Más de cuatro mil mujeres marcharon este 8M en Tandil

Un nuevo Día Internacional de la Mujer fue conmemorado en las calles tandilenses. El 8M se inició con asambleas en catorce plazas en simultáneo, en donde se debatió sobre las problemáticas que aquejan a las mujeres de la (aún) Ciudad de las Sierras y se realizaron intervenciones en el espacio público. También el intendente Miguel Lunghi, junto a su gabinete, recibió a un grupo de mujeres de diversos sectores de la ciudad, nucleados en la Asamblea de Mujeres Trabajadoras de Tandil.

Desde las primeras horas de la tarde de este jueves, los grupos de mujeres de un amplio espectro etáreo se fueron acercando a la Plaza Independencia, frente al palacio municipal. Allí se desarrollaron talleres literarios, de murga (de la mano de Correla Voz), de estampas y copias xilográficas (desde la Colectiva Feminista Berta Cáceres); la oferta de maquillaje artístico y tatuajes ‘purpurinos’, de ‘Santa Purpurina’ (con gran éxito, visto y considerando las filas de muchachas que se acercaban y armaban filas en espera), junto a números musicales y una instalación con imágenes de conversaciones de whatsapp en las que las interlocutoras preguntaban cómo había llegado su par a su hogar: la recurrencia y naturalización que tienen estos mensajes entre amistades, ante el avance del peligro y el miedo en la calle para la mujer y cuerpos feminizados.

A la hora de la movilización, la columna que se formó cubrió alrededor de cinco cuadras que recorrió las calles céntricas. Entre bombos y gritos pelados, se escucharon muchas consignas y hasta se prepararon cancioneros para la ocasión. El denominador común: el reclamo por la defensa de los derechos de la mujer, del colectivo Ni Una Menos, por la erradicación de la violencia machista, y tratar de desterrar la indiferencia ante los femicidios.

La marcha finalizó en el veredón del palacio municipal, en donde integrantes de organizaciones que conforman la Asamblea de Mujeres Trabajadoras de Tandil leyó el documento elaborado para este 8 de Marzo, así como se dieron a conocer los balances sobre lo tratado y surgido en las asambleas de la mañana. Una cuerda de tambores le puso música al cierre.

El pedido de justicia por Ailín estuvo presente

En la manifestación estuvieron los familiares de Ailín Torres, la joven asesinada por su ex pareja Damián Gómez, el 11 de noviembre de 2017. Cristina Farías, mamá de Ailín Torres, manifestó: “Es difícil para nosotros, pero creo que tenemos que acompañar estas manifestaciones”. Debido a lo ocurrido con Ailín, “nos hemos concientizado en acompañar este tipo de marchas porque uno antes no se daba cuenta de las cosas”, señaló, en diálogo con el multimedios El Eco de Tandil.

Nadie se imagina que le pueda pasar algo así y menos tener que enterrar un hijo antes que nosotros. Jamás pensamos que nos podía suceder algo así”. Agregó que se encuentran en la espera del juicio para la efectiva realización de justicia. Sobre el hecho de hacer la denuncia, Farías indicó que es un tema “complejo porque muchas mujeres denunciaron e igual las mataron, pero está bien que lo hagan para ver si se puede revertir esto. Mi hija nunca quiso denunciar, porque ella nunca sufrió violencia física, era solamente psicológica, sino yo me hubiese dado cuenta”.

Por otra parte, la tía de Ailín, Dora Farías, hizo gráfico que con el apoyo de la familia están “tratando de llevar adelante esta situación que es imposible de revertir”, y agregó: “Apoyamos este tipo de iniciativas para que no vuelva a suceder. Es muy difícil el día a día, se hace cada vez más difícil seguir adelante porque el tiempo pasa y ella no está y se extraña mucho”.

“Estamos sabiendo lo poderosas que somos”

Gisela Giamberardino, de Mala Junta – Patria Grande, fue la encargada de dar la bienvenida a esa “gigante Plaza de Tandil” a las mujeres “trabajadoras, amas de casa, desocupadas, jóvenes, de la economía popular, artistas, soñadoras” y señaló que “millones de mujeres en el mundo están haciendo lo mismo que nosotras en Tandil: nos estamos reconociendo, nos estamos mirando a los ojos, estamos sabiendo lo poderosas que somos”.

Una gran avalancha de aplausos se llevó el hecho de nombrar que, si bien este 8 de marzo “nos encuentra también específicamente preocupadas por nuestros derechos sexuales y productivos”, ante el nuevo proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, tienen la esperanza de este vez sea votado “y podamos tener acceso al aborto legal, seguro y gratuito”.

Giamberardino subrayó que “nos une la complicidad de sabernos oprimidas y de que ese no es el lugar que merecemos. Nos une esta alegre rebeldía”.  Desde hace varios años, “las mujeres argentinas nos cansamos y cantamos ‘nos matan a las pibas en la cara de la gente’. Supimos organizarnos y a quién hacerle la demanda. El Estado es responsable”.

En Tandil, se juntaron mujeres de más de 50 organizaciones, partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales, organizaciones de base. “Ese fue nuestro gran triunfo hoy: estamos todas juntas y esperamos seguir para adelante”. Como resultado de las asambleas que se realizaron desde enero, las demandas de las mujeres tandileran se consensuaron en el documento.

COMUNICADO DE LA ASAMBLEA DE MUJERES TRABAJADORAS DE TANDIL

Desde la Asamblea de Mujeres Trabajadoras de Tandil, saludamos a todas las vecinas y compañeras que nos encontramos hoy participando de este acto por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Como Asamblea de Mujeres, nos reconocemos como un actor social novedoso y como un sujeto político activo. Hace dos meses que venimos compartiendo espacios de reuniones y de allí han surgido preocupaciones y reclamos que vamos a compartir y que pretendemos sean una guía para diseñar la agenda política y reivindicativa de las mujeres en Tandil.

Sabemos, además, que estamos participando de un diálogo internacional y que hoy, en más de 60 países, las mujeres estamos haciendo un Paro. Las luchas de las mujeres tienen años y los movimientos de mujeres, los movimientos de las disidencias sexuales y los movimientos feministas, hemos confluido en este enorme desafío que nos permite hoy organizar el Segundo Paro Internacional de Mujeres.

El 8 de marzo es un día de lucha. Fruto de un largo proceso internacional que se remonta a principios del siglo XX. Es una jornada de reflexión, sensibilización y lucha por los derechos de las mujeres y en contra de todas las formas de la violencia patriarcal. Entre los antecedentes que cimentaron la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, impulsado por las socialistas rusas en 1914, y promulgado en 1965 por la ONU, están las sufragistas de Europa y de Estados Unidos, que, además del derecho al voto, reivindicaban los derechos de las mujeres al trabajo, a la ocupación de cargos públicos, a la formación profesional y a la no discriminación sexista.

Están también las más de cien obreras neoyorkinas que, en 1911, murieron a causa de las pésimas condiciones en las que eran obligadas a trabajar. Están las trabajadoras rusas que, en 1917, se declararon en huelga para reclamar por el pan y la paz, en contra del régimen zarista.

Están asimismo las mujeres latinoamericanas –las originarias, mestizas, sambas y negras- que a lo largo de la historia han protagonizado los procesos de lucha por la liberación de nuestro continente.

Siguiendo los pasos de estas mujeres es que hoy reinventamos las estrategias de lucha y, como lo hicimos el año pasado, nos declaramos en huelga.

Para este 8M vamos a movilizarnos millones de mujeres en todo el mundo. Salimos a las calles y nos unimos en un Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la trascendencia del trabajo que hacemos dentro y fuera de casa; para exigir la igualdad de derechos en todos nuestros ámbitos de acción y la autonomía total sobre nuestros cuerpos, y para repudiar todos los tipos de violencia patriarcal de los que somos víctimas.

El mundo se ha convertido en un lugar hostil: las desigualdades aumentan, la riqueza se concentra en unos pocos poderosos. Los Estados de nuestra América y del mundo se cierran, ajustan y recortan políticas sociales; avanzan sobre los derechos conquistados, persiguen a migrantes y criminalizan a los sectores populares. Y la voz principal que se alza a nivel internacional en contra de todo esto es la de las mujeres. Somos el sujeto político más dinámico, organizado y, fundamentalmente, aglutinador de todos los sectores sociales: padecemos todas las opresiones —de género, raciales, de clase, de orientación sexual, de religión— y nos organizamos para luchar en consecuencia.

En nuestro país, el movimiento de mujeres es vanguardia en lucha, reacción y organización, con el notable ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que desde la década de los setenta luchan y marchan por la aparición de sus hijos, hijas, nietos y nietas. Y también fuimos las mujeres las impulsoras del primer paro en contra del Gobierno conservador y represor de Macri y la alianza Cambiemos.

Somos muchas hoy en esta plaza y somos millones de mujeres en todo el mundo las que hoy compartimos esta experiencia de lucha, reclamo y marcha. El Paro Internacional de Mujeres es un acto de denuncia y de protesta, y es también la lucha por desnaturalizar la discriminación, la sujeción, la explotación y  la cosificación a la que estamos sometidas las mujeres, por el solo hecho de ser mujeres. Las Mujeres movemos el mundo, las mujeres hoy lo paramos.

Este 8 de marzo nos apoderamos del mundo. Hicimos en esta jornada piquetes, marchas, demostraciones, giras feministas, debates, conciertos, radios abiertas, asambleas. Abandonamos el trabajo, salimos a la calle, ocupamos el espacio público.

Paramos porque venimos a decirle basta a las violencias femicidas y travesticidas, y a las violencias económicas y estatales que las sustentan. Paramos para denunciar la vigencia de las múltiples violencias y opresiones a las que estamos expuestas las mujeres y las identidades sexuales disidentes. Lo hacemos porque la desigualdad y la discriminación nos exige organizarnos y luchar para revertir esta situación que nos mata cada 29 horas. Paramos agotadas de nuestras dobles y triples jornadas.

Paramos en los ámbitos de trabajo productivo, en los que muchas veces, estamos en situación de precariedad laboral, con bajos salarios. En lugares donde no ocupamos puestos de decisión y para desarrollar nuestras vidas laborales nos enfrentamos al techo de cristal y al suelo pegajoso, que no nos permiten movernos según nuestras expectativas y aptitudes.

Paramos también en los espacios de trabajo reproductivo: en nuestras casas, donde nos ocupamos de la alimentación, de la vestimenta, de la limpieza y de las compras. Paramos en las actividades de las que somos protagonistas, como los cuidados de niñas y niños, los trámites para el acceso del grupo familiar a cuidados médicos, y el acceso a planes y programas que mejoran la calidad de vida del grupo familiar; el acompañamiento y los traslados hacia las escuelas, los centros de salud, las obras sociales o las plazas. Paramos porque el tiempo que nos ocupan estas actividades de reproducción en la vida cotidiana, se vuelve el uso “natural” del tiempo y queremos visibilizar que nuestro nivel de ocupaciones y de stress, de preocupaciones y saturación de la agenda, es la otra cara de los privilegios masculinos, en esta sociedad patriarcal.

Reconocemos que el género organiza la convivencia y los vínculos en todos los contextos de la vida social y que es una variable de todas las desigualdades y violencias, que no siempre se vuelve evidente. Paramos para visibilizar el efecto que tiene en la vida de las mujeres, la organización de la estructura social según el modelo sexo-genérico basado en la heteronorma, en el binarismo de género y en la idea de complementariedad de los sexos.

Las mujeres del mundo nos ponemos de pie en contra de la falta de reconocimiento de las tareas de cuidado y del trabajo en el hogar; de la brecha salarial; del achicamiento del Estado, del ajuste y los despidos masivos; de la violencia institucional impulsada desde el gobierno; de la violencia patriarcal y los femicidios; de la ilegalidad del aborto; de la trata, y de la inequidad de género en todos los ámbitos, y declaramos que:

PARAMOS porque nuestros salarios son más bajos que los de los varones, porque la desocupación golpea más fuerte a las mujeres y porque cada vez somos más las mujeres las mujeres precarizadas y excluídas.

Porque en nuestro país, las mujeres ganamos 27% menos que los varones y la brecha salarial llega al 40% entre quienes trabajan en situación precaria. Porque si el desempleo promedio en Argentina es del 9,3porciento, para las mujeres es del 10,5 y supera el 20 para las más jóvenes.

Porque la pobreza nos afecta más. Además de las mujeres con trabajo formal, informal y precario, un tercio de la población ha sido excluida del mercado laboral, y ese tercio lo conformamos mayoritariamente mujeres.

Paramos porque el Estado garantice mecanismos concretos para que las mujeres podamos acceder a nuestra independencia económica.

Paramos por TIERRA, TECHO Y TRABAJO: para que se apruebe en Tandil el Proyecto de Ordenanza de la economía popular, que reconoce, facilita y fortalece el trabajo que tuvimos que inventarnos las mujeres excluidas. Y porque busca mejorar nuestras viviendas o acceder a ellas.

Paramos porque en Tandil desde el año 2010 no contamos con estadísticas públicas sobre el trabajo, pero sabemos que el desempleo, los despidos, la precarización y también la exclusión, comprende más a mujeres que a varones. Paramos para que las estadísticas se construyan con perspectiva de género.

Paramos porque faltan jardines maternales y por la creación de espacios de cuidado públicos, que sean diseñados con perspectiva de género y que nos permita no tener que quedarnos en casa o depender de otras mujeres para salir a trabajar. Paramos por un seguro de desempleo para todas las trabajadoras de casas particulares.

Paramos porque hacemos la mayor cantidad de trabajo doméstico no remunerado.

Paramos porque el 76% del trabajo doméstico no remunerado lo hacemos las mujeres. Porque cuando tenemos hijos o hijas tenemos que cuidarlos nosotras. Porque cuando nuestros hijos e hijas crecen, somos nosotras las que nos ocupamos de nuestros mayores. Paramos porque en la Provincia de Buenos Aires las mujeres dedicamos casi el triple de tiempo que dedican los varones a estas tareas (seis horas versus 2 horas).

Paramos porque rechazamos la ampliación de la edad para jubilarnos y la eliminación de la jubilación por moratoria para las mujeres, conocida como jubilación para amas de casa.

Paramos para que se respeten nuestros derechos laborales.

Porque el gobierno nacional pretende limitar nuestros derechos, poniendo «techos» a las discusiones paritarias. Porque las licencias por maternidad son cortas, y las de paternidad son de sólo días, imponiéndonos la responsabilidad de la crianza.

Paramos porque queremos licencias por violencia de género en todos nuestros Convenios Colectivos de Trabajo, y para que se implementen protocolos de asistencia a víctimas de violencia en nuestros lugares de trabajo y de formación.

Paramos porque repudiamos la reforma previsional sancionada y el proyecto de reforma laboral, y la pretendida avanzada sobre el dinero de las trabajadoras existentes en las cajas previsionales.

Paramos para exigir el pase a planta permanente de las trabajadoras municipales precarizadas hace muchos años.

Paramos por una participación igualitaria en los espacios de toma de decisiones y por la despatriarcalización del Estado, la Justicia, los Sindicatos y los Medios de Comunicación.

Paramos por el cumplimiento efectivo de la paridad en todos los espacios de decisión. Porque queremos decidir junto a nuestros compañeros, en igualdad ysin discriminación, la sociedad en que queremos vivir.

Paramos para frenar la violencia institucional. Paramos contra la reproducción de estereotipos de género, porque los prejuicios y la socialización de un “modelo de mujer” desde las instituciones del Estado constituyen una forma de violencia institucional invisibilizada, que debe eliminarse.

Paramos por un Estado laico, separado de la injerencia de cualquier credo o religión.

Paramos porque estamos hartas de la violencia simbólica reproducida desde los medios de comunicación. Porque cuando se trata de nosotras, mujeres víctimas de violencias, abusos y violaciones, la única mujer creíble termina siendo la mujer muerta.

Paramos para que se esclarezcan todas las situaciones de abusos y violaciones en nuestra ciudad y reclamamos una Justicia libre de prejuicios en relación a nuestro género y clase. Pedimos excarcelación a las mujeres con prisión preventiva por delitos menores, domiciliarias para madres con niñes menores de cuatro años y para jefas de familia. Exigimos que el Estado revise las causas por homicidio que en muchos casos responden a autodefensa ante una agresión machista.

Paramos contra la justicia patriarcal que no hace cumplir la Ley 27.206 que declara imprescriptibles los delitos de abuso sexual en la infancia y sostiene una vinculación forzada con los abusadores bajo el nombre del síndrome de alienación parental. Exigimos tribunales especializados para la atención de la violencia de género.

Paramos para que nuestra agenda política se aborde en el Concejo Deliberante, a través de la creación de una Comisión Especial, con la garantía de que los proyectos que nos incumben lleguen algún día al recinto.

Paramos para que se asigne el presupuesto necesario para erradicar la violencia de género, y porque están recortando el presupuesto en áreas sensibles a nuestros derechos.

Paramos para que sea público el presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres, y el destino de su ejecución.

Paramos por la creación del Ministerio de las Mujeres y disidencias sexuales a nivel nacional, y por la creación de la Secretaría de Género y Diversidad Sexual en nuestra ciudad. A un año de la creación de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual de Tandil, pedimos por la jerarquización de la misma.

Porque las mujeres necesitamos salir de los espacios estatales asistenciales, y ser parte de la agenda general de cada área gubernamental, para que cada política pública que se diseñe cuente con la perspectiva de género que necesitamos para comenzar a disminuir hasta erradicar la violencia que nos afecta en distintos ámbitos y de distinta forma.

Paramos para fortalecer los equipos técnicos de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual, y de la Casa de Abrigo Marta Pelloni.

Paramos para exigir la efectiva aplicación de la Ley Brisa.

Paramos para que se asigne presupuesto específico para la asistencia y reinserción de las mujeres damnificadas por el delito de trata de personas, y víctimas de violencia de género, porque sabemos que la independencia económica es la única posibilidad que tenemos de salir de las situaciones de violencia.

Paramos por el desmantelamiento de las redes de trata, y por el juicio y castigo de funcionarios policiales, políticos y judiciales, medios de comunicación, y empresarios implicados.

Paramos para que el Estado asuma la responsabilidad de garantizar el acceso a tierra y vivienda, a través de planes orientados a las mujeres; y remarcamos que en nuestra ciudad han sido las organizaciones sociales las únicas que han asumido esta tarea. La falta de políticas públicas con perspectiva de género son nuestras principales barreras. Somos las mujeres de los sectores medios y bajos las que sufrimos mayores dificultades para acceder a una vivienda digna, por razones económicas y sociales.

Paramos para que se trate el Proyecto de Declaración de Emergencia Pública en Materia de Violencia de Género, que prevé una política de vivienda y una política de subsidios, entre otras cuestiones de relevancia, para garantizar nuestra autonomía económica y que lleva dos años sin tratarse.

Paramos por la incorporación de una médica legista y de una ginecóloga en la Comisaría de la Mujer y la Familia.

Paramos por la despenalización y legalización del aborto y por el cumplimiento efectivo de la ley de Educación Sexual Integral.

Exigimos la urgente aprobación del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, presentado por séptima vez el 6 de marzo pasado, presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En nuestro país, se realizan entre 370 mil y 520 mil abortos clandestinos por año. Hoy, el aborto clandestino e inseguro sigue siendo la principal causa de muerte de personas gestantes.

Paramos porque aún no contamos con un/a profesional no-objetor de conciencia en el servicio de toco-ginecología del Hospital Municipal Ramón Santamarina.

Paramos por el restablecimiento del servicio de consejerías en salud sexual reproductiva y no reproductiva e ILE (Interrupción Legal del Embarazo) en el Hospital Municipal Ramón Santamarina y en todo el Sistema Integrado de Salud. Repudiamos enérgicamente la persecución a médicas y trabajadoras de la salud que garantizan el derecho a la salud y el acceso a abortos no punibles en cumplimiento con la legislación vigente. Paramos por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal, seguro y gratuito para no morir.

Paramos para exigir la continuidad del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable y su fortalecimiento.

Paramos para exigir el cumplimiento efectivo con presupuesto acorde de la Ley de Educación Sexual Integral y de la Ley de Protección Integral de la Niñez, para erradicar estereotipos desde la primera infancia, respetar la diversidad de identidades, garantizar los derechos sexuales y reproductivos y prevenir la violencia y la discriminación.

Paramos por la libertad de todas nuestras presas políticas.

Porque se nos quiere disciplinar a través de la violencia perpetrada desde el Estado por el actual gobierno con la complicidad de una Justicia misógina y clasista.

Paramos para repudiar la criminalización de la protesta. Exigimos el desprocesamiento de todos los luchadores y las luchadoras populares. ¡Libertad a Milagro Sala ya!

Paramos para repudiar la propuesta de bajar la edad punible que está vigente en la agenda política actual, y que consideramos una medida que atentaría contra el sistema de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

¡Nosotras paramos y unidas hacemos temblar la tierra! Las mujeres, lesbianas, trans y travestis, en huelga de países del mundo, declaramos: ¡Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras! ¡Los derechos de las mujeres son derechos humanos! ¡Ni una menos, vivas nos queremos! ¡Viva el 8 de marzo, nuestra lucha y este paro internacional de mujeres!