Políticos y tecnología, una difícil relación

Un afiche de campaña de los noventa muestra a Federico Storani sentado a su escritorio. Para dar una imagen de «moderno», cuenta con una computadora. Lo que nadie advirtió hasta que la propaganda política se pegó en paredes de toda la provincia, es que la PC estaba trabada en la «Pantalla azul».
Opinión (por Jorge Arabito)

Tan bochornoso como cuando la ministra de educación de Menem, Susana Decibe, presentó la página web de su cartera -la que luego se convertiría en el portal educ.ar- y ante la pregunta de los periodistas de CQC reconoció que no conocía la dirección. O la Directora Nacional de Políticas Universitarias que le ordenó a sus asesores técnicos que arbitraran los medios para que (¡Bajo Windows 3.1!) pudiera nombrar sus archivos rompiendo el cepo de la norma que los restringía a ocho letras. Eso sólo es posible a partir de Windows 95, y ellos no lo podían resolver. Demás está decir que los empleados huyeron en masa a Moldavia. Tiempos lejanos, pero que continúan en el presente.

Hace poco, en Rosario se inauguró un datacenter en un acto que contó con la presencia del gobernador Santa Fe, Hermes Binner. El problema es que la foto que se distribuyó a la prensa en la gacetilla correspondiente mostraba al gobernador junto a lo que la empresa consideraba «un datacenter». Todos los encargados de sistemas que vieron la foto,  terminaron revolcándose en el piso de risa: Lo que se ve detrás de los funcionarios, es simplemente un montón de PCs. Eso no es un datacenter, intercambiaban en sus mensajes…

Muchas veces se afirma que los políticos están para cosas importante… Cómo si eso los liberara de manejar cosas cotidianas como su Twitter o cualquier red social… y justificara que tuvieran empleados para ello. En un sentido contrario marchan los partidos «de la Red», que existen solamente en Internet, y de los que se descuenta que nadan como peces en las aguas cibernéticas.

Otros políticos SI manejan sus redes sociales, lo que no es sinónimo de buen cuidado. Para ello tenemos el caso de Donald Trump, quien twittea lo que se le viene a la cabeza, ante el terror de sus subalternos. Posiblemente la declaración de la tercera guerra mundial se realice por ese medio.

Los tecnólogos y los políticos son dos mundos que no se rozan. Al punto que muchas veces los bochornos de los segundos entre los primeros, los segundos ni se enteran… Y el mundo sigue girando.