La Sal que sala y edita

Olavarría asiste al nacimiento de una nueva aventura cultural: entre la energía emprendedora de Maricel Aiscurri y Luz Jara, y las ganas de publicar de varias plumas, La Sal Editora sale a la cancha.

(por Tefa Schegtel Torres)

No es cuestión de soplar y hacer libros. Tampoco son muchos los que no concilian el sueño pensando cómo impulsar una editorial. Sin embargo, al menos un par de jóvenes olavarrienses dedicó una parte de su tiempo para gestar y parir una nueva trinchera cultural a la que bautizaron como La Sal Editora.

En el origen de los tiempos, fue un comentario al pasar, entre los stands de una de las últimas ediciones de la Feria del Libro Independiente y Autogestiva, que ya lleva varios años de realización en la Tierra del Cemento (y, dicho sea de paso, estamos ante una nueva edición). En ese marco, la participación de editoriales independientes de la zona interpelaba y arengaba a quienes jugaban de locales: ganas de replicar un proyecto del estilo no faltaban, pero sí el empujón para empezar.

Y más temprano que tarde, esa razón de ser apareció. Luz Jara, una de las madres de la criatura, ubica ese momento: “Fue cuando Gisela (Echarri) nos dijo que estaba escribiendo una novela y que estaba buscando a alguien que pudiera editársela. Ella ya estaba trabajando con Guillermo Del Zotto, que le hizo la corrección, pero necesitaba el diseño y la encuadernación”. Y ahí nomás se le animaron a la aventura, sin pensarlo dos veces. La aventura de iniciar una editora independiente, algo que, según comentan sus hacedoras, no existía en Olavarría.

A la hora de definir a La Sal Editora, Jara señala que se trata de: “una editorial que permite a los escritores de Olavarría y de la zona, no solamente poder trabajar, editar sus libros, sus producciones, sino también que se distribuyan en espacios como las FLIAs, que se organizan de manera independiente, autogestiva. Así, el material recorre varios ambientes, varias ciudades”.

Maricel Aiscurri es otra de las gestoras de la editorial. Para ella, empezar con una novela es prácticamente un lujo. “Siempre se empieza con textos más cortos, o con otro tipo de formatos. Esto fue como arrancar ya de una; con una novela que, además, tiene un tema muy fuerte que la atraviesa, lo que nos hace ponerle más pilas, más ganas, para largar la novela y poder llegar al público y a sus sensaciones desde el lado de la palabra”.

Gisela Echarri, Maricel Aiscurri y Luz Jara, en Insurgente, el día de la presentación de Cara de buen tipo.

La Sal Editora no sólo es un espacio para la edición y Aiscurri desarrolla el concepto: “Se contiene al autor, se le da consejos… Es un trabajo en conjunto. Y ser independientes, da la libertad de poder decir lo que uno quiere”. Esta editorial surge de una necesidad, concreta, de no pocos escritores locales de Olavarría. Luz Jara hace hincapié en la “traba” económica: “Ir a imprimir los libros a una imprenta es muy caro; tenés que contratar a un diseñador para que te diseñe el libro; después, la corrección; después, la impresión”. Por su parte, Maricel Aiscurri completa: “Este tema del costo se hace visible cuando llegas a una librería y cada libro cuesta, en promedio, cuatrocientos pesos”.

Si bien, estas incipientes editoras toman esta quijotada como un trabajo, avisan (para no traicionar): “No intentamos arrancarle la cabeza al que escribe, sino que deseamos que pueda publicar. Por eso, nos parece importante que existan editoras, que existan muchas más, desde ahora, en nuestra ciudad, para que se pueda mostrar lo que se produce. Todo el trabajo, detrás de un libro, es mucho más de lo que se piensa, participan muchas personas. Entonces, cuando tenés el material en la mano, ya terminado, es un logro total”.

Ya casi al final de la entrevista, surge la pregunta obvia: ¿por qué “La Sal”? Y en esa respuesta, la mirada cómplice entre las “madres” del emprendimiento. Según Jara, el bautizo se dio a partir de que “nos atrevimos a empezar con esta novela, que tiene una temática sobre violencia de género muy fuerte en la trama”. ‘Cara de buen tipo’, la novela de Gisela Echarri, había sido “rebotada” por otras editoriales de la ciudad. Suerte que no corrió con esta dupla. “Porque existimos a partir de eso, decidimos llamarnos de ese modo, como la sal, esa cosa que molesta, como que ‘saladeamos’”. Aiscurri remarca: “No solamente editamos porque queremos difundir, sino también porque hay luchas detrás. Ahí están nuestras ideas, nuestra ideología”.

Desde La Sal Editora, además, se está trabajando en la edición de una revista, de publicación mensual, llamada Madre Tierra (por la publicación de Emma Goldman). “Tiene un tinte anarquista. Distintos autores escriben sobre política, economía, género; hay poesía, relatos cortos”, entre otros formatos y temáticas. Madre Tierra ya tiene publicados algunos números. Se consiguen en “Insurgentes”, en ferias como la FLIA y se pueden pedir vía Facebook.

En lo que respecta a la distribución, La Sal Editora entrega el material a quien le encarga ese trabajo. Asimismo, las creadoras de la editorial viajan a cuanta feria independiente pueden, ya sea en la zona como un poco más allá, llegando a La Plata.

Quienes estén tecleando, trabajando arduamente en alguna obra y quieran publicar, pero no encuentran dónde, en La Sal tienen las puertas abiertas a todos aquellos que tengan ganas de editar, con inquietudes, con dudas, con proyectos. “Desde nuestra militancia, nos parece importante que los productos que vamos a realizar tengan contenido social y artístico”. Si bien con la novela de Echarri “aprendimos muchísimo, vamos a seguir explorando, porque recién empezamos y es todo un universo aparte la edición, el diseño, la encuadernación”.

El trabajo independiente, autogestionado, es más difícil, pero es muy lindo. Uno puede decir libremente, sin una bajada de línea, es lo que tratamos de hacer”, agrega y concluye Maricel Aiscurri. La Sal Editora tiene una página en Facebook (La Sal Editora Independiente). Por ese medio pueden contactar a estas jóvenes editoras, o dándose una vuelta por el espacio cultural Insurgente (Belgrano 3345).