No están solas

El amanecer del segundo día de mayo fue digno de miércoles: a través de la detención de un olavarriense de 21 años, se supo de dos abusos sexuales, ‘con acceso carnal’ en uno y ‘gravemente ultrajante’ en otro, a dos menores. Por el momento, hay dos imputados: Néstor Pola (entrenador de básquet del Club Ferro, detenido y trasladado a la comisaría de Las Flores), y Juan ‘Pato’ Garay (coordinador de viajes de la agencia London Travel Agency, aún prófugo). Un caso que está destapando muchos más. Las pibas no se callan y se acompañan, en un panorama hostil. Ni la lluvia las detuvo: marcharon en apoyo a las víctimas y en escrache a los muchos abusadores que caminan entre nosotros como ‘buenos vecinos’.

En los medios, lo primero que apareció fue la noticia de “un joven detenido”, el martes, luego de tres allanamientos realizados en el centro olavarriense y en el barrio San Vicente, en el marco de una investigación por “presunto abuso sexual”. Un “presunto”, tan utilizado por la prensa, que no hace más que revictimizar a las adolescentes que se animaron y radicaron la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia Local durante el fin de semana. Un “presunto” que pone en duda la palabra de las víctimas. Y un detenido del que no se difunde la identidad. Luego, las redes sociales hicieron lo suyo.

Un hermetismo judicial, en torno a la no difusión oficial de las identidades de los acusados, escudado en la ‘Ley de Protección Integral de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes’, ya que las víctimas son menores de edad, de 17 y 15 años. En conferencia de prensa brindada por la titular de la UFI 4 de Olavarría, la fiscal Paula Serrano, junto al fiscal general de Azul, Marcelo Sobrino, explicaron que, más allá de la obviedad de no difundir los nombres de las víctimas para preservación de su intimidad y sus derechos, la no difusión del de los responsables intenta evitar “perjudicar los testimonios y las pruebas que faltan hacer porque cualquier testimonio que demos pueden permitir a quienes fueron responsables de los hechos deshacerse de pruebas”.

Sin embargo, la difusión extraoficial, vía redes sociales, de los nombres de los imputados (y del tercer implicado, relacionista público del boliche Broklin, acusado de participar como cómplice en el abuso seguido de violación), inició una oleada de testimonios y denuncias en ese mismo terreno, que daría cuenta de que las actitudes abusivas y delictivas de estos señalados ya serían una constante en su cotidianidad. Una constante de una impunidad que estaría llegando a su fin.

Más aún, en medio de la campaña #Cuéntalo, para denunciar abusos sexuales. Campaña que en nuestro país está teniendo mucha adhesión y participación. Con el hashtag Cuéntalo, muchas mujeres están contando sus propias historias de abusos, mientras otras tantas cuentan las de quienes no lo pueden hacer, por aún sufrir esas violencias o ya ser víctimas de femicidio. Una forma de visibilizar que el acoso y los ataques sexuales, que ‘gozan’ de impunidad en su gran mayoría, constituyen una tortura cotidiana que sufren las mujeres. #Cuéntalo es una iniciativa de la periodista española Cristina Fallarás, para repudiar el fallo del tribunal que condenó por abuso y no por violación a cinco hombres que atacaron a una joven de 18 años durante las Fiestas de San Fermín en 2016. Y no son pocas las olavarrienses que se animan y suman su crudo testimonio.

En esa conferencia de prensa, Sobrino se manifestó preocupado porque, “amén de esta causa en particular”, se presume que pudo haber ocurrido algo relativo al consumo de bebidas preparadas o no destapadas delante de las personas que las consumirán, “por la posibilidad de que se incluya algún tipo de estupefaciente o droga que haga modificar las conductas de las personas”. Realizadas las extracciones a las víctimas, se lo debe corroborar. “Hay que extremar los cuidados. Me han llegado datos, a través de redes sociales, sobre casos de personas que se han sentido con un estado de euforia distinta a lo que es el consumo de una bebida alcohólica. Quedan en una situación de descontrol”, señaló Sobrino, y recomendó, a modo de prevención, que “lo mejor es que le destapen las bebidas delante de ellos”.

La fiscal Serrano no descartó que, “de las declaraciones testimoniales que tenemos que tomar, podrían surgir más víctimas del mismo hecho”. Según la titular de la UFI 4, se trata de “menores que salieron a bailar a un boliche, llegaron temprano y en la barra había tragos servidos, que los tomaron y perdieron el control de su cuerpo, sin tener amnesia” y fueron llevadas a una agencia de viajes, lugar en el que trabaja al menos uno de los imputados, donde sucedieron las agresiones sexuales. Serrano está al tanto de “otras denuncias, tanto de menores como mayores, que, por haber concurrido a bares, se han sentido de una manera que no era normal a como se han sentido a otras veces que han tomado alcohol; y no han llegado a ser situaciones de abuso porque se fueron a sus casas por cómo se sentían”. Un modus operandi en varios locales nocturnos olavarrienses que comienza a salir a la luz.

“Si tenemos que ir en manada a hacer las denuncias, vamos en manada”

Ni bien se supo de estos abusos sexuales, desde diversos grupos se generó la necesidad de realizar una marcha en apoyo a las jóvenes víctimas. Rápidamente, muchas adolescentes pusieron manos a la obra y confeccionaron carteles que luego fueron pegados en los lugares implicados en el delito, a modo de escrache. Si bien, a las 17, comenzó a llover, en asamblea se decidió no echarse atrás. Por ende, a esa hora, en el paseo Jesús Mendía, algunos centenares de personas compartieron paraguas, dolor, indignación y bronca ante esta última aberración machista.

En el veredón, Eugenia Del Campo, de Socorristas Olavarría, señaló que “las chicas ya no se callan más. Y nosotras, las más grandes, estamos para apoyarlas, para que sepan que no están solas. Este tipo de hechos se denuncian, y si tenemos que ir en manada a hacer las denuncias, vamos en manada, pero no más silencio; no más callarse y aguantar; no esperar. No están solas. Acá estamos las viejas para acompañarlas”.

Al grito de ‘pija violadora a la licuadora’, entre otros cánticos, se dirigieron desde el veredón hacia calle Belgrano, para desembocar, primeramente, en el local de la agencia de viajes en donde se cometió el abuso, y de allí volvieron al microcentro, para manifestar el repudio frente al boliche Broklin (en San Martín casi Vicente López), lugar al que habían asistido primeramente las posteriormente víctimas. A lo largo del recorrido, sonaron bocinazos de apoyo a la causa. En ambos espacios se pegaron carteles, con frases como ‘No es No’, ‘Yo si te creo’, ‘Si tocan a una nos tocan a todas’, ‘No quiero que me toques, chabón, no tengo ganas!’, entre otros.

En la marcha, también estaba presente ‘Animate’, grupo de acompañamiento de víctimas de abuso sexual, que desde hace más de cuatro años trabaja en la problemática del abuso sexual. En la oportunidad, Miradas del Centro dialogó con Liliana Cuenca, una de sus integrantes, que subrayó, con preocupación, que “cada día que pasa, acá en Olavarría, es impresionante la cantidad de casos de abuso sexual, a los cuales parece no dárseles importancia”. Sobre el caso de las dos chicas víctimas de abuso sexual, destacó la celeridad con la que se ha trabajado, por sobre todo cuando “no siempre es así: tenemos casos en los que hay pedófilos y abusadores que no están presos. Hay cuatro pedófilos que están prófugos, con sentencia firme, que no los buscan. Hay causas de 2011 y 2012 en las que todavía no se ha resuelto nada y las víctimas siguen esperando justicia”.

‘Animate’ tiene una página en Facebook, en donde se los contacta vía mensaje privado, y se pacta un encuentro para conocer su particular caso. “Si la víctima está decidida a denunciar, acompañamos a la Comisaría de la Mujer a denunciar y luego en el proceso legal, que es larguísimo. Suelen ser años de espera”. Cuenca también mencionó el aumento alarmante de las situaciones de abuso entre menores, a lo que se suma que, al salir de cámara gessell, fiscales y psicólogos dicen no poder hacer nada, “más que intervenir al niño victimario con un psicólogo, que ninguno sigue su tratamiento como se lo han dictaminado en Azul. El tema de abuso entre menores es un tema muy duro y que se da constantemente en Olavarría”.

Desde el Frente Ni Una Menos Olavarría, se manifestaron sobre el contexto en el que se encuentra Olavarría de cara a los derechos y la integridad de las mujeres: “Que somos exageradas, que nuestra ropa, que andamos solas, que la pared, que si estamos seguras de lo que decimos… ¿hasta cuándo vamos a soportar? Hace veinte días, tres muertes en manos de un violento. Hoy, los rostros de tres hombres acusados de abuso y complicidad. En el medio, un concejal haciendo bromas sobre delitos sexuales, y el Teatro Municipal anunciando la llegada de Etchecopar. Este 3 de junio tomamos las calles de Olavarría. Se va a caer! Por Natalia, Verónica, Ezequiel, Jazmín. No es No, basta de abusos. No nos callamos más porque otras mujeres nos escuchan y nos creen. Ni Una Menos. Vivas y Libres nos queremos”.

Desligando responsabilidades: apartan, no saben, no contestan

El Club Ferro emitió un comunicado en donde informa que aparta de su cargo a su colaborador Néstor Pola, uno de los implicados en la causa de los abusos sexuales. Asimismo, la institución repudió los hechos denunciados, pidió por su esclarecimiento y envió un apoyo a las víctimas y sus familias.

Por su parte, las propias autoridades de la agencia de viajes ‘London Travel Agency’, en cuyo local tuvieron lugar los abusos sexuales a las menores, denunció «violación de domicilio y abuso de confianza, con motivo de la presunta irrupción no autorizada dentro de su local comercial de las personas imputadas en el caso«, según expresaron en un comunicado. Allí detallan no haber autorizado “a persona alguna a hacer uso de sus instalaciones o ingresar a las mismas fuera del horario comercial, teniendo en consideración que se ha denunciado que el hecho ha ocurrido en horas de la madrugada mientras el local comercial se encontraba cerrado«. Desde su Departamento de Recursos Humanos, la agencia de viajes expresó que «se pone a disposición de la justicia y de las víctimas, a efectos de contribuir al esclarecimiento de la causa, expresando su total solidaridad con las personas damnificadas y sus familiares«. Sin embargo, vale informarle a estos empresarios que, en redes sociales, el propio imputado Juan ‘Pato’ Garay hacía gala de reservar a sus amigos el ‘cuartito secreto’ del local de la agencia.

Ante publicaciones realizadas en las redes sociales, en las que se consigna el nombre del local bailable Freestyle, su propietario Lucas Emanuel Bemon también intentó un deslinde, ya que lo que también se nombra es el ciclo ‘Brooklyn’, “llevados adelante en nuestro espacio”. Aún así, “resulta menester destacar que los hechos que se han denunciado por parte de las víctimas NO se han desarrollado en nuestro boliche ni nada tuvieron que ver con el normal desarrollo de las jornadas nocturnas en nuestro local«, refirió en un comunicado, y que «NINGUNO de los posibles autores de los aberrantes hechos denunciados tienen vinculación alguna con FREESTYLE«. Bemon indica que han puesto a disposición de la justicia, “en caso de requerirlo, la totalidad de nuestras cámaras de videos, a través de las cuales puede apreciarse que nada de lo trascendido ha ocurrido en nuestro boliche«.

La Justicia dirá hasta qué punto están o no afectados estos emprendimientos que, ni lerdos ni perezosos, se lanzaron al tecleo de los comunicados.

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El Ejecutivo olavarriense, a través del Juzgado de Faltas, dispuso este miércoles la clausura preventiva y temporaria del boliche bailable de San Martín al 2600, y solicitó la quita de la habilitación. ¿Las causas? Razones de seguridad, presencia de menores y exceso del factor ocupacional. ¿Era necesario que sucediera un hecho tan lamentable y evitable como el del fin de semana, para que recayera en el lugar algo parecido a una inspección?

En el Concejo Deliberante, este hecho reflotó la propuesta de crear una comisión especial para el abordaje de la relación entre jóvenes y nocturnidad, esta vez de la mano del bloque Cuidar Olavarría. Un caso que destapa en Olavarría y la zona un problema preocupante: la colocación de drogas en bebidas, en locales bailables, que luego desembocan en abusos como los sufridos por estas dos jóvenes.

La misión de esta comisión sería la de fomentar el debate en todo el territorio olavarriense sobre este tema, recepcionar el aporte de profesionales, promover la escucha activa de las y los jóvenes y sus familias, y realizar un diagnóstico de la situación del esparcimiento nocturno en Olavarría. Se concurriría a escuelas, clubes y sociedades de fomento para abordar la temática, junto a la comunidad educativa, el Concejo Deliberante estudiantil, empresarios, sociólogos, psicólogos, abogados, entre otros, y así escuchar a jóvenes, padres, dueños de los boliches, organismos técnicos, colegios profesionales, el Poder Judicial y el Municipio, que “parece no tener un real control de lo que sucede en la noche de Olavarría«, explicaron en un comunicado.

Mientras, Maru Aramburu, secretaria general de Juventud de Cambiemos Olavarría, defendió a Kevin Dumerauf, relacionista público de ‘Brooklyn’, sindicado de haber permitido la entrada de menores al boliche y como cómplice en el abuso seguido de violación denunciado en la Fiscalía de Delitos Sexuales, por haber proporcionado las bebidas (con alguna sustancia) ingeridas por las adolescentes abusadas. A muchas jóvenes no les extraña en absoluto esta actitud de Dumerauf, en tanto denunciaron sus padecimientos con este sujeto vía redes sociales, sosteniendo que no sería ni la primera ni la única vez en que ha estado involucrado en situaciones similares.

Sin embargo, aunque dice apoyar la denuncia realizada, Aramburu defendió a Dumerauf, ya que, según sus palabras, él “no estuvo cuando pasó todo lo que dijeron”, por lo que no hay que “hablar sin saber lo que pasó” y no “hay derecho a difamar”: “no ensucien a una persona porque detrás de esto hay una familia que sufre”.

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Pasó el miércoles. Llegó el jueves. Sacaron los carteles, tanto del local de la agencia de viajes como del boliche. Los carteles ya no están, y algunos creerán que con eso basta para hacer una suerte de borrón y cuenta nueva, como si nada hubiera pasado. Limpian el frente, pero no la imagen. Como parte de ese pacto corporativo de silencio e impunidad machista, todos se desligan, nadie se hace cargo, nadie sabe nada. Sin embargo, ya no se respiran los mismos aires que hace algunos años atrás: las pibas olavarrienses se cansaron, están hartas, ya no se callan y están hermanadas, unidas y organizadas, en la lucha y en la esperanza por hacer de esta sociedad un rincón un poco menos peor, más libre y sin miedo.