Gustavo Campana, un «Funes el memorioso» de lo nacional y popular

Hace más de 36 años que Gustavo Campana se recibió la Escuela Argentina de Periodismo, y desde entonces -Como dice él mismo- no ha trabajado de otra cosa. Estuvo en Tandil con la excusa de presentar sus dos libros, y con la intención manifiesta de charlar acerca de las cuestiones que lo apasionan: El modelo de país que soñamos, con industria nacional fuerte e identificados los traidores que lo intentan demoler. El sueño de una Nación donde si hay una conquista, hay un derecho: Hay patria, soberanía e independencia y entonces hay mucho para gritar. Dueño de un archivo sonoro, una memoria y una palabra formidables, Campana es básicamente, uno de los imprescindibles de la comunicación en este tiempo que nos toca vivir. El lugar entre la gente, que a causa de un micro que no llegaba lo esperó dos horas pacientemente en el local de Unidad Ciudadana el 19 de octubre, ya lo tiene.

Antes de la charla, los organizadores invitaron a a hablar a algunos de los despedidos de Metalúrgica Tandil, quienes contaron la lucha de dos semanas que llevaban, desde que Renault incumplió el compromiso de realizar suspensiones por un mes y les mandó telegramas de despido, por lo cual habían decidido en asamblea tomar la fábrica, medida que luego debieron suspender ante la conciliación obligatoria ordenada por la Secretaría de Trabajo.  A partir de eso, explicaron que montaban guardia frente a la puerta para evitar su vaciamiento, en tanto continuaban la lucha para recuperar su fuente de trabajo. También contaron el impacto que implicaba para Tandil la pérdida de más de 160 puestos de trabajo, lo que se expresó en la gran convocatoria que tuvo la marcha en apoyo a la continuidad de la empresa.

En cuanto a la biografía del periodista, recordemos que Campana se inició profesionalmente en la revista de basquet Minuto, que dirigía Estanislao Villanueva. En 1987 comenzó a hacer radio en Splendid y, desde entonces, no paró. Como productor, redactor y conductor, pasó por Radio Rivadavia, Excelsior, Del Plata, Ciudad y una extensa nómina de FM. En la década de los ’90 se acercó, siempre desde lo informativo, a la televisión en CVN, el primer canal de noticias en el cable, y en Telefé Internacional. Desde hace 7 años produce «Funes el memorioso«, uno de sus mayores orgullos,  administra «Lalala» una radio online dedicada a la obra de Spinetta, y también acompaña a Víctor Hugo Morales en las mañanas de la AM750.

 

Gustavo Campana tiene dos libros en circulación: «Prontuario» cuyo eje descansa en la traición en general, y en particular en ir mostrando las traiciones madre que articulan el neoliberalismo. En sus páginas, los traidores, que fueron paridos por los partidos mayoritarios, cumplen un rol fundamental. Son fusibles del poder de naturaleza rastrera, furgón de cola, comparsa, mucamos descartables. Indispensables en la concreción del plan mayor. Para encantar mayorías, las corporaciones ordenan endulzar las promesas electorales que esconden proyectos anti-populares y dejan el trabajo sucio en manos de oportunistas profesionales, que se disfrazan de estadistas para enmascarar la verdad y ocultar proyectos inconfesables. Algunos colaboracionistas de segunda o tercera línea, son rápidamente carne de cañón del sistema. Apellidos que se pierden en la historia casi sin dejar rastros de su existencia, tras cumplir con las muertes por encargo. Los que desde su antigua representatividad se presentan como garantes del enemigo, se inmolarán hasta perder todo su capital político, durante el tiempo que demande el saqueo. Pero todos sin excepción, peones o reyes, serán imprescindibles y al final del cuento, transformarán su curriculum, en Prontuario.

 

«Tribunas sin pueblo» pone al desnudo el matrimonio obsceno por el que una brutal dictadura cívico militar pretendió esconder su vileza detrás de una pelota. Igual que en un juego desprolijo y desenfrenado en el que la pelota navega por el aire maltratada y los 22 son cómplices de un partido para el olvido, el fútbol tuvo un rol protagónico, inmutable ante la caída de la Constitución, los fusilamientos, las desapariciones, la tortura, el exilio, la destrucción del aparato productivo, las listas negras, la quema de libros. Una historia que intenta retornar estos días, cuando mucho del plan económico de entonces se ejecuta en el presente. Por eso tanto «Tribunas sin pueblo» como «Prontuario» son dos formas de entrarle al neoliberalismo.

 

Como dice siempre Gustavo Campana, el poder anota, agenda, y no le perdona las victorias al pueblo. La charla fue potente e imprescindible, y desde la primera frase definió como entiende el rol del trabajador de medios, cuando afirmó: «Venimos de una matriz periodística que entiende que en el pasado en el archivo están guardados todos los secretos del presente y el futuro que si yo meto la mano ahí voy a entender perfectamente de qué se tratan los títulos de mañana que son algo así como el último fotograma de una película muy larga. Nuestra obligación es explicar toda la película, desde el kilómetro cero de cada una de esas historias para poder terminar de entender qué nos pasa y qué nos va a pasar, entonces trabajamos la historia para explicar el presente y el futuro», para luego continuar: «Así que le apuntamos a eso a colocar la página del libro de historia que falta, fruto de la batalla cultural tan desigual como estamos viviendo desde hace 42 años. Porque el dato al que tenemos que abrazarnos es que la batalla cultural en la República Argentina, este último capítulo, tiene 42 años y nació el 24 de marzo de 1976»

 

Con respecto las maneras de explicar lo que sucede en el país, expuso: «Como decía Bertolt Brecht en la década del 30, el peor analfabeto es el analfabeto político y esto no tiene absolutamente nada que ver con el grado de instrucción que pueda tener una persona. Puede tener 345 máster en Harvard y ser un perfecto analfabeto político. El analfabeto político es el tipo que va construyendo desastres a su paso, el hambre, la prostitución, la guerra. Pero el tipo no se da cuenta… ¡Si es un analfabeto político! Es el que se golpea el pecho diciendo ‘yo no sé a cuánto va el kilo de pan no sé cuánto vale el kilo de papas yo en política no me meto de política no sé nada’. En realidad está metido en política, aunque él no lo sepa porque le va cediendo a su enemigo. Como es un analfabeto político, no se da cuenta, todos los días entra un metro más en esa zona donde se lo morfan y él no lo sabe. Y cuando se da cuenta, cuando le dan el diagnóstico de enfermo terminal y ya no hay vuelta atrás, hay que empezar todo de cero. Y eso se llama final de la transferencia de recursos…»

 

Para explicar el panorama actual, expresó: «Lo vimos por tercera vez. Nosotros decíamos que si venían con el mismo manual de estilo de siempre del país 76 al 83 y el país del 89 al 2001, podríamos contar el final del cuento sin pasar por ‘había una vez’ porque todos sabíamos lo que significaba: apertura indiscriminada de importaciones para matar la industria nacional, endeudamiento alocado para hipotecar a 345 generaciones de argentinos y así sucesivamente. Con cada política sabíamos lo que significaba: Matar al país industrial para crear la patria rentística financiera. Sabíamos lo que significaba que la patria contratista se haga cargo de lo único que quedaba vivo en el país. Ya nos pasó dos veces en 42 años, 42 años para la línea de tiempo de un país es abrir y cerrar de ojos…»

En referencia al programa que tienen en mente quienes hoy gobiernan, los definió claramente: «Ellos no operan en función de un modelo de país similar al nuestro, no creen en la industria nacional, no creen en el mercado interno. En realidad, no creen en el proyecto de país. Creen, como dijo en el verano del 2016 en casa de gobierno Gabriela Michetti: ‘creemos el país de servicios nuestros modelo se llama la india’, Dujovne dijo: ‘Plan Australia, colonia próspera’… No creen en el modelo de país, gritenlo NO CREEN EN EL MODELO DE PAÍS. No creía en el modelo de país Martinez De Hoz, no creía en el modelo de país Cavallo. Creen en un país en el siglo XIX: Economía extractivista, el campo, le agregaron la minería, y el resto… Sepan que no hay soberanía política o independencia económica sin obrero industrial…»

 

¿Cómo explicar que logren vender ese proyecto sin sentido? «El problema de eso es la batalla cultural absolutamente desigual. En cualquier lugar del mundo, no solamente en la argentina si un tipo tiene en el bolsillo el 95% de los medios de comunicación, 300 canales de cable, 70 diarios, 80 radios no está en peligro el sistema comunicacional, no está en peligro el periodismo. Está en peligro el sistema democrático, porque su palabra es la única que existe, y encima no tenemos un duelo de ideas. En el mundo periodístico argentino, la batalla es entre la verdad y la mentira, y si la mentira la maneja el tipo que tiene el 95 por ciento de los medios puede decir a través de cualquiera de sus usinas en este mismo momento que hoy es martes, que son las nueve y media de la mañana y que está lloviendo a cántaros y el problema es que más de un compañero va a abrir la ventana para ver si es cierto y cuando vea que no es cierto, va a decir: ‘yo no lo veo pero debe ser aca a la vuelta, porque si lo dice un diario ya está»

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Quienes no caen en ese engaño? Los imprescindibles, afirmaría Campana: «Cuando la verdad se para a cinco centímetros de tu nariz, no hay vuelta atrás, ya se produjo la primera revolución y a partir de ese momento no hay vuelta atrás. La verdad para Walsh fue ‘hay un fusilado que vive’ y a partir de ese momento nada fue igual. Dejó de ser un escritor de novelas policiales, un buen jugador de ajedrez en la plata y se volcó a ser el mejor de los nuestros, porque un comunicador que dice que la verdad se milita.. La verdad fue para Mujica, y dejo de ser Mujica Echagüe. la verdad fueron dos viajes por América Latina para el Che y a partir de ese momento no fue nunca más Guevara Lynch y se abrazó a ese continente que supo que le era propio…»

 

Nuestro registro de la charla (sólo audio)

Luego de la charla, Campana contestó algunas preguntas de los medios presentes. Van aquí  algunas de las ideas más relevantes.

¿Como se rompe con el circulo de los medios que informan a los convencidos mientras la mayoría ve TN?

«Te diría que hoy es el problema casi sin solución, nosotros lo que sabemos y lo que tenemos que hacer es que esté cada vez más sólido en la cuestión argumental el compañero que ideológicamente te sigue, pero que sepa por qué tiene que seguirte, que sepa porque la razón lo asiste. Porque la razón histórica no existe. Y después, el otro, veremos cuándo llega a entender. Sabemos que va a llegar, lamentablemente va a llegar cuando sepa que es un enfermo terminal del punto de vista económico y ya no tenga solución. Será una nueva etapa de diálogo, será una nueva etapa de un acercamiento. Uno lo espera, pero no para convencerlo, basta con que esté dispuesto a ensanchar el debate. Yo ya con eso me doy por satisfecho, después veremos qué podemos hacer, pero aunque sea que ese tipo que hoy está impermeabilizado se siente en la mesa, ya con eso en un triunfo»

 

En este contexto… ¿Cual es el rol de los medios alternativos?

«Nosotros tratamos de formar compañeros en muchos medios alternativos y que nos vean, nos identifiquen como los tipos que estamos sentados a diez centímetros de Victor Hugo todos los días, pero qué podemos hacer radio a «Radio H» o «Lalala» o en  cualquiera de las frecuencias por internet y eso es fundamental porque intentamos que los pibes vean que hay que hacer radio de la misma manera en la 750 que en una frecuencia alternativa. No me gusta el nombre ‘alternativo’, será un medio de menor alcance, de menor cuerpo, de menor estatura pero no deben ser alternativos. Deben estar en la pelea frente a un enemigo de la estatura gigantesca, pero deben sentir que que son lo mismo, que salvo el poder de fuego en el resto son iguales»

¿Qué le diría a un estudiante de periodismo? 

«El duelo tiene que ser de ideas y tenemos que desterrar el duelo entre la verdad y la mentira. Hoy existe un duelo entre la verdad y la mentira. Si esto sucede y el dueño de la mentira es el dueño del 95% de los medios, no hay debate de ideas. La investigación periodística, la honestidad profesional, que está mucho antes que la objetividad profesional -que para mí no existe- y que ha sido la palabra que peor nos ha hecho en la historia del periodismo… Lo que existe es la honestidad profesional que es un valor mucho más grande que la supuesta objetividad…»

 

Campana se llevó un ejemplar de «Patria», del autor local Alejandro Ippolito

Termina la charla y Campana se fue corriendo a tomar el colectivo de vuelta a Buenos Aires, porque al día siguiente tenía guardia en Radio Nacional. En el auto que lo llevaba a la terminal sus anfitriones pensaban grabar un video. No pudo comer ni un choripan, se lo llevó envuelto en papel. Pero queda claro que se volvió satisfecho. Sus palabras encontraron una audiencia atenta, en cuyos oídos quedan seguramente resonando…