La comunión de la otredad, un golpe al sistema

«Un golpe con estilo» es una excusa. El cine siempre es una excusa para reflexionar. Entre la reseña y la opinión, por Soledad Restivo.

A mí me gustan las películas “pochocleras” sí, me gusta el cine “yanqui”. Pero intento una excusa que fundamente  mi afección “políticamente poco correcta” en ciertos círculos que frecuento. La coartada es algo así: toda película yanqui tiene dos discursos ineludibles: uno es el estilo-ser americano: “the american way”; el  otro está compuesto por todos los horrores y errores de los que es capaz su propio sistema. Y mi teoría sostiene que “los yanquis”,  de tanto verlo en el cine, aceptan el horror como una anomalía aceptable en la vida cotidiana, ej: la corrupción en el poder con la mano de obra de la CIA-FBI.

«Un Golpe con Estilo» es una  película de  Zack Braff, y tiene muchas aristas, entre ellas la amistad, la vejez, la familia, los valores, los códigos, la ética de la otredad, el sistema. Se trata de una comedia que funciona con facilidad asegurada por las actuaciones, simples pero magistrales, de Morgan Freeman, Michael Caine y Alan Arkin. Estos viejos actores de la pantalla grande hacen equipo como los amigos de toda la vida Willie, Joe y Al, quienes de repente ven perdida su pensión por una maniobra de la empresa en la que trabajaron 30 años. Obviamente este escrito no es una reseña,  así que,  volveremos sobre este punto más adelante.

En primer lugar, en tanto hemos festejado la amistad en estos días, está bueno pensar de qué manera se desliza en la trama ya que, como la sexualidad, suele asociarse a estereotipos de juventud   excluyendo a la tercera edad de estas cuestiones…o… ¿tu abuelx  tiene sexo con su amigx? Aquí la vitalidad, perdida o recuperada, la salud y la enfermedad, la compañía y la soledad transcurren naturalmente mientras la atención la capta “El Golpe”.

La vejez es, pensada muchas veces como, un problema por lxs viejxs, las familias, las comunidades, los gobiernos, el sistema. Prevalece una visión estereotipada, negativa, peyorativa y paternalista de la vejez, quedando relacionada con dependencia, enfermedad, situación previa a la muerte, y pérdida de capacidades y de habilidades. Para esta sociedad occidental capitalista nuestrxs viejxs son una gran carga social que representa un alto costo en el consumo de recursos socio-sanitarios además del gasto económico en pensiones. Sin embargo muchos abuelos y abuelas son lxs encargadxs de cuidar los niños de las familias, así como suplir en las actividades de cuidado, educación y recreación a los padres ausentes o madres atareadas.

La manera en que se perciben a sí mismos, está asociada a la prevalencia de una mirada positiva o negativa desde el entorno. Y en la trama el entorno está dominado por la mirada de una otredad cómplice, una otredad de minorías rezagadas, de diferentes, un otro empático y dispuesto a reconocer tu derecho, porque es su derecho: el latino que enseña y no cobra su parte, la niña filipina que no delata, son otredades que sostiene y proponen un código de las minorías, una ética de la otredad.

Una otredad que es configurada desde y por un sistema que establece quién está dentro o fuera, quien sirve y quién no. Aun cuando cada quien ocupa un lugar que deliberadamente le es funcional a este modelo. Un sistema en el cual robar un banco es delito, en el que una empresa puede retirarse de un país para producir con menores costos en otro en el que las condiciones del trabajo se asemejan  mucho a la esclavitud, y a eso llama «seguridad jurídica». Esa seguridad jurídica que también habilita a la empresa, que ya no  tiene personería en ese país y por lo tanto  no tiene obligaciones legales, a disolver el fondo de pensiones y dejar sin el derecho al ingreso por retiro a los jubilados.

Recordemos que el sistema de pensiones y retiro en Estados Unidos es un sistema mixto entre la seguridad social y los fondos de jubilación privada que manejan muchas veces las empresas empleadoras y que, como el sistema de AFJP que conocimos en la Argentina, dependen de las condiciones de inversión y avatares del mercado.

La película es una oportunidad para pensar en cuáles son las condiciones que establecemos para los viejos, pero también para nosotros mismos, o ¿Creés que la juventud es eterna?.

El sistema de seguridad social en la Argentina, es un sistema solidario. Esto significa que los y las trabajadorxs aportamos, junto a los aportes patronales, a un fondo que en tiempo real sustenta las pensiones y jubilaciones actuales. Para que esto sea posible el número de trabajadrxs en actividad debe crecer y sostenerse de manera tal que haga sustentable el conjunto de la seguridad social de la población. De esta manera, cuando el modelo económico-político propone políticas públicas de creación de empleo formal asegura la consecución de todo el modelo. Ahora cuando el modelo económico-político propone que el trabajo es un costo o un mérito, nunca un derecho, también propone desguazar un sistema solidario como el actualmente vigente en nuestro país.

En la década de los 90’ hemos asistido a la vulneración de las vejeces, los hemos visto hambreados, vulnerados, desprotegidos, olvidados, los vimos organizados y reclamando, llorando en TV, increpando al economista, los hemos visto suicidados. ¿Asistiremos a la implantación del horror en la pantalla cotidiana? ¿Aceptaremos el horror como anomalía, impávidos y gentiles?

No hay “Golpe con estilo” que resguarde los derechos de los viejos, ni los tuyos, ni los míos, ni asegure la vida, ni el futuro. La precisión del golpe está en la comun-unión de la otredad organizada en la diferencia.