Reír hasta llorar, reír para no llorar

L’Alta Gama en Café Concert propone la risa como un medio o un fin, pero risa al fin. Una apuesta a partir del humor en blancos y negros, crítico, desopilante, sobre «hechos sociales recientes, históricos e inusuales”, creados desde una conjunción maravillosa de actuaciones, vestuario, música y texto. Un humor que se nutre de la realidad para reflexionar y repensar-nos.

Es difícil hacer crítica en pueblos chicos (¿infiernos grandes?). Dicen, quienes de esto saben, que este género periodístico debe fundamentarse y analizarse desde la razón. Entonces, repito, es difícil hacer crítica de espectáculos en Olavarría. Sobre todo porque estamos en-re-dados en una trama de relaciones personales y emocionales que resulta más pequeña y acotada de los que se percibe. Esto sería algo como ‘Somos pocos y nos conocemos mucho’. Bueno, entonces, repito, es difícil.

Que alguien me explique cómo hago para objetivar lo que siento por este grupo de personas comprometidas desde las entrañas con el hacer y el crear cultural. Sencillamente, no lo hago.

He visto la puesta en escena del grupo L’Alta Gama varias veces. Por lo tanto, puedo confirmar que la cohesión y la coherencia hacen a la permanencia y la pertenencia.

El maestro, Tintina, Henry, Arthur, Mimí, Cocó, Miller, Ester, Nena, Vanina, Teté, la familia Mondragón y los Sextillizos Vasconcelos construyen un relato satírico que permite reescribir los mitos fundadores, el palimpsesto de sentidos que edifica las identidades, las instituciones y sus habitantes en la compleja trama de los cotidiano, el saqueo arrasador de los poderes que pasan por nuestros espacios vitales, los sin-sentidos que nos atraviesan.

Reír hasta llorar, reír para no llorar, la puesta en escena está integralmente pensada y cuidada. Los tiempos y los entretiempos. Y de los entretiempos destacamos el maridaje de «La negra Peronista» (cerveza artesanal) y las empanadas.

L’Alta Gama nace en 2015 de la re-unión de seis actores: Lucy Iguerategui, Andrea Rodríguez, Débora Silva, Eduardo Bermejo, Enrique Martorano y Julio Benítez. A lo largo de tres años, el grupo ha puesto en escena un espectáculo que repasa, en clave de humor, la vida de una serie de personajes de ficción. «Estos seres son la excusa para reflexionar sobre la familia, la escuela, la aristocracia, los medios, el sentido común, las violencias cotidianas, el sinsentido«, así se definen y construyen.

La propuesta es completa, saben de qué se trata y por qué. No es humor pasatista, no es l’art pour l’art. Es compromiso social asumido desde el arte, para sembrar los surcos de la transformación desde el territorio como un otro posible, con los otros, en pos de otro estado de las cosas.

El próximo 30 de septiembre se repone este acto en la Mutual Macondo, allí en Necochea 1389. Recuerden reservar el lugar, porque las presentaciones siempre son a sala llena. La capacidad es limitada, el lugar es pequeño, aunque podría ponerlo en clave de metáfora: «el lugar es hogareño y acogedor.» Y son puntualísimos: a las 21 es a las 21. ¡No te retrases nadaaa!