Lucía Pérez: el femicidio después del femicidio

Horas después de conmemorarse en innumerables rincones el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Mar del Plata absolvió a los tres acusados del femicidio de la joven de 16 años. Por esta no menor razón, en todo el país hubo expresiones frente a municipios, tribunales y plazas, en repudio de este dictamen de la (in)justicia machista y patriarcal. Olavarría fue no fue la excepción.

Otro femicidio sobre Lucía Pérez. Esta vez, autoría unánime de Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, jueces que integran el TOC º 1 de la que alguna vez supo ser ‘La Feliz’. Otra vez, Lucía, adolescente, 16 años. Otra vez por ser mujer.

Ciertos sectores de la justicia pretenden naturalizar la muerte, a punto tal que la ‘tenencia de estupefacientes con fines de comercialización’ pesa más en la balanza de las condenas que el ‘abuso seguido de muerte’ de una joven. Femicidio. Eso fue lo que cometieron Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel, por autoría, participación secundaria y encubrimiento agravado, respectivamente, el 8 de octubre de 2016. El caso de Lucía, que llevó al Primer Paro Nacional de Mujeres, con movilizaciones en las calles y el predominio del negro en la ropa como parte de la convocatoria.

Si aquellos días fueron de conmoción, los que tocan por estas horas, dos años después del hecho, al conocerse el fallo, no son muy distintos. La convocatoria surgió en las redes sociales, sin mucho tiempo a la convocatoria organizada, empujados por el dolor y la bronca. En el caso de Olavarría, casi medio centenar de vecinas y vecinos se acercaron, desde las 18, al Paseo Jesús Mendía, a reclamar justicia por Lucía y a expresar el rechazo a la sentencia de esa tríada de jueces marplatenses que de perspectiva de género a la hora de analizar y dictaminar, nada.

En ronda, la primera en tomar la palabra fue Casandra Muñoz Del Campo, integrante de Socorristas Olavarría, que aseguró: “Fue femicidio, aunque la justicia diga lo contrario. A Lucía la mataron, abusaron de ella, y la justicia patriarcal lo ignoró totalmente. Es una vergüenza”. En esa dirección, aunó a las y los allí presentes en el reclamo de justicia y de que los imputados sean sentenciados por femicidio. “Cada día nos matan más, hay mayor impunidad y lo vemos en esta sentencia. Tenemos que estar muy juntes, reclamando que escuchen nuestra voz, exigiendo lo que nos corresponde por ser sujetas libres, como el aborto legal, seguro y gratuito, cupo laboral trans, y que no nos asesinen más”, subrayó.

“ASCO DE UNA SOCIEDAD QUE SE VENDA LOS OJOS”

Eugenia Del Campo, también integrante de Socorristas Olavarría, alertó: “Estamos perdiendo derechos, dignidad, en un camino de constantes pérdidas. En la medida en que seamos espectadores pasivos de estos arrebatos, vamos a quedar totalmente despojados, incluso de nuestra condición humana”. Aunque pocos en la autoconvocatoria, para Del Campo “somos suficientes como para seguir luchando, para seguir pidiendo justicia, para multiplicar la conciencia. Ya con que haya una que se dé cuenta de lo que está sucediendo”.

Sin embargo, ante el hecho de la gravedad que sienta el fallo del TOC Nº 1 de Mar del Plata, “se nos caen todos los papeles”, afirmó Del Campo, y destacó: “No podemos entender la ignorancia de contestaciones como ‘No era del barrio’. Ignorar el sufrimiento humano. Ignorar que la justicia siempre nos juega en contra, es hacernos una zancadilla a futuro, porque no será hoy a ninguna de nosotras, pero bien puede ser a cualquiera de nuestro entorno, a cualquiera que no conozcamos, y nos afecta de la misma manera que ahora”.

La socorrista contó: “Me llegó el mensaje y vine. Estaba descompuesta del asco que implica una justicia así, que ignoremos todo lo que está sucediendo, que demos la espalda a nuestras mujeres, niñas, niños, adolescentes, y que hagamos como que no pasa nada”. Para Del Campo, “estar alertas y organizadas es lo mejor que podemos hacer”, y aseguró: “Tengo asco de una sociedad que se venda los ojos. Respeto realmente a cada uno de los que está acá, y a aquellos que nos movilizamos y luchamos para que no nos arrebaten más derechos, y por ganar los que nos corresponden”.

Alex Herrera también hizo uso de la palabra y compartió algunas experiencias y acosos de ‘machirulos’: “Nosotras como maricas, ustedes como mujeres, lo vemos todos los días en la calle. Nos miran de todos lados. Todo el tiempo tengo miedo, de tener que defenderme de ese machirulo, de ese hombre de mierda que me viene a violentar, y por eso terminar presa, por ‘marica escandalosa’”. Sin ir lejos en el tiempo, repasó lo que le sucedió este último domingo, en la Fiesta por el aniversario de Olavarría: “Me tuve que ir, colapsada, porque le iba a pegar una piña a un macho que me estaba gritando ‘puto’ y me estaba mirando mal, y la que iba a terminar presa iba a ser yo, por ‘marica escandalosa’”.

Herrera aprovechó la ocasión para invitar a la Marcha Regional del Orgullo LGTBIQ, a realizarse este 1ero de diciembre, desde las 15, en la Casa del Bicentenario, y recalcó: “La marcha no es sólo de quienes pertenecen a ese colectivo, sino que tratamos muchas consignas, como el aborto legal, seguro y gratuito; las implementaciones efectivas del cupo laboral trans y de la ESI; Justicia por el travesticidio de Mara Navarro; separación de Iglesia y Estado; ‘El Arte no es delito’”.

LA SENTENCIA Y SUS FRAGMENTOS: PARA MUESTRA…

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Mar del Plata, integrado por los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, condenó a ocho años de prisión a Matías Farías (25) y Juan Pablo Offidani (43), no por el abuso y la muerte de Lucía Pérez, sino por el ‘único’ delito de la venta de estupefacientes. Matías Farías, que estaba procesado por ‘abuso sexual agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal con femicidio’ de Lucía Pérez, le gritó a los familiares de la joven de 16 años, en pleno juicio: “No la violé, no la empalé, ni nada”. El tercero de los juzgados, Alejandro Maciel (61), fue absuelto.

Este tribunal, que hizo oídos sordos al reclamo de familiares y del movimiento de mujeres, y resolvió unánimemente dar por válida la versión de los acusados por el crimen de Lucía Pérez, en su sentencia expresó, tomando fragmentos de testimonios: sobre Lucía, que “tenía más de 20 faltas en el colegio por haberse quedado consumiendo estupefacientes, que tenía relaciones con todos aquellos que le gustaban”. Sobre Farías, que “estaba muy compungido por lo que había pasado y quería tatuarse el nombre de ella, porque no había podido hacer nada para ayudarla”; y que “compró facturas y una Cindor para compartir con Lucía en su domicilio. Es evidente que estas actitudes no son las asumidas habitualmente por las personas con intención de cometer un hecho tan aberrante como por el que resulta acusado”.

COMUNICADO DEL COLECTIVO ‘NI UNA MENOS’

NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS. CONTRA LA REVANCHA MISÓGINA DE LA JUSTICIA PATRIARCAL, COLONIAL Y RACISTA

A Lucía Pérez la mataron dos veces. La primera vez, los ejecutores directos; la segunda, quienes los absolvieron y así negaron que dos adultos que suministran cocaína para someter a una adolescente son responsables de abuso y Femicidio. Quieren decirnos que su vida no cuenta, que las relaciones de poder que son la base de la violencia machista no existen, que el enorme movimiento feminista que llevó su sonrisa como bandera de lucha a todos los rincones del país tiene que callarse. No lo vamos a hacer, nosotres no perdonamos, no olvidamos, no nos reconciliamos. Fue femicidio.

Esta sentencia que deja sin culpables el crimen de la joven de 16 años cuya conmoción impulsó el primer paro nacional de mujeres, en octubre de 2016, quiere reponer el poder patriarcal sobre nuestras vidas. Al negar la figura de femicidio produce algo más profundo que impunidad. Quieren desaparecer todos los sentidos que elaboramos desde las calles de lo que significan las violencias machistas en las vidas concretas.

No es casual que esto suceda el año que millones de mujeres nos movilizamos por el aborto legal, y que nos enteremos mientras marchábamos por el 25N, día internacional contra las violencias hacia las mujeres y las disidencias desde los feminismos anti-racistas, populares, comunitarias, indígenas, afro/negras, afrodescendientes, lesbianas, trans, travestis, migrantes, villeras. Denunciamos la revancha patriarcal, que quiere consagrar nuestros cuerpos como botín de guerra y territorio de conquista para las economías ilegales y para los abusos del poder. Esta sentencia es una forma de terror anímico contra todas las luchas que piden justicia. Volvemos a gritar, hoy y siempre,  #NiUnaMenos #VivasNosQueremos