Una Olla Popular frente al municipio, por Emergencia Alimentaria YA

En el mediodía del sábado, en el paseo Jesús Mendía, organizaciones en la Mesa de Emergencia Olavarría realizaron una olla popular, a metros del palacio municipal. En asamblea, expusieron la crisis alimentaria, laboral y de vivienda que  atraviesan las barriadas de la otrora ‘Ciudad del Trabajo’. Se recibieron donaciones de ropa, calzado, garrafas, leña, frazadas y alimentos: algunas fueron llevadas por quienes se acercaron a por el plato calentito de guiso, a falta de abrigo; y la gran mayoría, a las instituciones barriales para acercarlas a sus más necesitados. A esa misma gente que, en esta manifestación, le exigió respuestas concretas al Municipio.

Que se haya hecho una olla popular casi en la puerta del municipio es una forma desesperada de visibilizar la gravedad de la situación. Que en una ciudad intermedia como Olavarría, haya un número importante de gente con necesidades de comida, abrigo, problemas de salud y de acceso a una vivienda relativamente digna, que crece día a día, da cuenta de la escalada de la crisis. Como contracara, “es histórica la ceguera con la que el Estado municipal enfrenta esta situación”, señalaron integrantes de la Mesa de Emergencia.

Las ollas populares no son una novedad en la Ciudad del Cemento. Ya en 2018, ante las primeras ollas populares, las organizaciones mantuvieron charlas con Diego Robbiani, secretario de Desarrollo Humano local. “Todo fue charla y no se llevó nada a la práctica. Este año, decidimos traer el reclamo a la Municipalidad para que se vea lo que está pasando”, denunciaron desde las entidades fomentistas, vecinales y sociales que integran la Mesa, que este sábado 6 de julio brindaron más de un centenar de platos de guiso de arroz.

Entre los aliviadores mates y el plato de comida calentitos ante el frescor de julio, quienes se acercaron al paseo Jesús Mendía fueron conociendo nuevos testimonios de familias que pasan por la misma situación de desesperación y angustia. Como corolario de esta actividad, las organizaciones de la Mesa de Emergencia Olavarría han puesto en común la necesidad de trabajar y exigir en conjunto una respuesta por parte de la gestión municipal: “Somos varios los comedores que trabajan en cada lugar para conseguir los alimentos que necesitan”, señalaron, y reconocieron que la sociedad olavarriense “no está acostumbrada a salir a la calle a reclamar por este tipo de cosas. Reconocer que se tiene hambre es difícil, es parte de la dignidad”.

MAPEAR LA CRISIS EN LOS BARRIOS

Apenas este portal recaló en el Jesús Mendía y asomó el grabador, vecinas y vecinos de las diversas barriadas se acercaron, ante la necesidad de contar lo que pasa en los distintos rincones de Olavarría. Desde el barrio Provincias Unidas, recalcaron lo difícil de la actual situación y las necesidades de la gente en torno a alimentos, garrafas, vivienda, trabajo: “Necesitamos ayuda para ayudar a las familias, porque no nos alcanza, y la municipalidad no ayuda en nada. Arrancamos el año pasado con el merendero, y al poco tiempo se duplicó la cantidad de personas que iban. También estamos entregando viandas, mercadería, frazadas, ropa, nos piden pañales”.

En el barrio Matadero abrieron alrededor de siete merenderos y comedores, cuando hasta hace dos años atrás no había ni uno, ante la necesidad expresa de la barriada. Aún con las donaciones, el aporte municipal, y lo hecho desde la Mesa de Emergencia y los vecinos, “no alcanza”. Afirman que hay familias que, por las noches, se van a dormir apenas con una taza de leche o té, y ocasionalmente un pan. “Van todos los días a pedir si los podés ayudar con frazadas y mercadería, porque no les alcanza ni para una semana”, indicaron. La unión hace a la ayuda vecinal: “Se nos dificulta muchas veces poder brindarles un plato de comida. Pedimos mercadería en verdulerías, pollerías, panaderías. Nos arreglamos como podemos. En uno de los comedores, ponemos de nuestro bolsillo para alimentar a cerca de treinta nenes y abuelos”.

En cuanto a vivienda, “muchos vecinos no tienen casa ni los materiales para edificar”. En ese sentido, denuncian los (des)tiempos de la burocracia municipal: “Para que te den un vidrio, no se pueden esperar dos años. Si vas por una urgencia, te hacen esperar al mes que viene. La gente necesita hoy el abrigo, la comida, la garrafa. No podemos esperar a sus tiempos”. Todavía en 2018, algunos habitantes del barrio trabajaban, “no sabíamos lo que era tener hambre”. Hoy, buena parte de la barriada del Matadero no tiene trabajo, y con las pocas changas que consiguen no les alcanza para nada. Muchas y muchos, con más de veinte años en el barrio, nunca vieron ni vivieron esta situación. Reclaman respuestas del Municipio, la responsabilidad de quienes deben hacerse cargo, y que haya trabajo para todos y todas.

En el Barrio Dorrego, el panorama no es muy distinto. Las necesidades acucian: “Juntamos un poco de ropa, frazadas, se las llevaron enseguida, siguen buscando y no hay más”. Comenzarán a dar una vianda los sábados, y sin haber dado la primera ya tienen más gente de la prevista: “No nos va a alcanzar para todos. De muchos barrios nos llaman y no damos abasto”. Ante estos malos tiempos, la buena cara del apoyo de las y los vecinos a la labor solidaria de los comedores, que se acercaron al Jesús Mendía para hacerlo manifiesto: “El Estado municipal se tiene que hacer cargo y ayudar a estos comedores que les dan un plato calentito de comida a las familias carenciadas, sin trabajo, y que sus hijos tienen hambre y realmente lo necesitan”.

Desde el Dorrego, además, reflexionaron sobre la nula relación entre lo reflejado en el relato de la actual gestión estatal y lo que realmente pasa en los barrios: “No hay políticas de generación de empleo, y da lugar a la marginalidad, la violencia, problemas que vivimos socialmente”. Con acciones como las de esta Olla Popular frente al municipio, “se visibilizan las cuestiones de fondo, no resueltas y urgentes, que se pueden ver con sólo recorrer los barrios. Así se contrarresta el relato político, se desmiente que no hay crisis. En los barrios, ha aumentado la gente sin trabajo, que concurre a los comedores y que tiene que elegir entre comer o bañarse. Hay gente revolviendo la basura”. Así como no hay trabajo en blanco, ni siquiera hay changas: “Si hay algo, es poco y mal pago”. En ese punto, afirmaron: “La pobreza en el Dorrego es de hace muchos años, pero en estos últimos se incrementó y profundizó exponencialmente. Si ya había familias fuera del sistema, hoy la situación es todavía peor”.

A las vecinas y vecinos de Villa Mailín los acercó al Jesús Mendía “la crisis, moneda corriente que estamos viviendo en todos los barrios. Con este frío, la gente no tiene para abrigarse”. Crisis que afecta a quien va al comedor y a toda su familia, “donde un integrante, con suerte, tiene un trabajito, pero no llegan a fin de mes”. Recalcaron que en esta lucha diaria, “la salida es colectiva. Hay que seguir trabajando y les tenemos que hacer ver esta realidad, de esta manera, a este gobierno ausente que se tiene que hacer cargo”. Lamentaron que haya gente “que no se anima a venir y tiene miedo de exponerse, pero que acompañan desde su lugar”.

Desde el barrio 12 de octubre, no escatimaron en la gravedad y la urgencia: “Hay hambre, no hay trabajo, no hay medicamentos en la salita (para grandes ni para niños ni bebés), hay muchas familias carenciadas, sin tener con qué alimentarse ni qué ponerse; a los jubilados no nos alcanza”. Vecinas y vecinos denunciaron haber golpeado “todas las puertas y nadie nos da una respuesta. No podemos más. Este gobierno tiró abajo al país y se llenó los bolsillos”.

En el Belén, hace tres meses inauguraron un merendero, y ahora un comedor. La situación en el barrio no escapa a la norma: “más pobreza, no hay comida, y los nenes no tienen ni para comprarse zapatillas”. El vecindario, comprometido, lo hace “para que tengan su taza de leche, su plato de comida, porque muchas veces no hay para comer en sus casas: se acuestan con una taza de leche, ni pan siquiera”. Reclaman el barrio ha sido marginado por el Municipio que no se acerca ni ayuda: “La cosa está difícil, pero de a poco, todos juntos, podemos”.

Un grupo de vecinos del barrio 4 de octubre, ante el desborde general de miseria y hambre, dan una mano con alimentos no perecederos, ropa, frazadas y calzado donados. Recorren todos los días el barrio, y tienen contabilizada una veintena de familias muy necesitadas: “Son madres de muchos hijos, algunas viven en casitas de chapa. Tienen la tarjeta municipal, pero no les alcanza. De lo poco que juntamos, les llevamos alimento, abrigos y calzado para los nenes”. Nenes desnutridos, enfermos, que van a la salita del barrio y al hospital, y se van sin ser atendidos, luego de horas de espera. Denunciaron que hay muchos niños “pasando hambre, frío, duermen en el suelo, no tienen camas ni colchones”; y que las asistentes sociales prometen, pero no hacen llegar las ayudas.

En el Nicolás Avellaneda, muchas familias no poseen los títulos de propiedad de sus terrenos, y reclaman al Municipio que los ayude en habilitarles una tenencia o poder, por ser terrenos sin dueños. “No nos quieren dar materiales de construcción ni bajar la luz, cuando estamos dispuestos a pagar esos servicios”. Mientras tanto, muchos se cansaron de ir a la municipalidad a por ayuda, porque “nos toman el pelo. Estamos pidiendo una solución a esta situación, para estar tranquilos y tener nuestro terreno para nuestros hijos”.

Los vecinos están cansados de reclamar, y lejos de recibir ayuda alguna, el Municipio olavarriense los acusa de ‘punteros’: “Acá no hay ninguna bandera partidaria. Sólo queremos que se declare la Emergencia Alimentaria”. Barriadas que exigen “a quienes han sido votados que recorran los barrios y traten de solucionarle los problemas a la gente. Ya no se puede más: en estos cuatros años de gobierno, se está muriendo gente de frío y de hambre”, subrayaron.

PONER EN Y TOMAR LA PALABRA

Luego del guiso, en el paseo Jesús Mendía tuvo lugar una asamblea de la Mesa de Emergencia para debatir y analizar cómo continuar la lucha. Tal lo consignado por la crónica realizada desde la Mesa, Jorge Salías, presidente de la Federación de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales de Olavarría, valoró que los allí presentes se hayan puesto al hombro “el reclamo y las necesidades de sus vecinos”, muchos que no se animaron a estar presentes, e invitó a no abandonar el reclamo. “Pasé por esto que hoy pasan estas familias. Pasé hambre, y me ayudó este espacio a darle de comer a mi familia. Hay que decirles a los políticos lo que está pasando, que como están calentitos y con la comida garantizada, nos dicen que estamos haciendo política. Cualquier pretexto les viene bien para no hacerse cargo de lo que provocan”, indicó, con los ojos llorosos y la voz entrecortada.

Publicado por Junta Vecinal Uocra en Sábado, 6 de julio de 2019

Martín Roldan, vicepresidente de la Federación y miembro de la comisión directiva de la Sociedad de Fomento Provincias Unidas, hizo hincapié en la necesidad de cuidar a la Mesa: “Acá no hay punteros tradicionales ni grandes aparatos políticos. Acá somos genuinos representantes barriales, que todos los días laburamos para cambiar las cosas”. Alertó que, “cambien o no los gobiernos, la situación se va a agravar y nos tiene que encontrar fortalecidos, organizados, movilizados y unidos”.

Romina, presidenta de la Junta Vecinal del Barrio Matadero, fue en representación de “los vecinos que no se animaron a venir, que tienen miedo de que cuando vayan a pedir a la asistente social, les saquen la bolsa de mercadería o no les den ninguna ayuda”. Lucrecia, colaboradora de ese mismo espacio, invitó a unirse para ayudar a la “mucha gente que está en la calle, que tiene hambre, que pasa frío y ninguno tiene con qué sustentar esas necesidades. Cada uno, que estamos en los barrios, conocemos estas situaciones. Es angustiante y embronca no poder llevar las respuestas que debieran dar ellos, que tienen los recursos”.

Facundo Galanti, de la Junta Vecinal del barrio Independencia, aseguró que habrá muchísimas manifestaciones como la del sábado, ya que no ve “personas con decisión política para cambiar la realidad”; y afirmó: “Ojalá un día este espacio sea para planificar una fiesta del Día del Niño y no una olla popular para pedir alimentos para nuestros hijos”. Agradeció a las y los presentes y a quienes “aportan un granito de arena en los barrios para paliar la situación”.

Lorena Merlos, de la Sociedad de Fomento de Villa Mailín, remarcó: “Hay desinterés político a la hora de ayudar a quienes más lo necesitan. Estamos acá por cada abuelo, por cada niño y niña, por cada hombre y mujer”. Invitó a seguir en la calle: “No podemos solucionar la realidad de todos, muchos siguen en nuestra lista de espera y, más vergonzoso, en lista de espera del Municipio por una bolsa de alimentos”. Merlos denunció que desde el palacio San Martín “dicen que salimos a pedir porque somos vagos y no tenemos nada que hacer”, y contraargumentó: “No nos dan ganas de venir, salir a la calle, pero lo hacemos porque asumimos un rol y nos hacemos cargo, no como ustedes que fueron a nuestras casas a buscar el voto y después se olvidaron de nosotros”.

Cintia, vecina del barrio Coronel Dorrego, expuso: “Busco trabajo y no hay. Muchos no me ayudaron por tener una pensión por mi hijo con discapacidad. Creen que la plata no me falta, pero no me alcanza”. Por ello, contó que salió con su máquina a cortar pasto: “Aún teniendo necesidades, intento dar una mano a otros”; y anunció que los sábados, gracias a las colaboraciones, “además de la ropa, vamos a empezar a repartir viandas en mi casa”. Dijo que el Municipio sabe de esta situación y nadie se acerca a ayudar. También dio un panorama de su estado y el de otras familias que pasan por lo mismo: “Vengo a la municipalidad a buscar alimentos, que son tres paquetes de fideos que me duran dos días, una tarjeta de 500$ que sirve para un día y salvar una comida. He estado a mate y pan para que coman mis tres hijos”.

Acompañaron ‘Casa Valeria’, la murga ‘Comodines de Febrero’ y ‘Chamula’, por coincidir con el reclamo de la Mesa y por lo importante de esta expresión de los barrios: “Vivimos momentos muy complicados en el país y la ciudad. Mientras nuestros vecinos la pasan mal, no podemos mirar para el costado. Tenemos que estar presentes, unidos, luchando, porque gobiernan para un sector muy chiquito de la población y los demás no les importamos nada”.

Demás vecinas y vecinos de los diversos barrios fueron aportando sus experiencias en la asamblea, en camino hacia la presentación de la ordenanza para la Declaración de la Emergencia Alimentaria. Entre las próximas acciones, se piensa en colectas en los supermercados. Asimismo, los discursos hicieron referencia a la urgencia en la mejora habitacional: “Mucha gente vive en tremendas condiciones. Si bien no hay condiciones de calle, vivir entre cuatro chapas o con techo de nylon es más o menos lo mismo”, señalaron.

SOBRE LA MESA DE EMERGENCIA OLAVARRÍA

En la instancia de asamblea, también se respondieron preguntas sobre la dinámica, acciones y propuestas de la Mesa de Emergencia Olavarría. En los volantes repartidos, se informó que se trata de un espacio de reunión, debate y reflexión sobre el contexto social actual, de organizaciones que tienen el fin de “ayudar a vecinos y vecinas que están transitando un difícil pasar”. Un espacio para “generar propuestas y alternativas; e impulsar formas de intervención social, que fomenten el trabajo en conjunto por el bien común e incidan en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros vecinos”.

En el folleto destacaron que esta movilización desde las distintas barriadas tuvo por objeto “visibilizar lo que el gobierno intenta ocultar. La pobreza duele y eso no se ve”. Lo que indicaron en los testimonios también lo plasmaron como texto: la denuncia de que “desde el Municipio nos llaman ‘punteros’ porque peleamos por necesidades básicas que no podemos cubrir. Esta semejante crisis, los aumentos de tarifas y la falta de trabajo, nos llevan a un lugar que los funcionarios de este gobierno no conocen, ya que viven otra realidad. Dicen que hacemos política y hasta ahora no hemos recibido otra respuesta más que esa. ¡Claro que hacemos política! Pero una política desde abajo, donde nos organizamos para pelear por lo que nos corresponde y no por un ‘puestito’”. En ese punto, aclararon que “ninguno de nosotros es candidato a nada. En cambio, ellos, candidatos a todo, se encargan de invisibilizarnos. Por eso vinimos al centro, a demostrar que existimos y exigir que se hagan cargo”.

La Mesa de Emergencias Olavarría tiene una página en Facebook como medio de contacto y donde reflejan historias de vida. Sus integrantes exigen respuestas, acompañamiento y acciones al Municipio, “que tiene las herramientas para que la gente esté mejor y son los que deciden. Atrás de nosotros hay familias que están necesitando, que están pasando frío, ya sea por la infraestructura o porque tienen salamandra y no leña”. Y recuerdan que “también somos 24… 24 horas de sufrimiento”. Por eso, subrayan que reciben donaciones de alimentos, ropa, calzado, camas, colchones, garrafas, leña. Así como vía Facebook, también se pueden contactar a los siguientes contactos: 2284-536326 (Lorena); 2284-579651 (Cintia);  2284-632669 (Ornella).

Integran y adhieren a la Mesa de Emergencia Olavarría: Federación de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales; Sociedades de Fomento de los barrios Provincias Unidas, Independencia, 12 de Octubre, Villa Mailín, San Lorenzo, El Creador de la Bandera y 25 de Noviembre; Juntas Vecinales de los barrios UOCRA, Matadero, Martín Fierro y Procrear Pikelado; organizaciones sociales como La Dignidad y 24 de Febrero; Confluencia política y social 29 de Mayo; Programa de la Economía Social y Popular de la Facultad de Ciencias Sociales (Unicen); Agrupación CRAO; agrupación feminista ‘Cara de Bicicleta’; agrupación estudiantil ‘Utopía’; Murga ‘Comodines de Febrero’; Merenderos ‘Estrellita de Oriente’ (barrio Trabajadores), ‘Ángel de la Bicicleta’ (barrio Matadero) y ‘La Palmera’ (barrio Matadero); Comedores ‘Pocho Lepratti’ (barrio Provincias Unidas) y ‘Juntos a la Par’ (barrio Coronel Dorrego); y familias independientes que cocinan en sus casas y reparten mercadería en los barrios Pikelado, 10 de Junio, Coronel Dorrego, Hipólito Yrigoyen y 4 de Octubre.

Día del Trabajador, con olla popular y pidiendo trabajo