¿Te acordas de los dos eucaliptos del parque?

Durante 2009, un fantasma recorrió Olavarría: el de la tala de los dos eucaliptos. La municipalidad quería derribarlos para construir el Parque del Bicentenario, pero muchos vecinos se opusieron y un grupo de jóvenes acampó en el paseo céntrico para defenderlos. Con el tiempo los árboles se salvaron, aunque uno fue volteado por un tornado en 2011. Fue una módica victoria ambiental que conviene recordar.

En febrero de 2009 se licitó la construcción del Parque Bicentenario a lo largo del parque Mitre, lo que se planteaba como una revolución urbanística para ese espacio verde. Se pretendía reformar lo que hasta ese momento era el balneario municipal para convertirlo en un paseo con aguas en reposo y móviles, monumentos, escalinatas, skate park, etc. Las obras incluirían la construcción de un Centro Cultural en el predio del Hogar de Niñas San José cerrado durante casi 50 años, desde la inundación de 1980. Ese Centro incluiría salas de exposición, un auditórium con micro-cine, salones de usos múltiples, paseo de compras, restaurante, café, cocina y sanitarios, amen de un hermoso patio.

Las obras comenzaron, y con ellas las críticas. Vecinos del Parque Mitre denunciaron, al principio vía Facebook, que al iniciarse los trabajos de ese Parque, se derribaron varios arbustos y se pretendía talar dos eucaliptos centenarios. El debate se encendió en la segunda quincena de setiembre de ese año. Una de las voces más representativas de la postura ambientalista fue la del recordado Ing. Armando Guenzatti.

El ingeniero a cargo de la obra, Leo Sainte Cluque, defendió la medida del Gobierno sobre el retiro de los árboles, afirmando que existía un informe de hidráulica recomendando la extracción de los árboles, en tanto los arbustos serían podados y trasladados al parque «Helios Eseverri». Todo ello basado en un pedido de los vecinos para que retiraran a los arbustos por cuestiones de seguridad.

Sin embargo, el día que los fueron a derribar, un joven se interpuso ante las máquinas para impedirlo, acompañado por otros vecinos que se sumaron. Posteriormente un grupo de cerca de diez jóvenes montó una carpa en defensa de los árboles por varios meses.

Publicación del diario «El Popular» día 20/9/09 del archivo personal de María Inés Guenzatti.

Los vecinos que defendían los eucaliptos realizaron un reclamo administrativo para impedir la tala de los árboles. Y se pidió un estudio técnico a Provincia.

Publicación del diario «El Popular» día 22/9/09 del archivo personal de María Inés Guenzatti.

Mientras la gente se posicionaba a favor o en contra de la tala, las obras continuaban. Un juez falló a favor de los argumentos del Municipio sobre los eucaliptos; y recomendó que ante la tala, se procediera a plantar en reemplazo diez árboles de similares características.

Publicación del diario «El Popular» día 25/9/09 del archivo personal de María Inés Guenzatti.

En el medio del debate pasó por la ciudad Pino Solanas, quien aprovechó la volada para realizar declaraciones sumándose al debate de los eucaliptos, manifestándose «deprimido» ante la falta de árboles del pueblo.

Publicación del diario «El Popular» día 27/09/09 del archivo personal de María Inés Guenzatti.

Finalmente, los acampantes que protegían los árboles levantaron la carpa una mañana de noviembre. Exactamente dos años más tarde, un temporal derribó uno de los eucaliptos. La parte final de la obra del sendero se terminó tiempo después.

Con los restos del eucalipto caído, en el año 2012 los escultores locales Nacho Cardiello y Ariel Bocca comenzaron a tallar un toro para eternizarlo en una obra de arte que homenajeara a Picasso, cuya muestra se estaba realizando en el Centro Cultural San José. Finalmente no quedó en el lugar.

Foto del FaceBook de Ariel Bocca

El cambio de gobierno dejó sin apoyo a los artistas, quienes actualmente lo están terminando cuando pueden en su casa. Piensan tramitar su colocación cuando esté terminado, aunque sienten que no cuentan con mucho apoyo pues entienden que la administración actual lo considera como una obra de la gestión anterior.

Foto del FaceBook de Ariel Bocca

Actualmente uno de los eucaliptos pervive. La finalización del parque del Bicentenario ha sufrido demoras debido a los derrumbes de un sector de la margen izquierda del puente peatonal de la calle Hornos. Quizás quienes pasean por el lugar tengan presente la lucha que se efectuó por la vida allí. Lo que se estaba discutiendo entonces era las diferencias entre dos culturas de ciudad, una mentalidad vieja y una nueva que comenzaba a nacer. Una población fundada sobre el cemento y la piedra que consideraba al árbol como enemigo de la modernidad, pensamiento encarnado por intendentes como Portarrieu que sacó los boulevares y deforestó la ciudad, y Eseverri que cementó los caminos del parque y planteó el gran negocio de traer basura capitalina para llenar las cavas de las canteras.

Frente a ellos, una naciente preocupación ambiental, por parte de quienes vuelven a sentirse hermanados con la naturaleza. La lucha de nuevas generaciones que consideraron a esos dos árboles un símbolo, en un momento que la política estaba subvalorada seguramente forma parte de un camino de esperanza hilado en luchas como la recuperación del monte de los fresnos o la defensa del Cerro Largo en Sierras Bayas.

Hoy en ese parque hay mate y guitarras, gente que camina, descansa o usa la estación de gimnasia cercana. En las noches de verano, ya sin Balneario Municipal, flamantes Food Trucks ofrecen comida bajo potentes luces LED. Queda un árbol anciano entre muchos, y la memoria de quienes en la primavera de 2009 se plantaron por él, y por todos los demás. Incluso los que aún no han nacido.

 

Se agradece el material brindado por María Inés Guenzatti para la confección de esta nota.