‘Las Acacias’: un caso de separatismo en Tandil

Cataluña no es el único lugar en el mundo que busca su independencia. Un sector de la comarca tandilera también luchó por la libertad hace más de una década, y es de las historias que merecen ser contadas. Actualmente, los líderes de esta singular rebelión se encuentran exiliados en el anonimato. Sin embargo, su testimonio desde la clandestinidad nos relata de primera mano esa gesta inolvidable.

La ‘República de Las Acacias’ -por decisión popular- era, a mediados de la primera década del siglo XXI, un pueblo alegre y vivaz. Reivindicaban la doctrina económica Acasia, principalmente bajo el instituto del CONALTAME (Comisión Nacional de Labranza, Tala y Minería). Hay que recordar que las actividades principales de sus habitantes eran la labranza de la tierra -fundamentalmente en cuero y en invierno-, la tala de acacias y la minería de gomina, que eran los principales sustentos de sus ancestros. Empresas que fueron modificadas luego de la invasión argentina y sustituidas por sofisticadas actividades de cabaña y agropecuarias. Así se dejó de lado el modo de vida y subsistencia que los acacios mantenían desde tiempos ancestrales, cuando el Mermick, mesías liberador de la iglesia acacia de la rudeza, les enseñó cómo se minaba la gomina y cómo se meditaba en cuero bajo las frías y gélida mañanas del invierno.

El animal que representaba a este pueblo era el Chingolo, elegido como ave patria porque es un pájaro que manifiesta porte, elegancia y la voluntad de encarar las situaciones de la vida pese a su tamaño, yendo de frente a todas las adversidades a las que el mundo lo somete. Por ese motivo, los acacios reivindican al chingolo como el ave que debe guiarlos en el camino.

El adversario ancestral, por el contrario, era el chupacabras, que solía aparecer para asustar y producir mutilaciones bovinas bajo las órdenes del enemigo de los acacios: el pibito Lungui, que decidió de manera arbitraria cambiar el nombre de la calle que expresaba los ideales de ese pueblo.

Expresiones de la rudeza del pueblo acacio.

El motor que guía la ética de vida de este pueblo tiene que ver con la rudeza, porque según testimonian: «El gobierno nacional nos quiere dóciles y la cultura de nuestro pueblo y la docilidad nunca se pueden encontrar. Como nuestro Mermick, que meditaba en cuero en las tierras de Siberia antes de llegar a los territorios acasios, nosotros reivindicamos el vínculo con la tierra y el cultivo de la fortaleza interior a través de la rudeza«.

Los líderes acacios en el exilio también manifestaron estar muy preocupados por la ausencia de la enseñanza en la rudeza, que sucede actualmente en el territorio acacio. Agregaron: «La rudeza es nuestra fuerza espiritual y guía, y por ello es algo que todo acasio de bien debe saber cultivar. Cuando un acasio no comprende el uso de la rudeza y no puede cultivar la misma, no se desarrolla y no se puede desenvolver como tal, y es lo que está intentando buscar el Estado Argentino, oprimiendo ese desarrollo de la rudeza. A la rudeza hay que cultivarla, y si no se puede hacer en el territorio acacio, se hace en la clandestinidad, como estamos haciendo. Y si se puede ir a los lugares más gélidos y e inhóspitos del planeta se va, porque eso es lo que un acacio tiene que hacer y no hay Estado ni pibito que lo pueda evitar«.

El pachón Luis Landriscina, líder espiritual del pueblo acacio.

Entre las organizaciones de gobierno de este pueblo, se encontraba la Asamblea de Subcomandantes, en la cual se decidían los destinos de la comunidad. Era una asamblea compuesta por múltiples subcomandantes, cual modelo zapatista, entendiendo que nadie debía mandar porque quien manda, en última instancia, es el Mermick. Siempre acompañados por la influencia de sus líderes y guías espirituales, como son el pachón Luis Landriscina y Silvio Soldán.

Los subcomandantes que se encuentran en el exilio llevan adelante desde allí las decisiones que guían el rumbo de su pueblo, teniendo en cuenta siempre a la rudeza como horizonte y a la asamblea como método de solución del conflicto, mientras esperan el regreso del Mermick a su tierra para que lidere al ejército acacio. Además de su causa, los acacios se sienten convocados en otras luchas alrededor del mundo, especialmente los movimientos que luchan contra la opresión, y por ello tienen compañeros en el Kurdistán del Norte.

Los acacios tienen claro que la situación de violencia hacia los pueblos que no se consideran argentinos se ha incrementado terriblemente en estos últimos años. Por ello, se sienten compañeros de lucha con los Mapuches, pueblo que está sufriendo una terrible opresión de parte del gobierno. En este contexto, viven con miedo y con los protocolos de seguridad llevados al máximo, mientras mantienen un vínculo muy estrecho con las organizaciones originarias. De hecho, se encuentran haciendo prácticas en conjunto, pues creen que siguiendo al Mermick podrán dar respuestas a su pueblo oprimido.

Mojón fundamental de la República de Las Acacias.

La causa acacia lleva muchos años de lucha en un mundo que comparte con otros procesos de liberación hermanos, especialmente aquellos pueblos autóctonos que poseen cultura e identidad propia, forman una nación y están oprimidos bajo un estado central que les impone condiciones. Para los subcomandantes: «Ese fue y sigue siendo el caso de Las Acacias y también es el caso de los hermanos Catalanes, que están viviendo la opresión del Estado español… Apoyamos firmemente la lucha por la emancipación del pueblo Catalán, porque creemos en el derecho de autodeterminación de los pueblos; creemos que los pueblos, con sus culturas, historias particulares, tienen el derecho de autogobernarse, no ser sometidos por imperios extranjeros que en su momento oprimieron las manifestaciones más elementales de la vida. Por eso, también le mandamos un fuerte saludo, fraterno, a los compañeros de Abjazia y Osetia del norte de Crimea y a los compañeros de Nagorno Karabaj«, concluyeron.

Demarcación del emplazamiento de la República Acacia

Recordemos que en 2005, y a partir de la repercusión que la existencia del pueblo tenía en las redes, fueron objeto de una nota en el noticiero de Canal 13 ‘Telenoche’, donde los entrevistaron como el único país virtual que podía visitarse, aunque algunos de sus ciudadanos no sabían que lo habitaban. La nota ubicaba a ‘Las Acacias, república popular independiente por decisión vecinal’ en algún lugar de la comarca tandilera, a la que el cronista televisivo Federico Wiemeyer iba a conocer.

La cuestión surgió debido a que una calle de un barrio periférico cercano al predio de la Sociedad Rural de Tandil, fue llamada ‘rector Raúl Ceferino Cruz‘. Hecho que fue resistido por los vecinos por tratarse del rector de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires… durante la última dictadura cívico-militar. Cuatro jóvenes, entonces adolescentes, al observar que para evitar la burocracia una mano vecina anónima directamente cambió el nombre con una calcomanía, tomaron nota y se dijeron: «A revolucionario, revolucionario y medio» y crearon una república rebelde. En palabras de uno de sus fundadores: «Decidimos que iba a ser la primera manifestación rebelde de un pueblo que se sentía oprimido, que tenía una cultura diferente, que vivía en la misma ciudad de Tandil…» 

La nota que realizó TELENOCHE en 2005.

La República de las Acacias contaba entonces con una población estimada de 50 habitantes, que ignoraban que vivían en un territorio autónomo. A partir de ello, la creatividad de estos jóvenes le dio forma y contenidos a esta república. Internet fue el medio para declarar la independencia. A partir de ello, crearon una página web que recibió cada día más visitas. Su foro de mensajes se llenaba de pedidos de anexión de zonas vecinas y hasta era posible tramitar una solicitud de ciudadanía.

Los subcomandantes antes del exilio.

La patriada duró todo el 2004, y tuvo una repercusión muy fuerte en la localidad serrana. Hubo muchas manifestaciones de apoyo a la causa acacia, incluso de diversas personalidades de la ciudad. La mayoría se enteró de esta lucha luego de que la gesta apareció en la pantalla nacional. En todo ese período, recibieron más de un millar de solicitudes de ciudadanía acacia, a quienes les enviaron la documentación correspondiente. Luego, sus líderes tuvieron que pasar a la clandestinidad, ya que la situación se volvió muy violenta en la ciudad. 

Declaración exclusiva de los subcomandantes Gustavo y Francisco desde la clandestinidad.

Desde un lugar que no podemos identificar, logramos recabar nuevamente su mensaje, fuertemente teñido de un reclamo por la cultura, los hábitos y las prácticas de un pueblo profundamente oprimido, enclavado en la ciudad de Tandil, que aún hoy lucha por su liberación.