Crece desde el pie… hacia alrededores: la experiencia de Moneda PAR

Desde hace un tiempo, y en el marco de un contexto de profunda crisis social y económica como en el que (sobre)vivimos, la creatividad se potencia. Y si es de forma conjunta y a favor del colectivo, mejor. Entre las alternativas que surgen al sistema, una de ellas es la de las llamadas ‘monedas complementarias’. Y entre ellas, la moneda Par está desembarcando en Tandil y pretende hacerlo en la región. Para más data, este sábado 17, a las 11, en el Centro Cultural La Compañía (Alsina 1242) ahondarán en la experiencia.

Quienes impulsan la formación de la red en Tandil y la zona, explican que en los últimos años, la caída del poder adquisitivo ha modificado las posibilidades de consumo de la mayoría de las familias y, por lo tanto, se ha achicado la posibilidad de venta para muchísimos productores. Los aumentos en los precios de los alimentos, en el transporte, los servicios y los impuestos, entre otros, convierten a los salarios y jubilaciones -que aumentan menos- en ‘frazadas cada vez más cortas’. Esto obliga a prescindir de muchos bienes y servicios necesarios, y deja sin compradores a muchos productores.

Esta cadena de deterioros desmejora la vida de todos. Muchas familias recurren al endeudamiento para cubrir algunos gastos, refinancian tarjetas, toman créditos aceptando condiciones muy negativas, o incluso recurren a préstamos informales a tasa de usura. Esta situación es cada vez más explosiva para las familias y también para el país.

Por ello, buscando construir herramientas útiles para mejorar la economía y la vida de los ciudadanos, se crean monedas complementarias, que, al ser aceptadas dentro de una red de productores-consumidores, amplían las posibilidades de dar y recibir productos y servicios necesarios.

Existen en la actualidad más de cuatro mil, en distintos lugares del mundo. En Argentina, se ha creado una moneda complementaria digital llamada PAR. Es equivalente a un peso. Los usuarios se registran, muestran en MercadoPAR -un sitio de Internet- lo que ofrecen y las condiciones de venta. Por ejemplo, puede venderse parte en pares y parte en pesos. En el mismo sitio, observan lo que ofrecen los demás. Cuando quieren comprar, se contactan con el vendedor y coordinan los detalles de entrega o retiro del producto, pagando a través de la ‘billetera virtual’, una aplicación bajada en su teléfono.

Para poder iniciar los intercambios, la comunidad PAR -participantes organizados en cada lugar- otorgan el aval correspondiente para que el nuevo integrante disponga de un crédito, o descubierto a tasa cero.

En Tandil, la presentación inicial fue realizada a mediados de 2017 por el economista Sebastián Valdecantos y los especialistas en informática Pablo Tutino y Fernando Buero, responsables del diseño técnico. A partir del interés despertado en nuestra ciudad, se creó el Nodo Tandil. En este nodo, ya se intercambian, de manera total o parcialmente en pares, productos y servicios como panificados, fideos de harina agroecológica, yerba, alfajores,  pasta de garbanzos, garrapiñadas, plantas, clases de varias disciplinas, bolsos, artículos de madera, alojamiento, juguetes, servicios informáticos, entre otros.

A inicios de 2018, esta iniciativa nacida originalmente en el ámbito de fábricas recuperadas, cuenta con nodos en organización en La Plata, Córdoba y Tandil, y se encuentra en proceso de constitución en otras ciudades.

Este sábado 17, a las 11, en el Centro Cultural La Compañía (Alsina 1242), se desarrollará una reunión, con la presencia de invitados de Sierra de los Padres (Mar del Plata), para compartir la experiencia, fortalecer vínculos y así ampliar la red de Moneda PAR y ofrecer mayores posibilidades de intercambio.

Vale remarcar que la filosofía de esta experiencia no es acumular sino contribuir a vivir bien: desalentar la especulación, y fortalecer y valorar la producción y el trabajo. Retomar el viejo pero siempre vigente principio cooperativo de “esfuerzo propio, ayuda mutua” para que, a partir de una moneda complementaria, se supere la escasez de moneda oficial que imponen las políticas neoliberales.

Avanza la moneda PAR en la región