“Es Aborto Legal o Clandestino”: un mural y una charla

Hace algunos sábados atrás, y luego de que el clima jugara algunas malas pasadas, en la plaza que se encuentra en la esquina de calles Bernardo Houssay y Adolfo Pérez Esquivel (en el barrio olavarriense Facundo Quiroga I), se realizó una charla debate, junto a la pintada de un mural, por iniciativa del espacio de jóvenes de Unidad Ciudadana y adeptas/adeptos a la causa. La charla estuvo a cargo de integrantes del Programa Permanente de Estudios de la Mujer (perteneciente a la Facultad de Sociales de la Unicen) y el aporte de Socorristas Olavarría.

Suyai Compagnon y Carolina Planes, integrantes del PPEM, fueron las encargadas de brindar los lineamientos de la charla, que giró en torno a las tres consignas que hacen a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: educación sexual para decidir; anticonceptivos para no abortar; y aborto legal para no morir. De esta manera, en la tarde de un sábado por demás cálido y soleado como fue el del 12 de mayo, en una plaza, al aire libre, y con algunos pibes del barrio que estaban en pleno picadito de finde, durante una hora se charló sobre estas tres dimensiones y su historia como propuesta integral, ya que, cuando se habla de aborto, también se habla de educación sexual y de anticoncepción.

Con más de una veintena de chicas y chicos, y entre ellos el edil Federico Aguilera, la educación sexual para decidir fue el primer punto sobre el que se disertó. En ese camino, las y los estudiantes de los secundarios, que participan en su mayoría de los Martes Verdes, comentaron las situaciones que viven en los establecimientos educativos a los que concurren en este aspecto. Talleres en algunas escuelas, pero por situaciones particulares, no por voluntad ni iniciativa de los directivos; planteos de alumnas para que se brinden de manera sistemática, no aislada ni esporádicamente; luego de muchos reclamos respecto a ESI y aborto, se les permite tener charlas que brindarán los propios estudiantes, no surgido desde Dirección; en otro caso, una charla sobre embarazo adolescente, por iniciativa de una preceptora; y una charla sobre el cuerpo y el respeto al mismo, y sobre cuerpos disidentes, brindada por una profesora de arte.

Compagnon y Planes explicaron que hay una ley nacional (del 2006) y una provincial (de 2015). Educación Sexual Integral que aborda varias dimensiones y lejos está de aquella que recibían anteriores generaciones, circunscripta a las relaciones sexuales y desde la perspectiva de la prevención y lo que no debía pasar: no enfermarse, no quedar embarazada. En este planteo actual de ESI, se abordan, por ejemplo, las dimensiones afectivas (que incluyen el cuerpo y su respeto) y de perspectiva de género.

Por esa Ley Nacional (2006), se creó un Programa Nacional de Educación Sexual Integral, que, entre otras cuestiones, elaboró materiales que, en teoría, debería de estar en todas las escuelas, como material marco sobre el que se deben pensar actividades. Allí se encuentran los lineamientos generales, con los contenidos básicos, para todos los niveles: “Todas las personas que estudian en el sistema educativo argentino, sea de gestión privada o estatal, y de todos los niveles y de todas las jurisdicciones, hasta la educación municipal, deben respetar esta ley y llevar adelante actividades”, resaltaron. Acercaron estos cuadernillos y revistas a los allí presentes, también indicándoles que esos materiales se encuentran para descargar en la web, incluso en formato pdf. Materiales, si bien pensados como propuestas para docentes, también pueden servir para un aprendizaje colectivo.

Planes subrayó que el hecho de que no se esté implementando la ESI en las escuelas, no responde a un único factor: “todo lo vinculado a salud sexual, suele costar que se aplique, ya que tiene mucho que ver con preconceptos y prejuicios de quienes tienen la obligación de aplicar esos programas o leyes”. En ese sentido, la ley no plantea talleres aislados, sino que, en su carácter integral, busca ser transversal a las diversas áreas. Para eso, los cuadernillos con los lineamientos, porque excede abordar la sexualidad desde la genitalidad, sino que se indaga desde lo social, lo psicológico, lo emocional. Incluso, para materias que parecen más difíciles de vincular con la ESI, como pueden ser Matemática, Historia, Geografía.

Asimismo, la aplicación efectiva de la ESI prepara a las y los docentes para abordar estas temáticas como también para cuando emergen casos, aunque se quieran desentender porque creen que no tiene que ver con su materia: “Muchas veces sucede, por falta de herramientas, por preconceptos, incluso por inseguridades, porque, de por sí, no son temas simples de abordar. Pero existe un marco y un respaldo de donde debieran apoyarse para hacer cumplir este derecho del que los estudiantes son los titulares”, señaló Compagnon.

‘Anticonceptivos para no abortar’

Sobre el segundo eje de la Campaña, Planes indicó que en Argentina, existe el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que reconoce a la salud sexual como un derecho: todas las personas deben tener acceso a información clara sobre cómo cuidar su salud sexual y acceso gratuito a métodos anticonceptivos. Se sancionó en 2002 como ley, pero no se aplicó hasta 2006, debido a las muchas trabas y recursos judiciales, impulsados por la jerarquía de la Iglesia Católica. “Acción que se retoma en el último eje. Son constantes”.

Entre los métodos anticonceptivos gratuitos que se brindan desde el programa, están las pastillas anticonceptivas, las pastillas hormonales de emergencia (las llamadas ‘del día después’), pastillas anticonceptivas de lactancia, los preservativos, el DIU, inyectables y el implante subdérmico. Sobre este tema, Cynthia Arrabal, de Socorristas Olavarría, manifestó que es de importancia, al decidir por un método anticonceptivo, la idea que tiene cada mujer, pareja u hombre, del tipo de anticoncepción que desea tener: “Lo ideal es, cuando viene una persona a consultar por anticoncepción, preguntarle qué es lo que quiere, para qué lo quiere y para cuánto tiempo; y explicarle que la mayoría de los métodos, excepto el preservativo, no resguarda de las enfermedades de transmisión sexual”.

Arrabal expuso que estos métodos, a grandes rasgos, se pueden dividir en los que son de larga y los de corta duración. Entre los de larga duración, están los hormonales (el implante subdérmico -que dura entre dos y tres años- y el SIU -un DIU con hormonas, que se coloca dentro del útero y libera las hormonas que aumentan la densidad del moco cervical, impidiendo el ascenso de los espermatozoides, sin impidedir la ovulación; y dura cinco años-) y el DIU, no hormonal, con un alambre de cobre enroscado, que impide la concepción pero no así la ovulación.

Entre los métodos de corta duración, están los anticonceptivos orales (las pastillas comunes; los anticonceptivos orales de lactancia -para mujeres que están dando de amamantar o que, por algún motivo, no pueden recibir los orales comunes-); los inyectables (se colocan una vez por mes); y la anticoncepción de emergencia. Para prácticas sexuales, están los preservativos y el uso del campo de látex, para sexo oral (ya que las enfermedades de transmisión sexual también se transmiten por esa vía).

También está la Ley de Anticoncepción Quirúrgica, a la que refiere como un derecho, y entra en un terreno más complejo, por ser definitiva: comprende la ligadura de trompas y la vasectomía en los hombres. Se supone que están garantizados gratuitamente por el Estado también. Mientras tanto, la anticoncepción masculina está en etapa de prueba.

Sobre situaciones en que no se ha garantizado este derecho de ser proveídos de métodos anticonceptivos otorgados gratuitamente por el Estado, se mencionaron casos en que: en algunas facultades los había muy esporádicamente; en algunas escuelas, había dispensers de anticonceptivos en preceptorías, pero ya no; en el ámbito municipal, ante el vaciamiento de programas nacionales y el no envío de partidas, hubo momentos en que el Municipio de Olavarría tuvo que salir a comprar.

El Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, editó materiales, como ‘Experiencias para Armar. Manual para talleres en salud sexual y reproductiva’, con actividades para abordar la sexualidad integralmente, en el uso de métodos anticonceptivos y derechos sexuales. Previo a 2016, se repartían el manual y el kit con los insumos requeridos. Hoy ya no, pero aún se pueden descargar de la web. Hay algunos kits en Olavarría y si se quiere realizar alguna actividad puntual, se los puede solicitar.

A propósito de la Ciudad del Cemento, por ordenanza, se creó en 2010 un Programa Municipal de Salud Sexual y Reproductiva, por la gestión de las organizaciones civiles que venían trabajando el tema, para aplicar a nivel local el programa nacional. El programa se crea, pero sin presupuesto. En 2015, se propuso revisarlo, generar un presupuesto y actualizarlo a las leyes. Se avanzó en 2016 y está en debate en el Concejo Deliberante, en labor de comisión.

Privados y públicos: iguales ante y para la ley… y para lo básico

Se comentó que una docente manifestó que, por tratarse de una escuela privada, esa institución podía ‘prescindir o recortar’ algunos enfoques de la ESI. Vale aclararle a esa docente que, contra su pronóstico, no es así la cosa. “Es una ley y un programa que se tiene que aplicar para todas las personas, en todas las instituciones. Sean de gestión pública o de gestión privada, responden a las mismas leyes. No es entrar a un Estado aparte el entrar a la escuela”, manifestaron quienes disertaron en la plaza. Que las leyes son negociaciones y territorios de disputa permanente, no hay dudas. El artículo 5 de la Ley de Educación Sexual Integral indica que las escuelas pueden adaptar la ESI a su ideario institucional. En materia de interpretaciones, “como confesionales, a veces creen que pueden recortar como quieran. Lo pueden hacer en el abordaje de algunos contenidos, pero no en los básicos, acordados por todas las instancias, instituciones, actores sociales y jurisdicciones. Por debajo de eso, nada”.

Para ilustrar esto, supongamos que, en una escuela confesional, al estudiarse los métodos anticonceptivos, se incorpora el llamado ‘método natural’: no tener relaciones sexuales durante los días de la ovulación. “Más allá de las opiniones y de su eficacia, es un método válido, se utiliza. Lo pueden explicar claramente, pero no pueden explicar sólo ese. Ahí está la diferencia”, resaltaron. Así como “tampoco pueden dejar de informar sobre la efectividad de cada uno de los métodos”, agregó Eugenia del Campo, de Socorristas Olavarría: “Ha surgido la cuestión del coito interruptus como propuesta para evitar embarazos. Tenemos un 70% de embarazos que se dan por coito interruptus. No les dicen lo peligroso de esto en la transmisión de enfermedades, ni la baja efectividad para la contracepción. Evitan hablar de estas cuestiones: les dan un dato y con eso creen que ya tienen saldada la educación sexual”.

Cynthia Arrabal cerró este eje con que “hay muchas personas que no les gusta la idea de usar un método hormonal, o que invada su cuerpo como el DIU. Está perfecto decidir eso, dentro de la autonomía, pero tiene que ser una decisión informada y consciente, y con herramientas, para elegir eso para su vida”.

‘Aborto Legal para no morir’

El tercer eje es el que se está trabajando en las reuniones informativas, en comisión, en la Cámara de Diputados de la Nación. Si bien se están debatiendo varios proyectos de ley, quienes brindaron la charla adscriben al presentado desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que, entre varios puntos, establece que “cualquier persona con capacidad de gestar puede interrumpir la gestación hasta la semana 14; y sin límite de tiempo, en caso de que corra riesgo la vida o la salud de la persona gestante, que el embarazo haya sido producto de una violación, y/o en caso de malformaciones fetales graves”.

En este punto, la charla se convirtió, brevemente, en una clase de Historia. Conocer cómo nació la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito era la tarea. Si bien se creó en 2005, comenzó a gestarse en 2003, en el Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en Rosario. Desde que en 1986 se empezaron a organizar los ENM, siempre hubo mujeres feministas que trataron de poner en agenda el aborto. Se concreta en 2003, donde, por primera vez, se usan los pañuelos verdes, creados por las Católicas por el Derecho a Decidir, que los repartieron en la marcha del ENM en Rosario, con diferentes consignas sobre salud sexual.

En 2004, en el ENM de Mendoza, se hacen asambleas por el derecho al aborto, con disputa para con sectores jerárquicos de la Iglesia Católica, que empezaron a participar de esos encuentros anuales. Incluso, ese ENM tuvo situaciones riesgosas para la salud y vida de quienes participaban: se atacaron edificios y colectivos, en donde se estaban desarrollando los talleres. Violencia reaccionaria en nombre de la ‘vida’. La contracara: las Católicas por el Derecho a Decidir, una de las organizaciones más fuertes que llevan adelante esta consigna… y son católicas.

El 28 de mayo de 2005, en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, se lanza la Campaña Nacional, con la consigna del derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Se trabaja fuertemente y así se llega a este último tiempo, con el grado de masividad y visibilidad adquiridos. Una de las referentes de la Campaña y de Católicas por el Derecho a Decidir, Marta Alanis, al exponer en el Congreso, planteó: “Ya avanzamos. Logramos despenalizar el aborto en términos de debate social”. Hace apenas cinco años atrás, casi no se podían juntar firmas, no se podía hablar aún del tema, y si se salía con el pañuelo verde, tenía que estar camuflado. “De un tiempo a esta parte, se ha podido poner en palabras, visiblemente, y permite poner el problema que implica el aborto clandestino en términos de salud pública y de salud de las mujeres”, subrayaron las disertantes.

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó el proyecto, por primera vez, en 2007. Como nunca tomó estado parlamentario ni llegó al debate, se lo volvía a presentar cada dos años. “Siempre hubo diputadas y diputados que lo apoyaban: de hecho, el proyecto ingresa con firmas, pero nunca se logró pasar de la presentación. En 2014, se logró bastante más, pero quien estuvo encargada de las comisiones las dividió y no alcanzó a tener quórum. Se juegan cuestiones políticas sobre cuánto avanza o no”, comentaron.

Al cobrarse esta masividad y visibilidad, se difunden otros argumentos. Uno de ellos es el del derecho de las mujeres y personas con capacidad gestante a decidir sobre su propio cuerpo; y también el enfoque de la problemática desde la salud pública. Se calcula que en Argentina se realizan entre 340 mil y 500 mil abortos al año. ‘Se calcula’ porque, al ser una práctica clandestina, no hay estadísticas oficiales que sustenten, y sería un contrasentido pedir esas cifras exactas (para, de paso, llevarlas presas, que también pasa). En 2005, el Ministerio de Salud pidió un estudio, hecho por demógrafas y estadistas, con dos tipos de metodología. Una, por egreso hospitalario (que no solamente tiene en cuenta la cantidad de mujeres que egresan del hospital por haber tenido abortos, sino que se entiende que, si van al hospital, es porque hubo una complicación).

De ahí surge que una de cada ocho mujeres tiene una complicación en un aborto domiciliario”, indicaron. Mujeres que no pueden acceder a una práctica un poco menos riesgosa. El aborto es clandestino, es ilegal, y además riesgoso: en salud y en términos judiciales. Quienes menos recursos económicos tienen, acceden a métodos más peligrosos.

La otra forma metodológica pone el foco en la efectividad de los anticonceptivos. Por ejemplo, si el DIU tiene un 98% de efectividad, el 2% se suma al de los otros métodos. Eso se cruza con el índice de natalidad: el porcentaje de mujeres en edad fértil y que, una vez al mes, pueden quedar embarazadas. De ahí resultan estadísticas que llegan a los 700 mil abortos por año, con variables que dependen de cada país y de las condiciones de salud. Se hizo en diferentes provincias de la Argentina: en Buenos Aires y el Conurbano, hay una mortalidad materna que llega al 2%; y en provincias como Jujuy y Formosa, llega al 14%. Diferencias alarmantes.

Uno de los contra-argumentos de las y los militantes ‘anti-derechos’, sobre la cantidad calculada de abortos, es que ‘tiran un número y no se sabe’. Si se calculó, fue a pedido del Ministerio de Salud. Y entre esos contra-argumentos, hubo uno peor: ‘en 2017, murieron solamente 46 mujeres por complicaciones en abortos clandestinos’… Como si 46 mujeres muertas no significaran una problemática en sí misma! Mismo argumento que utilizan para deslegitimar luchas, como lo han hecho con el número de las y los desaparecidos por la última dictadura cívico-militar.

En 2016, murieron 43 mujeres por abortos; y en 2017, murieron 47 en la provincia de Buenos Aires. Antes de iniciarse el debate en el Congreso, ‘Católicas por el Derecho a Decidir’ pidió un informe al Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires: allí estaban desagregados todos los municipios y sus hospitales… excepto Olavarría, llamativamente. Allí se da cuenta de que los egresos hospitalarios por complicaciones con abortos rondan entre los 49 mil y 50 mil.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del total de abortos realizados en todo el mundo, el 45% han sido riesgosos. Y de ese porcentaje, casi el 100% se realizaron en América Latina, Asia y África. “Estamos entre los países en donde es más riesgosa la práctica. Por estas cuestiones, organismos internacionales, como la OMS, le piden a los Estados que tomen medidas para reducir los riesgos de esta práctica, que complica la salud materna e infantil, principalmente la de la mujer”. La legalización del aborto es considerada, por esos mismos organismos, como una política de reducción de daños y necesaria a favor de la salud.

El Estado argentino ha sido penalizado por no cumplir con abortos que ya son no punibles en el país. Tuvo que tomar medidas concretas para modificar esa situación, aplicadas a medias, tales como generar protocolos para la atención post-aborto y para abortos no punibles. Ha habido fallos para efectivizar el aborto actualmente no punible para determinados casos. Aún así, no se cumple, y hay una exaltación del Estado en perseguir a las mujeres que se realizan un aborto, estén o no dentro del marco de los abortos no punibles. Y no sólo a las mujeres se persigue: también a los médicos que tratan de garantizar el derecho, al tener presentes las causales. Aunque los alberga y cubre la ley, hay organizaciones de salud que persiguen a esos médicos y se les vuelve casi imposible la práctica. Esta imposibilidad incurre en un delito que debe ser denunciado. Por todo esto, es necesario legalizar el aborto.

Con respecto a lo riesgoso de un aborto, Del Campo señaló que hay organizaciones, como las Socorristas, que ‘reducen riesgos’ y mantienen los estándares recomendados por la OMS. De ello tratará la implementación de los proyectos de ley. “Un aborto ambulatorio es seguro y Socorristas tiene estadísticas”, indicó. Hace pocos días, Socorristas presentó un cuadernillo al Congreso de la Nación, con las estadísticas que trabajan desde hace varios años, sobre los más de 77 mil casos de acompañamientos en los que han intervenido.

Sobre los aspectos que quedan por fuera de los proyectos presentados, Socorristas Olavarría destaca, por ejemplo, que hay legislación internacional que permite la interrupción de un embarazo en semanas posteriores a la 14. Sobre los acompañamientos, en los proyectos se establece que solamente pueden ser hospitalarios, y que sólo puede ser un tipo de médico, “cuando hay variedad de médicos que pueden llevar adelante el acompañar”.

Sobre el proyecto presentado por el diputado Daniel Filmus, propone un método ‘de medicación combinada’, que implica la utilización de misoprostol (que genera espasmos en los músculos lisos, como el estómago, los intestinos y el útero) y mifepristona (que impide la generación de progesterona, que es lo que alimenta el saco gestacional y lo fortalece). “Al estar debilitado el saco gestacional y por las contracciones que se tendrán, el dolor y la posibilidad de hemorragia son mucho menores, y reduce aún más el riego”, explicó Del Campo. También incorpora la fabricación de esos medicamentos en los hospitales públicos.

La existencia de la ley sola no implica su implementación inmediata ni mucho menos. “No va a ser la panacea que se legalice. Tenemos bien presente que para la semana 15 y 16 vamos a seguir estando, porque permiten hasta la semana 14. Hay varias cosas que quedan todavía, y no resulta muy alentador. Si tenemos leyes como la de ESI y la de Salud Sexual y Reproductiva que no se cumplen, ésta bien controversial va a costar más”, cerró Del Campo.

Un mural que desenmascara y cachetea a la hipocresía

Al finalizar la charla, se dio paso a la realización del mural. ‘No es Sí o No: es Aborto Legal o Clandestino’, ya que no se trata de una cuestión ideológica o de moral, sino lisa y llanamente de salud pública. Con boceto realizado por la joven estudiante Antonia Ayesa, recolectando ideas y aportes de varias y varios, el mural incluye a distintas personas manifestándose para que el aborto legal sea un derecho. Así se deja plasmada la diversidad de cuerpos gestantes que tanto tienen esa capacidad como también la de interrumpir ese proceso.

Miradas del Centro dialogó con Antonia Ayesa. Sobre el boceto, indicó que se buscaba “expresar la inclusión y la diversidad en el mural. Lo buscamos entre todos, todos colaboramos con la idea”. Una mujer embarazada, con el pañuelo verde de la Campaña, levantando el puño, en favor de la causa, “junto a mujeres de diferentes edades y etnias, y visibilizar que no sólo las mujeres abortan, sino también otros cuerpos gestantes”; y para generar controversia, ya que “mucha gente cree que las mujeres embarazadas no están a favor del aborto”.

Sobre el por qué de la frase del mural, Ayesa explicó que, “por más que la gente no lo quiera aceptar, el aborto es algo que sucede y va a seguir sucediendo. Luchamos para que sea legal, para que se realice de manera segura y se cuide la vida de quienes lo hacen”. Asimismo, invitó a participar a los Martes Verdes, que se están llevando a cabo los martes (y algunos jueves) en el Paseo Jesús Mendía, a las 17.30hs: “Ahí se habla sobre el proyecto de ley. Estaría bueno que las y los vecinos se acerquen, para saber de qué trata esta ley e informarse”.

Stefano Vinci, integrante del espacio de jóvenes de Unidad Ciudadana, en diálogo con Miradas del Centro, señaló que “se nos ocurrió hacer una convocatoria abierta a la comunidad, a todas y todos los jóvenes que quisieran participar de esta actividad. Lo organizamos junto al PPEM y nos acompañaron Socorristas de Olavarría. La idea era hacer un mural que reflejara la actual coyuntura del debate sobre el aborto legal, seguro y gratuito”, junto a la charla debate que sirvió para aclarar dudas.

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