Desde la Unicen le dieron unas clases a Vidal

Por si no tenía suficiente conflicto ya con los docentes bonaerenses, María Eugenia Vidal abrió un nuevo frente, esta vez contra los universitarios. Lo hizo este 30 de mayo, en una reunión con rotarios de Buenos Aires como público. A la hora de responder cómo ve la Argentina, atinó a endilgar culpas a la creación (inútil, según su análisis) de universidades en la provincia. No fueron pocos quienes le salieron a la respuesta.

María Eugenia Vidal: "Todos sabemos que nadie que nace pobre llega a la universidad"

#UniversidadesDeaLaAlegría #MaríaEugeniaVidal Construyendo el Cambio nivel Cisneros. Un país para pocos. Ya no ocultan nada, si no lo querés ver…es porque no querés.

Publicado por Guido Valentín Tonelli en jueves, 31 de mayo de 2018

Mientras las redes sociales se poblaban de relatos de primeros universitarios en robustos árboles genealógicos de familias de clase baja, que reivindicaban a las universidades públicas y gratuitas como elementos dinamizadores de la movilidad social ascendente, la Unicén fue una de las 26 casas de altos estudios que le dedicaron su rotundo rechazo a las declaraciones de Vidal sobre las universidades públicas y el nefasto determinismo que trazó con quienes “nacen en la pobreza”.

Ante la frase escupida por la gobernadora, sobre si “es equidad haber poblado la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”, el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires expresó “su enfático desacuerdo y rechazo para con las consideraciones vertidas”.

Continúa el comunicado: “Nuestra Universidad, en momentos en que el país entero se apresta a conmemorar el Centenario de la Reforma Universitaria gestada en Córdoba y será sede de la Conferencia Regional de Educación Superior, refuerza una vez más su absoluta convicción de que la Educación Superior constituye un bien público social, un derecho humano y universal, y un deber del Estado.

“En ese contexto, la Universidad se erige como una herramienta imprescindible para la inclusión y transformación social, motor de oportunidades de crecimiento individual y generadora del conocimiento que la sociedad requiere para su desarrollo. Así, la hora actual requiere de más universidades abiertas al pueblo y mejor financiadas, lejos de cualquier intento de su mercantilización y desfinanciación.

“Los miles de estudiantes y graduados que, en el conurbano bonaerense en particular y en el país en general, constituyen la primera generación de universitarios en sus familias; y los innumerables ejemplos de jóvenes que desde sus humildes orígenes han accedido a la Universidad y hoy cuentan con un horizonte enormemente más venturoso para su futuro que aquel que la estigmatización de su condición económica les hubiera asignado, resultan la prueba irrefutable de que, aún cuando resta mucho por recorrer, el sostenimiento de la Educación Superior no arancelada haciéndola posible para todos los argentinos, sigue siendo una de las mejores inversiones que el Estado debe hacer por el bienestar de la sociedad.

“Por lo expresado, este Consejo Superior ratifica enfáticamente su compromiso con la ciudadanía que la sustenta, sin distinción  ni discriminación de ningún tipo, bregando cada día por incrementar su interacción con todos los sectores de la sociedad, y muy especialmente con los más necesitados, planteando con igual énfasis su rechazo a cualquier política de ajuste que ponga en riesgo la continuidad de los logros hasta aquí alcanzados”, cierran el documento.

Testimonios para que se anoticie Vidal (y datos para su información)

Un hashtag con el que replicaron relatos quienes ‘nacieron en la pobreza’ y lograron un título universitario era ‘Las Universidades no sobran’. Hubo usuarios que recordaron que René Favaloro, “al que tanto nos gusta nombrar a los argentinos, era hijo de un carpintero y de una modista. Nació en una casita del barrio El Mondongo, de La Plata. ¿No suena muy distinguido, verdad? ¿Los pobres no llegan a la universidad, gobernadora Vidal?

Desde la Universidad Barrial de la Unicen, Andrés Harispe señaló que “en la Unicen, la primera generación de alumnos cuyos padres no fueron a la universidad o no terminaron sus estudios, llega al 87%”. El usuario Damian Fresolone agregó a estos datos que “el otorgamiento de becas a estudiantes universitarios de bajos recursos pasó de 23.019 en 2015 a 14.985 en 2017 (un 36% menos). Esto también deberíamos saberlo todos”.

Mónica Sterki, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen, evidenció el ropaje conceptual de la frase de Vidal, para lo cual les recomendó a sus estudiantes y contactos de las redes: “si quieren un ejemplo del concepto de Darwinismo Social de Spencer, vean y escuchen una y otra vez el discurso de la gobernadora Vidal”. Docente universitaria, licenciada en Antropología, que “mientras estudiaba en la Universidad pública, vendía sandwichs y cuidaba pibes”. Hoy, incluso con un doctorado en Ciencia Política, “a Vidal le puedo dar cátedra sobre el concepto de movilidad social de acá hasta que me muera”.

Una publicación que tuvo gran repercusión en las redes sociales fue la de Diana Lan, doctora en Geografía, directora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Unicen. El último 31 de mayo, la docente de la carrera de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen escribió: “Un día salí de la pobreza, cuando pude pisar la Universidad Pública. Mi padre sólo había hecho la primaria y era un obrero de La Tandilera. De tanto pasar de cámaras de frío y calor, su columna se dobló. Jubilado por invalidez, se dedicó a trabajar en mimbre en el patio de mi casa. Mi madre no fue a la escuela. Cuando cumplió 60 años, fue a la nocturna y terminó el primario en la bandera. Trabajó de pantalonera para sastres: su máquina de coser empezaba a sonar desde las 5 de la mañana.

“Nunca tuvimos casa propia. Viví en casas con letrinas, siempre con la misma pilcha, con lo justo, pero con mucha alegría, siempre compartiendo con los de al lado. Trabajo desde los 19 años para poder pagarme los estudios. Soy primera generación universitaria en mi familia. Fui becaria Conicet, hice mi maestría en Canadá y me doctoré en Argentina. Le devuelvo con trabajo a la universidad pública todos los días de mi vida, con vocación y agradecimiento.

Por esto, la docente e investigadora se sintió “agraviada por las palabras de la gobernadora. Nací en la pobreza, sí llegué a la universidad pública y hoy trabajo para que todxs salgan de la pobreza. Nunca olvido de dónde vengo y tengo muy claro hacia dónde voy. Fuerza para todxs. El trabajo honrado, comprometido con solidaridad y cooperación jamás será mancillado”, subrayó.

Por su parte, Alicia Almada, actual concejal del bloque de Unidad Ciudadana en el Concejo Deliberante de Olavarría, otrora secretaria general del gremio SADOP en su seccional olavarriense, también escribió sobre su recorrido personal, en una suerte de carta abierta a la que tituló ‘Gobernadora Vidal: no todos los cisnes son blancos’. Allí escribió: “Pensé que era un rumor malintencionado, pero era verdad. Según María Eugenia Vidal los pobres no van a la Universidad. Esperaba y con alivio leo en mi muro la reacción de quienes sostenemos lo contrario, algunos por ser protagonistas; otros por simple ideología, que no es poca cosa.

“Ayer nomás, Juan Manuel me pedía que le explique el método inductivo de la ciencia. Rendía parcial de Introducción al Pensamiento Científico en la Facultad. ‘Todos los cisnes son blancos’… hasta que apareció uno negro. Ayer también, en la pobreza de la Unidad 2, diez estudiantes de Trabajo Social sorteaban el hambre, la violencia y la soledad en un aula, explicando un afiche sobre Kuhn…

“A veces, me dicen ¿por qué seguís dando clases? ¿Por qué elegís los lugares más difíciles: las escuelitas de barrio, las rurales, la cárcel? No hace falta que les diga que lo hago porque ellos son el espejo que me refleja mi identidad y mantiene viva mi esencia. Puede que sea un cisne negro, pero conozco varios.

“Lo fui a los 4 años, cuando lloré una semana para que me compren el libro Sopena. Allá, en la casilla de las afueras de Loma negra, quería leer y escribir, aunque me diera pena que mi padre gastara en un libro, porque ya me daba cuenta que un obrero analfabeto con siete hijos tenía muchas necesidades.

“Lo fui a los 6 años, cuando me negué a participar de un juego en el colegio, al oír decir a la maestra ‘poné a los más pobres’ (mi primer acto de rebeldía). Fui un cisne negro muchos años, cuando leía todo cuanto cayera en mis manos, mientras cumplía roles impuestos por el patriarcado. Resistía leyendo. Y pensando. Lo fui también cuando me le animé al secundario nocturno del Barrio CECO, porque el Estado había construido una escuela en mi barrio.

“Cisne negro en los años que cursé Magisterio, pedaleando la bicicleta gris que mi amiga Graciela me dio a pagar en cuotas. Más negro aún, los años del Profesorado de Ciencias Sociales, conociendo a Marx, y comprendiendo por qué debía plantarme frente al mismo Monseñor Salaberry para que no cierre el Colegio donde había también avisorado otro de mi especie. Cisne negro, en mi playera roja, seis años cursando la Licenciatura en Antropología social, campeándole a la vida que nunca me sonreía. Libre en las 3616 horas reloj de mi carrera, donde muchos otros se me parecían. Allí donde otra vez el Estado me daba, y nos daba, la oportunidad de volar.

“Cisne negro para decir que sí al sindicalismo, a la solidaridad, a socorrer al oprimido, a liderar mi bandada. Cisne negro, hoy más que nunca, desde mi banca de Concejal, defendiendo el derecho a la educación, a la inclusión social. Defendiendo, desde lo profundo de mi corazón, a todos los cisnes que se reconozcan negros, más aún en estos tiempos donde nos quieren hacer creer que todos los cisnes son blancos”. Almada acompañó el texto con la fotografía del día que egresó de la Facultad.

“No fue sin querer”

Si bien, Mayra Arena no pertenece a la Unicen, su análisis es tan interesante como necesario para estos tiempos. Mayra vive en Bahía Blanca y es la autora de un escrito que se volvió viral a mitad de marzo de este año, ‘El beneficio de ser pobres’, en el que distinguía claramente entre ‘pobreza’ y ‘marginalidad’, por haberlo vivido en su historia de vida, en su familia. Actualmente depiladora y estudiante de Ciencias Políticas, también señaló que “los pobres que logramos pisar una universidad somos una absoluta minoría”.

Sobre los dichos de Vidal, Arena publicó en su perfil de Facebook: “Sabíamos que para este gobierno no existíamos, pero no esperábamos que lo tire así. No ella, que es tan prolijita, tan cuidada, tan modosita. Muchos salieron a tuitear, a mencionarla, a presentarse, a decirle ‘mirá dónde nací yo, y ahora…’. No pierdan más el tiempo, por favor.

“Macri ya había hablado de ‘caer’ en la escuela pública, pero, como es un imbécil, a nadie le pareció grave. Michetti ya había dicho que las drogas afectan a los pobres y a la gente normal, pero como es un monstruo, nadie la condenó. Y ahora, ella. La impecable. La inteligente. La perfecta. La intuitiva y dulce Vidal.

“No se le escapó. No fue sin querer. Este es el discurso del PRO y es ella la más adecuada para presentarlo de una vez. Porque Macri no tiene inteligencia para llevar discusión alguna y Michetti no tiene carisma para que la inviten desde los canales de TV.

“No va a pedir disculpas. Va a redoblar la apuesta. Va a decir que ella es la que se sacrifica, la que dice cosas incómodas, la que no niega la realidad. Porque ‘incomodar’ podría ser meterle el dedo en el culo a las mineras para financiar más y mejor educación, pero para ellos es negar a los miles de hijos de clase laburante que se han pelado el lomo para llegar a donde están. Negó a los que, para llegar a un simple edificio, tuvieron que salir a laburar desde la secundaria. A los que ven a sus padres cenar mate, caminar hasta el laburo, bajar la estufa, abrigarse en la casa, dejar los bifes y quedarse con los fideos y el arroz. Negó a los que hacen todo ese sacrificio para ir a un edificio, no a buscar un título sino a traer orgullo y dignidad a las casas.

“Porque la realidad que ellos ven es que los pobres somos todos una masa amorfa y mal hecha, arriada y predestinada a morir como nació. Porque si los derechos otorgados no son utilizados, no se busca un mejor camino: se arrebatan los derechos. Están diciéndote que son demasiadas universidades, que no tiene sentido que haya tantas, que no existe que los pobres vayan ahí. Ya sabíamos lo difícil y desigual que es para nosotros llegar a la universidad. Que todavía no somos millones los pobres que llegamos a ser universitarios, también.

“Y ellos quieren terminar con eso. No con la desigualdad, ni mucho menos con la pobreza. Quieren terminar con esos ‘pocos’ pobres universitarios, que somos vos y yo”, concluyó la joven bahiense.

Vale recordar que, tras esa frase sobre la supuesta inutilidad de las universidades públicas (que no fue un error sino premeditación pura y declaración abierta de principios e intenciones), Vidal hizo un anuncio de “mejoras en la educación para adultos” en el que afirmó que la educación «es la verdadera herramienta para salir de la pobreza«. Una puesta en escena cuidada, trabajada, para un consumo masivo, con una expresión tan alegre que, al estilo del doctor Jekyll y Mr. Hyde, poco se parecía a la de apenas 24 horas atrás, en un discurso brindado a puertas cerradas, en una comida selecta y exclusiva de la alta sociedad. Siempre tratándose de la misma persona y sus gradaciones de sinceridad… o sincericidio.

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