Baby Etchecopar y el CCU: ¿Provocación, equivocación o lo qué?

Poco antes del inicio de la Semana Santa en Tandil, mientras se proyectaban las compras de huevos de pascuas y las visitas a las diversas ferias de la aldea, vecinas y vecinos se desayunaban con la puesta de carteles publicitarios de espectáculos a desembarcar en la (aún) Ciudad de las Sierras. Uno de esos carteles causó más pavor que ansiedad: el venidero 18 de mayo, Baby Etchecopar estaría actuando en el Centro Cultural Universitario. O, al menos, eso pretendía.

Habían pasado algunos minutos de las 18 del Viernes Santo, poco después de realizarse la procesión desde España y Garibaldi hacia la Parroquia del Santísimo Sacramento (con claras bajadas de línea contra el aborto legal, seguro y gratuito), cuando las redes sociales se poblaron de mensajes de rechazo hacia la figura del misógino comunicador Baby Etchecopar. Más allá de tratarse de un provocador que no descansa a la hora de despertar repudios de todo tipo y color (y prácticamente a diario), lo geográfico no era un detalle menor: aparecieron carteles en toda la ciudad, anunciando su llegada a Tandil el 18 de mayo próximo, para presentar su ‘espectáculo’ ‘Baby El Comediante. El último monologuista’. Más allá de la humorada que podría ameritar aquello de su monologuismo, el lugar del evento era lo que más llamaba la atención, y más despertaba la indignación colectiva: el Centro Cultural Universitario.

No fueron pocas las voces que se alzaron contra la realización del ‘espectáculo’ de Etchecopar en general, y su supuesta puesta en escena en el Centro Cultural Universitario. Así lo señalaban los afiches repartidos en varias paredes de la ciudad. Hubo quienes citaron algunas de sus frases ‘célebres’ (por su carga de misoginia, machismo, racismo y violencia en todas sus formas), como: «Si tu hija de doce años sale mostrando las tetas y haciendo trompita, hay una provocación, porque no es casual que de golpe aparezcan tantos violadores«; y «esos negros de mierda se reproducen como lauchas«, para remarcar la gravedad de que un personaje de tal calaña se presentase en un escenario relacionada a la Universidad Nacional del Centro.

Institución en la que su Consejo Superior aprobó hace poco tiempo, con sus fortalezas y flaquezas, un Protocolo de actuación frente a situaciones de violencia de género y discriminación, elaborado por representantes de todos los claustros de todas las unidades académicas que componen la Unicen. Que el tablado de tal show fuera el del Centro Cultural Universitario interpelaba a toda la comunidad universitaria. Y la pregunta seguía levitando en el aire: ¿quién, desde el CCU, habría permitido el alquiler para esa presentación?

Mientras desde la Asamblea de Mujeres Unicen y demás organizaciones se organizaban ante la eventualidad, desde el propio Centro Cultural Universitario y la Secretaría de Extensión, respondiendo de manera individual a la catarata de mensajes, afirmaron no haber alquilado el lugar para ‘El Comediante’ ni nada que se le parezca; debía ser un error y se comunicarían con quien lo trae a Tandil. Y lo dejaban bien claro: en el CCU no se va a presentar Baby Etchecopar. Aún así, parece un misterio el cómo llegó el afiche, con la fecha, el lugar y las entradas a la venta. ¿Alguien habría dado inicialmente algo parecido a un ok?

Desde el CCU no lo convocaron. ¿Y los carteles en la calle, entonces? No se sabe. Equivocación (grosera) de la difusión. Por lo pronto, la errónea información sobre la función en el CCU está siendo tapada de la dicha cartelería. A medias en algunos afiches, pero tapada al fin. Ahora queda por resolver si se organizan acciones contra su presentación, en el punto del partido de Tandil que sea. Usuarios de Facebook trajeron a colación que en Rosario, donde se canceló el show que allí brindaría este ‘comunicador’, se intervinieron los afiches con cintas amarillas y la leyenda «alerta machista». Sugerencia al pasar.

Entre quienes expresaron su punto de vista en las redes sociales, la cantante Mariana Dátola señaló: “Pienso en esta ciudad, donde este tipo ya se ha presentado y la gente fue y pagó la entrada. Una ciudad donde vienen diversos espectáculos, muchos de ellos con un ‘tenor o tinte’ parecido al de este sujeto. Pienso también la cantidad de shows y diferentes ‘escenas’ locales, donde el machismo se repite, sea cantado, actuado, recitado, standapeado; donde much@s reproducen, al interpretar temas de otros autores o en composición propia, el modelo sexista, muchas veces con ese romanticismo estúpido que pone a la figura de la mujer en una especie de personaje: malvada, santa desdichada o madre, generando cierto desprecio hacia ella. Casi todos estos espectáculos llenan salas, se vuelven a repetir, mientras que otras propuestas artísticas luchan por un lugar en la escena local”.

Cómo se autodefine el ‘show’ de Etchecopar

Al surfear en la vasta mar de la Web, nos podemos cruzar (o tropezar, más bien) con la propia definición que hace de este espectáculo la productora de Etchecopar. Entre sus líneas, sostiene: “Transgresor, cínico, irreverente, morboso, cómico, dramático y sensible hasta las lágrimas. Tuvo la virtud de hacer un culto las cosas que tocó, para bien o para mal. Tan incomprendido, como comprendido, amado, admirado, odiado, criticado, pero nunca un mediocre. Corriendo siempre el riesgo de reinventarse, llegando a más público y pasando a ser admirado hasta por sus mismos detractores por la coherencia y la continuidad de su discurso, extremadamente fuerte en sus definiciones”.

Agrega: “Lejos de encasillarse en un espectáculo de texto, una comedia o un stand up, Baby Etchecopar vuelve al teatro con una propuesta totalmente renovada, con su estilo de siempre… Cuando se enciendan las luces del escenario, no aparece un personaje encarnado por un actor como puede suceder en una comedia”. En ese punto, llega la interpelación: “Te verás a vos mismo, invitación mediante, a realizar un viaje hacia tu interior. Simbolizándote a vos mismo, a tus hijos, a tus padres, a tu Dios. Convirtiéndote en el protagonista de una obra que te hará estremecer durante una hora y media. Transmitimos nuestras frustraciones, como posiblemente también lo hayan hecho nuestros padres con nosotros, para que luego sin culpa: votemos mal, vivamos mal, amemos mal, trabajemos mal y volvamos a trasmitir este sentimiento en nuestras creaciones, que serán las que nos juzgarán hasta el último suspiro de nuestras vidas”. Para el desprevenido que no conoce la ‘esencia’ de Baby Etchecopar, hasta parecería una invitación a un curso de meditación y autoayuda.

Cierra esta suerte de presentación: “Con este estremecedor monólogo, este Ángel de todos los tiempos te hará apretar los dientes sentado en la butaca y arrugar el programa de mano que tienes en tu mano. Intentará hacerte sentir entonces que estas arrugando tu pasado. Con el claro cometido de que comiences a darte cuenta que el ratito de vida que te queda, te pertenece. El Ángel vuelve a sobrevolar en el teatro. No busca lo mejor ni lo peor, busca permanentemente lo diferente”. Baja el telón.

De cancelaciones varias y fundamentos compartidos

En Rauch, en mayo de 2017, Etchecopar se iba a presentar en el Teatro Candilejas, pero decidió suspender el show… Luego de la lluvia de repudios que despertó no sólo en la vecina localidad, sino en toda la región. También se cancelaron presentaciones en el Teatro Municipal de Ituzaingó, en Santa Rosa, Banfield, Bernal, General Pico y Trenque Lauquen. En junio de 2017, fue el turno de Rosario. Las razones, en todos los casos, fueron exactamente las mismas: la promoción del odio, la discriminación, el racismo, la misoginia, la violencia de género, el machismo más recalcitrante y la desunión entre los argentinos que hace Etchecopar, desde su verba y praxis.

El portal laciudadweb.com.ar, en ocasión de la presentación que haría Etchecopar en Ituzaingó (que logró ser cancelada), difundió una petición y sus fundamentos al respecto, a la que titularon “Actuamos como comunidad”. Allí explicaban que la petición para que se cancelara la función “tiene como fundamento la capacidad que deberíamos tener como comunidad local de reaccionar ante actitudes individuales que afectan la sana convivencia, el respeto al otro, la paz y la igualdad  entre las personas que la componen. Como comunidad (y no individualmente) nos sentimos ofendidos y asumimos que podemos modificar, impedir o revertir acciones que son dañinas especialmente para nuestros jóvenes   ”.

Desde el portal aclaraban que “no se trata de impedir la libre expresión o dejar que cualquiera diga lo que le plazca. Pretendemos defender nuestros valores éticos e impedir que alguien los pisotee. Mucho dolor y sacrificio nos ha costado adoptarlos”. En este sentido, “el caso Etchecopar claramente rompe con preceptos básicos de nuestra convivencia como comunidad: la discriminación, la violencia de género, la incitación a la xenofobia, o la apología de la violencia institucional no son bienvenidas aquí, en nuestra querida Ituzaingó”.

Quienes hacen laciudadweb.com.ar señalaban que “cotidianamente, nos esforzamos para reclamarle al otro que se comporte aceptando una infinidad de reglas sociales que creemos nos hacen mejores ciudadanos y abnegados vecinos. Creer que un espectáculo público de acceso masivo que incita a la violencia y desconoce estos valores no nos hace daño, es al menos una ingenuidad”. Por estas no menores razones, convocaban “a nuestros vecinos y a quienes se sientan ofendidos por esta penosa presentación, en un teatro que es propiedad de todos los ituzainguenses, a que nos acompañen en la solicitud para que se cancele la función”.