Desde la Glorieta se exigió aparición con vida de Santiago Maldonado

En medio de la lluvia copiosa y constante que ofició de telón este viernes en Tandil, varios fueron los vecinos que se autoconvocaron, para exigir la aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven artesano detenido por Gendarmería Nacional durante una protesta mapuche en Chubut. Autoconvocatoria que tuvo lugar en el marco del reclamo, a nivel nacional, por parte de organizaciones de derechos humanos.

(Tandil) A partir de las 18, entre paraguas y botas de goma, distintas agrupaciones se fueron acercando a la Glorieta de la Plaza Independencia. Entre quienes se encontraban en el lugar, integrantes del Grupo Memoria por la Vida en Democracia dijeron presente y leyeron un documento que, momentos antes, hicieron público en su perfil de la red social Facebook.

En este comunicado, titulado “Aparición con vida de Santiago Maldonado, Detenido-Desaparecido en Democracia, a manos de la Gendarmería Nacional”, desde Memoria por la Vida en Democracia, como organismo de Derechos Humanos, exigen al Estado que “dé respuesta sobre la desaparición forzada de Santiago Maldonado, como así también, su inmediata aparición con Vida”. Subrayan que estos hechos “no deben ocurrir. Son inaceptables en un país que se llame democrático y que aspire a su inserción mundial”.

Por esas no menores razones, quienes integran este organismo, decano en la búsqueda y reclamo de Memoria, Verdad y Justicia en Tandil, exigen “que aparezcan los responsables; que se deje de presionar a los testigos del secuestro; que se aparte a Gendarmería del caso y que se investigue la obstaculización llevada adelante por integrantes de esta fuerza para el esclarecimiento de la desaparición (por ejemplo: el lavado y modificación de los vehículos usados); que, como pasaría en un país serio, sean considerados sospechosos los gendarmes intervinientes y se tomen las medidas pertinentes para evitar la posible impunidad; y que las fuerzas de seguridad dejen de ‘servir’ a los extranjeros terratenientes”.

Por último, Memoria por la Vida en Democracia indica: “Queremos vivir en un país libre para todas y todos, donde no se desaparezca por reclamar, como Santiago, un joven solidario con los pueblos originarios. Terrorismo de Estado ¡¡Nunca Más!!”, cierran el documento.

“A mí me llega muy profundamente este caso”

Quien también se autoconvocó fue Delia Caniumir, docente y descendiente de pueblos originarios Tehuelches-Mapuches. Luego del “Ahora resulta indispensable: aparición con vida y castigo a los culpables”, se formó espontáneamente una ronda alrededor de Caniumir, quien explicó: “a mí me llega muy profundamente este caso. Es una repetición continua en todo el sur. Lo que viven continuamente nuestras familias. Ahí en Cushamen, hace mucho tiempo, hay gente originaria y criolla, que viven en esos campos muy buenos, ricos, que les conviene a los grandes propietarios. Siempre han tenido problemas. Gente que vive en Tandil llegó ‘disparada’ de ese lugar, en los ’90”.

Caniumir, conocedora de la zona de Cushamen, la describió como “una zona muy amplia, que ha tomado Benetton, ahora Lewis. Nuestra gente no vive en una tierra con papeles que dice que le corresponde esas tierras. No. Viven en tierras fiscales. Toda esa gente de Neuquén, de Barda Negra, que es indígena, o indígena y criolla, vive en el campo pero no tiene propiedad de la tierra. Cuando gente de Buenos Aires y del exterior vienen a comprar tierras, compran de esta gente originaria, y ahí es donde vienen los grandes líos”.

Cuando era pequeña, Caniumir supo visitar la zona del lago Aluminé: “No había nadie más que la gente indígena y la Gendarmería. El paisaje era hermoso. Hoy, todo se deterioró en la naturaleza. En ese lugar, como pasa en Cushamen y en todo el sur, la gente fue a las orillas de los lagos, ha comprado tierras y hay poblamiento. Ahí surgen los choques. Si no hay una conciencia de la gente común para hablar, para dialogar, si no nos prestamos para que haya una buena comunicación, ahí está el kid de la cuestión. Mi gente, en el sur, no es gente que discrimina, es gente humilde”. En ese sentido, manifestó que en las redes sociales, como Facebook, se dicen ‘barbaridades’. “Una, a veces, contesta porque ve que hay gente que ignora, no por maldad, sino porque ignora nomás. Una da información y otros, con malas intenciones, traen textos donde la bibliografía fundamenta a esos textos políticos, ideológicos, con malas intenciones. A esos textos hay que saber analizarlos, se debe saber mirarlos”.

Caniunir definió como “muy difícil” la vida de los originarios del sur. “Este muchacho (Santiago) fue, estuvo con gente joven con mucho interés en rescatar y luchar por nuestros derechos, y están haciendo un movimiento. Pero de ahí a que digamos que tienen un grupo de gente terrorista o guerrillero, primero que no hay gente para hacerlo, y no hay ideología, no hay un basamento filosófico para llevar a cabo un movimiento así. En Bariloche, puede haber un movimiento, en los barrios, de jóvenes que desean rescatar todo lo que nos sacaron y sacan”.

Esta docente, descendiente de pueblos originarios, ahondó en una historia familiar: “Hace cuatro años, se me murió una sobrina, Cristina Lincopan. En nuestra comunidad, en Barda Negra, como experimento, pusieron el primer pozo de fractura hidráulica en Argentina. Se hablaba mal de ‘los indios’ en Zapala, porque paraban en la ruta, cuando en realidad informaban sobre lo que pasaba. Cristina, una joven de 29 años, tenía solamente la primaria, y logró ella convocar, movilizar, concientizar, no sólo a la gente paisana y a todas las ONGs defensoras del medio ambiente”. La sobrina de Caniumir cumplió en alertar a las comunidades de la zona que les estaban usando el agua de mejor calidad, a los fines laborales y productivos. “Ella logró movilizar a toda la gente. En la última movilización grande, fue gente de todas las provincias a nuestra comunidad, y mostraron lo que se estaba haciendo”.

En ese punto del testimonio, el tono de voz de la docente cambia: “No sé qué pasó con Cristina. De repente, se enfermó. En menos de un año. Y murió. Con toda mi familia nos quedamos preguntando qué pasó. Nosotros queríamos hacer que se investigara, para hacer justicia”. Sin embargo, los más ancianos de la comunidad les pidieron que no lo hicieran, porque no le iban a ‘devolver la vida’. “No quisimos ir en contra de los padres, y no lo hicimos”.

Finalmente, Caniumir manifestó: “Ahora desapareció este joven, de la provincia de Buenos Aires, pero nosotros continuamente tenemos gente que matan, desaparecida. Después de la Campaña del Desierto, siempre fue así y hay que ir y ver a la gente cómo vive”. Cerró su intervención cantando la ‘canción del Nehuen’, “que es la energía que nos une a todos; una energía de esperanza, de amor, de solidaridad, de ayuda mutua. Y esa es la energía que hoy está acá”, indicó a quienes se acercaron a la Glorieta.