Fanazul, 71 años de trabajo que pretenden ser borrados

La noticia dura es que Fanazul dejó de producir y cerrará sus puertas dejando a más de 260 trabajadores en la calle. La tarea del periodista entonces es informar correctamente que cierra Fanazul a los argentinos que no saben qué es Fanazul. Por eso en esta nota en lugar de hablar del conflicto en sí, contaremos la historia de esta empresa y lo que produce.

En las redes se multiplican las voces que opinan desde la ignorancia acerca del emprendimiento  y sus trabajadores. En las cloacas de La Nación un comentario resume a todos: «La gente esa que despiden… claramente son unos inutiles… si no se mereciesen el despido significaría que sirven para algo y si sirven para algo consiguen otro laburo en un toque… evidentemente son unos inutiles...». Eso del lado de los trabajadores, del lado de la empresa el debate simplemente invoca números que no cierran, o poca necesidad de su existencia: «¿Qué se fabrica ahí? ¿Para qué queremos explosivos si no estamos en guerra? ¿Cuál es la hipótesis de conflicto de nuestras fuerzas armadas para seguirlos fabricando? Si no producen algo útil son todos ñoquis».

En las escasas radios y programas de TV que cuentan el conflicto, se multiplican cruces entre trabajadores y el interventor, uno de aquellos CEO que comandan estas empresas sin entender la lógica de una industria estatal más allá del  Excell, y por eso les es incomprensible la historia de alguien que tiene una vida con la remera de FM puesta, y que considera a sus compañeros de trabajo como una familia paralela. Solamente contemplan la viabilidad de una explotación basándose en la rentabilidad, olvidando la importancia estratégica de determinadas producciones realizadas por empresas estatales más allá del balance financiero o la importancia social de generar empleo. Es así que el nuevo interventor designado por el gobierno nacional, Luis Riva, informó que la fábrica de pólvora y explosivos “no produce ganancia” y es “necesario” reducir el personal. Los operarios simplemente fueron informados que: «La fábrica militar de pólvoras y explosivos de Azul no estará operativa desde el martes 2 de enero hasta el miércoles 14 de febrero de 2018, con motivo de realizarse una evaluación de sus condiciones técnicas y capacidad productiva«. Concretamente, dejó de producir y cerrará sus puertas.

Algo similar pasó en los 90 con los trenes, en los 60 con los ingenios azucareros o actualmente con el ArSat. «Ramal que para ramal que cierra» se dijo alguna vez, y así murieron pueblos y pueblos desde el plan Larkin hasta los tiempos del gobernante palíndromo.

El origen de FANAZUL comienza después de la creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares implementada por la Ley 12.709 en el año 1941, cuando la Marina de Guerra Argentina consideró necesario construir un depósito general de explosivos y conjuntamente con él, una fábrica de pólvoras y explosivos, lo que concretó el 3 de Octubre de 1946. Durante su construcción y parte del montaje, la fábrica dependió de la Dirección General de Material Naval. Mediante el Decreto N° 10.627 del 15 de junio de 1953 se creó “Astilleros y Fábricas Navales del Estado” (AFNE), integrado por el propio Astillero Río Santiago (hoy ARS) y la Fábrica de Explosivos Azul (FANAZUL), en el marco de un proyecto político de estímulo a la industria pesada y militar industrial. La función de ambas era la de abastecer a las fuerzas armadas, por un lado, acrecentando la flota mercante del país y su tránsito marítimo y fluvial mediante la construcción de buques y, al mismo tiempo, mediante la fabricación de materiales de aplicación específica en la Marina de Guerra. El Río Santiago se propuso como un astillero integrado, con capacidad para la producción de unidades navales, motores de propulsión y equipos electromecánicos para los servicios auxiliares..

Fanazul, una de las cinco sedes de Fabricaciones Militares, es de las empresas que más mano de obra emplea en Azul. En ella llegaron a trabajar 400 personas en sus mejores épocas, que terminaron en 1988 cuando se la incorporó a la Dirección General de Fabricaciones Militares. En enero de ese año la totalidad de los trabajadores de la fábrica de explosivos fueron cesanteados ante lo cual la comunidad azuleña se organizó para impedir el impacto del despido de más de 300 operarios y finalmente la mayoría de los obreros fueron reincorporados. En ese momento Argentina tenía en pleno desarrollo el misil balístico Cóndor II y avanzaban acuerdos secretos con Irak y Egipto, lo que preocupaba a las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos. Durante el gobierno de Carlos Menem ese proyecto se desmanteló, a lo que se sumó que en 1991 se sancionó una ley que declaró sujetas a privatización las unidades de Fabricaciones Militares, lo que se evito apenas gracias a la lucha de sus trabajadores. El 27 de mayo de 2015 el Congreso aprobó su derogación, asegurando el carácter de estatal.

Los productos de Fanazul son comercializados en el mercado interno, atendiendo las necesidades de las fuerzas armadas y la minería. En el mercado externo satisface los requerimientos de los países que integran el Mercosur y el resto del mundo.

Fanazul fabrica productos de uso militar en su centro de nitración,  Especialmente TNT, Nitroglicerina y Dinitrotolueno. Los trabajos que realiza para las fuerzas armadas se relacionan con la desmilitarizacion (destrucción de munición vencida), planta de carga y fabricación de espoletas y granadas de artillería y Carga de HEAT. Recibe insumos de la sede de fabricaciones militares de Rio Tercero y Villa María, y envía su producción a la citada filial de Villa María y a la de Fray Luis Beltrán. El interventor expresó en una entrevista radial que el TNT, del cual fanazul es la única fábrica en latinoamerica, es un explosivo contaminante y obsoleto

Con respecto a los productos de interés industrial, especialmente con destino a la minería, en su centro de explosivos fabrican agentes de voladura, Boosters, PDBFS, emulsiones explosivas y explosivos gelatinosos (dinamitas y gelamon). El gelamon es un explosivo especialmente apto para minería a cielo abierto y subterránea, trabajos en canteras y demoliciones en obras civiles, destacándose por sus características de seguridad especialmente en bajas temperaturas.

También capacitan a las fuerzas armadas en el almacenamiento, uso y disposición final de explosivos y a las empresas mineras en el diseño de voladuras y en el empleo, almacenamiento, manipulación, recuperación y destrucción de explosivos. Para ambos ámbitos capacitan en Seguridad e Higiene Laboral y en protección del Medio Ambiente.

Pero todo esto no refleja los años de trabajo de los que entraron de chicos hasta jubilarse. Las familias que se formaron, las vidas que se construyeron a la sombra de una empresa propia del estado benefactor, los sueños de paz hoy rotos.  Fanazul está en lucha. Más allá de la ignorancia de unos y la impunidad de otros, son 71 años de trabajo que pretenden ser borrados de la historia de un pueblo de la Provincia de Buenos Aires que hoy está de pie para defenderla. Y es, desde varios aspectos, un polvorín a punto de estallar…