‘Memoria del despojo’ cortó la cinta del Circuito Cultural de la Unicen

La exposición que reúne los últimos diez años de trabajo del artista Manuel Massolo llegó al campus universitario olavarriense y fue inaugurada en esta sede el miércoles 18, en horas del mediodía. Las tres series que componen ‘Memoria del despojo’ se podrán visitar en el hall del edificio de Aulas Comunes, con entrada libre y gratuita, durante todo lo que resta de abril. En un esfuerzo conjunto entre las Facultades de Arte, Ingeniería, Sociales y el área de Cultura, esta muestra pone en funcionamiento el Circuito Cultural de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

A las lectoras y lectores de este portal, les sonará conocido esto de ‘Memoria del despojo’. Y efectivamente, se lo puede tomar como un deja vú: se trata de la muestra de Manuel Massolo, que hizo su ‘debut’ en el escenario de la Facultad de Arte, el 24 de marzo último, como parte del cronograma de la Semana de la Memoria en Tandil. Los trabajos reunidos tienen, como hilo conductor, la búsqueda constante por construir memoria sobre los despojos de la dictadura y, en particular, sobre María Eugenia Sanllorenti, su mamá, secuestrada el 1ero de diciembre de 1976, en La Plata, y desaparecida durante la última dictadura cívico-eclesiástica-empresarial-militar, quince días después de haberlo dado a luz.

‘Maru’, como la llamaban sus amigos y familiares, estuvo en cautiverio hasta que fue asesinada, el 31 de diciembre de 1976. Fue enterrada como NN en una fosa común en el cementerio municipal de Vicente López. Su cuerpo fue identificado y, en 2011, restituido por el Equipo Argentino de Antropología Forense. En octubre de 2011, en un acto profundamente fuerte y emotivo, fue sepultada en el cementerio municipal de Tandil.

Luego de su paso por Tandil, entre las secretarías de extensión de las facultades y el área de Cultura de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, se comenzó a charlar sobre la posibilidad de construir un circuito de intercambio y promoción de artistas y actividades en la región en donde la Unicen tiene sus sedes. El acto de este miércoles a las 12.30 significó una inauguración doble: la de la muestra en sí y la de la materialización e inicio del dicho circuito cultural. Luego de esta segunda estación, ‘Memorias…’ continuará recorriendo las siguientes sedes de la Unicen, como Azul y Quequén, donde se podrá disfrutar distintas de estas manifestaciones artísticas.

En la oportunidad, estuvieron presentes autoridades de la Facultad de Ingeniería, de la Facultad de Sociales, y familiares de Manuel (ya que su rama paterna jugaba de local, por ser su papá de Olavarría), a quienes la Unicen les agradeció especialmente “por ceder sus obras en préstamo para la exposición”. Ya que no se pudo acercar a esta inauguración (por causas de laborales), estiman que Manuel Massolo estará en el cierre. Desde Extensión de la Facultad de Ingeniería, se indicó que entre esa facultad y Sociales se decidió que el edificio de Aulas Comunes era el espacio indicado para que esté la muestra, por la gran cantidad de estudiantes de ambas instituciones (y de la Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel) que transitan ese lugar.

Nicolás Casado, de la Secretaría de Extensión de la FacSo, agradeció la colaboración de los familiares de Manuel, que “ayudaron a reconstruir cada una de las etapas, en las que se puede vivenciar su experiencia, su dolor, cómo relata la manera en que transcurrieron y lo que vivió como artista, como hijo”.

Una de las tías de Manuel agradeció en nombre de la familia, e informó que la ausencia de Manuel ese día se debía a que vive en Buenos Aires y se le hizo imposible poder asistir. “Manuel vivió en Olavarría hasta los cinco años, y poder traer su obra acá, para él, es gratificante. Esperemos que la gente, que los chicos, la vean y se enteren un poco más de nuestra historia”, explicó, e indicó que Manuel había presentado la primera serie en Insurgente, en 2007, cuando aún no habían sido restituidos los restos de su mamá. En Tandil, el último 24 de marzo, reunió las tres etapas por primera vez, con la carga emotiva que significó, por ser la ciudad natal de su mamá Maru y de su abuela, Eva Sanllorenti, mujer representativa de la lucha por la memoria y los derechos humanos en la Ciudad de las Sierras. Reunión que, además, encendió la chispa para pensar en el ahora concreto Circuito Cultural de la Unicen.

Transitar etapas: la búsqueda, la incertidumbre y el rol de los medios

La noche de la inauguración de ‘Memoria del despojo’, en el hall de la Facultad de Arte de Tandil, ante la emoción del artista, este portal optó por sólo quedarse con su breve alocución al cortar oralmente la cinta. Por esta razón, tomamos la entrevista que le realizó Soledad Restivo para Radio Universidad 90.1 a Manuel Massolo, previamente a esa fecha tan especial. En ese diálogo, Manuel comentó que, cuando lo contactaron de Cultura de la Unicen, “me pareció una oportunidad espectacular, porque mi mamá, que es a quien homenajeo de alguna forma en la muestra, el por qué de que yo pinto toda esta serie, nació en Tandil; mi abuela vive allá; los restos de mamá están en Tandil, así que era una oportunidad buenísima para poder juntar estos diez años de pintura que tienen, como hilo conductor, la búsqueda de construir mi identidad, mi memoria, que lo hice a través de la pintura”.

Manuel Massolo y su abuela, Eva Sanllorenti, en la inauguración de ‘Memorias del despojo’ en Tandil.

En esta reunión de obras de la última década, hay tres etapas bien diferentes. La primera serie, ‘Centros Clandestinos’, “de acrílico sobre tela y sobre formatos grandes”, como detalló Manuel, es del 2008, previa al anuncio de la restitución de los restos de Maru: “Tiene que ver más con mi búsqueda y la incertidumbre de no saber dónde podría haber estado secuestrada-detenida ilegalmente mi mamá, en qué centro clandestino de detención. En Argentina, hubo más de 300 centros clandestinos a lo largo del país, entonces, tomando los croquis que hacían los sobrevivientes, publicados en el Nunca Más, empecé con un trabajo sobre esos planos, con mucha fuerza y color”.

La segunda serie, ‘Restitución’, pertenece, como su nombre lo indica, al después de la restitución de los restos de su mamá, identificada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Serie que habla del proceso interno, donde aparecen “más personas o esbozos de personas, y hay como diálogos, palabras, un diálogo con el espectador que, en definitiva, es el que, con su mirada, completa la obra”.

‘El relato de la dictadura’ es la tercera serie, sobre la que trabaja desde 2017 y lo que va del corriente, está ligada a una mirada sobre los diarios durante la dictadura. Según Manuel, “fue casi de casualidad y atravesado por un momento que estoy viviendo: tengo un hijo de dos años y ya no tengo tiempo de hacer obras más grandes y de dedicarle tanto tiempo. Me pareció una buena idea intervenir sobre algo que no es arrancar de cero, con la tela en blanco, sino que hay un estímulo que ya está y uno interviene sobre eso, en un juego con lo que está abajo”. Diarios en los que, sin nombrarla, contaron el asesinato de Maru como si se haya tratado de ‘enfrentamiento’, desde un comunicado oficial de las fuerzas armadas: modus operandi sistemático utilizado por los genocidas para ‘justificar’ las muertes, desapariciones y entierros como NN en fosas comunes de cementerios públicos, sin informar a sus familias.

Una década de expresión y cuarenta años de despojo

Continuando con la entrevista, Restivo le preguntó a Massolo sobre lo que significa el arte en su proceso de búsqueda de identidad y de construcción de la memoria a lo largo de su vida: “Es el canal por el que yo puedo expresar. Ahora estoy más grande y ya me animo más a expresar mis sentimientos; me pasa de emocionarme y poder decir lo que me pasa, pero antes lo hacía a través de pintar: sobre estos temas, sobre otras cosas, pero siempre vuelvo a esta temática”. Cuando le propusieron realizar la muestra, cayó en la cuenta que esas obras y sus etapas siempre volvían al tema, “desde diferentes lugares, en diferentes formatos, en diferentes materiales, pero la idea sigue: es una herida, una búsqueda que nunca cierra ni va a cerrar, ni en mí, ni en mi familia, ni en la sociedad”.

Una temática que estará presente siempre y para siempre. “A veces, desde la incertidumbre; otras, desde la bronca, desde la alegría por haber tenido los restos de mi mamá restituidos; a veces, porque me entero de algo y hay que comunicarlo”, reflexionó Manuel sobre la esencia de su hacer artístico. “Un combo”, en palabras de Manuel, en donde se entrelazan formas de comunicar y compartir un estado de ánimo; de ocupar lugares y expresar la búsqueda permanente e incansable de memoria, verdad y justicia; y de seguir encontrando la identidad de los restos de los desaparecidos y de los nietos que todavía viven con otra familia, sin conocer su verdadera historia.

Consultado sobre cómo vive los sendos retrocesos respecto de las políticas públicas en materia de derechos humanos y memoria, Massolo no dudó: “Es un momento en el que hay que ocupar espacios. Por eso, me decidí a empezar a visibilizar esta muestra, y de hacerla circular”. En ese punto, el aporte a la causa con la creación del Circuito Cultural de la Unicen, para motorizar el viaje de la obra hacia nuevos rumbos.

Massolo definió a éste como “un momento de negacionismo, desde el Gobierno y sus políticas públicas, sobre la lucha y el trabajo de los organismos de Derechos Humanos, los logros en cuanto a personas condenadas. Quieren empezar a rever casos, a darles beneficios a quienes tienen cadenas perpetuas”. Asimismo, hizo mención a los anuncios que había realizado Mauricio Macri sobre los planes de hacer un Parque Nacional en Campo de Mayo, “donde funcionó la maternidad clandestina más grande de la dictadura”, y de hacer un ‘área joven’ en la Costanera Norte, en el terreno donde se encuentra el Parque de la Memoria: “Para mí, para los familiares, son barbaridades que incluyen cuestiones más graves, como que el Estado deja de ser querellante en los juicios, retira el apoyo a los familiares”.

Tenemos que ocupar los lugares que se puedan y seguir trabajando, como se trabajaba en los ’90 y en otras épocas no tan ‘agradables’, y volver a la lucha, que nunca la dejamos, pero ahora es un trabajo que hay que volver a hacer, ya que se dieron varios pasos atrás”, propuso Manuel en marzo pasado.

En el hall del edificio de Aulas Comunes del campus universitario de Olavarría, donde actualmente se encuentra la muestra, hay un escrito con la firma de Manuel Massolo, a modo de presentación para quienes se acercan y se topan con la exposición. Allí marca: “El despojo violento, pertrechado por los genocidas y sus cómplices, a las miles de familias afectadas directamente (despojo de un familiar, de un cuerpo, de su identidad, de sus derechos, de sus pertenencias, etc.) y a la sociedad en general, se resignifica día a día. Se transforma con memoria, con búsqueda de justicia, con la condena a sus responsables y el cumplimiento de penas en cárceles comunes, con la continua identificación y restitución de los restos y de las identidades de los nietos”. Y cierra: “La lucha por transformar la maquinaria del despojo es diaria y no termina, NUNCA”.

24M nocturno: entre el mapping y la ‘Memoria del despojo’