Metalúrgica Tandil: voces al rescate de la ‘industria de industrias’

Desde que se anunció el peligro de cierre, a varias generaciones de tandileras y tandileros les corrió un escalofrío a lo largo de la espalda. Y no es para menos. Rasqueteando en la historia familiar, es muy probable que se encuentre a algún tío, abuelo o prima que haya pasado, aunque sea alguna vez, por las instalaciones de Metalúrgica Tandil. La marcha del martes 16 fue elocuente para demostrar la importancia de esta fábrica en la historia y el sentimiento de la ciudad serrana. La conciliación obligatoria hizo abandonar la toma pero las y los operarios montaron rápidamente una carpa de vigilia frente al portón de Figueroa al 500, para seguir visibilizando su situación y a modo de cámaras humanas para que a ciertas manos no invisibles no se les ocurra vaciar la empresa. Mientras tanto, este Portal acudió a la experiencia y el análisis de gente que ha estado relacionada profundamente a MT como a su estudio de caso.

Desde el 11 de octubre, a medida que se difundía y confirmaba la mala noticia, los celulares de las y los trabajadores ligados a Metalúrgica Tandil no pararon de sonar, así como las redes sociales se plagaron de comentarios de dolor y preocupación. Entre ellos, el de la escritora y periodista Ivy Cángaro, que desde el plano histórico señaló: “Tandil inicia su vida política y social, masivamente, a fines del siglo XIX y fundamentalmente a comienzos del XX, con la gesta de los picapedreros. Hombres y mujeres anarquistas que lograron, a fuerza de lucha, sangre, ideas y pasión, reivindicaciones obreras nunca antes conseguidas en la Argentina. Sucedió acá en Tandil y la historia calló a la historia”. Sobre esa base, indicaba Cángaro, “surgieron, luego, otras industrias y otras historias. Y en la medianía del siglo XX, la piedra dio paso a la metalmecánica. Y una nueva ciudad y sociedad sentaron bases sobre esta industria floreciente. Miles de tandileros pasaron por la Metalúrgica Tandil, por caso Osvaldo Soriano, Víctor Laplace, el Colorado Lester, y tantos otros”.

Nacida de las bases de BIMA, Metalúrgica Tandil fue fundada hace 70 años, de la mano de Santiago Selvetti, Germán García, Fernando Monsalve, Segundo Berroeta y Francisco Erausquin, en los últimos tiempos fue objeto de un vaciamiento considerable y evidente por parte de Renault. Sobre ello, se refirió Carlos Romano, secretario general de la UOM Tandil desde septiembre de 2012. Vaciamiento del que se tiene registro ya desde el año 2005, “cuando teníamos 1500 toneladas, balances extraordinarios, tres turnos, más de 500 compañeros y 115 clientes”. Hacia 2007, desembarcaron gerentes de Renault Córdoba, sin conocimiento de fundición de metales… pero sí de empresas: “Se llevaron los activos, el respaldo económico, comenzaron a bajar la cartera de clientes, vinieron con muchísima plata para hacer despidos encubiertos, para pagar indemnizaciones por arriba de la ley”.

El último gerente llegó a fines del 2017, con doscientos millones de pesos en sus alforjas, para, entre otros accionares, pagar indemnizaciones por arriba del 100%, dar 150 mil pesos por un año de obra social y planes de autos con cerca del 30% de descuento por cinco años. Y por si eso no fuera poco, despidieron al cuerpo de delegados de Metalúrgica Tandil y a la comisión directiva perteneciente a la fábrica, y les pagaron la estabilidad gremial hasta el 2021. “Algunos cobraron entre cinco y seis millones de pesos en una sola cuota, sin pasar por la UOM y sin pasar por Ministerio, directamente por escribano”, denunció Romano.

Carlos Romano, actual secretario general de la UOM Tandil.

“LA DIRIGENCIA POLÍTICA TANDILENSE NO HACE UNA LECTURA DE LOS CAMBIOS ECONÓMICOS”

Miradas del Centro dialogó con Ana Fernández, docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen, integrante de la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras, y nieta de Gregorio Fernández, uno de los artífices de otra empresa que marcó a la historia tandilense: los Talleres El Brazo, de 4 de abril al 1000. Para Fernández, Metalúrgica Tandil se puede analizar desde lo que significó para Tandil y en su evolución como industria local, en un pueblo en el que, a principios del siglo XX, “ya había varios intentos y varias industrias pujantes, dedicadas a bienes industriales para reemplazar importados, se empieza con las fundiciones y con la industria metalúrgica”. Metalúrgica Tandil es la más emblemática, pero Fernández no deja de nombrar a Buxton, Ronicevi, entre otras, y a los talleres que “surgieron de gente que trabajó en Metalúrgica, una gran empresa que generó muchas otras”.

Fernández señala dos postales de aquellos años ’70 en que MT construía su pujanza: “Era muy común que en las divisiones de las escuelas de Tandil, muchos de los padres de las y los alumnos trabajaran en Metalúrgica Tandil”. Una generación de empleo tal que, en sus tiempos de auge, los de la sustitución de importaciones, vecinos y ex obreros comentan que “la gente sabía que no tenía que pasar cerca de Metalúrgica en el cambio de turno, porque eran entre dos mil y tres mil personas en la calle y se hacía embotellamiento”. Instantáneas de un Tandil y de esa cuadra de Figueroa al 500, de hace varias décadas y que hoy cuestan ser imaginadas.

Los fundadores de Metalúrgica Tandil.

En los ’90, la globalización trajo cambios: de dueños, de líneas, y de sede de la toma de decisiones, “ya no pensando en Tandil ni en la provincia de Buenos Aires ni en el país”. Problema concerniente a Metalúrgica Tandil pero válido para reflexionar sobre los alcances de una economía transnacionalizada, “donde los resortes del trabajo están en el territorio, en manos de grupos empresarios que cambian, que tienen más oportunidad de ganar dinero en actividades especulativas, y que toman decisiones que para ellos son ganancias, pero que para la gente, en el territorio, significan cambiar su forma de vida y el perfil de las ciudades”.

Sobre el caso concreto de Tandil, Fernández fue contundente: si bien, un intendente lleva adelante políticas locales y no siempre puede hacerle cambiar de decisión a una empresa transnacional (que depende de factores lejanos a la capacidad de decisión de ese mandatario), “sí está claro que, desde hace años, la dirigencia política tandilense no hace una lectura de estos cambios económicos y no tiene un ‘plan b’. No hay una lectura de largo ni mediano plazo, para generar alternativas más ligadas a los resortes que tenemos en lo local”, indica.

Por otra parte, la docente plantea una cuestión que no es menor: en un momento en el que se tiene como parámetro de ganancia las generadas en el sector financiero, en actividades especulativas e inmobiliarias, ¿hasta qué punto la especulación con el valor de los terrenos remanentes de esta gran empresa no es parte del problema? Especulaciones no faltan sobre la ‘ventaja’ para Renault de vender esos terrenos al mercado inmobiliario y desprenderse de las actividades productivas, que implica despedir a 160 trabajadores. “Sobre eso, el Municipio sí tendría muchas cosas para decir”, sentencia. Terrenos de MT que durante siete décadas fueron destinados a uso industrial, en un barrio en el que las y los vecinos sustentaron ese uso ‘tolerando’ muchas cosas, en pos de la conservación de las fuentes de trabajo, aún cuando la zona ya era residencial. Por ende, a la hora de que Renault pretenda el cierre, “el Municipio de Tandil debiera recordarles a los propietarios que el uso no debería ser comparable al Residencial. Ellos mismos han esgrimido, durante años, que son de uso industrial, aún cuando la ciudad fue creciendo”.

En ese sentido, Fernández propone considerar la ‘plusvalía urbana’ como mecanismo para “valorizar el terreno desde la comunidad, y que quede en manos del Municipio, con la condición de generar la misma cantidad de puestos de trabajo en actividades preferentemente industriales. Ningún país se ha desarrollado sin industria”. Y si esa industria se considera obsoleta, es responsabilidad pura y exclusiva del empresariado. “Los trabajadores tienen un saber hacer que es fundamental. Si no se puede mantener esa industria -que sería la primera y más importante opción-, pensar qué otra podría ser”, formula la ambientalista, y prosigue: “Una forma de financiarla sería generando un fondo, a partir del cobro de esa diferencia entre el valor de mercado de esos terrenos, y el valor de los mismos como industriales”. No se deben perder de vista, además, los pasivos ambientales de MT, como los terrenos rellenos de arenas fenólicas, “mitigación que deben realizar quienes lucraron con la empresa”.

En el marco del énfasis puesto por la gestión municipal en el mentado ‘Acuerdo del Bicentenario’, de cara al Tandil del 2023, Fernández recalca: “Así como la Universidad es tan importante para la ciudad y es emblemática, la industria metalmecánica y Metalúrgica, en particular, son parte de la identidad tandilense”, y que no se deberían perder esos saberes y capacidades. “Debe encontrársele la vuelta. No se trata de que no se pueda ni de que no haya quien pueda generar proyectos, sino que el contexto político es el de la supremacía del modelo de exportación de recursos naturales y de ganar plata con la especulación financiera. Quienes hoy nos gobiernan y todos los que son cómplices, apuestan a un país muy primario”; y al que le agregan ‘turismo’, también planteado como explotación de recursos naturales, junto a un negocio inmobiliario con el que ningún Estado se hizo grande: “Hoy tenemos gente que hace grandes fortunas a partir de detentar las tierras privilegiadas en este modelo especulativo”, explicó. Fernández sostiene: “Se puede tener otro proyecto, para la ciudad y para el país. Es fundamental que la gente defienda a Metalúrgica Tandil, a la idea de un país industrial”.

La nieta del emprendedor del taller que fabricó el primer prototipo de colectivo que conoció la tandilidad, e hija del referente de la Cooperativa Agropecuaria de Tandil, Raúl Eugenio Fernández, señala lo paradójico de asistir “a esta agonía de la empresa más emblemática del Tandil Industrial, en una ciudad en donde todos los días un local recientemente inaugurado cierra, y los que abren son de usureros que lucran con la necesidad y la desesperación de la gente, ofreciéndole créditos a tasas increíblemente altas”. Un panorama de destrucción de la industria y florecimiento de la usura. En el caso de MT, como sus empleados marcan, si bien una fábrica puede no tener la última tecnología y ser considerada ‘no moderna’, puede producir. “Quizás no da lo mismo si se competirá en el exterior, pero tienen mucho para dar en cosas necesarias en el país, y así no necesitaríamos vender todo para conseguir divisas y comprarlas en otro lugar, cuando se pueden comprar hechas en Argentina y en pesos”. Fernández asegura: “En Argentina existen las capacidades para que las industrias se modernicen y evolucionen como corresponde”; y denuncia: “Hay un plan para dejar morir a Metalúrgica Tandil, atado a aprovecharse de la valorización de sus bienes inmobiliarios. Dejarla morir sería realmente una injusticia”.

“ES DESOLADOR EL SILENCIO”

Metalúrgica Tandil no puede cerrar. Renault tomó la decisión de cerrar MT. Renault decidió despedir a los trabajadores. Renault decidió que su planta de Tandil no produzca más. Renault, que hace años no produce para sí prácticamente nada en ‘su’ planta. Renault, a miles de kilómetros, decide nuestro futuro”. Así comenzaba un posteo en Facebook, de alguien que supo de momentos críticos en Metalúrgica Tandil. Secretario general de la UOM Tandil desde 1992 hasta 2004, el tecleo es de Walter Martín, atravesado, como muchos, por “la bronca, el estupor, la rabia”. Y en esas horas del jueves 11 de octubre, ya hacía la pregunta necesaria y urgente, “porque Metalúrgica Tandil hace años dejó de ser propiedad de Renault. MT le pertenece a nuestros abuelos. MT le pertenece a mi viejo, que dejó su salud y sus mejores años. MT le pertenece a nuestros hijos. MT le pertenece a Luciano, Lucas, Juan Cruz y tantos otros. MT le pertenece a Tandil, a su historia, a su presente. Hay un pedacito de MT que también es mío. Por eso, ¿qué vamos a decidir nosotros? Yo, en lo personal, digo NO al cierre de MT”.

El otrora titular de la UOM Tandil y actual militante del Movimiento Evita confiesa que le está costando muchísimo escribir sobre Metalúrgica. Consultado sobre cómo MT sobrevivió a los ‘90 y pareciera que hoy no puede, Martín es tajante: “Era otro contexto y se encontraba en otra situación, con una cartera de más clientes, más importantes, y si se le caía la automotriz, podía trabajar con otros mercados”. Tiempos en que el ‘1 a 1’ favorecía a MT, reconocido por sus gerentes de aquel entonces, y en los que la competencia estaba en Asia, no en Brasil.

Walter Martín, ex secretario general de la UOM Tandil (1992-2004)

El ex gremialista señala que la Metalúrgica Tandil de hoy es consecuencia “no sólo de las políticas económicas del macrismo: Metalúrgica Tandil ya venía débil de hace varios años atrás, con apenas dos clientes, y en los últimos meses, sólo le quedó uno. Más allá del contexto económico, que aceleró los tiempos, hay una decisión concreta de Renault de sacársela de encima”. Al comparar los momentos históricos, Martín explica que en los ’90 “las empresas que cayeron fueron las más débiles, pequeñas, como Buxton, que venía con una situación complicada; y Ronicevi, con manejos desprolijos, con un gran conflicto, pero siguió trabajando un tiempo más. Las grandes redujeron su personal, pero no cayeron”. Sin embargo, la situación actual la califica como “muy complicada. Hay que fijarse la cantidad de personal con el que venía trabajando: reducida a la mínima expresión”.

Durante la toma, Walter se acercó a la fábrica, para brindar su apoyo a las y los operarios, y volvió a caminar las instalaciones: “Está todo, pero es desolador el silencio. Me pegó fuertísimo”. Toda una vida marcada por Metalúrgica Tandil: como hijo de metalúrgico, y como empleado después. “Lo primero que se me vino a la cabeza fueron los años que estuvo mi viejo adentro, desde sus 20 años y se jubiló ahí; y todo lo que afectó a mi vida, en la casa de una familia tipo de esos tiempos: papá proveía y mamá cuidaba de los hijos y de la casa. La educación, la vestimenta, la alimentación, todo lo que proveyó mi viejo fue de Metalúrgica… Y muchos pasaron por eso”, rememora.

Al charlar con ex compañeros, coincidían en la sensación transmitida por la propia estructura y por la familia de Metalúrgica Tandil, de esas cosas que se piensan eternas, que nunca van a caer. “Es difícil, y más con las peleas que se dieron”, manifiesta Martín, quien al revolver en su archivo, encontró algunos recortes periodísticos “muy interesantes”, como el del primer conflicto que tuvo como secretario general de UOM Tandil, en abril de 1993: “Hicimos una marcha, con todos los trabajadores de Metalúrgica, y llevamos una bandera que decía ‘El fin de la vaca lechera’. Estábamos denunciando que pretendían empezar con la política de tercerizaciones en MT. Veinticinco años atrás, ya denunciábamos que Metalúrgica había dejado de ser lo que era”.

Metalúrgica Tandil resistió, a pesar del menemismo y del zanatellismo, que hizo oídos sordos a aquellas denuncias. “Ningún gobierno en Tandil, desde 1983 hasta hoy, se calentó por tener una política de generación de empleo, para solidificar el perfil industrial de la ciudad”, lamenta Martín, “con el agravante de que el lunghismo se propuso dejar de ser una ciudad con perfil industrial para esto que hoy tenemos”. Puestos de trabajo los de estos 160 laburantes, “que nos duelen, repercuten y van a repercutir fuertemente, porque si no hay un cambio de rumbo importante, no va a ser Metalúrgica Tandil nada más, otras vienen atrás”. En esa dirección, como informó el portal colega ‘La Opinión de Tandil’, las y los trabajadores de la Usina Popular y Municipal de Tandil se encuentran en estado de alerta, ya que MT es su principal cliente, y su presidente, Matías Civale, comentó a ‘El Diario de Tandil’: “nos tendremos que reacomodar”.

Aunque el panorama no parece de lo más alentador, Martín tiene la sensación de que “aún hay chances. Con los trabajadores, entre todos haremos el esfuerzo desde la resistencia, pero si la política no se involucra activamente, va a ser muy difícil. Podemos forzar desde la comunidad a que se ponga al frente del reclamo y que hagan las gestiones necesarias para que MT siga”. Reconoce lo difícil de la situación, pero ahí estarán, “con los compañeros del Evita, peleando por estas y por todos las fuentes de laburo que se perdieron, se van a perder, contra la precarización de los compañeros. Para el otrora sindicalista que no pierde su espíritu combativo, la tarea es “acabar con el macrismo y con todos sus aliados. A estos tipos no les calienta nada. A nivel local, no se hacen cargo de lo que aportaron, electoralmente, al triunfo del macrismo”.

“SABEMOS CONTRA QUIÉNES LUCHAMOS”

Carlos Romano, actual titular de la UOM Tandil, señaló a este portal la importancia del respaldo que les brinda la ciudadanía, y subrayó: “Los compañeros necesitan, quieren trabajar. No quieren la indemnización. Algunos de los que la cobraron a fines del 2017, hoy están sin trabajo y sin plata, porque la devaluación la pulverizó”. Romano aseguró: “Sabemos contra quiénes estamos luchando: no solamente contra Renault, empresa multinacional que tiene tremendo poderío económico, sino también contra Macri, que en ‘su ciudad’ se les están cerrando las fábricas. Solamente le interesa la soja, el poder financiero y el petróleo”. El gremialista informó que cerca de una treintena de los más de 120 operarios aún suspendidos “tienen alquileres, y hay quienes tienen hijos discapacitados y saben que se quedan sin obra social. Es tremendo lo que está haciendo Renault. Daremos lucha hasta último momento”.

Ivy Cángaro cerraba su posteo del 11 de octubre: “Metalúrgica Tandil, emplazada en el corazón de Villa Italia, que fue eje de la vida de buena parte de Tandil, cierra. Doscientas familias que ya no formarán parte de la gran familia metalúrgica. Lo que en otro tiempo hubiese significado un escándalo y un motivo de lucha de todos -en tiempos de los picapedreros, por ejemplo, que con su bandera roja y negra tenían claro que o es pa’ todos la cobija o es pa’ todos el invierno- hoy, en tiempos de anomia, de individualismo, de quemeimportaelotro, no pasa nada”. La contundencia de la marcha del martes 16 fue a contramano de esa indiferencia mentadamente tandilera. “Hace unos años, la hipocresía les levantó un monumento. El monumento al fundidor. Hoy, ni nos levantamos de la silla para luchar contra una ola que nos arrasa a todos (porque nos arrasa a todos)”, concluía su posteo la periodista y escritora serrana.

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Pasó con Fanazul, de Fabricaciones Militares, emblema azuleño, en donde los fabriqueros aún se encuentran en acampe en el veredón del palacio municipal de Azul. La lucha de las y los 357 de la agencia Telam, luego de 115 días de paro y permanencia, logró la reincorporación de, al menos, 138 trabajadores. Con el apoyo de la sociedad que ayudó a crecer, y de las y los referentes de la política local, para las y los operarios de Metalúrgica Tandil es posible cambiar el resultado de la pulseada. Mientras tanto, el tiempo de la conciliación obligatoria no deja de correr…

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