‘Actriz’: una obra que honra al teatro

Recibimos en la redacción este trabajo de la actriz, profesora y directora Lucía Salas, en clave de crítica teatral. Así como ella agradece doblemente al teatro y a la obra, desde Miradas del Centro le agradecemos a Lucía compartirnos sus análisis y sus recomendaciones… ¡Y esperamos recibir más aportes del estilo!

Se agradece al teatro por esta obra. O mejor dicho: se agradece a esta obra por honrar el teatro.

(por Lucía Salas) Con una actuación impecable, una iluminación delicada, una escenografía escueta y meramente necesaria, ‘Actriz’ te mantiene obnubilada durante toda la función.

El texto de Bárbara Molinari, una joven dramaturga argentina, es apropiado por Florencia Berruti como actriz; la dirección y puesta en escena de Yanina Crescente; la escenografía de Gabriel Allegretti; la fotografía y registro audiovisual de Nazarena Borda; y vestuario, iluminación y video de Yanina Crescente. ¡Un equipo que se las trae!

En la sinopsis, presentan ‘Actriz’ como un unipersonal sobre la vida y obra de Liv Ullman: “Una actriz noruega, pero nacida en Japón, que desde joven recorrió los escenarios y pantallas de todo el mundo. Destacada por su labor y su belleza, fue convocada por el afamado director cinematográfico Ingmar Bergman, para co-protagonizar una película ícono del séptimo arte, Persona. Allí se conocieron y allí comenzaron a compartir su vida, tuvieron una hija, se divorciaron, y siguieron trabajando juntos. Una vida cargada de emociones, de las más dolorosas a las más felices, miles de experiencias, éxitos, reconocimientos, pérdidas, viajes, resignaciones, luchas, silencios, miradas. Todo lo que puede esperar una persona… y mucho más.”

En principio, si uno no conoce la obra de Bergman, la sinopsis te promete una historia de una actriz de por ahí y ya. Cuando la vas a ver, te encontrás con un trabajo delicado, femenino, una actriz que te cuenta la vida de Liv como una mujer como otras: que se enamora, se separa, enfrenta su carrera, su trabajo, a la vez que lleva adelante su papel de madre y triunfa en lo que hace. Pero que también se desdobla para contarte sobre ella y sobre Nora en casa de muñecas.

LIV es interpretada por una actriz que, desde el momento en que te sentás a mirarla, no te suelta. Interpreta a Liv, a Nora, a ella misma, y en esa versatilidad de mostrarte la humanidad de cada una de ellas, te enamora, te conmueve, te atraviesa.

En esta versión de ‘Actriz’, se ve un trabajo minucioso sobre la composición corporal de este personaje. El trabajo parece detallado en cada gesto, hasta cuando la actriz se acomoda el pelo o se pone los zapatos para pasar de un personaje a otro. Se deja ver un trabajo profundo, detenido, que al espectador lo conmueve y embelesa.

Cada cosa que nos cuenta la vemos: el momento del relato de la escena que toma pastillas frente a cámara; la vida en la isla con Bergman; cuando interpreta a la mujer que, en medio de la guerra, levanta a un niño. Son imágenes que Florencia logra traer a escena con absolutamente nada: sólo su cuerpo y su relato. Hay que hacer un esfuerzo para recordar que no hay nada más en escena que eso.

Hay dos momentos mínimos que se hace un uso excesivo de lo melodramático a mi gusto: cuando habla del éxito y cuando cuenta lo de los celos. Pero, entre tanto acierto, pasa casi desapercibida la incomodidad.

Las pausas dramáticas y el tiempo de los relatos, cuando habla a público o se abstrae en algunos de los recuerdos que materializa en escena, son contados por una voz en la que los tiempos son bellísimos, delicados: cada pausa, cada respiración es musical. Pareciera que cada palabra es dicha con la certeza de que no podría ser de otra manera.

La elección de lo audiovisual viene a acompañar el relato de una manera sutil. La directora, a mi parecer, acertadamente lo usa como una manera de plasmar otro plano del relato, como si pudiésemos ver en imagen parte de lo que la cabeza de Liv recuerda.

EN FIN: La obra te deja con ganas de actuar, con ganas de ver más teatro, con ganas de conocer más sobre Bergman, y se agradece.