«El suicidio del jubilado es un acto trágico y político»

El psicoanalista y escritor Jorge Alemán analiza las connotaciones que encierra el suicidio de un jubilado en una sede de ANSES la semana pasada.

Rodolfo Estivill tenía 91 años y se suicidó el 29 de junio pasado en la oficina de la ANSeS de Mar del Plata. Al estupor inicial le siguió una catarata de declaraciones en los medios de comunicación y las redes sociales. Las voces crecieron en cantidad, en perspectivas, disímiles y contrarias, en contundencia y en bochornos varios. La disputa por el sentido sobre el suicidio se disputó en una cancha embarrada por la campaña.

Las contiendas discursivas fueron virando desde el estado psicológico, personal, individualísimo de la vida privada, a la politicidad de cada acto de las y los sujetos, hacia las medidas de gobierno que ponen en vilo a sectores vulnerables, como por ejemplo, el de los jubilados.

Las discusiones rondaron sobre  el uso político del hecho, pero pocas apuntaron a lo político del acto. Es necesario considerar que un suicidio es político más allá de la intención del sujeto que lo ejecuta. Y ya a mediados del siglo XX el filósofo Michel Foucault desentramó las formas en que el poder interviene sobre los cuerpos, sobre las vidas, sobre la muerte.

Para ello es oportuno recuperar las reflexiones del filósofo  contemporáneo argentino Jorge Alemán, sobre el suicidio y los jubilados,  en contexto de gobiernos neoliberales.

En diálogo con el Informativo Federal de ARBIA, Alemán sostuvo que «el suicidio del jubilado es un acto trágico y político» dado que el mandato neoliberal es que la existencia cobre todo el tiempo valor y se auto- maximice, y que cada vez está más situada en una lógica de rendimiento. Por un lado hay un imperativo de ser joven a toda costa y todo el tiempo, incluso culpabilizarse de envejecer. Y a la vez, una vez que se envejece, como no hay nada que transmitir y ninguna experiencia que se pueda socializar, el viejo no vale nada

El pensador sostiene firmemente que “un gobierno que ha pedido un empréstito 100 años les ha pedido a los ancianos que validen su situación, es el colmo de la perversión”.

Jorge Alemán reflexiona cómo el neoliberalismo, al que describe como un Estado de excepción disfrazado de democracia, construye subjetividades descartables, validadas por la utilidad mercantil. Asegura que:“el modo en que rigen sobre las vidas, el modo en que tratan a los cuerpos, el modo en que se producen las lógicas de segregación, el ejemplo de los jubilados es el ejemplo mayor de esas  lógicas de la segregación, es un Estado de Excepción con la apariencia de democracia”. 

El filósofo sostiene además que este  sistema ha ganado la batalla cultural,  puesto que se impone como un discurso único que imposibilita no ya una alternativa transformadora radical, sino ni siquiera una alternativa que ponga freno de mano a este modelo de destrucción, para concluir que: “El capital mundial sabe que no tiene un imaginario alternativo que lo contraataque”.

Escucha el testimonio completo en el video de Miradas del Centro: