«Crisis»: una revista mítica en la Feria del Libro Tandil

En esta edición de la Feria del Libro Tandil, hubo espacio para reencontrarse con revistas que están trazando camino en el marco de las publicaciones culturales argentinas. «Crisis» lleva el nombre de una publicación histórica de la Argentina de los ’70s, fundada por el empresario Federico Vogelius y dirigida entonces por Eduardo Galeano. En ella, escribieron Haroldo Conti, Raúl González Tuñón, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Oliverio Girondo, Mario Benedetti, Ernesto Cardenal, Julio Cortázar, Miguel Briante, Roberto Fontanarrosa, Vicente Zito Lema, y Héctor Tizón, entre muchos otros.

Ahora, «Crisis» es una revista que, aunque lleva el mismo nombre que aquella, se está haciendo su propio lugar en la cultura de nuestro tiempo. Con notas que parecerían ir a contramano de ‘lo que se lee’: largas, profundas, sin muchas ilustraciones (excepto su dossier central a color). Una revista que expresa la idea de un colectivo que cree que, a pesar de todo, puede hacerse buen periodismo en la Argentina de hoy. Y en esa tarea, han logrado entrevistas ‘difíciles’: Grobocopatel, Larreta, Dujovne. Uno de sus últimos logros fue una entrevista conjunta al Chino Navarro y Emilio Pérsico, los dos principales dirigentes del Movimiento Evita, que, para muchos, sirvió para pegarle al Movimiento Evita.

Miradas del Centro entrevistó a Mario Santucho, director de «Crisis», quien la definió como una revista de crítica política y cultural que se edita en Buenos Aires cada dos meses, se vende en los kioskos, por suscripción y tiene un portal en revistacrisis.com.ar. «La hacemos un grupo de periodistas, escritores, intelectuales, de diferentes lugares, que venimos trabajando desde el 2010. Está por salir ahora el número 30, y la idea es intervenir en los debates del presente, contemporáneos, desde una posición que enfatice la posición de una búsqueda y una elaboración, social, colectiva, que de alguna manera pueda profundizar, abrir otras dimensiones del debate. Que no sean las que circulan solamente por los medios de comunicación, que a nosotros nos parece que van con una velocidad y una superficialidad que deja afuera a un montón de discusiones que nosotros tratamos de plantear desde ciertos lugares«, definió Santucho.

¿Cual es la característica que los diferencia?
«Tenemos siempre un dossier en la revista que ocupa la primera mitad, cuatro o cinco notas siempre, y en general se ocupa de problemas sociales, económicos, del presente. El último fue sobre si hay un modelo económico del macrismo, y en qué consiste, o si no, si es más bien una improvisación, un ir siempre sobre la marcha. Si la victoria de Trump hizo que la idea previa que tenían quedara en el camino. Allí invitamos a escribir a compañeros como Alejandro Bercovich, pero también hicimos entrevistas, un diálogo con Nicolás Dujovne, una entrevista con Axel Kicillof, y otra serie de notas sobre temas particulares, como la industria de la maquinaria agrícola, que es la más productiva hoy. Intentamos interrogar esos puntos desde una perspectiva crítica. Somos fuertemente críticos del gobierno actual, pero sin embargo nos parece que hay que discutir desde otra visión que no sea blanco/negro, la típica polarización que empobrece el debate.»

¿Cómo han conseguido entrevistas tan difíciles?
«Ponemos énfasis en esas entrevistas, las no previsibles. Muchas veces, cuando se hace una publicación, siempre la tentación es publicar a los que piensan como uno. Pero nuestra idea no es esa: nuestra idea es utilizar la revista como una especie de mecanismo de experimentación, para producir diálogos que de otra manera no pudieran tenerse. Vamos en búsqueda de gente que nos parezca interesante; no hacemos eso por cholulismo, o porque sea gente que nos parezca interesante, pero que en nuestro universo simbólico, de intereses, no entran. Llegamos a entrevistar a Carlos Pagni, el principal columnista de La Nación, que es un tipo con el que no tenemos demasiados acuerdos, pero nos parece un tipo de una inteligencia muy grande y nos parece interesante entender cómo piensa y discutir con gente así, como Grobocopatel o Larreta. Lo logramos… no es que la gente se niegue, muchas veces para esta gente hablar con una revista como ‘Crisis’, paradójicamente, es muy importante, porque es la manera de llegar a públicos a los que no llegan con sus propias publicaciones, y también hay un interés en ellos. La revista tiene un cierto prestigio, es leída por diferentes públicos, mucha gente es lectora de la revista porque les interesa, entonces se logra, no es difícil cuando uno quiere entrevistar alguien y construir. Si se plantea con respeto, aunque haya polémica y tensión, la gente está dispuesta.»

 

¿Sienten el peso de la marca?
«Llevar este nombre es una carga pesada. En los ’70s, fue mítica: salieron 40 números entre el ’73 y el ’76, en términos culturales y de desafío político, y fue dirigida por Eduardo Galeano, y tenía un staff de escritores y colaboradores insuperable. Sin embargo, para nosotros… Tenemos una idea, que el pasado es muy importante, es una fuente de inspiración fundamental, pero siempre y cuando sea un recurso para el futuro. Y somos bastante ligeros, no hacemos la revista para tratar de emular aquella publicación. Sabemos que no vamos a hacer una revista tan buena como esa, no lo vamos a lograr, y sin embargo nos interesa producir algo nuevo, diferente. Nos inspiramos mucho en lo que paso ahí, no tanto en qué hay ahí, no tanto en las notas que hay ahí, en las discusiones, que quizás hoy ya no tengan tanto sentido o actualidad. Sino, en el tipo de operación editorial, en el tipo de intervención que ellos hicieron en ese momento y que nosotros intentamos hoy actualizar.»

Al finalizar, Santucho afirmó: «Para nosotros, es muy importante poder contar con lectores del centro de la Provincia y otros lugares, y no sólo porque nos interesa que se lea la revista en la ciudad de Buenos Aires. No podemos hacer una revista que sea más abierta territorialmente, pero nos interesa mucho tener lectores, y también, en la medida de lo posible, involucrar a las problemáticas y a los desafíos y a los aportes que hay en ciudades como éstas en la revista. Así que también invitamos a escritores, a periodistas, a productores, a pensadores de estas zonas, a que se vinculen y a que nos propongan materiales, ideas. La revista tiene una vocación de apertura y de interés, porque nos interesa conocer y estar al tanto y vincularnos con lo que está pasando acá.»