El mundo de Zamba volvió en Kermesse a Tandil

La Kermesse de Zamba pasó por Tandil el finde largo de la Semana de Mayo, trayendo payasos, acróbatas, juegos didácticos, trajes de época, e inflables. Todo en un espectáculo libre y gratuito que convocó en tres jornadas a más de mil pibes con sus familias.

Con canciones, inflables y juegos didácticos, los chicos festejaron la revolución de mayo y se sacaron fotos vestidos con los uniformes patrios en los barrios La Movediza, Villa Aguirre y Palermo. El espectaculo está dirigida para niños sobre todo en la primera infancia, según el Concejal de Unidad Ciudadana Darío Méndez, uno de los gestores de la visita a Tandil, y reproduce el modelo de una kermesse de juegos en donde cada uno llena un álbum, y en cada uno de los juegos pega una figurita de los personajes de Zamba, enlazando a los próceres patrios en una historia que nos construye.

La idea es que los pibes puedan abordar a través del juego aquello que tiene que ver con la historia argentina, especialmente del modo que se presentaba a través del canal Pakapaka: Zamba, su amiga Niña, y El Niño que lo sabe todo, que realizaban viajes en el tiempo para encontrarse con próceres tales como San Martín y Belgrano entre otros personajes destacados de nuestra historia. Todo eso ya no se produce en la pantalla estatal.

En ese sentido el concejal resaltó que es emocionante comprobar cuánto ha quedado en los chicos de ese imaginario de patria, pues a pesar del desmantelamiento de la señal hay cuestiones intangibles que ha dejado el gobierno anterior y una de ellas es lo que tiene que ver con la historia nacional, y cómo recuperar el concepto de patria, de identidad propia.

Y la mejor forma de hacerlo es a través de los chicos, pues en ellos existe esa posibilidad de aprender la historia nacional, porque como opinó: «Los imperios hoy en día siempre tratan de borrarnos la historia y cuando uno no tiene historia, no tiene desde dónde buscar sus raíces, y cuando no tiene raíces fácilmente nos cambian el presente, como cuando tuvimos la oportunidad de escuchar este 25 de mayo al presidente de la argentina diciendo que no había que politizar la revolución de mayo, un hecho político en sí, fundante de la nación, tenemos que escuchar hoy en día que no tenemos que politizarlo, entonces es fundamental sobre todo para lo que viene para este día nuestra globalización que avanza sobre la argentina nuevamente con el FMI y el Banco Mundial y un montón de cosas que dentro de esa globalización desaparecen la historia nacional, los estados naciones

Méndez continuó: «Nosotros recuperamos un poquito eso, tratamos de que a través del juego, a través de la historia, los chicos puedan aprender y también muchos de los padres también han tenido un proceso parecido, han podido acceder a un montón de personajes de la historia olvidados, como a Juana Azurduy una de las tantas mujeres de la revolución de mayo, que parecía que había sido hecho solamente por hombres. Recuperamos un personaje histórico como la coronela Juana Azurduy en uno de los personajes más interesantes de la revolución de Mayo.»

El contacto para llevar a la Kermesse de Zamba a Tandil se efectuó a través del diputado provincial de Unidad Ciudadana de la quinta sección Ignacio Rossi. La muestra infantil es organizada por la ONG Somos Nosotros y cuenta con el apoyo de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La idea es que pueda recorrer toda la provincia, llevando un espectaculo que viene girando desde el año pasado por toda la provincia, cuando estuvo anteriormente en Tandil con una presentación orientada a otro público. En esta ocasión se llevó a los barrios donde los chicos tienen menos posibilidad de acceder a cuestiones culturales y recreativas que en otros lados.

Zamba y su mundo volvieron, por lo menos por un rato, a encontrarse en una tarde de sol con los niños que en tantas tardes compartieron sus aventuras en la pantalla. Las familias se sacaron muchas fotos con los muñecos de Zamba, pero quizás las mejores sean las de una orgullosa nena junto a la figura de Juana Azurduy vestida como la coronela, o un nene disfrazado de San Martín que alzaba su espada de madera, quizás imaginando gritar:»¡Seamos libres, lo demás no importa nada..!»