Del accidente a la premeditación, un Río(s) de violencia
Las y los olavarrienses amanecieron el último viernes con la triste noticia de un tremendo incendio que se cobró las vidas de Verónica Montenegro, de 31 años, y de sus hijos Ezequiel y Jazmín, de apenas ocho y once años, respectivamente. En una escena tan extraña como sospechosa, Edgardo Ríos, padre de los niños fallecidos, fue encontrado minutos después en las inmediaciones de Parque Arano, en estado de shock y con graves quemaduras. Sin embargo, las autopsias revelaron que lo sucedido en Pelegrino al 1400 se montó para parecer un accidente… que lejos estuvo de serlo.
El vecindario de Pelegrino, entre Tacuarí y Piedras, dio testimonio de varias explosiones, aunque ahora comienzan a dudar de sus propios sentidos: hasta qué punto esas explosiones eran tales… y no disparos. En la madrugada del viernes, mientras restos quemados de una casa e historias truncadas volaban hasta llegar a los patios aledaños, Edgardo Ríos se contaba como el único sobreviviente de un escenario literalmente dantesco. Los Bomberos Voluntarios, en medio del revuelo de fuego y escombros, encontraron tres cuerpos: una joven, una nena, un nene; pareja e hijos de Ríos, herido con quemaduras de gravedad, luego de una explosión considerable. Hasta ahí, la primeras informaciones oficiales al respecto.
La violencia machista escribió otro capítulo fatal en la sociedad olavarriense. Si ya, de por sí, era hondamente amargo despertar con la tragedia de una joven madre y sus dos pequeños hijos que “murieron calcinados”, el domingo terminó de volverse absolutamente negro el panorama: lo que parecía una muerte por partida triple y a raíz de un accidente, la autopsia reveló que se trató un incineramiento para ‘tapar’ tres asesinatos.
Así lo arrojaron las autopsias a las tres víctimas, en cuyos cuerpos se encontraron sendos impactos de bala en la cabeza, en el pecho. Pericias que revelaron que tanto Verónica como sus hijos fueron asesinados con anterioridad al incendio que terminó por arrasarlo todo. Aunque lo más preciado ya había sido devorado, no por el fuego, sino por la expresión más extrema de la violencia machista de Edgardo Ríos, de 48 años, que decidió terminar con la vida de sus propios hijos y de su pareja.
La fiscal Viviana Beytía lleva el caso, desde la UFI Nº 10. Beytía ordenó pericias y averiguaciones no sólo en torno a los cuerpos de las víctimas, sino también del lugar del crimen que Ríos (en complicidad con familiares suyos) pretendió aparentar como accidente. «Una de las víctimas tenía tres disparos y las otras dos víctimas un disparo cada una. Uno en el pecho y la otra en la cabeza«, señaló la fiscal, en conferencia de prensa realizada el domingo a la mañana.
El asesino dejó los cuerpos de sus víctimas en la habitación que luego procedió a incendiar. «Roció la casa con combustible, provocó un incendio que culminó en una explosión y derrumbe de la casa, sobre los cuerpos de las tres víctimas«, informó el portal colega En Línea Noticias.
Crimen con alevosía, con premeditación, expresión soberbia de una violencia machista sin límites, en un monstruo en clara actitud de creerse dueño y señor de las vidas de los integrantes de esa familia que había conformado con Verónica Montenegro. Luego, lo peritado por bomberos de la Policía Bonaerense (de Azul), da cuenta de la parte de la historia que las crónicas oficiales y urgentes dieron a conocer primeramente: el incendio, las explosiones, el inmueble consumido por el fuego y los cuerpos encontrados.
Ni el fuego que ardió durante seis horas pudo consumir la carga de la evidencia que pretendió borrar el asesino Ríos. Según lo indicado por la fiscal Beytía, la de Verónica Montenegro y Edgardo Ríos se trataba de una “familia judicializada”, refiriéndose a la existencia de denuncias de 2015 y 2016 en torno a «amenazas que no habían sido después ratificadas, que no se había podido avanzar en la investigación de los hechos y habían sido por supuesto archivadas«. Momentos en que Verónica retornaba a su casa materna, y en donde Ríos irrumpía de manera sorpresiva y violenta. Aún con estos antecedentes, la carátula del caso sigue siendo «triple homicidio agravado».
En los primeros relatos del hecho, se lo trataba a Ríos como “el padre de las criaturas”, a quien habían encontrado en estado de shock, horas después del «accidente», en inmediaciones del Parque Arano, donde reside su hermano. Ese padre, que luego se revelaría femicida e infanticida (asesino de sus propios hijos y de la joven madre de esos niños), había sufrido importantes quemaduras en el incendio que él mismo provocó en su vivienda: tenía más del 60 por ciento de su cuerpo afectado, según lo informado desde el área de Terapia Intensiva del Hospital Municipal ‘Dr. Héctor Cura’, adonde había sido internado. Allí falleció en la tarde de este domingo, acusado de «triple homicidio agravado por el empleo de arma de fuego y por el vínculo«.
Más allá de la muerte del femicida e infanticida, este triple crimen cuenta con una persona aprehendida: un hermano de Edgardo Ríos, imputado por «tenencia ilegal de arma» (entre ellas, una carabina que podría haber sido utilizada en el triple crimen) y «encubrimiento agravado».
Comunicado del Frente Ni Una Menos Olavarría
El Frente Ni Una Menos de Olavarría, al hacerse públicos los resultados de las autopsias y relevamientos pedidos por Fiscalía, expusieron su postura en el siguiente documento, al que adherimos:
«Hoy, Olavarría amaneció con la peor de las noticias: otra vez el machismo nos arrebató vidas. Esta vez, la de Verónica, de 31 años y las de sus dos hijxs: Jazmín y Ezequiel, de 11 y 8, respectivamente.
La pareja de Verónica, progenitor de ambas criaturas, está imputado como el responsable de asesinar a su familia y provocar un incendio para encubrir los hechos. El hermano del femicida y doblemente infanticida, otro hombre, detenido por encubrirlo.
Los violentos se sostienen, se protegen, se cubren entre sí. El entramado cultural nos impone una vida atravesada de múltiples violencias por el sólo hecho de ser mujeres. Aunque salimos a las calles, aunque gritamos hasta el cansancio “Ni una menos”, la violencia machista nos sigue matando cada día, en cada rincón del mundo.
Exhortamos al Estado, en todos sus niveles, a profundizar en el diseño y aplicación de políticas públicas con perspectiva de género.
Estamos hartas. No nos callamos más. JUSTICIA para Verónica. JUSTICIA para Jazmín. JUSTICIA para Ezequiel.»
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Imagen destacada: gentileza EnLíneaNoticias.com.ar