La UCR Tandil realizó su acto por el Día de la Memoria

Fue este sábado 24, en la Plaza Santamarina, al mediodía. Además del intendente Lunghi y sus funcionarios, estuvieron presentes integrantes del grupo Memoria por la Vida en Democracia. En el lugar, el artista Gonzalo Llanos realizó un mural alusivo a la fecha y al reclamo de cárcel común y efectiva a los genocidas.

Tal como lo hacen desde algunos años, el aniversario 42 del inicio de la última dictadura cívico-militar tuvo su acto oficial la UCR de Tandil, frente al Monumento por la democracia y contra los golpes de Estado, en la esquina de avenida Colón y José Félix Uriburu. Junto al intendente Miguel Ángel Lunghi, se encontraban Juan Pablo Frolik (presidente del Concejo Deliberante), Matías Civale (presidente del Comité Radical de Tandil), funcionarios municipales, el grupo Memoria por la Vida en Democracia, concejales, consejeros escolares e integrantes de la Juventud Radical, el artista Gonzalo Llanos, y demás vecinas y vecinos.

Previo a cantar el himno, desde la organización del acto se indicó que “la Unión Cívica Radical ha sido y es una referencia en defensa de los derechos humanos. Nuestra historia, la de cada militante, está marcada por las razones más sensibles de nuestra comunidad”. Asimismo, agregaron que “desde nuestro nacimiento hasta hoy, los derechos civiles y políticos, los derechos económicos, sociales y culturales, y los derechos al desarrollo y a la paz, son razones de nuestra existencia como partido político”. Para cerrar esa alocución inicial, afirmaron que dicen ‘Nunca Más’ a un golpe de Estado en nuestro país “por la memoria colectiva, por nuestra historia, por el futuro, en defensa del sistema democrático que construimos cada día”. Acto seguido, se realizó un minuto de silencio por las víctimas del terrorismo de Estado.

El primero en tomar la palabra fue Andrés Mestralet, presidente de la Juventud Radical de Tandil, quien compartió algunas reflexiones con los allí presentes. Destacó que “en un nuevo día por la Memoria, la Verdad y la Justicia, que nos encuentra reunidos en esta plaza, siempre es bueno recordar y mirar atrás, para saber dónde estamos parados y hacia dónde nos dirigimos”. Definió a la Memoria ya “no sólo como la apelación al recuerdo: es el sentir, el caminar las huellas que otros caminaron, y debe servir como herramienta de construcción de futuro. Hace 42 años, comenzaba la noche más larga, una noche que duró 2818 días, en donde además de hacerse la entrega sistemática de nuestra soberanía económica y política, se derramaba la sangre de nuestros compatriotas, bajo el accionar del Estado y sus grupos de tareas, con el objetivo de disciplinar a la masa crítica, a los movimientos sociales, obreros y partidos políticos. Se abrieron 340 centros clandestinos de detención, desaparecieron treinta mil compatriotas y nacieron 490 personas en cautiverio, de las cuales, hasta el día de hoy, sólo se recuperaron 127”.

Andrés Mestralet.

Mestralet indicó que “resulta fundamental recordar y homenajear al movimiento que vino denunciando la desaparición y las violaciones constantes a los derechos humanos: asociaciones de abogados que presentaron habeas corpus, a los que comenzaron el camino de la búsqueda de aquellas niñas y niños arrancados de sus madres… En fin, a los que se animaron”.

En su discurso, el dirigente de la Juventud Radical lugareña señaló etapas. Una de ellas fue “la queremos recordar como el comienzo de la Verdad: la Conadep, el Juicio a las Juntas, el juicio a la cúpula de la Policía Bonaerense, el Nunca Más y diversas instancias que sacaron a la luz las atrocidades cometidas por un Estado al servicio del Terror”. En ese punto, hizo un reconocimiento al “valor moral de un presidente como Raúl Alfonsín, el legado de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de las agrupaciones de Familiares que aportaron datos y generaron, junto a jueces, fiscales y tribunales civiles, la condena a los genocidas, en un hecho sin precedentes en la historia mundial”.

Luego, la etapa de la Justicia, con “la plena vigencia del sentido de libertad”; la etapa “de los culpables y sus colaboradores presos. Son los juicios por delitos de lesa humanidad, son las cientos de sentencias con más de 600 condenados, es el aporte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Es el final de los indultos, es la creación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y el Banco Nacional de Datos Genéticos. Es la formación de la Comisión Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas de la OEA. Es la Comisión Bicameral de Identificación de las Complicidades Económicas y Financieras de la dictadura, entre otras instancias”, enumeró.

Mestralet lamentó que, a 42 años del Golpe, “vuelven a surgir dolorosos titulares de los principales diarios del país, llamando a una reconciliación, hablando de revanchismos y anunciando beneficios a represores ya sentenciados: prisiones domiciliarias en pleno goce y listas de condenados, como Alfredo Astiz o el Tigre Acosta, a disposición de la justicia para ser evaluados y eventualmente favorecidos con dicho beneficio”.

En ese punto, manifestó: “Así como cuestionamos la apropiación de esta temática, el uso partidario y el roce con casos de corrupción por otros gobiernos, hoy debemos hacernos eco de lo que puede llegar a pasar. Somos republicanos y creemos en la división de poderes, pero exigimos que desde la política se hagan todos los esfuerzos para que no se abra un nuevo capítulo de impunidad en nuestro país”.

Según Mestralet, desde la Juventud Radical “debemos advertir de los riesgos que vuelven detrás de las demandas y ofertas de orden, seguridad y perdón, que se asemejan a los discursos que abrían el camino al horror. La política, además de darle más impunidad a los genocidas, que se expresan en los intentos de liberarlos o darles domiciliarias, que se sabe que no cumplen, envalentonan a sectores que, aunque sean marginales, siguen ligados a las fuerzas que actuaron durante la dictadura”.

Por último, Mestralet dio cuenta de que “todo lo que conseguimos en estos años, es producto de una construcción colectiva y plural. Esta es la mejor expresión de legitimidad para estos procesos, que vendrá más sólido para su continuidad. Somos un pueblo que no está dispuesto ni a olvidar ni a reconciliarse ni a perdonar los crímenes de lesa humanidad. Que aquel infierno se transforme en lucha, en la lucha de justicia. Nunca Más”, cerró.

“Los militantes tenemos que tomar el ejemplo de los jóvenes de los ’70”

Nicolás Tumminaro, presidente de Franja Morada Tandil, reflexionó sobre el hecho de tratarse de un nuevo aniversario del último golpe militar, “que nos encuentra profundamente inmersos en un contexto político interesante para analizar y para pensar, en función de la democracia que tenemos hoy en día”. 24 de marzo de 1976 en el que “comenzaba a escribirse en la historia argentina uno de los capítulos más dolorosos y más trágicos para nosotros. El llamado ‘Proceso de Reorganización Nacional’ derivó en la más sangrienta, lacerante y trágica dictadura cívico-militar que hayamos vivido como argentinos”.

Nicolás Tumminaro.

Tumminaro encuadró “la tortura, el asesinato, el secuestro y la desaparición forzada de miles de ciudadanos” como “síntesis de la perversidad del Estado, y de cómo se estaba llevando adelante un plan sistemático de desaparición, de tortura, donde ponía de manifiesto la represión y los crímenes como la sustentación de un modelo que, además, en lo económico nos quitaba derechos y nos hacía retroceder”. En ese punto, instó a pensar en aquellos días para realizar una lectura de la actualidad, “en un contexto en donde todavía parece que no hemos podido dejar atrás las antinomias del pasado que tanto nos desgastan, nos duelen y nos pesan, y no podemos llegar a un desarrollo como república”.

Si hay “una cosa es segura”, afirmó Tumminaro, es “que los argentinos dijimos ‘Nunca Más’ y firmamos la voluntad inquebrantable de sepultar para siempre los golpes de Estado y las dictaduras militares en nuestra república”; y en esa “gesta histórica, el radicalismo fue fundamental: fue la síntesis de un clamor popular, fue la síntesis de la búsqueda de la libertad, del afianzamiento de la Justicia; fue la cara de la representación de un pueblo que ya empezaba a decidir por sí mismo sobre los futuros de nuestra Nación”, aseguró.

El referente de Franja Morada indicó que “como militantes del radicalismo, queremos expresar nuestra preocupación frente a una nueva configuración de un relato hegemónico y cultural por sectores de la política y por los medios hegemónicos de comunicación, en donde parece que encontramos elementos similares a los que, durante los años ’70 y durante la dictadura, justificaban el accionar del Estado”. Elementos como “la justificación de la violencia institucional, del gatillo fácil, o de la criminalización de la protesta social”.

Entre los desafíos y luchas a afrontar, Tumminaro marcó el hacer “una profunda interpretación de lo que significa la democracia que consolidó Alfonsín”, ya que “interpretar a Alfonsín y entenderlo, tiene que ver con que debemos ir más allá de la prédica, del entendimiento de la recuperación de la democracia: es entender que la democracia no es solamente la libertad en sí misma, sino bregar para que garantice la equidad, la igualdad de oportunidades. Tenemos que entender que la democracia también tiene que ver con esta ética de la solidaridad del pueblo que conmemoraba Alfonsín”.

Por último, Tumminaro reflexionó: “Vivimos en un momento complejo, donde lo que más importa es la opinión pública; donde parece que la política ha dejado de ser una herramienta de transformación social; donde existe un quiebre entre los gobernantes y los gobernados; donde existe una profunda crisis de representación; y donde los poderes concentrados, además, trabajan para que dejemos de ser ciudadanos y pasemos a ser consumidores”. Por esto, formuló: “Creo que lo que mejor podemos hacer los militantes políticos es tomar ese ejemplo de los jóvenes que militaron en política durante los ’70. Jóvenes que tenían un sueño, una utopía, que era ni más ni menos que hacer de este mundo un lugar más justo y más igualitario para todos. Por todos ellos, seguimos luchando y decimos Nunca Más”.

Como cierre del acto, Frolik, Lunghi, Civale y Gastón Morando (al que se nombró como ‘mentor de la obra’ que se encuentra en esa plaza), realizaron una ofrenda floral en la base del monumento, por la democracia y en contra de los golpes de Estado.