Paridad en las listas: una ley, 70 años de historia

Distintos partidos y alianzas políticas presentaron sus listas de cara a las PASO de agosto. Por primera vez en la Argentina, las listas están compuestas, en un 50 por ciento, por mujeres. La socióloga Virginia Franganillo repasa la extensa lucha que permitió alcanzar este nivel de representación. Nota compartida desde (Agencia CTyS-UNLaM)

8 de marzo de 2018. Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans. Una multitud teñida de verde inunda cada rincón de la plaza de los Dos Congreso y sus inmediaciones. Hay buenas noticias: la Ley Nº 27.412 de Paridad de Género en las listas finalmente se reglamentó.

En poco más de un mes, se va a poder elegir entre listas de cada partido y alianza política con el 50 por ciento de las precandidaturas ocupadas, de forma alternada desde los puestos titulares a los suplentes, por mujeres. ¿Cómo se llegó a la paridad? ¿Cómo se logró su cumplimiento? La socióloga y directora de Ojo Paritario, Virginia Franganillo, cuenta los avatares y las condiciones de una lucha que comenzó, también, con una plaza llena.

La historia argentina contó, desde sus albores, con mujeres que, aunque fueron marginadas, se hicieron un lugar en la política. Julieta Lanteri y Alicia Moreau de Justo son algunos de los nombres que surgieron en las primeras décadas del siglo XX. Pero no fue hasta el arribo de Eva Perón a la política que las mujeres en plural accedieron, primero, a reconocerse como actoras legítimas para la vida democrática, y segundo, al derecho “universal” de votar en las elecciones.

El peronismo –explica Franganillo- tenía una enorme tradición de militancia de las mujeres desde sus orígenes. En el radicalismo, el fenómeno de la participación femenina también empieza ahí. En la década del 40′, la creación de un Partido Peronista Femenino (PPF) liderado por Eva Perón, significó la politización masiva más importante de la época y una norma no escrita de aquel 33 por ciento como cupo de representación de las mujeres”.

Esa decisión simbólica se materializó parcialmente en los hechos: casi un 24 por ciento de mujeres fueron legisladoras por primera vez a nivel nacional. Según la socióloga, el suceso fue extraordinario tanto en América Latina como en la Europa de posguerra, que no tenía legisladoras en sus bancas.

Sin embargo, con la muerte de Eva Perón y con los sucesivos golpes militares, ese antecedente del cupo femenino se perdió y no se volvió a tener hasta bastante tiempo después de la recuperación de la democracia.

En la transición democrática de los setenta, esa tradición tampoco se recupera. Aunque hubieron solo algunas mujeres en el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), que impulsaron leyes bien interesantes entre el 73’ y 76’”, precisa Franganillo, y añade que, pese a la escasa presencia de las mujeres en la política de esa época, lo que sí se constituyó fue el Movimiento de Mujeres.

Al respecto, la socióloga explica: “Era un fenómeno de feministas, mujeres que volvíamos a la militancia de los partidos, a las organizaciones profesionales, y un fenómeno también heredado de la dictadura que eran las organizaciones de base, es decir, las organizaciones comunitarias”.

Con una corriente de mujeres feministas y militantes fuertemente plantada, el sueño del 33 por ciento de cupo femenino podía ser, a fuerza de lucha, una realidad tangible. Sobre todo porque ese objetivo, como otras gestas de esa época, unió tanto a las mujeres peronistas como radicales y a las de otros múltiples sectores. Lo que se construyó fue, en palabras de Franganillo, “una agenda en común”.

Para el año 1991, nuestra participación no llegaba a un 4 por ciento a nivel nacional ni en la Provincia. Las mujeres radicales, convencidas de que el peronismo iba a votar en el Senado y en Diputados una norma de un 20 por ciento, presentaron un proyecto con una senadora, y ese proyecto se votó casi simbólicamente en el Senado. Luego se constituyó el Consejo Nacional de la Mujer, que en esos tiempos convocó a un proceso de movilización de todos los partidos y se logró, así, la primera ley en el mundo (la N° 24.012) que los obligaba a cumplir con un 30 por ciento de mujeres en sus listas”, relata la investigadora.

No solo se trató de la primera normativa a nivel mundial destinada a reparar la escasa representación femenina en la política, sino que se trató, también, de una norma de acatamiento exitoso. ¿La clave? El movimiento organizado y transversal de las mujeres.

En la primera elección, el 70 por ciento de los partidos no cumplió. Entonces, el Consejo Nacional de la Mujer salió a impugnar, a generar jurisprudencia y a comprometer distintos organismos de control. En la Unión Cívica Radical, por ejemplo, las mujeres también impugnaron, y llegamos así hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Eso dejó una cultura de que las leyes están para ser cumplidas”, subraya Franganillo.

Al momento de concretar la paridad, en 2018, Argentina contaba con un 38 de mujeres en la cámara de Diputados y un 40 por ciento en Senadores. Toda esa historia de vigilia y monitoreo de las leyes permitió que, al momento de presentar las listas para las elecciones de este año, el cumplimiento sea efectivo y que se sentaran las bases para fortalecer otros espacios en los que la voz de la mujer sigue siendo minoritaria.

Lo que potencia la paridad en las listas –sostiene Franganillo- es la paridad en otros campos. La paridad se está discutiendo en las redacciones, en la ciencia, en los escenarios, en la música, y creo que es clave dar cuenta de esto en las agendas electorales”. En ese sentido, agrega que, desde Ojo Paritario, se impulsa no solo el mantenimiento de la paridad, sino que también haya feministas en las listas capaces de instalar en la agenda diversas demandas con perspectiva de género.

Por último, Franganillo celebra que las manifestaciones de mujeres, lesbianas, travestis y trans, como la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito librada el año pasado, hayan logrado convocar a un actor más para el ejercicio de la política: los y las jóvenes. “Estas formas de politización de los distintos sectores de la sociedad por supuesto que fortalece la democracia. Entonces, yo creo que hoy las jóvenes están atentas: ellas han sido las grandes protagonistas”, concluye.

Fecha de Publicación: 2019-07-05
Fuente: Agencia CTyS