Al pastor se le van las ovejas (y los privilegios)
En los alrededores del 25 de marzo, en vísperas de las manifestaciones por el Día del Niño por Nacer, al obispo de la diócesis de Azul no se le ocurrió mejor idea que manifestar su rechazo a la despenalización del aborto mediante un comunicado. En él, monseñor Hugo Salaverry dictó: “el Obispo y el clero estamos dispuestos a recibir a los niños no deseados y hacernos cargo de ellos”. Luego de esa frase, si ya se estaban realizando procesos de apostasía, el deseo se incrementó en muchas ciudadanas y ciudadanos de la diócesis. Por esta razón, en la región se encuentran invitando a realizar una apostasía colectiva. Este sábado 5 de mayo, de 15 a 18, en el Monumento a las y los Desaparecidos (en la Plaza Independencia de Tandil, frente al palacio municipal) juntarán las cartas.
A esta redacción, la información llegó como evento de Facebook, de la mano de la Colectiva Feminista Berta Cáceres. Así dejan la carta a imprimir y llenar con los respectivos datos de cada quien; por sobre todo, el de dónde fueron bautizadas y bautizados. El sábado 5, de 15 a 18, frente a la municipalidad de Tandil, se acercarán los pedidos, para ser llevados a la mismísima catedral de Azul, sede de la diócesis, para sinceramiento de la feligresía.
A todo esto, muchas y muchos se estarán preguntando de qué estamos hablando cuando hablamos de apostasía. Apostatar es darse de baja en los registros de la Iglesia. Entre los motivos por los que es de importancia realizar la apostasía, vale resaltar que la Iglesia Católica cuenta como ‘católica’ a toda persona bautizada. En Argentina, con casi un 90% de la población bautizada y considerándose una cuestión cultural, este número es argumento suficiente para ser escuchada por el Estado y tener injerencia para que muchas de sus doctrinas sean apoyadas.
Sin embargo, el nivel de representatividad actual de la Iglesia Católica es muy bajo, por existir una amplia población atea o que ha decidido ser parte de otras religiones/espiritualidades, como por la existencia de católicxs que no concuerdan con doctrinas y accionares de la propia institución. Si estás bautizada o bautizado, vale recordarte que la Iglesia, en tu nombre, condena el aborto, la homosexualidad, la educación sexual, se opone al uso de anticonceptivos, a la eutanasia, al divorcio, al sexo prematrimonial, entre otras cuestiones no menores (se pueden rastrear en el sitio web oficial del Vaticano).
Como remarcan quienes organizan esta apostasía colectiva, “gracias a que sos unx de sus integrantes, el Estado la sostiene y le brinda privilegios, más allá de que pienses por tus medios y tengas una postura crítica”. Por esto, si no estás de acuerdo con las posiciones de la Iglesia, tenés algunas opciones: no bautizar a tus hijxs para no alimentar sus listados (además, habrá tiempo para elegir libremente una religión si así se desea); y si ya fuiste bautizada/o, se puede salir de la iglesia para quitar tu apoyo a través del trámite de apostasía. “Si apostatás, se anota al lado de la anotación de tu bautismo que abandonaste la fe católica. Si no querés ser parte de ese 90%, hacé el trámite. Apostatar es tu derecho. ¡Que no hablen en tu nombre! ¡Por un Estado Laico, ya! Separación de la Iglesia y el Estado”
Aclaran sus organizadoras que la convocatoria a una apostasía colectiva, más allá de la obviedad de que lo personal es político, es más un acto simbólico que un trámite formal: “se entregarán las cartas de todxs aquellxs que quieran realizarla, pero posiblemente será necesario que luego realicen un seguimiento del trámite de forma individual”.
En cuanto al trámite en sí, se debe enviar una carta informando la decisión de dejar de pertenecer a la Iglesia Católica y exigiendo se modifiquen los registros donde se figura como ‘católicas/os’. Deben explicitarse los datos del bautismo (por sobre todo, parroquia y fecha aproximada del mismo, al menos el año). NO se deben dar justificaciones, ya que la decisión es personal. Luego, esa carta debe ser enviada a la diócesis a la que pertenece la localidad. En este caso, la organización de la apostasía colectiva enviará las cartas personalmente a la diócesis de Azul. Diócesis que comprende los partidos de Tandil, Ayacucho, Azul, Benito Juárez, Bolívar, General Alvear, General La Madrid, Laprida, Las Flores, Olavarría, Rauch, Roque Pérez, Saladillo y Tapalqué.
Luego, se exige una respuesta favorable en el lapso de 5 a 15 días, en donde se informe si se está tramitando la modificación de los registros. De no llegar la respuesta, se contacta con la diócesis en cuestión para pedir información, apurar la tramitación y/o realizar una denuncia en la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (con la constancia de envío de la carta).
Las respuestas pueden ser: una invitación a presentarse a la diócesis para demostrar su identidad o hacer la renuncia en forma personal (se recomienda asistir para agilizar el trámite); invitación a hablar personalmente con un obispo/vicario/sacerdote para reconciliar posiciones (no es necesario, ya que no se tiene por qué dar explicaciones de la decisión y ellos deberán actualizar sus registros); aviso de que la carta debe ser enviada a la diócesis del domicilio actual del interesado y no a la diócesis correspondiente a la parroquia de bautismo (no todas las diócesis se manejan de esta manera, pero hay casos en que sí. Parece una traba burocrática más, pero puede facilitar el trámite si es que va a ser necesario ir personalmente luego); aviso de que se cursa el pedido a la parroquia respectiva (todo marcha como corresponde y el pedido está en curso); fotocopia de la partida de bautismo con la notación de renuncia al margen (ahí sí, efectivamente, estás formalmente fuera de la Iglesia Católica).
CARTA MODELO
Señor Arzobispo/Obispo S.E.R. Mons. Hugo Manuel Salaberry SJ
S / D
Yo, …………………………………………………….., con D.N.I ……………………, constituyendo domicilio en ……………………………………………. de la localidad/ciudad de ………………………………………………………, bautizada/o en la localidad/ciudad de ……………………………………………….. el día ……… de …………………….. del año ………….., me dirijo al Sr. Arzobispo en su carácter de responsable de los archivos de registros bautismales de la República Argentina, y en atención a los deberes y atribuciones que le confieren los cánones 381.1 y 393 del Código de Derecho Canónico, con el objeto de solicitarle se sirva ordenar que todo registro relativo a mi persona actualmente mantenido por la Iglesia Católica Apostólica Romana sea eliminado de inmediato, y que dicha institución se abstenga de establecer en el futuro cualquier nuevo registro referido a mi persona si no mediara expreso consentimiento de mi parte.
El derecho a elegir libremente religión o creencia está garantizado en el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (A/RES/217 A (III) del 10 de diciembre de 1948) y en el Artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas (A/RES/2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966) que, conforme al ordenamiento jurídico argentino y de acuerdo con el Artículo 75 inc. 22 de nuestra Constitución Nacional, tienen jerarquía constitucional. Esta garantía «… protege las creencias teístas, no teístas y ateas, así como el derecho a no profesar ninguna religión o creencia» (cfr. Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, CCPR General Comment No. 22: Article 18 (Freedom of Thought, Conscience or Religion), 30 de julio de 1993, CCPR/C/21/Rev.1/Add.4, punto 2) y necesariamente implica el derecho a reemplazar por otra la religión o creencia que actualmente profese una persona o adoptar una visión atea (Ibid., punto 5).
En ejercicio de este derecho inalienable, en plena conciencia y con entera libertad, he resuelto que no deseo pertenecer a la Iglesia Católica Apostólica Romana, ni estar vinculado a ella de manera alguna, ni autorizar a esa institución a que lleve registro alguno sobre mis creencias.
Como el Sr. Obispo sabe, la Ley 25.326 protege los datos personales asentados en archivos, registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, informatizados o no, y considera datos personales sensibles, entre otros, a aquellos que revelen las convicciones religiosas, filosóficas o morales de las personas. Estos datos sensibles gozan de especial protección, a punto tal que la formación de registros que almacenen información que directa o indirectamente los revele está expresamente prohibida (Art. 7 inc. 4); una excepción especial permite a la Iglesia Católica y a otras instituciones religiosas llevar registro de sus miembros. Ahora bien, no siendo ya miembro de la citada Iglesia, condición que manifiesto y ratifico por la presente, la excepción especial mencionada deja de tener vigencia respecto de mi persona, por lo que corresponde de pleno derecho la enmienda del registro correspondiente.
Esta enmienda no puede ser otra que la eliminación total e inmediata de toda constancia registral, en primer lugar porque habiendo dejado yo de ser miembro de la Iglesia los datos del registro pierden su finalidad y deben destruirse (Art. 4 inc. 7), en segundo lugar porque mantenerlos implicaría una falsedad, y final pero fundamentalmente por el derecho de supresión que me asiste conforme al Art. 16 inc. 1 de la citada norma legal. En consecuencia, estimaré que en el plazo legal de cinco días haga suprimir todo registro sobre mi persona que actualmente se halle bajo responsabilidad de la Iglesia católica en la República Argentina, bajo apercibimiento de iniciar las acciones de protección de datos personales a las que ha lugar por derecho.
Estimaré asimismo que, realizada la supresión, se me notifique por escrito al domicilio arriba constituido sobre la conclusión del procedimiento. Así también me informen cuándo puedo asistir a la parroquia correspondiente, para corroborar que el libro de bautismo ha sido modificado y toda referencia a mi persona ha sido eliminada. Sirva la presente de formal notificación conforme al Art. 16 inc. 2 de la Ley 25.326.
Saludo al Sr. Obispo muy atentamente,
Firma: …………………………………………………..
Aclaración: …………………………………………….
D.N.I.: …………………………………………..
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El documento de la Audiencia Pública sobre aborto ya está entre nos