¿Parque seco o secar el Parque?

En tren de las transformaciones (y destrucciones) que el Municipio de Tandil está realizando (o dejando hacer) a lo ancho y alto del Parque Independencia, la zona que se encuentra en la base del cerro, entre la Portada y el Anfiteatro Municipal, no escapa a esta realidad. Una denuncia vía Facebook, intentos de explicación y justificación dadas desde el Ejecutivo local, y el planteo de una junta de firmas y mateadas en donde se muestra al vecindario la gravedad de los hechos que están ultrajando el patrimonio histórico y natural de la tandilidad.

La del 24 de enero era una mañana tranquila, con el calor agobiante del verano tandilero. Una mañana más. Un miércoles más. La escritora Patricia Ratto, vecina del Anfiteatro, salió a caminar por el verde de la Plaza de las Banderas. Al regresar a su hogar, no le cayó un casoar de la nada (como sucede en el cuento ‘Rara Avis’ de su reciente obra ‘Faunas’), pero se topó con una postal que le causó la misma sensación de baldazo de cubitos: la otrora cubierta natural del terreno que se encuentra entre la Portada del Parque y el Anfiteatro, convertida en algo parecido a una pista de patinaje. La nevada mortal de El Eternauta parecía haber llegado a esos árboles que, de la noche a la mañana, fueron rodeados, ‘ahorcados’, por capas de polvo de piedra y arena.

Ratto, aún en estado de estupor, optó por filmar la situación y compartir esas imágenes en las redes sociales, junto a un texto que llevó como título “Trueque funesto: hacia la cementización del Tandil Soñado”. Allí expresó: “Perdimos árboles porque los talaron, otros porque fueron quemados por la imprudencia de arrojar pirotecnia en el peor momento de sequía. Hoy… directamente TOPADORA, CEMENTO, granza, ladrillos, rejas. Cortar ramas, pelar los árboles, tapar el pasto, las hojas, las flores silvestres, la tierra, con una espesa capa que todo lo mata, ERRADICAR LA NATURALEZA para llenarlo todo con flores de chapa y playas de estacionamiento en lugares que luego se llenarán de automóviles y ruido que también contamina”.

Imagen tomada por Patricia Ratto.

Teniendo en cuenta que el Festival ya tiene varios febreros en el haber y nunca pareció presentarse problema alguno, Ratto indagó: “¿Es para poner kioskos y puestos de feria? ¿Por qué no ponerlos sobre la diagonal, como tradicionalmente se hizo? ¿Es necesario destruir para hacer una Fiesta del Salame o de lo que sea? ¿Por qué esta sostenida política del Municipio en contra del Tandil natural? Mientras tanto, hay barrios sin cloacas o con serios problemas con el suministro de agua”.

La escritora continuó con el relato. Describía lo que estaba sucediendo en la vereda de enfrente a su casa, en lo referido a los cortes de ramas «de los árboles de la parte baja del Parque, y ese polvo gris que ahora todo lo cubre, tras la eliminación del colchón de sotobosque natural que había en la zona. Ahí está el automóvil y la grúa del Municipio de Tandil«. En ese punto, informó del llamado que recibió desde el Municipio, donde le informaron que el intendente quería hablar con ella; y comentó que se encontraba reconsiderando la invitación, ya que «no son estas las maneras que tiene la democracia de manejar las cosas, a título personal«.

Imagen de Claudia Cabrera.

Como conclusiones provisorias, Ratto señaló que «en ese mismo llamado, me explican: que no hay cemento (¿?); que no es tala sino poda (¿¿??); que el impacto ambiental es mínimo (¿¿¿???); que va a haber más luz y la zona va a ser más segura (¿¿¿¿????); que una rama podría caerse en la cabeza de los niños que allí juegan (¿¿¿¿¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡????). Bueno, todos sabemos que el uso del lenguaje disfraza, encubre, trastoca, suaviza. Pero también revela, expone, saca a la luz, incomoda. Depende de quién lo use, claro está«. También apuntó: «Creo que nadie puede negar que, detrás de todo esto, hay una cuestión económica de por medio«.

En pocas horas, su publicación tuvo unas 400 compartidas y generó una catarata de más de 200 comentarios, con más críticas e indignaciones que alegría.

 

Intereses privados y degradación del Parque

La Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil también hizo público su análisis de la situación. Desde la Asamblea indicaron: “Hace años que asistimos a discursos de progreso y marketing ambiental, pero en los hechos, en la gestión de la ciudad, priman criterios mercantilistas, privatizadores y poco democráticos. El Parque Independencia, un emblema de lugar público, un cerro, paseo de todos, se viene alterando desde hace años, pero en el último parece que la impunidad ha hecho que pasen la barrera de un mínimo de sensatez. Quienes lo forestaron ¿habrán imaginado alguna vez que en el siglo XXI, cuando existen métodos mucho más seguros para hacer juegos lumínicos, se persista con hacer fuegos artificiales y se incendien árboles añosos? Quienes legaron a Tandil el Castillo Morisco, ¿habrán imaginado que alguna vez el mirador de todos sería parte de una concesión a un comerciante? El servicio que presta el mismo es el de confitería y puede hacerlo en la sala. El mirador y la vista son de Tandil. Quiénes participaron y asistieron al Festival Folklórico de las Sierras, realizado durante años con amor y éxito en el marco existente, ¿creerían imprescindible llenar de polvo de piedra la tierra del monte aledaño y de comercios que bien podrían colocarse en otros lugares ya modificados?

Desde la entidad preservacionista, remarcaron: “La legitimidad de origen dada por el voto popular se malversa cuando los intereses privados de una minoría se jerarquizan sobre el interés general y el bien público. El marketing es muy efectivo, pero siempre llega el momento en que los hechos revelan la cara real de las políticas implementadas: los huecos en las Sierras más antiguas de la Argentina, los pasivos ambientales, las rutas rotas por la sobrecarga de los camiones, el manejo negligente del agua en todos los aspectos, las construcciones sobre las Sierras, los efluentes cloacales sobre las áreas de recarga del acuífero, los incendios intencionales para preparar terrenos para la construcción, la extensión de la ciudad sobre las áreas de protección, la construcción sin límites de edificios, la sobrecarga de los sistemas de servicios que terminan en inundaciones y a veces en desborde de aguas servidas, la falta de regulación adecuada para garantizar el acceso a la tierra y la vivienda en los muchos lugares adecuados de la ciudad, la evidente desigualdad en las inversiones en los distintos barrios. Todo esto es moneda corriente en las últimas décadas”.

Al mismo tiempo, “se ha pretendido instalar en la población la idea de que hay que aceptar estas desigualdades; que el Estado no debe meterse para regular, por ejemplo, el mercado de tierras, pero sí está bien que lo haga mediante excepciones, convenios, concesiones, para garantizar negocios a pedido y satisfacer a los supuestos ‘inversores’ en aras del progreso de la ciudad. Pero no es progreso la apropiación privada de los valores ambientales de la ciudad, del paisaje, un bien común, ni de los espacios públicos por parte de los particulares privilegiados por esta visión de la ciudad”.

Imagen de Patricia Ratto.

Asimismo, “cabe preguntar que se ha hecho por apoyar y mantener todas las actividades productivas genuinas, basadas en el esfuerzo y el trabajo, y orientadas a crecer con la ciudad y no a su costa. ¿Cuántos empleos industriales, comerciales, rurales se han perdido en estos largos años mientras se llenan las dependencias municipales de funcionarios que denominan “poner en valor” a la privatización y mercantilización de los espacios naturales y las actividades culturales generadas por la comunidad?

La oposición de ambientalistas no les importó. La oposición de muchos vecinos que plantean sus reclamos ante la sinrazón de sus políticas de desprecio a la naturaleza tal vez no les importe… Pero cuando el Tandil real se hace visible detrás de los afiches del soñado y perdemos lugares que antes eran públicos, perdemos naturaleza: contra el cemento que a su vez se niega donde sería necesario; cuando las explosiones vuelven a hacer temblar varios kilómetros a la redonda”. En esos hechos, “la gestión de gobierno se muestra de verdad y la ciudadanía tiene el derecho de exigir que se rectifique el rumbo, en beneficio de la ciudad y el conjunto de su población”.

Por último, los ambientalistas subrayan: “¿Qué clase de gestión pública puede ser considerada democrática si no ejerce el poder para preservar los bienes comunes al mismo tiempo que se rinde ante el interés de unos pocos, subordinándose a sus negocios?”. Desde la Asamblea, adhieren a los reclamos de los vecinos “para detener la alteración del Parque Independencia; para lograr la atención de los reclamos por servicios e infraestructura básica en los barrios; exigimos el cese de las explosiones canteriles; e instamos a la población a participar en todos los ámbitos, en pos de una gestión democrática de la ciudad que mejore la calidad de vida de todos y preserve el Patrimonio Natural y Cultural para actuales y futuras generaciones”.

Imagen tomada por Patricia Ratto.

Intentando algo parecido a una justificación… y el destape

En algunos medios tandilenses, el coordinador de Espacios Verdes Públicos, Horacio Amasino, negó que los trabajos realizados vayan contra la naturaleza. De hecho, la definió como “una capa permeable”. De hecho, Amasino señaló que lo hecho en la ladera del Parque fue “pintar (sic) con una leve capa de material de canteras” y nivelar “para frenar la bajada de agua”, preparando ese espacio para una ampliación del Festival de la Sierra, organizado por el área de DOT (Denominación de Origen Tandil). “Pero no se sacó ningún árbol”, se atajó, “ni se dañó ninguna raíz, ningún árbol”. Agregó: “La capa que se puso es un suelo permeable; abajo, lo que había eran hojas muertas de pino, de eucalipto. En el futuro, van a seguir cayendo hojas de los pinos y eucaliptos. Nuevamente se va a volver a formar el colchón que había. Es una superficie permeable. Sólo tiene una capa de arena de cantera”.

Se hizo todo lo que es limpieza: podamos alguna rama baja que no permitía transitar y echamos esa capa para que, habiendo lluvia, se pueda utilizar. Esa capa se llama ‘río de calles’”, utilizado en lugares donde las lluvias barren. “Cuando llueve mucho, baja el agua por la ladera del Parque y choca contra las casas que están sobre Callao. Al quedar más plana esa franja, frena la velocidad del agua que venía de arriba del cerro”.

Sobre lo que algunos llaman ‘poda de árboles’ cuando en realidad es una destrucción lisa y llana de un ambiente verde y PÚBLICO, de toda la ciudad de Tandil, a lo ancho y alto del Parque Independencia, Amasino declaró: “antes de empezar a sacar, registramos la cantidad de árboles secos. Yo estoy en Espacios Verdes desde la gestión de Mabel Cocina y era un desafío empezar a sacar todos los residuos de temporales y árboles caídos, que había un montón, por la peligrosidad que representaban y para tener acceso en caso de incendios”. Por las fotos que sirven de evidencia sobre lo que está sucediendo realmente en la cima del Parque y aledaños, se trataría de obras de gran previsión: han cortado (y asesinado) árboles plenamente verdes y vivos; y si de tener acceso en caso de incendios hablamos, el primer paso sería prevenirlos y no ocasionarlos.

Horacio Amasino. Gentileza de El Eco de Tandil.

Amasino también se refirió a que la “limpieza” se hizo sacando “especies invasoras”, como el laurel, moras y retamas, y material seco, pinos, cipreses y eucaliptos caídos (y agregamos: los que no estaban caídos también). “Con el tiempo, seguramente van a volver, pero por lo menos pudimos generar los accesos para que los camiones de bomberos e hidrantes puedan acceder; y también para que la gente que quiera circular lo pueda hacer”, cerró su aparición pública.

A las pocas horas de estas declaraciones, algunos vecinos googlearon a Amasino y dieron rápidamente con su empresa Buena Vista Paisajes, «un estudio de planificación y diseño del paisaje donde se propone crear espacios funcionales y confortables, donde la interacción con la naturaleza esté al alcance nuestro día a día, mejorando la calidad de vida«, como se deja leer en su página web. Propietario desde 2011 de Buena Vista Paisajes, en 2009 comenzó con su labor en la Oficina Técnica de la Dirección de Parques y Paseos -dependiente de la Secretaría de Planeamiento y Obras Públicas-. Tal como lo indica en su currículum, se encarga de la «planificación, diseño, proyectos y dirección de obra«. Nótese el detalle no menor de las fechas: luego de acceder al Municipio -a través de un concurso, al parecer-, creó una empresa dedicada a intervenir los espacios verdes públicos… Que él coordina.

En la página web de su empresa, dieron con otra revelación: Buena Vista Paisajes promocionó sus intervenciones en espacios públicos como el Parque del Bicentenario, la Plaza del Don, el Hospital Santamarina y Villa Onena (información que, ni lerdo ni perezoso, ya se encargó de borrar del sitio web). ¿Juez y parte? Y desde el Ejecutivo no se puede alegar desconocimiento. Luciano Lafosse, subsecretario de Obras Públicas, señaló que efectivamente Amasino fue el responsable de diseñar diversos proyectos, «pero como personal municipal, no como una empresa que desarrolló esos trabajos«. Al mismo tiempo, a modo casi de reto, objetó que haya incluido esas intervenciones en su currículum: “Horacio muestra trabajos que ha hecho para el Municipio en su web. Eso se utiliza para confundir y dar alguna visión de que hay algún ocultamiento. Los trabajos los hizo como empleado municipal”, afirmó el subsecretario, y resaltó: “La transparencia caracteriza a un gobierno como el del Intendente Lunghi, y tenemos que salir a aclarar cosas que se imaginan desde algún lado”.

Logo de la empresa Buena Vista Paisajes.

Lafosse aportó: “Se brindarán todos los informes que haya que brindar, pero no hay que generar una psicosis respecto de cosas que son infundadas”, y consideró que a “estas cosas uno las toma como parte del juego político”. Agregó: «[Horacio Amasino] es una persona altamente calificada y su empresa no es proveedora municipal, nunca fue adjudicataria de obras por ninguno de los medios de contratación«. Además, negó que Buena Vista Paisajes esté al frente de los trabajos en el Parque Independencia: «Eso se está haciendo con personal municipal» del área de Espacios Verdes Públicos, junto a Vialidad y Dirección de Obras Públicas. Lafosse aseguró que “no se ha talado un solo árbol en ninguno de los trabajos que se están haciendo. Solo una poda correctiva en algunos árboles puntuales y árboles que han sido implantados en el Parque”.

En torno a la continuidad de Amasino como coordinador de Espacios Verdes Públicos, Lafosse no cree “que haya alguna cosa que cambiar”. Desde el bloque de concejales de Unidad Ciudadana, por su parte, se presentó un pedido de informes para exigirle precisiones al Ejecutivo. «Es una situación muy grave. Si es así, debió contar con la anuencia del área de Legales y de sus superiores. Si a nosotros nos pareciera que hay delito, haremos la denuncia penal correspondiente, para investigar a nivel administrativo y penal«, indicó la edil María Eugenia Poumé.

Imagen tomada por Claudia Cabrera.

El «malentendido» de Lafosse. Así se tituló el comunicado. Allí hacen mención del hecho de que, debajo del logo de la empresa, se lee ‘Obras en Espacios Públicos’ y allí se detallan ‘Parque del Bicentenario’, ‘Plaza del Don’, ‘Hospital Ramón Santamarina’, ‘ Villa Onena’, “cada una con su respectiva foto. Es decir, quienes  ingresan a la página creerán que obviamente estas obras fueron realizadas por la empresa ‘Buena Vista Paisajes’, cuyo propietario es el empresario Amasino”.

Dice Lafosse que el uso de obra pública, realizada por el Estado municipal, con personal propio, para la promoción de una empresa privada es un «MALENTENDIDO». Un malentendido que genera beneficios a un funcionario-empresario; un malentendido que pone en tela de juicio la pretendida ‘transparencia y prolijidad’ de la gestión lunghista; un malentendido que lleva a poder creer que tal vez otros funcionarios, bajo el manto del «malentendido», utilicen este mecanismo en beneficio propio”, detallan en el documento. Agregan: “La palabra ‘Mal entendido’ presupone una buena voluntad de todas las partes; un error involuntario, en donde nadie tiene ventaja. Sólo se trata de la comprensión errónea de una situación o mensaje”. Sin embargo, en el caso del ‘MALENTENDIDO DE LAFOSSE Y AMASINO’, “éste último gana prestigio y clientes mediante obras que no le pertenecen; obras a las cuales accede sólo por su condición de FUNCIONARIO MUNICIPAL”.

Por último, las y los ediles del bloque de Unidad Ciudadana en el Concejo Deliberante de Tandil remarcan: “La transparencia en la gestión pública no es -ni puede ser, en ninguna circunstancia- tan sólo un slogan que, a fuerza de repetirlo, se haga realidad. Antes bien, es condición indispensable para cumplir acabadamente una función que ha sido concedida por la comunidad”. Plantean que “el intento del Ejecutivo Municipal de desviar exclusivamente la atención a un presunto ‘malentendido’, esconde en verdad una manera de actuar donde se pretende desprestigiar, alegando un uso político de una notable irregularidad, a quienes debemos ejercer un control republicano y democrático de la función pública”. Instan al Intendente “a que tome cartas en el asunto, y no deje pasar este «MALENTENDIDO», que tiene MUCHO DE MALO y poco de ENTENDIDO”, concluyen.

 

Explicaciones para pocos vs aclaraciones para todos

Fue tal la repercusión que tuvo la publicación de Patricia Ratto, que la escritora fue citada, mediante el llamado de un funcionario municipal, a una reunión con el intendente Miguel Ángel Lunghi. Casualmente, quien la llamó era “alguien que asesora en cuestiones de medio ambiente pero a su vez es la persona que tiene la empresa que poda los árboles y hace estos trabajos«, señaló Ratto, en clara referencia a Horacio Amasino. En virtud de que las explicaciones del caso no debían ser dadas sólo a Ratto, sino a la comunidad toda de Tandil, fue la propia escritora quien optó por no concurrir a la dicha reunión, para así no legitimar ese modus operandi propio de la gestión que está hace más de 14 años en el sillón de Dufau.

En las redes, Ratto señaló las razones de por qué no fue a la reunión con Lunghi. En la primera parte de su explicación, Ratto hace hincapié en “la indiscriminada poda de árboles en el Parque Independencia, a lo que se le suma el agravante de que un sector de la superficie de ese espacio natural, en la zona que linda con el Anfiteatro, ha sido cubierto con una gruesa capa de polvo de piedra”, y otro sector, próximo a la Casa del Deporte, “ha sido cercado con paredes de ladrillos y rejas (muy diferentes al estilo que tiene el paseo) y otro cubierto con cemento”. En horas del mediodía, recibió una llamada en la que se la convocaba a una reunión con el jefe comunal. “En un principio, bastante sorprendida por la llamada, respondí que iba a asistir. Pero, como soy de pensar y repensar las cosas, y de informarme también, hubo varias cuestiones que no me parecieron correctas y que me llevaron a tomar la determinación de no asistir a esa reunión”, sentenció.

La primera de esas razones estuvo ligada con el hecho de que haya sido el propio Amasino quien la llamó al fijo, y que le detalló por esa vía su currículum: desde su labor de asesor en el Municipio en lo referido a parques, paseos, talas, podas de árboles y reforestación; hasta su rol en Buena Vista Paisajes, fundador de la firma, “a la que –según sus palabras– el Municipio habría encomendado estas tareas a las que me referí en mis posteos”, manifestó Ratto.

Varias cuestiones fueron las que le despertaron dudas y preguntas a la escritora y vecina de la zona del Parque: “¿Qué tan ecuánime puede ser el asesoramiento de alguien que es parte interesada? ¿Por qué el funcionario que asesora es el que luego poda, tala, reforesta?”. En ese sentido, Ratto reclamo que el Municipio “debería informar cuál es el mecanismo por el cual se tomaron estas decisiones, quién puso el dinero para estar obras (¿el Municipio? ¿una institución? ¿una empresa?)”. También apuntó a los concejales, que “deberían estar controlando que todo se esté haciendo como corresponde”.

Además de las desprolijidades del caso (ni el secretario del jefe comunal estaba enterado ni del llamado ni de la reunión, salidas a la luz en el proceso de cancelarla), otra cuestión de peso en la determinación fue la invitación a título personal cuando en realidad se trata de “un reclamo –como vecina– de algo que está sucediendo en nuestros espacios naturales y que a muchos ciudadanos tandilenses nos preocupa”. Por ende, “las explicaciones que corresponda dar, nos las tienen que dar a todos los ciudadanos, no únicamente a mí”, subrayó Ratto.

Imagen tomada por María E. Argeri.

En esas aclaraciones, Ratto delineó que seguirán las vías que correspondan, dentro de los mecanismos democráticos, para visibilizar estas cuestiones que, en vista de la repercusión, preocupan “a todos los tandilenses que no queremos perder nuestro patrimonio natural; que no queremos que la tierra, la vegetación, las piedras, los árboles, la fauna, sean reemplazados por artificios de ladrillo, cemento, chapa o cartón pintado. Y ya no estoy hablando solamente de lo que ha ocurrido en estos últimos días, sino a una política aplicada a los espacios públicos a lo largo de años”. Por si hacía falta aclararlo, Ratto descartó intereses partidarios detrás de este reclamo contra “esta política de depredación e invasión tan artificiosa de los espacios naturales”.

Acto seguido, Ratto y demás vecinos y ciudadanos de Tandil elaboraron un documento a presentar ante el Concejo Deliberante, “ya que los concejales son nuestros representantes en este sistema democrático, están ahí por nuestros votos y deberían escucharnos”.

Esta lucha se suma a la de la protección del patrimonio histórico, cultural y natural de Tandil, con varios frentes y batallas en el haber, como la de declarar a todo el cordón serrano de Tandil como Área Protegida y la que incumbe a la vecindad del Barrio de la Estación, entre tantas otras. Tal como cierra Ratto su reseña: “Mucha gente me desalienta y anticipa que nuestro reclamo no será tenido en cuenta. Por mi parte, prefiero el fracaso a bajar los brazos antes de intentarlo”.

Identidad y patrimonio, a cambio de café y alfajores