Reflexionar el periodismo tandilero… desde adentro (1era parte)

Hace un año, desde este portal, apenas un sencillo y humilde rincón informativo, nos lanzamos a la mar de la web. Pero, por sobre todo, volvimos al barro, a las calles y a la ruta, en pos de una comunicación colectiva y en un intento por dar cuenta de las causas que unen y distinguen a la región centro de la provincia de Buenos Aires. En esta última edición del Día del Periodista, poco se pudo celebrar, pero desde esta trinchera quisimos indagar sobre los desafíos y las posibilidades que tiene el oficio por estos momentos y en cada ciudad de la tríada que abarca Miradas del Centro, en un contexto de despidos en el sector que habla de avasallamientos y de crisis en muchos ángulos y sentidos.

En Tandil, poco y prácticamente nada tuvo de celebración este Día del y de la Periodista. El mismísimo jueves 7, la gran comunidad comunicacional de la Ciudad de las Sierras y buena parte de la región se cubría de luto, ante las trágicas muertes de Daniel Pérez del Campo, jefe de redacción del diario La Voz de Tandil, y de su hijo Lucas. Como si eso no fuera demasiado ya, en el amanecer del viernes 8, a once laburantes de LU 22 Radio Tandil se les impedía el ingreso a la emisora, con dos empleados de Seguridad en la puerta y una lista. Y así como este caso cobraba repercusión, otros despidos han tenido lugar en la ciudad pero no han levantado polvaderal alguno, como los que efectivamente han ocurrido en el Multimedios de Yrigoyen al 500 y en la AM 1180 Radio de la Sierra, dependiente del Obispado de la Diócesis de Azul.

Periodistas, comunicadoras, comunicadores, de programas radiales, de AMs y FMs, de la gráfica, de portales web, a varias y varios se les preguntó. Algunas y algunos ni el ‘visto’ nos ‘clavaron’; a otros nos quedó por preguntar, con el mensaje de whatsapp a medio enviar, como nos sucedió con la inesperada ida del colega Daniel Pérez.

Ventajas, desventajas y desafíos para la profesión del periodista en este siglo XXI; el significado del periodismo militante; hasta qué punto se logra armar la agenda propia en cada emprendimiento comunicacional y en cada ciudad; y el grado de afectación de las dificultades económicas en la situación laboral en los medios. Esos fueron los disparadores, y aquí pasamos a compartir las reflexiones de las y los entrevistados, esta vez, del otro lado del grabador.

De ventajas, otras no tanto, y los desafíos del periodismo

Marcos González (El Eco de Tandil –diario y FM 104.1-): supongo que cada avance tecnológico habrá traído las mismas disyuntivas que nos estamos planteando ahora. Sucede que hoy, en la vida de una persona, ocurren tantos avances como los que ha vivido la humanidad en todo su tiempo. Es, en definitiva, el vértigo y, como tal, marea, asusta, confunde. Ante esto, tener los pies sobre la tierra puede ser un buen consejo. Aferrarse a lo seguro, ir paso a paso, y extremar el profesionalismo por sobre la inmediatez. Si no, el vértigo nos va a llevar puestos, para abajo, como lo hace siempre.

Liliana Giannatassio (FM 101.7 La Compañía): Me gusta pensar en desafíos para el siglo XXI para la profesión de periodistas, como poder tener una estrategia que nos haga llegar a ciudadanos y ciudadanas para acrecentar un pensamiento crítico frente a lo que nos toca vivir. En un mundo donde pareciera que estamos todos informados, porque hay muchos canales de acceso a las noticias, en realidad poder hacer una pedagogía, algo que realmente nos ayude a desbrozar lo que tiene que ver con un mensaje dirigido a embrutecernos, hacia otro que nos permita abrir nuestras cabezas, ese sería el gran desafío.

También, el no mercantilizar la información, sino ser consecuentes con una manera de ver este mundo y de comprometernos con él. Y de denunciar, por otro lado, lo que no se denuncia en los medios hegemónicos, porque esa sería la verdadera tarea que tenemos como periodistas. Lo entiendo como una tarea de trabajo diario, de buscar diariamente la traducción de las cosas que nos parecen relevantes e importantes para nuestra mejor calidad de vida, donde podamos incorporar cada vez más ciudadanos y ciudadanas críticas de la sociedad que tenemos y actuantes. No caer con un mensaje pesimista sobre la realidad: mostrar que, con organización, con tesón, con reclamos, vamos avanzando en algunas cuestiones.

Silvana Mazza (portal Plan de Noticias Tandil y Plan Nocturno -AM 1180-): ha habido muchos cambios en comparación a los finales del siglo XX. No sobre la construcción de la información en particular, a la búsqueda de datos y las fuentes consultadas. Sí se ha modificado, y podría ser una desventaja, particularmente en el periodismo digital (lo que se viene de la profesión y los cambios en este aprendizaje de una redacción diferente para lo digital), que a veces se utiliza el mirar al otro periodista y al otro portal, en relación a lo que se está haciendo: no se chequea la información y, a partir de ahí, se publican datos erróneos.

Lo digo por estar en consonancia con lo que piensa Bujowsky, donde él señala en su libro que los periodistas, en la actualidad, se miran más a sí mismos y tratan de copiar fuentes de otras fuentes, para la construcción de la propia información. Podemos encontrar en los diferentes portales que las publicaciones de las noticias son en declaraciones que han hecho en otros medios. Se los cita a esos otros medios y, a partir de ahí, se genera la noticia. Lo positivo es que la información se hace de manera inmediata y al lector (o al oyente o espectador) no le interesa desde dónde salió la información, sino que basta que se cubra. La desventaja es que, muchas veces, se puede tergiversar la información o no se la brinda de la mejor manera: quizás, el periodista escuchó mal o no constató si realmente lo que decía esa persona era fehacientemente un discurso que estaba sustentado con argumentaciones.

También es importante y necesario para el periodista estar actualizado en las redes de comunicación. Los medios se han transformado y lo que tiene mayor impronta para la profesión es el manejo digital, en cuestión de inmediatez y rapidez. Hoy, el periodista debe actuar con rapidez. El complemento de las redes sociales ha logrado otra gran modificación.

Enrique Lagoutte (creador del ciclo Artículo 14 ‘el programa político de Tandil’, que hasta diciembre de 2017 se emitió en AM 1180): Hay una gran realidad y una gran ventaja, que es la tecnología, que va transformando todas las profesiones, y la del periodista no es ajena. Tuve la oportunidad de ver a muchos periodistas, cuando me inicié, por los ’70 u ’80, y hoy las redes sociales te provocan instantáneamente noticias.

Una gran desventaja estaría en que el país no siga acorde a esa tecnología. Se pueden tener redes sociales, wi-fi, toda la tecnología a mano, a través de lo que compramos (tablets, celulares, computadoras), pero si los servicios son deficientes como el que hoy tenemos, vamos a tener un gran inconveniente. Sería como tener el auto pero no las rutas en condiciones: tenemos la posibilidad de acceder a las tecnologías, pero no tenemos las vías que nos tienen que brindar, como corresponden, para ese acceso.  Todo dependerá, en esas transformaciones, de los servicios que nos puedan brindar las compañías o el Estado y del uso profesional que se le pueda dar. Eso va a tener que cambiar desde las instituciones donde se enseña periodismo y locución, para aggiornar a los jóvenes que realmente les interesa la profesión de periodismo pero que recién en algunos años van a poder ejercerla. Tiene que ver con la tecnología pero también con lo educativo-cultural.

Brando Bruni (El Diario de Tandil y FM Mitre 93.1): tanto las ventajas como las desventajas tienen que ver con la evolución tecnológica y todo lo que ha abierto: a nivel posibilidades (como portales de noticias que, incluso, ya están quedando viejos), las redes sociales (desde donde más se informa la mayoría de la gente -de hecho a los portales, la mayoría entra por redes sociales, y todo medio tradicional tiene su red social y su portal-), ha afectado al papel, y ya está pasando mucho con la televisión. La radio todavía mantiene un lugar. La ventaja es la de llegar a más gente, si se saben utilizar esos medios. Para el trabajo en sí, redes como el whatsapp y el  poder estar conectado todo el tiempo ayuda: me puede mandar una foto alguien que está en la calle y yo subirla enseguida o con una nota, ya sea para el portal o para alguna edición gráfica; los móviles en las radios, se han vuelto mucho más fáciles de hacer así.

Las ventajas y desventajas tienen que ver con lo técnico. En aprender a adaptarse está el desafío, para utilizar los adelantos de manera ventajosa y provechosa. Pasa que hay muchos periodistas que se han quedado en el tiempo, como pasa en cualquier profesión, y van a estar en contra de esto. También las redes sociales tienen una gran desventaja: son la mezcla de todo, la noticia falsa, cualquiera comparte cualquier cosa… Pero no va tanto o únicamente por el periodismo. Tiene que ver con una manera diferente de consumir: como nos estamos adaptando nosotros que laburamos de esto, también se está adaptando el público. Es un proceso que va a llevar tiempo porque siempre va cambiando, en una era en que los avances son cada vez más rápidos y vamos hacia una constante adaptación.

Flavia Contoli (diario El Eco de Tandil): las ventajas que tenemos hoy los periodistas están en las posibilidades que nos da la tecnología: llegar a distintos lugares y a distintos sectores, rápidamente. Los desafíos están en poder adaptarnos a esas tecnologías, sobre todo los periodistas gráficos, que trabajamos en diarios, que tenemos que combinarlo con la web. Más aún ante la posibilidad de que, a futuro, los diarios en papel dejen de existir.

Sebastián Valerio (portal La Opinión de Tandil): el siglo XXI ha sido muy diferente del 2001 al 2018. Conforme avanza este siglo, hay una mayor democratización de la producción de contenidos y hay un decaimiento de los medios tradicionales. Medios tradicionales que están en crisis, principalmente en una ciudad como Tandil: cuesta mantenerse; los medios de comunicación despiden gente permanentemente (más de lo que contratan); los medios impresos se leen cada vez menos; supuestamente, se leen cada vez más los medios digitales, pero la publicidad en estos medios no rinde lo mismo que en un medio impreso.

Las radios están hace rato en una gran crisis y es muy difícil sostenerlas o que rindan económicamente. Lo mismo con los medios audiovisuales, al menos los locales. Hay una reconfiguración en el modo de producir, distribuir y consumir información periodística, que está en un proceso que todavía no terminó, y no sabemos bien adónde nos va a llevar.

Claudio Andiarena (Eco TV): Los desafíos que se vienen para todos los periodistas son magníficos. Sabemos que todo está cambiando, no sabemos hasta cuándo, ni cuál es el fin de este cambio. Lo único que sabemos es que los periodistas de medios tradicionales debemos capacitarnos, para poder insertarnos en lo que se viene. Estoy convencido de que los medios tradicionales no van a morir, sino que van a sufrir grandes cambios. Aún la radio tradicional con menos audiencia, la televisión tradicional con menos rating, o los diarios con menos tirada, no van a dejar de existir, por un largo tiempo. Creíamos que la AM se moría hace 30 años, y hoy con cambios, quizá con menos encendido, sigue con una importante vigencia. El desafío es ver cómo acomodamos los medios tradicionales y sumamos todo el potencial que tienen esos medios a los nuevos lenguajes.

Del ‘periodismo militante’ y la militancia periodística…

Marcos González: Me gusta ser militante del periodismo, porque esa militancia encierra las mejores de las militancias. Como todos sabemos, no es posible sustraerse de subjetividades y menos aún, en este rubro, de las ideológicas y políticas. Asumirlas es un buen primer paso, a los efectos de no engañar a nadie. No obstante, no me va mucho eso del periodista militante en lo estrictamente partidario, como tampoco lo del militante periodista. A veces, ambas cosas se llevan a las trompadas: baste imaginar el estrago que puede llegar a ocasionar que, luego de un encuentro en una unidad básica, sobre estrategias electorales, el militante que hace periodismo publique las conclusiones en el diario del pueblo… Los efectos y viceversa.

Liliana Giannatasio: No me gusta tanto la palabra ‘periodismo militante’, al habérsela asociado mucho con el periodismo desde algún partido político. Además, siempre me gustó más la palabra ‘activista’. Hablaría de un ‘periodismo comprometido’: comprometido con lo que creemos, que es lo que vale la pena poner en la mesa y poner en la agenda, para discutir con la sociedad, con nuestros conciudadanos y conciudadanas. En ese sentido, hay un compromiso (o quisiera que lo hubiera, personalmente) con algunos temas que son los que me preocupan: tiene que ver con derechos humanos, con la vida democrática, con la calidad de vida de las personas, con el medioambiente, con el cuidado de nosotras y nosotros, de nuestros niños, de nuestros viejos. Si esos son nuestros valores y lo que vamos a defender, el periodismo debería de tener, como norte, esta búsqueda y defensa de los derechos, mirando que el Estado cumpla con lo que tiene que cumplir, y no viole esos derechos. En lo personal, pasa por ahí mi tarea como periodista y es lo que más me gusta.

Brando Bruni: ‘periodismo militante’ me parece un mote que se ha utilizado como despectivo para quienes defienden una u otra posición, cuando no tienen la careta de la objetividad. Objetividad que para algunas cosas existe: si vas a informar sobre un choque, tiene sentido que exista la objetividad; si vas a informar sobre quién ganó un partido de futbol, hasta ahí nomás. Pero en lo que refiere a lo político, está bueno que se sepa para qué lado patea quien está escribiendo o quien está hablando o quien está realizando cualquier tipo de nota, para saber desde dónde lo está diciendo. Hemos pasado muchos años de oscuridad el público en general, que nos creíamos cualquier cosa. Ya no pasa tanto, y aquellos que todavía siguen defendiendo ciertos intereses, sin querer decir lo que defienden, le pusieron a los otros, a los que se han sacado la careta, eso de ‘periodismo militante’. Un término que se impuso en gobiernos pasados, cuando los medios más grandes estaban en contra de lo que llamamos ‘kirchnerismo’, que era el gobierno que le tocó estar. Desde ahí nace, desde esos lugares y en aquel momento de oposición. Hoy se habla muchísimo menos de ese concepto y tiene que ver con que esa gente tiene menos espacios, no son gobierno, y los que militan en el gobierno de ahora no se hacen llamar de esa manera: no se hacen cargo.

Son los que defienden una postura, ni más ni menos. Siempre existió la opinión, siempre existe la parcialidad: es imposible evitarla, pero está buenísimo cuando se muestra tal cual es. Casi siempre es militante el periodismo cuando se habla de política. La diferencia entre los ‘buenos’ y los ‘malos’ está entre quiénes lo aceptan y quiénes no.

Silvana Mazza: Creo que el periodismo militante se comenzó a observar a partir de que otros periodistas, a nivel nacional, hayan establecido este mote a aquellos periodistas que sí marcaban una línea editorial en relación al gobierno, en este caso, el del kirchnerismo. Cuando hay periodistas a nivel nacional que tildan al periodismo militante, mi debate particular es que, para mí, no existe el periodismo militante: en relación, entonces, todos los periodistas deberíamos ser periodistas militantes, porque todo periodista milita y cree en una ideología. El periodista, por su propia subjetividad y por su propia construcción cultural, establece una manera de mirar la realidad y de contarla. No creo que existe la objetividad en el periodismo. Existe una forma de construir la realidad, más allá de que no se utilicen adjetivos calificativos. Por eso, cuando veo que un periodista tilda a otro colega de ‘militante’ es porque realmente no hay un sinceramiento en cada uno, como profesional, para decir ‘yo voy a contar la información de esta manera, y me sincero ante el público para decirlo de esta manera’.

Enrique Lagoutte: Sobre el periodismo militante, vengo de una época en la que el periodismo podía ser periodismo político, periodismo policial, periodismo deportivo, de moda… Pero militante no existía. Es una novedad que aparece después del 2000. Si es bueno o malo, no podría definirlo. A mí no me gusta, pero hay que entender todas las cuestiones. El periodismo militante habría que distinguirlo entre aquel que se define así por tener una ideología o por compartir y querer expresarla (que tampoco me gusta eso, pero esa es una historia); y el de cuando uno se dice ‘periodista militante’ pero está ‘poderoso caballero don Dinero’ por detrás de ello, y mientras hoy sos militante de A, mañana lo sos de B y luego de C. A esto último lo vemos hoy por hoy, y entran en grandes contradicciones. Si el periodismo militante tiene que ver con la parte económica detrás, bastardea bastante la profesión.

Flavia Contoli: Si es militante en referencia a una determinada postura política, no lo veo bien, porque creo que uno tiene que ser objetivo. Pero, por otro lado, ‘militante’ también lo podemos tomar desde un punto de vista ideológico, que todos lo tenemos y que, de alguna manera, cuando escribimos, se ve. Eso me parece que está bien.

Sebastián Valerio: Para mí, el periodismo siempre es militante. Todo el periodismo festeja el Día del Periodista en Argentina el 7 de junio, día en que Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta, fundó la Gaceta de Buenos Aires, un órgano de difusión de las ideas de la Primera Junta y financiado por la Primera Junta. En ese sentido, el periodismo nace en la Argentina como periodismo militante.

Después, pudo haber un corrimiento y distintos tipos de periodismo, pero el periodismo se basa en dos componentes que parecen opuestos pero que no lo son: la subjetividad y la objetividad. El periodismo es objetivo o no es periodismo: o se remite a las fuentes, con información verdadera de la realidad, o no es periodismo. Pero esa información verdadera de la realidad necesita ser procesada y contada. Y ese proceso de la información verdadera para contarla es necesariamente subjetivo. En esa subjetividad, va la militancia de cada uno, que puede ser más o menos evidente, pero hay una forma de ver el mundo detrás de eso.

Claudio Andiarena: Soy todavía de los periodistas que creen en la búsqueda del equilibrio. No en la objetividad, obviamente: de eso estoy convencido, pero sí en la búsqueda del equilibrio. Difícil, complicado, porque somos seres humanos; porque todos trabajamos para un medio; porque la mayoría de esos medios son empresas y, como empresas, no son medios independientes: más allá de lo ideológico, ya desde lo comercial, que tenga que vivir de publicidad, no te hace ser un medio independiente. Sí creo en la libertad de empresa. Por eso, y aunque parezca una contradicción, pienso o aspiro a la búsqueda del equilibrio. Y con esto, creo estar contestando lo que pienso de lo que se llama ‘periodismo militante’. Todos, en realidad, militamos para la empresa en la que trabajamos, con las características y bajadas ideológicas o económicas. Algunos periodistas pueden tener la suerte de trabajar en empresas cuya ideología coincide con la del periodista y otros no. Algunos pueden adaptarse y otros no.

(Segunda parte)

Agendas y crisis: Reflexionar el periodismo tandilero, desde adentro (2da parte)