«The Tripods»: El fin del mundo, o de la adolescencia…

El mundo que conocemos puede terminar de maneras sutilmente diversas. Quizás no siempre con una gran explosión. Y tal vez ni siquiera quede recuerdo del mundo que fuimos, sino que nuestros restos sean simplemente  escenario de  aventuras para quienes lo miran con una inocencia capaz de reinterpretarlo. El paisaje es pastoril. Una villa en la Inglaterra victoriana, y comienza  algún tipo de fiesta. Pero hay algo ominoso en esa celebración. Pronto advertimos que no es el pasado. Un título nos sitúa a finales del siglo XXI. Sin quedar claro cómo, la humanidad ha sido retrotraída a algún momento previo a la revolución industrial.

Ese es el presente de “Tripods”. El mundo ha sido invadido hace mucho tiempo y la humanidad ya se ha acostumbrado a convivir con aliens presentados como inmensas máquinas de tres pies. Casi todos los humanos han sido “pacificados” por el uso de un implante cerebral.

Cuando alguien llega a la pubertad le espera una operación llamada “capping”, que le fija una chapa al cráneo, en una suerte de rito de pasaje que remueve cualquier pensamiento agresivo o inquisidor.  Solo queda una paz irritante para quienes esperan otro futuro para su vida. Dos muchachos, Will y Henry huyen de una villa en Inglaterra.  Han visto qué le hace el “capping” a un  amigo, y deciden escapar antes que sufrir la misma operación. Existen algunos que vagan sueltos sin la placa. Pero son considerados locos peligrosos por los demás. Así encuentran a un vagabundo llamado Ozymandius quien les cuenta de una banda de gente “uncapped” llamados los “freemen”  quienes viven en una montaña blanca en Francia.

Los chicos comienzan a buscar esa montaña. Una vez en el continente, encuentran a Jean Paul, un francés con el que conformarán el trío que será personaje principal de la historia. Un protagonista que no es individual, sino formado por los tres. Pues las aventuras más profundas  muchas veces no están desempeñadas por un personaje individual, sino colectivo. La misión existe, pero no es urgente.

En el camino encuentran gente muy diversa, y hacen amigos y amores.  Y tendrán problemas con diversas autoridades. Pero siempre, en el trasfondo está la amenaza de los tripods. Eventualmente, ellos tratarán de infiltrarse en la ciudad de los tripods, para conocer la verdadera naturaleza del ataque. Pero para ver eso, tendremos que ir a los libros originales, porque el tercer volumen nunca fue filmado.

La primera temporada de esta serie producida por la BBC se construye a partir de una travesía, que podemos asociar también con la rebelión adolescente de sus protagonistas. En esa epopeya los muchachos se conocen mientras huyen de los Tripods. En el viaje se cruzan con diversas comunidades humanas y conocen distintas estrategias con las que la humanidad intenta sobrevivir. Los protagonistas pasan de situación a situación buscando un camino en una carrera episódica, que es donde la historia se separa de los libros. Cada capítulo es una aventura. Y aunque los protagonistas funcionan como trío, y las comunidades que atraviesan son siempre dejadas atrás, esta no es una serie sobre la salvación individual. Es sobre la necesidad de libertad y sobre cómo salvar un mundo. El sinuoso camino entre huir y salvarse uno, o salvar al mundo… La ficción es acerca de su búsqueda, una historia de lucha por la libertad a través de la rebelión. Una aventura del tipo en la que un recorrido interno de búsqueda y afirmación es reflejado en el camino externo de los protagonistas. Y en ese sentido es que el “capping” funciona como una metáfora de lo que el mundo adulto hace a nuestros deseos de libertad. Del mismo modo en que la ausencia de roles femeninos maduros que agregaran tensión sexual es una marca de época en una producción  “para jóvenes” mal entendida.

Una originalidad para el momento de su realización es que los aliens no son  “antropomórficos”. Son una presencia silente: un inmenso trípode metálico que domina cada aldea desde las alturas cuando están quietos, como protección. O un gigante amenazador que persigue y aniquila a quienes intentan escapar u oponérsele. Son el mal absoluto, sin negociación, dialogo ni replica.  Quizás un subtexto de la trama lo constituía una metáfora del fantasma omnipresente de un mundo gobernado por el peligro rojo.

Una interesante característica de algunas producciones que tienen problemas de presupuesto y que a la larga vuelven a favor, es el retaceo de monstruos. Pasó en “tiburón”, donde el cetáceo mecánico se les averió, por lo que aparece fugazmente. O en “El prisionero” donde el elaborado robot que impedía a los prisioneros escapar también se rompió, por lo que fue reemplazado por un simple globo blanco. En “Alien” fue una decisión no mostrar el monstruo hasta el final. En nuestro caso, una serie que promete desde el título extraterrestres de tres patas, al final no los muestra. Su productor comentaría años después que su presupuesto sólo daba para un promedio de sesenta segundos por capítulo, los que en realidad se acumularon en los últimos episodios. Entonces, la necesidad de retacear la presencia del enemigo llevó a un misterio que a la larga reforzaba el argumento. A pesar de eso, fue una de las primeras series en manipular digitalmente los escenarios. Para ello, usaban durante la noche una primitiva computadora que durante el día se empleaba para anticipar el clima en Gran Bretaña.

Esta es una de las realizaciones que cierran el período, ya desaparecido y hoy casi inimaginable excepto en producciones de bajo presupuesto, de una ciencia ficción “sin efectos especiales”.  Después llegaría Spielberg y ya no volvería a disociarse el tándem CF-FX. ¿Por qué será que a ésta altura calificamos a una producción de ciencia ficción por la complejidad y el costo de sus FX?

Las locaciones, escenarios y vestuarios fueron de excelente calidad, haciendo a la serie digna de verse. Las actuaciones, variaban de lo bueno a lo olvidable. Pero en conjunto hicieron un buen trabajo. Los efectos especiales y la utilería, eran lo suficientemente convincentes para hacer a los trípodes suficientemente siniestros….

Tripods fue una de las primeras series en adaptar seriamente una obra literaria para introducir una mitología contemporánea. Una trilogía, por lo que si hubo tres libros, quizás pudo haber por lo menos tres temporadas. Como si de “El señor de los anillos” solo se hubieran filmado dos de los tres libros, y además el segundo film acabara con una derrota definitiva que en los libros se presentara como momentánea.

Infortunadamente, la BBC canceló la serie antes que la tercera parte pudiera ser realizada, de modo que la trama queda colgada al final de la segunda temporada, con lo que se pierde la oportunidad de enfrentarnos a un peregrinaje en un drama de alta calidad.

La serie está basada en una colección de libros para preadolescentes, escrita por John Christopher de inmenso éxito en inglaterra en su época,  aunque la producción televisiva tiene un nivel un poco más maduro, pues puede ser vista por chicos, pero los protagonistas tienen una agenda más adulta en sus motivaciones.  En ellos la sociedad ha retornado a una etapa neo-medieval luego que una guerra destruyó la civilización. El mundo está dominado por aliens que se mueven en inmensas maquinas de tres pies que controlan a todos los adultos a través de enlaces cerebrales llamados “caps”. En este contexto, tres jóvenes que están por llegar a la edad del implante, huyen en búsqueda de una mítica colonia de colonos “uncapped” que se supone están escondidos en los alpes franceses. La adaptación complejiza al original, pues mientras las novelas trataban el dilema entre sobrevivencia y barbarismo, la producción audiovisual enfoca el debate entre evolución y extinción humana.

La serie de TV tiene un final desesperanzador. Al regresar de una misión, los protagonistas encuentran el campamento destruido. La última frase es también una opinión del equipo acerca de la injusta cancelación de la serie: “¿Entonces no sirvió de nada?” es la expresión final. En los libros, esto es solamente un revés, porque el campamento destruido ha sido evacuado a tiempo y sus amigos están a salvo.  Esa fue la manera que los realizadores encontraron de terminar la serie con un mensaje ante la ceguera de los productores que no supieron ver su potencialidad. La peor tragedia que ocurre en esta serie no es la derrota ante los extraterrestres, sino la cancelación de su relato, que puede asociarse con un final de adolescencia tanto para sus protagonistas como para los seguidores. Quienes querían saber cómo terminaba la historia, tuvieron que acudir a los libros para enterarse que la batalla final de la trilogía tenía un final feliz.

La frustración de su protagonista en la escena final es también la frustración del equipo ante la cancelación de la serie. No los dejan salvar al mundo, y en ese acto los expulsan salvajemente de la lucha y también de la adolescencia. Ninguno de los actores siguió en la actuación. Hoy uno es maestro, otro administra un hotel en Chile y el tercero maneja camiones. El que vive en Chile no acepta entrevistas. Los demás, dicen que todavía se encuentran con fans que les agradecen que su desempeño hizo creíble la historia de una rebelión aún  no sucedida. El hecho de que no se haya hecho la tercera parte es un reto para los seguidores de las series de culto. A partir de su cancelación abundaron las especulaciones acerca de “como habría sido…” y los mitos acerca de su reanudación que recorrieron las redes por años. Quizas por eso elegimos para escribir series que han sido canceladas, incomprendidas por los productores, como una metáfora de que solo nosotros –sus seguidores leales- podemos entenderlas… Y continuarlas en tanto seguimos pensando en ellas.

Esta serie es puerta e inicio tanto como cierre final. Fue la primera que adaptó una trilogía y la última que apostó a una ciencia ficción no basada simplemente en efectos especiales. Muchas veces cuando las series de CF quieren mostrar un tiempo inocente y feliz, este es pastoril, como esa imagen del “buen salvaje” revisitado. Y de alguna manera, eso conectó a una generación de espectadores ingleses con el fin de su adolescencia en tanto rebelión y aventura. Su misma cancelación fue la mañana después de la fiesta de graduación.

Es una historia que quizás a esta altura, ya vimos varias veces. Pero aquí está el comienzo, fue la primera que puso todas las piezas sobre la mesa. En ella, se perfilan todos los temas que los seriales recorrerían posteriormente. Queda la duda acerca de si sólo estaba bien para ese momento o puede verse todavía.