“Si se ven indicadores, no hay que dejar de pedir ayuda”

Conmocionados aún por el femicidio de Ailín Torres, ocurrido este último sábado en Tandil, en el programa “Parando en todas” (con la conducción de Liliana Giannatasio y “Nacho” Lacovara, que se emite de lunes a viernes, de 9 a 12, por FM 101.7 La Compañía) dialogaron con la titular de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Municipio de Tandil, Andrea Rossetti. En esta nota, el análisis que se hace desde la Dirección.

Indagada sobre los posibles antecedentes de la relación entre Ailín Torres y el femicida Damián Alejandro Gómez, Rossetti indicó que “antecedentes no había, a nivel sistema” y remarcó esa distinción, ya que sí había una historia referida por allegadas, amigas y conocidas de Ailín: “después de un vínculo muy largo en el tiempo, este ex la hostigaba permanentemente, la acosaba. Esto no se tradujo en una denuncia, ni pidió ayuda a través de alguna de las ‘ventanillas’ del sistema”.

La directora de Políticas de Género del Municipio de Tandil, desde su reconocida militancia, subrayó que, “de todas formas, una no deja de sentir una gran frustración, impotencia, angustia… Ese es un común denominador. Más nosotras, que estamos todo el tiempo intentando prevenir estos desenlaces”. En ese sentido, Rossetti sostuvo que lo ocurrido con Ailín “nos tiene que llevar a modificar esas situaciones: si hay una presunción de que algo ocurre, si se ven ciertos indicadores, no hay que dejar de pedir ayuda, que no necesariamente tiene que ver con hacer la denuncia. Sí pedir la ayuda y ver la manera. Por lo menos, se intentaría hacer todo lo posible para generar estrategias en cada uno de los casos, para que esos desenlaces no sean una realidad como la que hoy nos está interpelando”.

Del amor romántico: su maldita herencia y trágico legado

En ese punto, Liliana Giannatasio, como entrevistadora, remarcó que se habla de la vulnerabilidad y la debilidad que se puede tener frente a una situación de violencia, pero de lo que no se habla es de “la sensación de autosuficiencia que pueden tener algunas mujeres, pensando que pueden cambiar esas características de la violencia o del violento”. Asimismo, instó que se debería alertar sobre “los males que ha dejado el amor romántico: la idea de que podemos y vamos a poder; que somos las enfermeras de las situaciones que se viven con tipos débiles que no van a aceptar el no y que podrían tener una reacción como ésta”.

Por esta razón, Giannatasio consultó sobre la posibilidad de hacer más campañas para desmitificar que el amor puede cambiar a un violento. Rossetti agregó que “es muy usual en las mujeres. De hecho, el viernes, el día anterior al femicidio de Ailín, personalmente tuve que atender a una piba muy joven, de 19 años, que refería una situación de violencia: se quiere separar, pero en su imaginario estaba esta cuestión de que ‘bueno, no…’ Le explicaba que habría que denunciarlo e ir por el lado de los derechos que tiene su hija, su hijo… Sin embargo, esto aparecía en su discurso: ‘No, bueno, pero yo no lo quiero denunciar, porque él es bueno con los chicos; yo creo que no va a haber ningún problema cuando me separe; creo que no es necesaria la denuncia, no la quiero hacer’”. La funcionaria manifestó que esto efectivamente tiene que ver con el amor romántico, “el pensar que podemos modificar la conducta de un otro. Las pruebas, los casos en los que nosotras intervenimos acá, nos indican exactamente lo contrario: en general, la persona violenta no modifica su conducta”.

También, desde la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual, se repara en que recién se está empezando “a pensar, a nivel sistema, qué se hace con ese violento para que cambie la conducta. Tampoco hay dispositivos o abordajes específicos. Está en los discursos de las mujeres: muchas, cuando vuelven a la situación de convivencia o vuelven con la pareja, lo hacen porque dicen: ‘Yo lo amo y creo que puede cambiar’.

Vecino, amiga, conocido, familiar, cumpa de laburo: vos también lo podés evitar

En cuanto a la responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas, alrededor de casos en donde se registra hostigamiento, acoso y amenazas, Giannatasio indagó sobre cómo se asiste a ese tipo de relato sin naturalizarlo y cómo tener un rol más activo, si se conoce a alguien inmerso en esa situación, “que no tiene que ver con la intimidad de esa persona o con el ámbito privado, sino con una situación social y cultural”.

… Y que desemboca en delito”, agregó la propia Rossetti, como también que se debe “volver a esta idea de los diversos delitos que están involucrados. No naturalizar. Y pensar que el entramado social (familia, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, etcétera) puede tener una activa participación”. Relató que en reiteradas oportunidades, a la Dirección, “vienen equipos técnicos de las escuelas, que ven indicadores. Se busca la vuelta de ver qué pasa con eso que está naturalizado. A veces, desemboca en una charla para trabajar estereotipos y prevención. Siempre hay una vuelta. Lo importante es pedir ayuda, en donde sea, para ir hacia una estrategia de abordaje”.

Pedidos de ayuda que se pueden realizar en la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual (Arana 1129); en el Equipo Interdisciplinario de la Comisaría de la Mujer, que asesora aún sin la denuncia si es necesario (Alem 1073); en Atención a la Víctima; en las ONGs que trabajan en la materia y que tienen activistas que pueden ayudar a la mujer a repensar y replantear estas cuestiones; en el lugar en donde la mujer se sienta más cómoda para pedir ayuda, incluso la familia, los amigos, las amigas, para ver qué hacer.

Andrea Rossetti, directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Municipio de Tandil.

Hay ciudadanos y ciudadanas que, frente a estas situaciones, ve señales de peligro en alguna relación, pero tiene miedo de comprometerse, porque siguen (mal)entendiendo que forman parte de la intimidad. Sin embargo, hasta se puede salvar una vida con su compromiso. Rossetti informó que en la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual (Arana 1129), se encuentran en atención desde las 8 de la mañana hasta las 14. “Hacemos el asesoramiento, que implica charlar con una profesional, con una trabajadora social, con una psicóloga, con una abogada, de acuerdo a cómo sea ese escenario, y al menos empezar a escuchar. Todas esas cuestiones las desandamos en entrevistas. Es un espacio para eso. No hay que quedarse con la duda ni con el miedo. Pedir ayuda y asesoramiento es lo más acertado. Son lugares desde donde orientamos y damos una continuidad. Hay veces en que la persona está mucho tiempo para tomar una decisión, pero tiene una red que la contiene”.

No es amor

Desde el perfil de Facebook de María Emilia Dell Acqua, integrante de la agrupación universitaria Desde el Pie (en La Mella), compartimos esta reflexión, que ayuda a definir qué no es amor y qué sí es clara violencia de género. A propósito de desmitificar de una buena vez al amor romántico…

Si te grita, no es amor. Si te empuja, no es amor. Si te maltrata con palabras o los puños, no es amor. Si sus chistes apuntan a que como mujer no podes, no sabes, no entendes o deberías hacer algo específico y no otra cosa, no es amor. Si te golpea, no es amor.

No va a cambiar. Nunca. Te lo va a prometer. Va a llorar o se hará el ofendido. Te pedirá perdón o te va a decir que es tu culpa. Que lo volves loco, que lo sacas, que nunca le pasó esto con otra pareja.

Pero ya le pasó. La gritó, la empujó, la golpeó, se le rió, la maltrató.

No va a cambiar. No es amor.

Contáselo a una amiga. Hablá con tu mamá. No lo justifiques. No podes hacerlo. Salí del círculo. No dudes de tu cordura. Es él. No sos vos.

No es amor. Es violencia de género.

Queremos justicia en Tandil. En todas partes. NI UNA MENOS. #JusticiaPorAilin

 

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