Usuarios y consumidores tienen a quien escribirle

En tiempos de crisis, desinformación, abusos de la buena fe, y ‘engaña pichangas’ burdos o disimulados, un grupo de usuarios y consumidores de Tandil se juntó para ayudar a otros tantos de su misma condición y situación. En redes sociales, el perfil de esta asociación registra su gran actividad, de ida y vuelta.

(Tandil) La Asociación Civil de Usuarios y Consumidores de Tandil (ASUSCOTA) vio la luz oficial en 2013, aunque tuvo un largo trabajo de gestación en los años previos. Miradas del Centro dialogó con Gustavo Lagoutte, licenciado en Administración y presidente de esta asociación. Sobre el diagnóstico hecho, Lagoutte señaló: “notábamos como necesidad que el derecho al consumidor nació bastante tarde, a pesar de que el consumo nació con la humanidad. En Argentina, tenemos en 1993 la primera ley de marco de defensa del consumidor. En el ’94, se incorpora a la Constitución”.

Aún así, con el derecho al consumidor señalado en la Constitución, todavía había (y hay) cosas por hacer, en un campo “muy verde. Aún hoy, no estamos concientizados. Ahí está el por qué de la Asociación. Hay una parte que corresponde al Estado en el defender al consumidor, pero lo que es concientización, reunir a los distintos consumidores y tener más fuerza viene del rol de las asociaciones”, subrayó Lagoutte.

Hay quienes creen que ASUSCOTA es un área de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC). Pero no. He ahí una confusión, al parecer, bastante común, por desdibujarse la diferencia entre ambos espacios. “Nosotros tratamos de ayudar, en todo lo que podemos, en torno a las dudas; tratamos de concientizar, de educar y alertar en cosas que pueden llegar a pasar, para estar atentos”. Sin embargo, las gestiones de las denuncias en sí corresponden a la OMIC. “Hay gente que viene con consultas de cómo está el estado de algún trámite, pero nosotros no tenemos acceso”.

Licenciado Gustavo Lagoutte, presidente de la Asociación Civil de Usuarios y Consumidores de Tandil.

La interdisciplinariedad es parte de la identidad de este grupo de trabajo. “Hay desde comerciantes hasta abogados, fundamentales en el asesoramiento técnico que nos dan. Muchos podemos explicar desde conceptos de economía o hasta desde el sentido común, pero fundamentar desde el conocimiento de leyes sobre maniobras indebidas de parte de empresas, sirve muchísimo”. Según su presidente, se trata de aportes que dan firmeza, e incluso “la posibilidad, a futuro, de establecer demandas, en función de que muchas personas encuentren reiterativa una problemática”.

De problemas, consultas y relaciones

Los consumidores y usuarios hoy tienen quién pueda ayudarlos. Consultan a los integrantes de ASUSCOTA por muchos problemas, pero son dos los grupos de mayor importancia: servicios públicos y servicios financieros. Y de ahí, se desagregan en decenas. En servicios públicos, se incluye todo lo relativo a gas, luz, incluso servicios de telefonía. Las consultas se enfocan en las recategorizaciones, los cambios tarifarios y los problemas de funcionamiento. Consultas que, desde hace un año y medio, abundan. En torno a servicios financieros, las dudas se centran en créditos, préstamos, la aparición repentina de seguros de vida y cargos no avisados.

A la hora de las consultas, incluso los pequeños comerciantes acercaron las suyas. Por sobre todo, en medio de la implementación del programa ‘Precios Transparentes’: “Llegaron consultas de comercios para ver cómo tenían que hacer para adecuarse a la norma. Muchas veces, estos comerciantes no actúan de mala fe, sino por desconocimiento. En este caso, por no saber cómo tenían que mostrar los precios”, comentó Lagoutte.

Si de tipificar se trata, para Lagoutte esto toca más a tipos de empresas que ofrecen servicios, que a los propios consumidores. “Hay servicios públicos que son, hasta por su naturaleza, monopólicos, y otros que no. Está bien que la luz sea un monopolio, servicio público parcialmente provisto por el Estado; pero no está bueno que otros servicios sean monopolios: por ejemplo, ir a comprar milanesas y que haya un solo proveedor, no estaría bueno. Que existan tipos de consumidores es más una cuestión de relación. Que sean relaciones de consumo de servicios básicos o de servicios que no son básicos. No es lo mismo una ventaja sobre un bien de esparcimiento que sacar ventaja de un bien público. Hacemos el foco en que esos servicios, de bien público, tengan el mejor ofrecimiento posible”.

La versión tandilera de la asociación de consumidores y usuarios se relaciona con entidades de su misma filosofía, que se encuentran en Mar del Plata, La Plata, Capital Federal y más allá del mar, ya que tienen un acuerdo de colaboración con una asociación de España. “Siempre estamos alerta a las cuestiones que detectan las distintas asociaciones, para advertir a los usuarios. Con la electricidad y la recategorización, llegaron las facturas antes a La Plata, con un aumento más grande al admitido. Cuando esto pasó, avisamos por Facebook que estuvieran atentos a las facturas, porque podía haber algún inconveniente. En La Plata, las asociaciones hicieron el barullo suficiente como para que no repercutiera en el resto de la provincia”.

Ciudadanía y consumidores: el rol de las redes y el despertar de la participación 

En el ambiente  sobrevuela un debate, una discusión entre los conceptos de ser ciudadano y ser consumidor. En vista de que por consumidor se entiende a cualquier persona que puede adquirir un bien o servicio, de alguna forma todos quedamos englobados. “Hasta un bebé recién nacido está adquiriendo un servicio público del hospital, al ser atendido”. Para quien preside ASUSCOTA, no hay diferencia entre consumidores y ciudadanos. “Consumidores somos todos, llevado al plano de la oferta y la demanda. Quizás se trata de una forma distinta de ver la misma cuestión. Quizás el ciudadano esté más abocado al plano de las cuestiones civiles; los consumidores, más a las económicas, pero no estrictamente. Tener un buen servicio público afecta más al plano del ciudadano que al del consumidor, más allá de que sea una relación de consumo; pero afecta tanto a uno como al otro”.

Esta asociación se encuentra muy activa en las redes sociales. “El derecho del consumidor se basa mucho en la concientización y en que si somos todos conscientes de algo, podemos evitar situaciones desventajosas”, puntualizó Lagoutte. “Aprovechar el poder de las redes nos facilita mucho. Antes, si había que avisar que en algún local te cobraban algún concepto no debido, teníamos que llamar por teléfono uno a uno; publicitarlo en los diarios; esperar que la gente lo lea; comunicarse con algún amigo y avisarle de la nota que leyó en el diario; empapelar la ciudad”. La ventaja de las redes se hace evidente: “Podemos comunicar fácil y rápidamente consignas, consejos, para que se lean de manera sencilla; y tener feedback, para conocer, para la interacción entre los consumidores: para que la gente diga que en algún lugar hay algún problema o algo que creen que no está bien; y para que nos hagan llegar consultas”.

Consultado sobre el planteo de consignas, Lagoutte afirmó que son propuestas para “saber qué opina la gente. Hace poco, estuvimos indagando sobre un concepto llamado ‘resizing’, que es el aprovecharse de la subjetividad del consumidor para venderle, supuestamente, el mismo producto, al mismo precio, pero en menor cantidad. Así salieron muchos temas, sobre tamaños y calidad. Productos en los que se aprovecha a reducir la calidad, reducir costos, y encubrir aumentos. Desde las empresas se dice que no aumentan, pero la realidad marca que sí. Estas consignas sirven para conocer lo que detectan las personas, para que entre todos nos demos cuenta, y al ir a comprar, manejarse con cautela, comparar, y ver qué conviene más”.

La respuesta y participación de usuarios y consumidores, en ese plano virtual, no se hace esperar. “De hecho, muchas veces salen cosas que no esperábamos. Por ejemplo, sobre esto del resizing, surgieron muchas observaciones, tales como que en carnes, leches, también se está menguando en calidad, para mantener costos y enmascarar aumentos”.

Consignas, tips, consejos. Formatos y herramientas que ayudan a visibilizar, ante los ojos de los consumidores, la diversidad de abusos que ellos no notaban ni estaban anoticiados. “Abusos que uno nota y los otros no, y hace que los demás los vayamos notando”. Si bien uno de los pilares de las organizaciones de este tipo es la concientización, y al Estado, en parte, le corresponde hacerla, cuando ese aparato estatal se achica, el sentido de estas asociaciones se potencia y profundiza. “Donde el Estado no termina de cumplir o donde creemos que hace falta profundizar sus injerencias, surgen estas organizaciones civiles”.

En la Asociación de Usuarios y Consumidores de Tandil, todo aquel que quiera colaborar tiene las puertas más que abiertas. Al fin y al cabo, “consumidores somos todos”. Quienes tengan dudas a evacuar y/o ganas de participar, pueden ingresar en www.consumidorestandil.org o en su Fan Page Usuarios y Consumidores Tandil. Quienes integran ASUSCOTA invitan a visitar el sitio, participar en las consignas, ayudar a educar entre todos y hacer comentarios. “Somos de responder rápidamente si tienen alguna duda, si tienen alguna factura de algún cobro indebido”, avisan.

Por último, Gustavo Lagoutte recalcó: “Creo que si fuésemos más conscientes como consumidores, no existiría necesidad de defendernos, lo haríamos por nosotros mismos. No habría ‘engaña pichangas’ ni monopolios. Ser conscientes de esto atenta contra poderes concentrados, hace peligrar intereses. El de usuarios y consumidores era un grupo que no veíamos del todo organizado en la ciudad; tiene un poder gigantesco pero totalmente atomizado. Consumidores somos todos y tenemos que hacerlo valer. Y si no lo hacemos valer, esos poderes, más concentrados, nos van a llevar puestos”, concluyó.