La Gorra Coronada. Diario del macrismo

Este libro obra del colectivo «juguetes perdidos» dice algo diferente acerca de ese misterioso ejército invasor que es, para quienes no lo votaron, el macrismo. Y lo dice desde un lugar distinto: El barrio. Desde los lugares donde desde hace varios años todos los conflictos se resuelven «por la gorra» (linchamientos, vecinos engorrados, policía local, camaras y todo el negocio de la seguridad). E intenta explicar los mecanismos del revanchismo de corazón ortiva, ahora con luz verde y recargado, que viene por todos lxs pibxs que desafían mandatos sociales y culturales. Un modo de vida que el libro no identifica como un mal ajeno, sino que entiende extendida capilarmente a todo el campo social. La gorra está coronada, está habilitada, y viene por tu vida.

El colectivo «Juguetes perdidos», se presenta como: «Un grupo de pibes que se chocaron en los pasillos de la carrera de sociología… Pibes que en un determinado momento se desviaron del circuito trazado en la facultad y se conocieron. Pibes de diferentes lugares de la ciudad y el conurbano, cargados de inquietudes y pulsiones, que la ruleta de la vida los juntó en un determinado lugar. Y de allí la explosión… Esta es la época, esta es la cancha en la que nos tocó jugar -embarrada, poceada… Justamente de eso se trata una apuesta generacional: poder decir con nuestras palabras lo que nos pasa, nombrarnos a nosotros mismos y ser protagonistas de nuestra vida, y no ser testigos de nosotros por creer lo que boquean los demás, que están lejos y muchas veces no entienden nada…»

 

Y terminan su presentación enarbolando la fuerza de las palabras: «Una de las formas de hacerlo es a través de las palabras, de los textos, de la creatividad. Palabras que buscan ponerle nombres al sufrimiento, posarse sobre él, nombrarlo, palabras que puedan expresar esa atmósfera enrarecida en la que muchas veces nos sentimos inmersos… Palabras cargadas de vitalidad, de alegría, de potencia, palabras que tienen que extenderse como las puntas de los dedos, palabras que deben estirar la superficie sensitiva de nuestra piel, para poder afectarnos, precisamente palabras que no parezcan palabras, que al leerlas –o escucharlas, o verlas- nos hagan olvidar que son palabras, para ver y sentir al corazón sangrante que las parió en una hoja. De eso se trata, de escribir desde lo que nos afecciona, desde lo que padecemos, desde los quilombos que nos interrumpen el paso de nuestras vidas, desde lo que emerge dándonos un topetazo en el pecho… Sabemos que en nuestra búsqueda la forma-escritura es una contingencia, puede estar como no, puede ser reemplazada por charlas, música, bailes, y todo lo que contribuya a encontrarnos, a desearnos como pares, a pensar algo juntos, a empezar a desarmar nuestros cuerpos individuales-los cuerpos que portan la angustia, el dolor, la soledad, y el cansancio y la depresión de llevar nuestra vida sobre los hombros- por cuerpos mas grandes, cuerpos de gigantes, cuerpos colectivos, hechos de miles de nosotros… De eso se trata…en esta época “cueste lo que cueste”, tratar de armar algún puto full…»

La nueva  producción de este colectivo, el libro “La gorra coronada”, en palabras de Lucía Maina, plantea que el triunfo de la derecha es producto de distintas derrotas y hace foco en las disputas que se vienen viviendo en los barrios en el plano de los afectos. El engorramiento y el cerrarse en la propia vida como un modo de lidiar con la precariedad y la manera en que el gobierno actual logra avanzar con el ajuste al actuar sobre un fondo de terror anímico e intranquilidad son algunas de las ideas que trazan los autores, desde una investigación política que escapa a lenguajes y miradas tradicionales.

 

En la tapa del libro unas diez personas miran a cámara. Algunas muestran palos, armas. Otras llevan gestos duros, aires de empoderamiento. Hay quien sonríe, quien saluda con alegría. Hay mujeres, hombres, incluso una niña. La fotografía fue tomada en Córdoba durante los linchamientos que siguieron al acuartelamiento policial de diciembre de 2013. Esa imagen, esos gestos, son la puerta de entrada a una serie de apuntes y análisis que este grupo de investigación política escribió para entender y rastrear con un nuevo lenguaje las sensibilidades de nuestra época, los cambios que sufrieron los barrios y las formas de vida en los últimos años y que permiten explicar, desde abajo, la llegada de la derecha y el macrismo al poder.

Para trazar una cartografía política que se corra de lugares comunes y de análisis puramente ideológicos o coyunturales, ellos llevan varios años inventando palabras y categorías: vida mula, precariedad totalitaria, salario anímico, disputas de intensidad. Nuevos conceptos que se nutren de maneras de investigar alejadas de la sociología tradicional y del lenguaje político militante y cercanas a los barrios. Sus textos nacen de talleres en distintos lugares del conurbano bonaerense, de charlas con pibes y pibas que desde sus experiencias de vida despiertan reflexiones y miradas sobre lo que nos está pasando como sociedad. Este trabajo se expresó en su libro anterior, “¿Quién lleva la gorra?” y ahora continúa en La gorra coronada”, una producción que empezó a escribirse después del ballotage de 2015.

En el texto escriben: “Durante la década ganada hubo una ampliación del consumo popular pero el reverso del consumo siempre fue el engorramiento. Cualquier cosa que consumas con las cuotas después hay que bancarlo con el cuerpo. A menos elementos, a una vida en la cual cuesta mucho más conseguir una propiedad, es inevitable que se intensifique el engorramiento: cuando tenes menos redes, menos cuidado por parte del Estado, no tenes seguridad privada al frente de tu casa, el engorramiento es casi uno de los pocos gestos que te quedan para defender al costo que sea ese mínimo umbral de consumo o de propiedad conseguida. Entonces la derechización efectivamente es tal pero no es ideológica, es afectiva, es existencial, y está curtida y sedimentada en hábitos, en afectos, en todo un roce cotidiano con cosas que la precariedad muestra en su rostro más feroz”.

De alguna manera, la gorra coronada es el palacio ampliado. La revancha de los que alimentaron su odio a la sombra de la década ganada. Y entonces sostienen que el macrismo no es la continuidad del kirchnerismo, pero se alimenta de su lado «B», de su sueño oscuro: «El revanchismo, como la alianza de fuerzas, se alimenta de dos fuentes. Por abajo, con la sensibilidad gorrera que se incubó en los nuevos barrios y que cada vez deviene más ciudad (los linchamientos en las grandes ciudades, reacciones que aparecen ante cualquier imagen de agite que circule, el cinismo de los pequeños jefes emprendedores verdugueando y marcando una nueva cancha…). Todas estas escenas hablan de prácticas concretas moldeadas en los nuevos barrios, y que puestas en serie expresan la sensibilidad gorrera sobre la que surfean

Lo dicho: la gorra coronada intensifica esta sensibilidad previa, haciéndola aún más disponible en la cotidianidad, más a mano para cualquiera… «La gorra coronada no es solo “el gobierno”, “el palacio”, “el estado”; es un entramado mediático, judicial, estatal, de fuerzas de seguridad, que se monta sobre la sensibilidad gorruda; la gorra coronada es entonces un palacio ampliado. El macrismo no inventó esta gobernabilidad, pero sí la leyó como una oportunidad de hacer máquina con un modo de vivir y una subjetividad cada vez más hambrienta… Esta es la segunda entrada: desde arriba el revanchismo se amplifica y legítima el engorrarse, y ese “plus” publicitario lo hace aún más fuerte. El engorrarse, y el revanchismo de los anti-todo son profundamente políticos» (capítulo: ‘sobre el devenir de la Vida Mula’).»

El lugar de las mujeres también es analizado: «La desbordante y ruidosa presencia callejera de las pibas en las movidas de NiUnaMenos durante estos años, los nuevos modos de politización que parecen estar experimentándose, el corrimiento sensible efecto de un copamiento a pura presencia y agite también se juega en el combate berretín-a-berretín cotidiano. Un pibito intenta bardear a una piba y otro salta enojado, “eh, gil, niunamenos, boludo”. La piba mira seria y los aplica a los dos: esa defensa verbal está demás.  Las pibas mueven el culo y copan. O se mueven por la fuerza que insiste en copar y hacer amurar la moral: copamiento sensible –no necesariamente subjetivo o territorial, aunque también» .(capítulo: ‘Lo que pueden las wachas’).

«Las fuerzas anti-todo son hoy las verdaderas fuerzas vivas de nuestra sociedad. Lo vimos en las corrientes de odio hacia Santiago Maldonado y hacia las movidas públicas exigiendo su aparición con vida, pero este revanchismo social obsceno sería impensable sin las fuerzas anti-todo que se vinieron incubando hace años en el sótano de nuestra sociedad. Permanentemente el macrismo convoca a estas fuerzas a movilizarse: en cada barrio contra los “mantenidos”, contra las pibas que desafían mandatos sociales y culturales, contra los pibes que están ATR o hasta incluso contra grupitos de estudiantes festejándose de manera inofensiva en alguna plaza: un ejército de gorrudos –que vienen alistándose desde hace muchos años– copa la ciudad y las sensibilidades sociales: en los laburos se intensifica el verdugueo laboral cuyo rostro humano es un jefe anti, la policía se desata (hasta “los pitufos” –de la policía local– se han vuelto gruñones y agresivos), las escuelas devienen cada vez más territorios feroces de disputas contra cualquier gesto que no se encuadre, los vecinos gorrudos libran cruzadas alocadas y desmesuradas contra cada amague de fiesta barrial. En cada desborde –por mínimo que sea– hay una oportunidad para el engorramiento y el revanchismo. » (capítulo: ‘Los anti-todo’).»

El macrismo, por un lado, lee cierto enfriamiento libidinal; ya se estaba deshinchando el consumo e intensificando el gorrudismo antes del macrismo, y eso alimentaba los axiomas del realismo vecinal. La hipótesis del libro es que el macrismo lo que hace es surfear un montón de fuerzas que ya existen y que realmente habían tomado a la sociedad. El macrismo es una alianza de clase que funde fuerzas anti de origen popular con las eternas fuerzas anti tradicionales del país –de las clases propietarias y empresariales. Ese encuentro recarga el “boomerang” (revanchismo), lo extiende y masifica a la vez que lo vuelve más capilar.

Cada página de este libro es un disparador hacia lugares diversos, un rayo de luz ciega para pensar la precariedad como campo de batalla. La intención de los autores es pensar la política desde lo micro y lo macro para desentrañar cómo se incubó cierta sensibilidad sobre la cual hoy el macrismo se desliza y gobierna. El problema de la época, y si hay una astucia del macrismo entre otras cosas, es que intensifica ese momento de soledad política. Y la intención, entonces, para sus autores es: “Barrer un poco la cancha, correr lo que hay arriba de la mesa y pensar de verdad cómo replantearnos un lenguaje político que esté a la altura de las intensidades que siguen insistiendo y que puedan disputar la gorra coronada«. Por eso, en un tiempo en el que cada vez hay menos posibilidades de armar cartografías alternativas, el único plano en que se puede resistir realmente al macrismo es en el plano sensible.

«La Gorra Coronada se consigue a través de la librería itinerante La Bullanga.

LA GORRA CORONADA
Diario del macrismo
Editorial: Tinta Limón
Colección: Pensar en movimiento
1ª Edición diciembre 2017
ISBN: 978-987-3687-35-8