamos salariales y garantizar un funcionamiento adecuado de las instituciones”.

Un proyecto de país, como indican estos directivos, “inimaginable sin Educación y sin universidades fuertes, y abiertas al acceso al conocimiento en forma inclusiva y a la extensión de los mismos a la sociedad”. Un país en el que la Educación es un derecho y en el que la Universidad Pública, “a través de los conocimientos que produce, de la investigación y extensión, permite el ascenso social a miles de argentinos que de otra manera no estudiarían. Nuestras Escuelas Preuniversitarias interrumpen destinos de exclusión y completan esquemas de obligatoriedad, que es nuestra obligación preservar para las generaciones futuras”.

Desde los institutos, escuelas y colegios preuniversitarios recalcaron que “el Estado tiene que promover la Educación Pública, Laica, Gratuita y de Calidad, con un financiamiento adecuado para que la universidad sea un lugar de articulación entre los derechos sociales, políticos y culturales del pueblo”. En el año del centenario de la Reforma Universitaria, nutrida de tradiciones libertarias y emancipadoras, y que consiguió la ampliación de derechos, las y los directivos de estas instituciones manifiestan su absoluta convicción de que “las Universidades Públicas de nuestro país y sus Escuelas Preuniversitarias establecen un horizonte de justicia en el derecho al acceso al conocimiento y la formación, en la posibilidad de modificar el propio destino, y en una noción de igualdad que está en el centro de nuestra historia como Nación”.

Firman esta declaración: la Escuela Agrotécnica ‘Eldorado’ (dependiente de la Universidad de Misiones), la Escuela Nacional ‘Ernesto Sábato’ (de Tandil, dependiente de la Unicen), la Escuela de Educación Técnica (Universidad Nacional de Quilmes), el Colegio Universitario Patagónico (UNPSJB), la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (Universidad Nacional de San Luis), el Colegio de la Universidad Nacional de La Pampa, la Escuela Fray M. Esquiu (Universidad Nacional de Catamarca), el Colegio ‘Arturo Illia’ (Universidad Nacional de Mar del Plata), el Colegio Universitario ‘Gral. José de San Martín’, la Escuela Tecnológica Universitaria ‘W. Siemens’ (Universidad Tecnológica Nacional), la Escuela Secundaria Técnica de la Facultad de Alimentos (UNER), la Escuela Secundaria de la Universidad Nacional de General Sarmiento, el Colegio de la Universidad Nacional de La Pampa, la ENET 1 (Universidad Nacional de Catamarca), cinco escuelas preuniversitarias de la Universidad Nacional de Cuyo (como el Liceo Agrícola y Enológico ‘D. F. Sarmiento’, la Escuela de Comercio Martín Zapata y la Escuela del Magisterio), instituciones de la UBA (la Subsecretaría de Educación Media, el Instituto Libre de Segunda Enseñanza, la Escuela Técnica, la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y la Escuela Agropecuaria), cuatro Escuelas Preuniversitarias de la Universidad Nacional del Sur (como la Escuela de Enseñanza Inicial y Primaria), el Instituto de Educación Media de Tartagal (Universidad Nacional de Salta); la Escuela de Comercio ‘Libertador General San Martín’, la Escuela Industrial ‘Domingo F. Sarmiento’ y el Colegio Central Universitario, dependiente de la Universidad de San Juan; cuatro colegios dependientes de la Universidad Nacional de La Plata; la Escuela Superior de Comercio ‘Manuel Belgrano’ y Monserrat (de la Universidad Nacional de Córdoba); y el Instituto Técnico de Aguilares, el Liceo Vocacional Sarmiento, la Escuela de Bellas Artes, y el Gymnasium, dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán.

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