El gobierno cierra #Fanazul y deja 268 personas sin trabajo

En declaraciones a LU32 , Luis Riva, interventor de la fábrica, dijo que «la sociedad azuleña debe hacerse cargo de los despidos en Fanazul» y confirmó que no se renovarán los contratos. Riva aseguró que no imagina que la planta vuelva a producir y que los activos de la planta serán destinados a otros proyectos.

Luego de que en la mañana del miércoles 3 de mañana se viera truncada la reunión pactada en el día de ayer entre las autoridades y el gremio de los trabajadores, por decisión directa del Ministro de Defensa Aguad, les trabajadores volvieron al corte de ruta. Así detallaba la situación Daniel Firpo. trabajador de Fanazul y miembro de la dirección de ATE, para Miradas del Centro:

CONVOCARON A UN APAGÓN

El comunicado emitido por ‘Vecinos Autoconvocados por el cierre de FANAZUL» invita a adherir a la realización de un apagón: “Azul: levántate y anda. Doscientas cincuenta familias miran a la comunidad y a sus dirigentes políticos e instituciones, totalmente anestesiadas ante el despojo de FANAZUL y el posible despido de sus 250 obreros y empleados. Por favor: ¡No nos dejemos robar una fábrica que tiene más de 70 años netamente azuleños!”.

¿Adónde iremos a parar? Dos supermercados que disponen de más de diez cajas de cobro originales y que han quedado dos o tres para atender al público. ¿Quién va a comprar motos y autos en cuotas? ¿Quién va a pagar las tasas e impuestos? ¿Qué va a pasar con el pago de cuotas con las tarjetas de crédito? ¿Cuántos se van a ‘borrar’ de Cablevisión Somos Azul? ¿Cuántos padres van a sacar a sus hijos de colegios privados de Azul? Estas son sólo algunas preguntas pendientes de respuestas. FANAZUL no es del Gobierno de turno. Es, desde hace más de 70 años, de los azuleños«.

«Hagámonos oír: el jueves 4 de enero de 21 a 21.30 apaguemos todas las luces de todos los comercios de Azul, inclusive vidrieras y carteles luminosos. Pedimos a las iglesias, capillas, parroquias tocar las campanas, sean de la religión que sean: católicas, evangélicas, luteranas y de otros credos, a manera de expresar tristeza durante 30 minutos”, se indicó.

Todos permanezcamos en nuestras viviendas, puertas adentro, sin luces a la vista, tanto internas como externas. Pedimos que en los edificios altos sean apagadas todas las luces exteriores en ventanales y balcones. Por espacio de esos 30 minutos, pedimos que nadie circule en autos ni motos, dejando calles y avenidas despejadas para que eventualmente puedan circular ambulancias, bomberos y policía. Sumate a esta manifestación en silencio, sin bombo ni redoblante. Estamos con mucho dolor encima. Tu participación es muy importante. No nos defraudes”, concluye el texto.

Además, en este contexto, la inacción del intendente de Azul, Hernán Bertellys, ha suscitado rumores y decires de todo tipo. En ese sentido, se viralizó un video sobre declaraciones de Bertellys respecto a un proyecto que él tenía para las tierras en donde está emplazada la planta.

Aseguran que «Macri, Aguad y el intendente de Cambiemos Bertellys decidieron cerrar la fábrica de explosivos de Fabricaciones Militares Fanazul de manera violenta, dejando 268 trabajadores despedidos.  La fábrica de explosivos es una de las mejores de Latinoamérica. La decisión de cerrarla se fundamenta en bajar el déficit, cuando el real motivo es que la fábrica cuenta con 1200 hectáreas productivas en una de las mejores zonas de la provincia de Buenos Aires.»

Jorge Menchaca es integrante de la junta directiva de ATE-Azul y trabajador con treinta años de antigüedad en FANAZUL. En una entrevista con la Revista Crítica, aseguró que “vimos que no bien ganó el Gobierno de Mauricio Macri, por los años que tengo y por las situaciones que he vivido, me imaginaba que esto iba a terminar mal, y lamentablemente no me equivoqué”.

En sus declaraciones, Menchaca describe el proceso vivido desde 2015: “Cuando asume este gobierno, el 24 de enero tuvimos que hacer una asamblea porque se quisieron revisar 80 contratos. Es decir, querían despedir a 80 contratados de la fábrica. En ese momento, nos opusimos, le dimos resistencia y los compañeros pudieron seguir trabajando. Con el paso del tiempo, nos fueron cortando las manos. Por ejemplo: yo trabajo en una planta de TNT con ácido nítrico, ácido sulfúrico, olium; y cuando se rompía una bomba, no nos compraban el repuesto. Los trabajadores de mantenimiento la arreglaban como podían, buscando refacciones entre la chatarra, y así seguíamos trabajando. Pero siempre continuamos trabajando con seguridad, porque a pesar de que las máquinas son viejas, nosotros teníamos mucho cuidado, y ante cualquier anormalidad parábamos la producción. Y fue por eso que no ocurrió ningún accidente en estos tiempos.”

Además, recuerda el proceso que debieron afrontar en la década del 90′: “En 1991 fui despedido junto a 124 compañeros y volví en 1999, cuando me vinieron a buscar para trabajar. Pero me dijeron que tenía que formar una Cooperativa de Trabajo. Así lo hicimos, porque había muchos compañeros sin trabajo. Era una época terrible en esos años. Y de a poco se fue haciendo grande la cooperativa, llegando a ser 76 compañeros. Hasta que el 1ero de enero de 2007, el gobierno de Néstor Kirchner nos pone en relación de dependencia, pero bajo la modalidad de contrato, y en ese sistema estamos hasta el día de hoy.”

Compartimos un texto de Bernardo Penoucos de la Agencia de Noticias Pelota de Trapo:

#Fanazul: AHORRO DE DIGNIDAD

«Es el humo negro de la ruta, el sol imposible de Enero derritiendo la ruta.
Si parece que el asfalto lagrimea y a lo lejos el espejismo de agua nos vuelve a mentir en la cara.
Como a los trabajadores de Fanazul que también les mintieron en la cara, y también lagrimean, como el asfalto y como el país.
Uno puede estar racionalizando la bronca un día, dos días, meses.
Pero hay un límite, un hasta acá, un ahorro de dignidad que no se puede andar malgastando cuando el trajeado de turno lo decida en ese acto de soberbia que concreta el poderoso.
Es tan triste la lágrima de un trabajador en el medio del humo negro, de la ruta, del imposible sol de Enero.
Porque están cantando y arengan y se toman de los curtidos brazos y se acompañan y mandan el grito al cielo y al Gobierno y al infierno y al carajo.
Pero en esos cuerpos también hay tristezas y cansancios, desilusiones y hartazgos.
Hay ese vacío, ese metro antes del precipicio.
Es que nadie dice nada, nadie arregla nada y la desesperación es un reloj de arena estático, un comerse los sesos, una rabia en potencia.
Porque hace rato que no pedimos nada, que no nos andamos con lujos ni con placeres.
Tengo amigos en esa desesperación y esos amigos tienen hijos y esos hijos preguntan:
¿Cuándo fue que nos portamos tan mal como para que nos pongan tan pero tan en penitencia?
El sol derrite la ruta, en los costados se ve el campo, la espuria concentración de la riqueza.
En la ruta, en cuero, sudando y llorando: los obreros.
Tengo amigos en ese desierto y en esa ruta.
Hace dos días cruce a uno y me baje para darnos un abrazo.
Porque no hemos inventado tantas palabras como para explicar la tristeza y el saqueo.
Pero ahí están: está el sol, esta la ruta derritiéndose y están las lágrimas de los trabajadores que se van evaporando antes de humedecer el asfalto.
También esta la rabia y la organización.
Ojala Enero y el nacimiento mítico de este año no termine por derrumbarlos.
Nunca. Jamás.»