Mapear el Tandil Non Soñado

En el marco de las asambleas barriales y las actividades en plena Plaza Independencia que se llevaron a cabo el 8 de marzo último, una de las propuestas llegó de la mano de ‘Geógrafas haciendo lugar’. En tren de delinear la otra cara del (supuesto) ‘Tandil Soñado’, un grupo de estudiantes, graduadas y docentes de la carrera de Geografía están abocadas al armado colectivo de una cartografía de las zonas del miedo.

Un plano de Tandil sobre telgopor, alfileres con cabezas de distintos colores, memoria, dolor, voluntad y valentía. “Por espacios sin miedo. La calle también es mía”. Con este lema, las ‘Geógrafas haciendo lugar’ se lanzaron al mapeo del otro Tandil, el que de ‘soñado’ no tiene nada. O tal vez sí: la cara de la pesadilla que infunde el miedo.

‘Por espacios sin miedo’. Se trata de un proyecto presentado por un grupo de geógrafas que, ante la necesidad de visibilizar una problemática que atraviesa a las mujeres, surge como aporte desde su disciplina. Tratarán de llevar a cabo un mapeo sobre aquellos ‘lugares del miedo’ que, por razones varias, las mujeres residentes en Tandil tratan de no transitar en la ciudad. De esta manera, el último jueves 8 estuvieron presentes en las asambleas que se realizaron en 13 plazas tandileras, llevando a cabo un registro sobre el estado de situación. “Porque la calle también es nuestra y tenemos que poder transitar libremente”, subrayan. Algo que parece tan lógico, naturalizado y hasta obvio, pero que el día a día marca que no lo es.

Miradas del Centro dialogó con Diana Lan, doctora en Geografía y directora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Unicen, sobre lo realizado en esas asambleas y sobre lo que consiste la iniciativa. “Estamos queriendo mapear los espacios del miedo en la ciudad de Tandil, pensando en extender la metodología y la práctica”, indicó Lan. Metafóricamente, se quiere “prender la luz sobre aquellos espacios ocultos”, sobre espacios marcados por el miedo “que sentimos las mujeres al transitar por la ciudad”. Esto se materializará por medio de una ‘cartografía social’, “que es el resultado de lo que cada una de nosotras ha sentido en el espacio público”.

Acoso callejero, abuso sexual, espacios de prostitución, otros vinculados a la trata de personas, espacios tomados por la droga, robo-arrebatos, femicidios, entre otros, son las categorías implicadas en este ‘mapa del miedo’. Categorías basadas en un trabajo de María Rodó de Zárate, hecho en España, al que se lo replica “con la idea de adaptarlas a nuestra propia realidad”. En el caso de los femicidios, “estamos dándonos cuenta que están siendo ubicados, sobre todo, porque son espacios que no queremos volver a transitar, por el recuerdo y el dolor que nos produce pasar por ese lugar. Fueron muy claras las localizaciones de femicidios”.

Sobre el aporte de este trabajo para las mujeres de Tandil, las ‘Geógrafas haciendo lugar’ se están manejando con un cronograma, “que tiene que ver con las acciones políticas de género y con lo estipulado por la Asamblea de Mujeres Trabajadoras de Tandil”. Para el 3 de junio próximo, en el marco de las actividades por Ni Una Menos, tratarán de acercar parte de los resultados; y en noviembre, en torno al Día por la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres, la idea es hacer una devolución. Se trata de “contribuir a un programa de género y a establecer políticas públicas, de Estado, de infraestructura, para que sea una ciudad amigable, para que la podamos transitar todas y todos de la misma manera”. Lan desmiente aquello de que “el espacio es abierto y es para todos”. Este mapeo echará luz sobre “una ciudad oculta, que ha sido revelada por las mujeres”.

No son pocas (lamentablemente y en absoluto) las mujeres que, al lanzarse a la calle, al salir a caminar, al volver del trabajo a casa, aún en calles del pleno centro, si de frente se cruzan caminando con una mujer o una pareja, no infunden ningún temor. Diametralmente distinto es el caso si se trata de un hombre o varios, y de la edad que sean: el miedo crece desde la planta de los pies. Historias de este estilo se reflejaban entre los comentarios, al clavar el alfiler, entre tantas otras situaciones. “No solamente se trata de la marca territorial del hecho consumado, que es lo que tenemos en el mapa. Por otro lado, están estas construcciones del miedo de los cuerpos sexuados de las mujeres. Ahí aparecieron otras cuestiones que fuimos registrando”, señaló Lan, y agregó: “Inclusive, hay mujeres que se animaron a intervenir más allá y señalaron zonas, no solamente la marca. Como es cartografía social, son las mujeres las que construyen esa cartografía”.

Diana, junto al equipo de trabajo de ‘Geógrafas…’, en la extensa e intensa jornada del 8M en Tandil sintieron que “cada mujer que dejaba su marca territorial se trataba de olvidar, o decía: ‘bueno, ya la deposité acá, esto ya no me pertenece’. Fue como una especie de ‘limpieza’, una suerte de ‘sanación’ el dejar aquello que nos ha dolido, que nos ha marcado”. De hecho, no faltaron quienes incluso recordaron hechos traumáticos de su niñez y también los marcaron en el mapa. “Muchas mujeres no lo superan nunca. Sólo cuando rompemos el silencio y podemos dejarlo materializado, como por ejemplo en esta carta, recién ahí”. En ese punto, Lan no dudó en afirmar: “Es una responsabilidad enorme la que nos toca ahora”.

Aún no hay resultados y el análisis llevará su debido tiempo. De lo que sí pueden dar cuenta es de la extraordinaria recepción que tuvieron de las mujeres que participaron. “En el momento que han dejado su marca en el mapa, han sentido que se desprendían de eso que era un evento de violencia que habían sufrido en el espacio público, por sus propios comentarios”. Por eso, Lan definió como conmocionante la experiencia: “Las mujeres vamos a dar a luz a una nueva ciudad, a partir de poder decir y de romper ese silencio espacial, y de ubicar exactamente aquellos lugares donde hemos sido violentadas”, concluyó.

Más de cuatro mil mujeres marcharon este 8M en Tandil