MT y el negocio inmobiliario: “Si Tandil no resiste, perderemos una industria emblemática”

La situación que atraviesa Metalúrgica Tandil preocupa y mucho a la ciudadanía de la ‘serrana gentil’ y a sus organizaciones. Entre ellas, relacionadas al patrimonio histórico, cultural y natural, la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil brindó su análisis no sólo de lo que significa MT para la historia de Tandil, sino de uno de los peligros acechantes en este y otros casos: el lobby inmobiliario.

NEGOCIO INMOBILIARIO, CIERRE DE METALÚRGICA

“Los costos de Metalúrgica Tandil no son sólo los que están en las cuentas de los dueños, quienes tuvieron muchos años de grandes ganancias para afrontarlos. La población de Tandil, y muy particularmente los propios trabajadores y los vecinos, soportamos mucho tiempo los costos ambientales, en aras de sostener una fuente de trabajo y el componente industrial de la ciudad. Consideramos que hay que mejorar, no destruir.

Tenemos derecho a opinar sobre lo que se hace allí, a) al igual que en cualquier lugar de la ciudad, porque el ordenamiento territorial es democrático; b) en particular, porque hemos sido ‘socios’ durante décadas de las externalidades generadas por la empresa.

Por ello manifestamos:

a) La voluntad de la ciudad de apoyar y mantener la industria implica multiplicar todas las posibilidades para que Metalúrgica Tandil no cierre. Que Renault o la empresa de la cual se tratare decida que no le es útil en su cadena, no quiere decir que no lo sea en sí misma ¿Qué bienes necesarios en la Argentina son posibles de hacer en Metalúrgica? Tal como lo han expresado en varios medios, en los últimos años se acercaron propuestas que no fueron consideradas. Seguramente, habrá muchas si se las busca. Y a eso deberíamos contribuir todas las organizaciones de la ciudad.

b) Si la empresa cerrara, esto no eximiría su responsabilidad por los derechos laborales y por los impactos ambientales producidos en todos estos años.

c) Los dueños son dueños de un terreno que no tiene un uso residencial, sino uso industrial conforme (instalado con anterioridad al plan) dentro de una zona de equipamiento. Estas zonas, según el Plan de Ordenamiento vigente, ‘son sectores destinados a la localización predominante de usos productivos y comerciales incómodos para la residencia que requieren parcelas de mediana superficie’.

Para que se habiliten los terrenos de los que es dueña la empresa para uso residencial, debiera aprobarlo el Municipio. Este punto es crucial y caben varias preguntas: ¿Hay conversaciones previas sobre esta posibilidad? Si el Municipio alentara esta posibilidad, no sólo estaría incurriendo en la negligencia de considerar residencial un suelo que no ha sido tratado y recompuesto ambientalmente para asegurar su aptitud para ese uso: estaría obrando decididamente a favor del cierre de Metalúrgica Tandil. ¿Por qué los empresarios elegirían mantener la industria si les están haciendo un guiño para cerrarla y convertir los terrenos en un fenomenal negocio inmobiliario? La rapidez con que está interviniendo el Municipio en el predio de Metan pone en evidencia una política que no ha sido discutida públicamente, de la cual vemos, como un iceberg, algunos fragmentos como hechos consumados.

Los que aprovechan para pedir menos impuestos mientras son parte del gran negocio de la distribución de energía eléctrica, que pesa a todos y muy particularmente a las industrias, ¿defienden la producción tandilense?

Si Tandil no resiste, perderemos una industria emblemática, más de 100 puestos de trabajo actuales, capacidad de generar muchos más. La industria es fundamental para el desarrollo de una economía diversificada, menos dependiente y que incluya a toda la población. No es destruyendo las que existen, sino mejorándolas en todos sus aspectos, incluidos los laborales y ambientales, que podremos vivir bien.

El negocio inmobiliario se lleva puesta las Sierras, amenaza las zonas especiales de interés urbanístico de la ciudad (Estación de trenes, Movediza, Polideportivo, etc.), y ahora también a la industria más emblemática de Tandil. No hay sólo omisión de políticas adecuadas: hay acción decidida de construcción de grandes negocios inmobiliarios, en contra de los intereses de la ciudad como conjunto y a favor de unos pocos”.

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

A propósito del lobby inmobiliario y el atropello de sus tentáculos al intentar cambiar tipos de zonificación, que ponen en peligro diversos aspectos del patrimonio cultural, histórico y natural tandilense, la Asamblea denunció, días atrás, otro de estos avances. Con el título ‘La Movediza, la injusticia no tiene fin: Del saqueo minero a la especulación inmobiliaria’, la entidad preservacionista difundió el siguiente comunicado:

“A menudo, observamos los problemas que genera la falta de una planificación adecuada. Tandil tiene una colección de esos problemas y cuestan carísimo en calidad de vida, en  ambiente y en dinero público. Por eso, cambiar un Plan de Ordenamiento justamente en aquellos aspectos que contienen una visión de largo plazo en beneficio de la ciudad sería un grave error.

De acuerdo a lo informado a la prensa, el Concejo Deliberante y el Ejecutivo avanzan en un proyecto para cambiar las Zonas Especiales de Interés Urbanístico existentes en el Plan de Desarrollo Territorial. Dichas zonas, lejos de ser ‘una página en blanco’, como interpreta el concejal Iparraguirre, según el PDT vigente ‘son aquellas donde están implantados o están previsto localizarse equipamientos de escala urbana y/o regional y que, por sus características, no son pasibles de ser encuadradas en el régimen normativo de regulación general’.

En particular, el caso del que habla la nota, Zona Especial de Interés Urbanístico 32, que incluye el Cerro La Movediza y el entorno serrano, es doblemente grave, porque implica abrir la posibilidad de construir en un área serrana.

No desconoce el Municipio que, además, gran parte de esa área corresponde a una cantera que ha producido un enorme daño ambiental. Enfrenta un juicio por daños y perjuicios a los vecinos que soportaron directamente el impacto de las explosiones; y por daño ambiental al patrimonio más emblemático de la ciudad. Este daño inconmensurable fue posible porque el Municipio no usó las herramientas que disponía para evitarlo, y la Provincia lo avaló y fomentó. Por eso, la demanda incluye al particular y a ambos niveles estatales.

Que el juicio lleve casi veinte años, habla de por sí de las dificultades que enfrentan los ciudadanos comunes para hacer valer sus derechos, y lo funcional que ha sido para el generador de los impactos obtener tiempo para seguir destruyendo y lucrando. Esta explotación, además de gran parte del Cerro y su ambiente natural, se ‘comió’ la calle Salta. En mapas recientes, aparece el trazado de otra calle: Luis María Campos/Pujol. Sin embargo, el candado muestra que es de uso exclusivo de la cantera. Recordemos que esta cantera había perdido el registro de ‘productor minero’ por sus muchas irregularidades; y merced a la Ley de Paisaje Protegido, que prohíbe la explotación dentro de la Poligonal, pero permite la molienda de piedra extraída en otro lugar, continuó su actividad. La impunidad ha sido la regla.

Ahora, cambiar el uso de la Zona Especial de Interés Urbanístico 32, además de la pérdida de capacidad de uso para equipamiento urbano (como, por ejemplo, un parque) no sería otra cosa que premiar a quien ha destruido sistemáticamente el patrimonio tandilense y perjudicado a sus vecinos.

Además, este proyecto abriría la puerta a otros que también pretenden construir en Zonas Especiales de Interés Urbanístico. El loteo irregular de Segurola, la presión para construir sobre los terrenos del ferrocarril, el traslado del Estadio o del Autódromo, son todos proyectos en los cuales la ciudad perdería áreas para el equipamiento urbano presente y futuro, a manos del negocio inmobiliario. Por eso, presionan al cambio de ordenamiento.

La constitución de Convenios Urbanísticos, por lo cual los privados pudieran ceder el 10% de los terrenos para un banco de tierras, es inmoral: significaría pagar por un cambio de ley, a medida de los intereses de un grupo de particulares. Es cambiar la potestad de decisión del uso desde la comunidad hacia privados; es pérdida de calidad urbana y ambiental presente y futura; y, sobre todo, es una pésima política de generación de loteamientos, a costa de calidad de la ciudad como conjunto.

Baste mirar la imagen para preguntarse: ¿Por qué habría que cambiar el ordenamiento para habilitar la construcción sobre las Sierras, habiendo tanta disponibilidad de tierras para hacerlo en los alrededores y reconocidas como tales en el plan de ordenamiento? ¿No deberían, quienes han lucrado con la destrucción del área serrana y quienes lo permitieron, compensar a la ciudad por la pérdida de un patrimonio extraordinario, devolviendo el predio para hacer del mismo un parque público, educativo y recreativo, recuperando allí parte de la historia del lugar? ¿Un Municipio que acceda a cambiar la zonificación o los usos dentro de la misma, en el Cerro La Movediza, cómo evitaría luego la construcción en las demás Sierras? ¿Autoridades que no pueden cuidar lo que queda de la Movediza y hacer algo que intente devolver, aunque sea en parte, lo perdido por el saqueo, son dignas de Tandil?

Por supuesto que es necesario un banco de tierras, pero para eso debieran pensar en los muchos terrenos que existen en las zonas adecuadas para el uso residencial. Tanto en la trama actual como en las áreas donde el plan prevé el crecimiento y donde deben hacerse las infraestructuras necesarias. La inequidad y la falta actual de acceso a terrenos no va a solucionarse con las migas recibidas, a cambio de adecuar el ordenamiento al negocio inmobiliario, sino con políticas justas y adecuadas que piensen la ciudad en el tiempo, y autoridades que sean capaces de tomar decisiones con autonomía de los intereses especulativos”.

Conciliación obligatoria y el respaldo a la familia metalúrgica

MT: Metalúrgica Tandil, Metalúrgica Tomada por sus laburantes

Si van a hablar de derroches, muchachos…

Metalúrgica Tandil, muerte lenta de la metalmecánica

Sobre Tandil y el tiempo