“Flexibilización”: entre neologismos y el valor de la palabra

Lo que parecía un rumor a mediados del último enero, ya pretende tomar forma: ahora pretenden “flexibilizar” la Ley que declaraba como Paisaje Protegido a las sierras que se encuentran en la poligonal de las rutas provinciales 74 y 30, y la nacional 226. El intendente de Tandil se había declarado, precisamente, “inflexible” ante esta posibilidad al finalizar el 2017. Sin embargo…

Tal lo expuesto en los medios tandileros, aún en pleno carnavales, esta semana ha sido “fuerte” para el lunghismo en materia de despidos varios en empresas de la ciudad. Así lo expresa el portal ABCHoy: “A la reunión con los conductores y empleados de Ferrobaires y vecinos que los apoyan, se suman ahora 8 despidos en el sector metalmecánico –por los cierres de Bellver SRL y Jon SRL, sin el abono de las indemnizaciones-. Al lado, siguen las gestiones para el ‘salvataje’ de Río Paraná”. Un panorama al que se suma la situación de los 14 despedidos de Cinpal, a los que desde mediados de 2017 se les adeuda el último pago de las liquidaciones finales, lo que será motivo de audiencia este miércoles al mediodía en las oficinas del Ministerio de Trabajo provincial, en Pinto al 500.

Marco que, en lo económico y laboral, no dista de lo que también sucede en la región centro que nos aboca, en torno a cierres de empresas, despidos y conflicto. En este particular contexto, vuelven a escucharse ciertas propuestas que pretenden encontrar en la explotación (y destrucción) del patrimonio natural la supuesta solución desmanejos y desbarajustes de la política económica provincial y nacional. También, para el beneficio de ciertos grupos que se presentan a cuanta licitación de obra pública se lance… Y allá están ellos! Ganadores del concurso, sin haber sido siquiera pergeñado. Y el de la hechura y reparación de rutas es un rubro merecedor de su capítulo propio.

Desde el gobierno provincial, comandado por María Eugenia Vidal (la misma que dispuso la disolución de FerroBaires y el fin del servicio del tren de pasajeros al ramal que incluye a la Estación Tandil… Al menos, así hasta el momento), parecen estar borrando con el codo o con todo el brazo lo escrito y firmado hace casi ocho años atrás. De hecho, a la pretendida violación de la Ley de Paisaje Protegido pretenden llamarla, de modo más liviano, una “flexibilización”. Así como pretenden ir por la explotación de la reserva natural Boca de las Sierras (así denominada y protegida por dos leyes provinciales), en Tandil pretenden “declinar” la Ley de Paisaje Protegido para la instalación de nuevas canteras de explotación de piedra.

Folleto elaborado por el Municipio de Tandil, con el que se invitaba, en marzo de 2010, al acto de promulgación de la Ley de Paisaje Protegido.

Y en esa “flexibilización”, el retroceso: décadas de lucha que, si bien el Paisaje Protegido no era el exacto pedido del ambientalismo tandilero (ya que siempre se pidió la figura de Áreas Protegidas para las sierras del partido de Tandil), tuvieron un paso a favor de la preservación serrana. Paisaje Protegido que, también vale decir, terminó significando, para privados en consonancia con el poder municipal, el cambio de las explotaciones canteriles por construcciones de todo tipo y color sobre el faldeo. Sin embargo, la ciudadanía tandilera celebró y defendió este paso en la lucha por no destruir (del todo) a las sierras australes más antiguas. Patrimonio natural que, a la hora de los incendios y las inundaciones últimas, hace que la mirada de los vecinos se vuelva hacia las lomitas. Vecinos que sufren los embates de esos hechos, que no son ni tragedias inevitables ni catástrofes naturales: tienen responsables con nombre y apellido, tanto en Belgrano al 400 como en el sector privado-empresarial.

El ‘Topo’ tenía algo para decir

En el “diario más tradicional de Tandil”, se titula: “Habría interés en reanudar la actividad minera y flexibilizar la Ley de Paisaje Protegido”, como haciéndose eco del nuevo eufemismo en juego. En el artículo, se hace mención a una comunicación telefónica con Alejandro «Topo» Rodríguez, jefe de Gabinete del Municipio de La Matanza, en la que aseguró que, por el entorno en el que trabaja y el contacto con autoridades, es conocedor de que “el Municipio de Tandil recibe presiones políticas y empresariales por parte del gobierno nacional y de empresas para que se rompa la Poligonal en Tandil”. Entre varias cuestiones, “implicaría que se reinicie la explotación de las canteras, con la excusa de que hay mucha demanda de piedra”. El propio Rodríguez afirmó que, si bien hace 15 años que existe la demanda, “las leyes están para ser cumplidas. Lo que sufrió Tandil y su comunidad para lograr instalar esta Ley de Paisaje Protegido, no puede volverse atrás”.

En medio de tantas desviadoras cortinas de humo y el blindaje mediático de María Eugenia Vidal y su gestión, no es de extrañar que, visto y considerando el fuerte interés económico, desde el propio Gobierno de la Provincia de Buenos Aires se pretenda un ‘cambio flexibilizador’ de la Ley de Paisaje Protegido, para retomar la explotación canteril dentro de la Poligonal que constituyen la Ruta 74, la 30 y la 226, y que esa ley estableció como área en la que se debía cesar con esa producción (y destrucción).

Según lo anticipado por Rodríguez, en estos días, funcionarios provinciales estarán relevando “la potencialidad de producción de las canteras, indagando sobre la tecnología incorporada, cuánto se produce y cuánto más se podría obtener”. Más allá de lo “válido” de relevar esos datos, “lo imperante es indagar para qué es esa información”, la intencionalidad, subrayó Rodríguez.

Por esta no menor razón, el jefe de gabinete matancero “consideró importante que la semana que viene el gobierno local esté sentado en los despachos nacionales y provinciales para exigir que se respete la poligonal. Hay que ponerse firme en eso”, estableció respecto de la importancia de mantener la Ley y proteger lo obtenido.

En este sentido, vale recordar la nota que este portal publicó el 16 de enero pasado, a la que titulamos “Éramos ‘pocos’ y quieren parir nuevas canteras”. Allí tecleábamos: “Ganas sobran en los gobiernos nacional y provincial, ante la falta de cemento y de piedra, junto a la presión de capitales extranjeros y de empresarios de la construcción. Azul y Tandil están en la mira. En el primero, la apertura se esgrime como una posible salida a la crisis que se vive en Fanazul. En el segundo, cuando parece una batalla ganada, esta ‘amenaza’ se suma, como fantasma del pasado, al panorama diario de la lucha contra la construcción en las sierras tandileras”.

En aquella nota, hacíamos referencia al “rechazo unánime” a la posible apertura de canteras en Tandil. ABCHoy publicó el 31 de diciembre de 2017 una entrevista al intendente Miguel Lunghi (UCR-Cambiemos), en la que, ante la versión de una presión (solapada o explícita), desde Provincia o Nación, para ‘flexibilizar’ lo demarcado por la Ley de Paisaje Protegido (rubricada en marzo de 2010), por la demanda de piedra, Lunghi asintió y lo reconoció. En la oportunidad también subrayó que “no va a pasar absolutamente nada. Vamos a mantener nosotros totalmente las canteras que quedaron fuera de la poligonal abiertas y las que están dentro de la poligonal, no se van a tocar”.

Ante la repregunta del periodista Mariano López Guerrero, sobre si eso estaba efectivamente garantizado, Lunghi fue contundente: “No se abre una sola cantera más. Es el compromiso nuestro”. Incluso, indicó que la de la preservación de las sierras es una lucha “de todos los tandilenses, de más de 50 años”. Al planteársele si hubo presión, manifestó: “No, presión no. Hubo pedidos de si podíamos abrir más canteras, porque hay muchas obras en toda la provincia”. Palabras del 31 de diciembre de 2017. Pasó más de un mes. Esperemos que ni el corto ni el mediano plazo indiquen un cambio de opinión o que, simplemente, el tiempo demuestre lo contrario. El propio jefe comunal de Tandil había prometido, junto a María Eugenia Vidal, el regreso del tren de pasajeros en este año. Sin embargo…

No existe “flexibilizar” la ley: se cumple o no se cumple

La Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil no tiene un solo día de descanso. A los frentes abiertos con la situación de las construcciones sobre las sierras, junto a lo que está aconteciendo en el Parque Independencia y la potencia de las explosiones de canteras (aún por fuera de la Poligonal, a varios kilómetros del casco urbano), ahora se suma este “anuncio” (o pre-aviso). Por esta razón, tecleó el siguiente comunicado que compartimos, con el título “No existe ‘flexibilizar’ la ley: se cumple o no se cumple”. Allí consigna:

“Desde hace unas semanas, existen rumores de presiones para la ‘flexibilización’ de la Ley de Paisaje Protegido. También, las explosiones en las canteras en actividad se han intensificado, como la adjudicada a Equimac, que hizo temblar y se escuchó en toda la ciudad. Se han visto salir camiones cargados de canteras cerradas por la Ley de Paisaje Protegido. Los camiones con sobrecarga de piedra siguen destruyendo las rutas y poniendo en riesgo a los usuarios, además de incumplir normas y eludir impuestos.

Desde la política nacional, se alienta a la minería y se intenta retroceder cambiando leyes, como la de Protección de Glaciares, o las que prohíben la megaminería en Chubut, San Luis y otras provincias.

Hoy, como en los ‘90, la minería opera como un lobby en todo el territorio. Así, vemos a nivel local cómo se presiona para ‘flexibilizar’ la Ley de Paisaje Protegido. El propio término es tramposo: alude a cambiar algo rígido. La ley no es rígida ni flexible: es ley. Se cumple o no se cumple. En todo caso, ¿’flexibilizar’ querría decir que a algunos no se les haría cumplir? Entonces, ¿sería ley? Todos los ciudadanos estamos obligados a cumplir las leyes. Las autoridades, a cumplirla y hacerla cumplir. Quienes crean que es injusta o que otra sería mejor, deben utilizar el procedimiento democrático y aprobar otra ley dentro del poder legislativo, con la debida información y participación de la ciudadanía.

La Ley de Paisaje Protegido debe ser cumplida. No pueden abrirse las canteras que la ley cerró.

Por otra parte, la piedra molida puede obtenerse en muchos lugares del país, donde no implica destruir un patrimonio único y extraordinario. La presión por la reapertura de las canteras de Tandil tiene que ver con los intereses de un puñado de empresas canteriles y con los grandes contratistas de obra pública, que quieren insumos a precio de regalo, aunque para eso muelan Sierras de un valor extraordinario y dejen pasivos ambientales para siempre. La cercanía es un argumento falaz, porque las obras no se hacen sólo en la provincia de Buenos Aires; y porque en términos económicos, hay muchos lugares del país que podrían abastecer de piedra molida a un precio menor… si hubiera trenes, como corresponde.

La discusión sobre las canteras es una discusión sobre los sistemas de transporte.

Varias sierras de Tandil no alcanzarían para sostener en el tiempo una política de obras públicas pensada para llenarles los bolsillos a los contratistas, no para el país. ¿Qué es mejor? ¿Pensar un sistema ferroviario para un proyecto inclusivo e integrado de país, capaz de ser sostenido en el tiempo, menos costoso en el mediano plazo, mucho menos contaminante, dinamizador de un sinnúmero de actividades y generador de mucho trabajo estable y decente -directo e indirecto-, sin apostar a actividades extractivas? ¿O costosísimos planes de infraestructura, rutas llenas de pozos a los pocos años, que requieren nuevas extracciones de piedra para tapar los agujeros o rehacerlas una y otra vez, muchas veces por la propia acción de la sobrecarga de camiones de piedra? Para los contratistas, para los especuladores financieros que lucran con las acciones de estas empresas, con nuevas formas contractuales donde el Estado termina garantizando ganancias pagadas con nuestros impuestos, las obras son un gran negocio. Para el país, la infraestructura es mucho más que eso: es el sistema que permite la vida de todo su territorio.

Si todos los beneficios que hoy se le dan a la minería y el empeño en seguir privilegiándola se utilizará para hacer un sistema ferroviario propio del siglo XXI, al servicio del pueblo argentino, muchos problemas sociales, económicos y ambientales se solucionarían. Y entre otras cosas, la piedra molida que realmente fuera necesaria se podría abastecer mucho más barata desde aquellos lugares del país donde extraerla sea una opción menos costosa ambientalmente y dónde la población esté de acuerdo.

Por lo anterior, convocamos a la ciudadanía de Tandil a expresarse ‘Sí al tren, No a las canteras’. Quienes deseen colaborar con la organización de las acciones con este lema, pueden acercarse a las reuniones (todos los miércoles, a las 19, en el Centro Cultural La Compañía -Alsina 1242-), o contactarse por mensaje al facebook de la Asamblea por la preservación de las Sierras de Tandil”.

Éramos “pocos” y quieren parir nuevas canteras

NO a las mineras en las sierras, un coletazo por FanAzul

Mateadas y firmas para visibilizar lo (in)apropiado