La historia universal de la infAMIA, según Juan Salinas

El periodista y escritor Juan Salinas estuvo en la Feria del libro de Tandil para presentar un libro que no había salido en ese momento, pero que ya se distribuye: «infAMIA«. Entonces aprovechó para hablar del periodismo que hace, las búsquedas de verdad que ha emprendido y de todos sus otros libros, que son muchos y buenos. Las palabras de un periodista de la vieja guardia que hace su batalla día a día para contar las historias que nadie quiere mostrar.

Salinas es un periodista que no puede dejar de investigar. En tiempos en que este oficio está viviendo una enorme grieta, -fundamentalmente ética- lo que se puede rescatar de su trayectoria, según la periodista Ivy Cángaro que lo presentó en la Feria del Libro, es su postura ante el ejercicio del periodismo de investigación, que es lo que él ejercita, ya que son tiempos en que bajo ese escudo se ven operaciones, mentiras solapadas, «lanatismos» por doquier. Y también está la contracara que de los que no son ni tan famosos ni tan ricos, pero que ejercen el periodismo con dignidad y con rigor, que era lo que quería rescatar ella específicamente de Salinas: Cada uno de sus trabajos no tiene ni una fisura, y no ha perdido jamás un juicio.

 

El «Pájaro Rojo» tal es su apodo, expone la necesidad de su trabajo en que la Causa AMIA atraviesa el último cuarto de siglo de historia argentina, y contaba como la investigación comenzó a partir del libro que realizara acerca del asalto a la Tablada dirigido por Gorriarán Merlo, cuando fue invitado a participar del primer equipo de investigación, para aportar datos sobre lo sucedido, a instancias de Pedro Brieger, quién tenía relación con la secretaría de Alberto Crupnicoff, presidente de AMIA en 1994, quien estaba desconcertado porque la investigación policial no había avanzado. Entonces Armó un equipo de investigación con cuatro periodistas de TEA, entre ellos, Gisella Marziotta. Era noviembre de 1994, y recomendó contratar a Daniel Fontanini, jefe de documentación del CELS, porque tenía el mejor archivo sobre represores de la dictadura, ya que en su opinión nadie debuta en el crimen poniendo una bomba que mata 85 personas . También sumó al periodista Hernán López Echague, quién tenía custodia de Coordinación Federal, lo que les permitía tener contacto con la policía“, recordó Salinas. Esa investigación desbarrancó posteriormente, a partir de que se fue quedando sin combustible al quedarse sin sustento económico al asumir en la Amia una conducción más oscura.

 

El autor explicó que si hubiera sido un trabajo sobre el atentado a la embajada de Israel no hubiera aceptado investigar, porque era el lugar de un estado extranjero pero la mutual era una entidad netamente argentina y entonces se sintió atraído por el tema y porque además tenía la posibilidad del acceso a expedientes judiciales. Investigaron un mes y en ese tiempo llegaron a la conclusión que la Policía Federal estaba involucrada en el atentado, junto a los servicios secretos israelíes. En diciembre de 1994, Rubén Beraja llamó al presidente de AMIA pidiendo un informe de ese trabajo, por lo que hicieron un informe asegurando que la Federal estaba metida en el atentado, que fue llevado a Israel, y cuando regresaron, disolvieron ese equipo de investigación. Entonces fotocopiaron los expedientes y siguieron trabajando un tiempo por su cuenta.

Al perder el apoyo, el equipo se fue deshilachando y luego de tres años él se quedó solo, pero como producto de ese trabajo editó en 1997 un libro por la editorial Planeta llamado «AMIA, el atentado, quienes son los autores y porque no están presos» un libro que no le gustó a la DAIA, que se comunicó con la AMIA y a partir del apriete a la editorial inventaron un ardid para ningunear, además de discontinuarlo y quitarlo del catálogo: Sacar rápidamente un libro hecho por encargo por tres juristas a los que les hicieron hacer un dictamen sobre el expediente judicial, llamado «Amia la denuncia» de modo que cada vez que algún lector pedía su libro le daban el otro… A partir de ello, Salinas comprendió que en ese tema había algo que se quería esconder, aunque reconoce que hoy no lo volvería a reeditar por su dependencia absoluta de las fuentes oficiales de la embajada.

En ese entonces comenzaron a funcionar las usinas de información que embarraron la cancha acerca del atentado: que había sido realizado con una traffic, se trató de desviar la pista Siria colocando en su lugar a los iraníes, se apuntó culpar a un grupo de policías bonaerenses desviando la responsabilidad de la policía Federal. Esto muestra las dos grandes cuestiones de la causa AMIA , sacar a los amigos sirios de menem y culpar a Irán, cuestiones que reflejó el periodista Horacio Verbitsky en una nota de 2007 llamada «La infamia», en la que revela que enseguida de producido el atentado se impuso la presencia de Israel en Argentina. Un enviado directo del presidente Isaac Rabin viajó hacia nuestro país con la misión de encontrarse con Menem y acordar una versión conjunta que sirviera a los intereses de ambos países. Fue así que armaron la historia conocida: coche bomba conducido por miembro de Hezbollah, dirigido por malvados ayatollahs. A esa nota el nuevo libro de Salinas rinde homenaje en su título, y ese relato intenta desmentir con su trabajo.

En su exposición, Salinas se explayó frondosamente acerca de los caminos que siguió su trabajo de investigación personal, detallando particularidades especialmente conocidas por él de los servicios de inteligencia israelíes, la CIA y los servicios de inteligencia locales, no solo en el encubrimiento sino también en la misma voladura de la mutual judía, así como sus internas y los artilugios que empleaban para nadar entre todos los gobiernos, hasta la disolución de la Ex-Side en cuestiones relativas especialmente a las triangulaciones que posibilitan el lavado de dinero y la venta de armas y drogas.

Hay una fuerte hilación entre los libros de Salinas, ya que en el anterior, «Caso Nisman: Secretos inconfesables» deja claro que el Shin Bet (la Contrainteligencia israelí) no fue ajeno a la voladura de la Embajada de Israel, y en el nuevo, además se sigue ahondando en la personalidad del fiscal Nisman, en su fallida denuncia a la ex-Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su canciller por el Memorándum de Entendimiento con Irán, y en los motivos que lo indujeron a suicidarse. Y lo hace con el apoyo de documentos secretos que la SIDE de Stiuso había evitado poner a disposición del Poder Judicial y de los familiares de las víctimas.

 

El libro «La infAMIA» aparece por fin a la venta, y cuenta como los servicios secretos participaron en el atentado a la amia, sobre Stiuso, el memorándum con Irán y la muerte del fiscal Nisman.

Como en el momento de la muestra aún no había aparecido, en la mesa de presentación aprovechó para hablar de sus producciones anteriores: «Narcos, banqueros y criminales«, sobre el contexto internacional en el que se dieron los atentados a la embajada de Israel y a la Amia, en los que trata de ayudar a entender que esos atentados son un suceso distinto a lo que se piensa que fueron. Tambien «Nisman, secretos inconfesables«, en el cual se relata entre otras cuestiones como fue paso a paso el atentado a la embajada de Israel. Tapado por el secretario Esteban Canevari de la Corte Suprema, equivalente de Nisman para el caso de la Embajada. Corte Suprema que tapó tanto la investigación del atentado que su presidente Ricardo Lorenzetti en un «lapsus» memorable dijo en un discurso que era un caso que estaba cerrado cuando en realidad nunca se cerró.

 

Hay un hilo entre todos los libros que ha escrito Salinas, investigar una trama oscura que otros medios no tocan. En el caso de la AMIa, recordaba, es el unico caso en el que todos los medios se pusieron de acuerdo en difundir una versión falsa, la del coche bomba, impulsada por Israel y la Argentina, y de echarle la culpa a Iran, y al Hezbollah. En cuanto al libro «Gorriarán, La Tablada y las “guerras de Inteligencia” en América Latina«, no le cerraba la versión oficial, el problema era que el principal accionista de Página 12 había sido Gorriarán Merlo por lo que le prohibieron a sus periodistas hablar del tema entonces nadie lo hacía salvo la revista «El Porteño» en la cual ya estaba trabajando.

 

Eso fue la Génesis. Pero para él, su mejor libro quizás sea «Ultramar Sur«, sobre los submarinos alemanes que vinieron a Argentina después de la guerra en una operación que originalmente estaba planeada para traer a Hitler, operación que había sido tapada por todo el mundo a pesar de que uno de estos submarinos había hundido un crucero brasileño, el «Bahía» sobre la línea del Ecuador con más muertos que el crucero General Belgrano, y eso se había tapado haciéndolo pasar por un accidente. Eso le llamó la atención e hizo que su especialidad fuera: «meterse en líos en los que nadie se quería meter«, acotó.

Salinas fue despedido recientemente de TELAM, donde editaba una página llamada: memoria.telam.com.ar dedicada fundamentalmente a derechos humanos, por sobre todo a juicios de lesa humanidad, lo que lo convenció que a este gobierno los juicios de lesa humanidad no le interesa que se difundan, hecho que en su mirada tiene cierta lógica con su desvinculación.

Para conocer el trabajo de Juan Salinas se puede visitar el blog pajarorojo.com.ar donde difunde información que no se publica otros sitios.

 

 

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