La juventud investigadora reclamó, a pesar de los “parches” oficiales

Cada 22 de mayo suele ser una jornada particular en su simbología histórica. En el paseo Jesús Mendía, en el corazón neurálgico de Olavarría, fue el día elegido por las y los integrantes de la comunidad científica local (investigadoras/es, decanos, docentes, técnicas/os y becarias/os) para exponer el estado crítico en el que se encuentra la ciencia en el país y en la ciudad. A modo de ‘Cabildo Abierto en defensa de la Ciencia Argentina’, formó parte de la convocatoria de los institutos del Conicet replicada en todo el país.

De los parlantes montados para la ocasión, se escuchaba una versión aggiornada de la Marcha de la Bronca en el paseo Jesús Mendía. Jóvenes investigadores, varios de ellos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen, repartían volantes y les explicaban a adolescentes y señoras que cruzaban ocasionalmente la plaza sobre la situación que atraviesan. Mientras tanto, en Capital Federal, se realizaba el ‘Cabildo Abierto en defensa de la Ciencia Argentina’, convocado por buena parte de las directoras y directores de institutos del Conicet, y en el que se presentó el ‘Manifiesto de Córdoba’. Minutos después, en el zócalo de un canal de noticias nacional se leía: “Trueque en el Conicet: intercambian insumos y materiales”.

Al Cabildo olavarriense, se invitó a integrantes de diferentes espacios políticos locales “para que se interioricen de la situación y para solicitarles que incorporen en sus plataformas de gobierno la promoción y el apoyo a la investigación científica local”, indicaron desde la organización de la manifestación. Respondieron a esa invitación José Eseverri, Eduardo Rodríguez (Foro Olavarría), Federico Aguilera (Unidad Ciudadana), militantes del Movimiento Mayo, entre otros.

Desde Suteba y la CTA Regional Olavarría acercaron una adhesión conjunta, que fue leída por la secretaria general de esta CTA, Jorgelina Piccinini, en la que se hizo un recorrido de lo sucedido durante los primeros años del siglo XXI y aquella “crisis política, social, institucional y económica, sin precedentes en nuestra historia”, y de “las mejoras crecientes que se dieron a partir de 2003 y hasta 2015, consecuencia de la decisión política del gobierno de Néstor Kirchner primero, y de Cristina Fernández después”. Decisión política de “poner en primer plano la soberanía en el sentido más amplio y acabado: la defensa de los intereses nacionales, avanzar en la reconstrucción de una matriz productiva industrial capaz de generar valor agregado a la producción primaria, una más justa distribución de la riqueza, y una mejora en la calidad de vida de millones de argentinos y argentinas”.

Objetivos acompañados por “una inversión estatal creciente y sostenida en ciencia y tecnología, pilar central de las políticas de desarrollo en este período”, en la que “la creación de nuevas universidades y el fortalecimiento de las existentes permitieron formar miles de científicos y científicas, y repatriar los y las mejores argentinos y argentinas que, formados en nuestras universidades públicas, otrora habían emigrado”. Periodo en que el Estado asumió un papel activo en generar políticas públicas con la soberanía en ciencia y tecnología como eje central y estratégico del desarrollo económico y social argentino.

Respecto al cambio de gobierno y de modelo estatal: “Estamos padeciendo el desmantelamiento sistemático de la investigación en ciencia y tecnología, y la destrucción de la educación pública en todos sus niveles y modalidades”. Tema que no concierne sólo a la comunidad científica, ya que “ata como pueblo a un destino de dependencia, que clausura las posibilidades de crecimiento y desarrollo con autonomía”. Por esto, trabajadoras y trabajadores nucleados en Suteba y la CTA de los Trabajadores se hicieron presentes en este ‘Cabildo Abierto’ para acompañar el reclamo de docentes e investigadores y para “denunciar las políticas de vaciamiento, de subejecución de recursos y la desresponsabilización del Estado que, de persistir, tendrá graves consecuencias en los ámbitos de producción de conocimiento que nos permitan posicionarnos en el mundo”; y para manifestar que “necesitamos de nuestros científicos y científicas para construir junto a ellos la Patria que merecemos”.

UNA RESPUESTA A LA SECRETARÍA QUE SUPO SER MINISTERIO

El joven investigador Augusto Olivan, de la Facultad de Ciencias Sociales, explicó que a última hora del martes 21, la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación publicó un comunicado. Por esto, desde la comunidad científica olavarriense decidieron leer ese comunicado oficial, no cambiar ni una coma del documento-síntesis del Manifiesto de Córdoba, y contraargumentar lo emitido por la Secretaría.

La Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación informó sobre los “avances alcanzados en términos operativos y presupuestarios del área: estamos incrementando el presupuesto en mil millones de pesos, para garantizar el normal funcionamiento de todos los institutos de investigación y para financiar los proyectos de investigación aprobados y adjudicados, tanto a través de la Agencia Nacional de Promoción de Ciencia y Tecnología como a través del Conicet y el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología. El aumento será efectivizado con desembolsos a partir del mes de junio, y continuará a lo largo del año. El miércoles 22 de mayo se firmará el decreto de designación de los doctores Mario Pecheny y Alberto Kornblihtt como directores del Conicet. El 3 de junio se abrirá la convocatoria del concurso a la Carrera de Investigador Científico 2019, para cubrir 450 cargos nuevos. Se realizó un incremento presupuestario de 300 millones para la compra de equipos, en base al último llamado de la convocatoria del programa de mejora de equipamiento. Está en proceso de firma el decreto de modificación del régimen de importaciones para insumos destinados a investigaciones científico-tecnológicas, para que se puedan importar de forma más económica, simple y rápida los insumos y equipamientos necesarios para el desarrollo de las investigaciones”.

Sobre estas medidas, en la gacetilla se marcó que “el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, Alejandro Finocchiaro, consideró: ‘Entendemos los reclamos de la comunidad científica, y por eso tratamos de generar medidas que impacten positivamente en este sector imprescindible para alcanzar un país próspero y desarrollado. Muestra de eso es que, a pesar de estar atravesando un período de dificultades a lo largo del corriente año, el incremento presupuestario al sistema nacional de ciencia y tecnología ha alcanzado los 2.200 millones de pesos. Además, en estos momentos, el secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, está trabajando en la sede del BID para ampliar financiamiento internacional a invertir en el programa espacial’.”

La gacetilla también dio lugar a lo expresado por el secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Jorge Aguado: “Nos complace especialmente dar a conocer estos anuncios que, esperamos, den tranquilidad a la comunidad científica. La ciencia, la tecnología y la innovación son una condición necesaria para el desarrollo y el crecimiento del país, y son una política prioritaria de este gobierno. Por eso, y con la intención de no sólo resolver los problemas coyunturales, sino también lograr un impacto real de conocimiento novedoso en la sociedad y en el sistema productivo del país, es que trabajamos todos los días desde el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, en  conjunto con el resto de los ministerios nacionales’.”

Desde Olavarría, así les respondieron a la dicha Secretaría: “En primer lugar, no es casual que dicho comunicado se haga público la noche anterior a la movilización organizada desde el sector científico nacional. En segundo lugar, así se cumplan los compromisos tomados por la Secretaría en dicho comunicado, los mismos no son, bajo ningún punto de vista, suficientes para recomponer la situación del sistema científico-tecnológico nacional”. Acto seguido, el desagregado de cada punto: “La designación de los doctores Mario Pecheny y Alberto Kornblihtt como directores del Conicet está pendiente desde las elecciones de mayo de 2018, y no se reconoce razón para su aplazo durante un año que no sea la discriminación política. Por eso, esta designación no constituye ningún tipo de avance, sino una mera normalización”.

“El refuerzo presupuestario de mil millones de pesos difícilmente sea suficiente para garantizar la recomposición de salarios y becas, la normalización del funcionamiento y los planes de infraestructura de los institutos, la refinanciación de proyectos de investigación, entre otros puntos revisados por el Manifiesto de Córdoba. Recordamos que en 2018, para alcanzar el porcentaje del PBI invertido en ciencia y técnica en 2015, hubiera hecho falta un refuerzo de 18 mil millones de pesos.

“El ingreso a Carrera de Investigador Científico viene en considerable descenso desde el 2015 hasta la actualidad. El comunicado de la Secretaría promete que en el 2020 ingresarán al sistema la misma cantidad de investigadores que en el corriente, lo que garantiza únicamente que el número de ingresos no volverá a descender. Esto no implica, en ningún sentido, una recomposición o una implementación de un plan de crecimiento para la ciencia argentina: por el contrario, el hecho de que la cantidad de ingresos no aumente respecto de la de este año, es parte constitutiva de una política nefasta en términos del desarrollo científico nacional”.

Por ello, reforzaron la importancia de la movilización y la necesidad de un salvataje de la ciencia argentina con proyección de corto a largo plazo, con ejes en consonancia con los postulados en el ‘Manifiesto de Córdoba’.

EL ‘MANIFIESTO DE CÓRDOBA’, EN VERSIÓN SINTÉTICA Y A LA OLAVARRIENSE

La arqueóloga María Luz Endere fue la encargada de leer una síntesis del Manifiesto presentado en Capital Federal, con la firma de directores y directoras de Unidades Ejecutoras del Conicet. Esta versión del documento fue elaborada por los y las integrantes de institutos de ciencia y técnica nacionales con sede en Olavarría, y allí manifestaron que “el desarrollo científico y tecnológico representa el principal motor para el avance productivo y sociocultural de nuestro país, y la promoción del bienestar creciente del pueblo. Las instituciones científicas argentinas, entre ellas el Conicet, afrontan hoy una profunda crisis producida por una política de desmantelamiento, en una dramática reducción del presupuesto real asignado a las instituciones que componen el sistema científico nacional, y agravada por el deterioro del funcionamiento institucional.

“Esta política no está de acuerdo con la aspiración de una Argentina inserta en el mundo desarrollado. Centenares de proyectos de investigación se encuentran hoy paralizados porque su financiamiento ha sido pulverizado. Una vez más, asistimos a la exclusión de jóvenes investigadores del sistema científico. En muchos casos, esta situación conduce al éxodo de científicos altamente calificados (en cuya formación el Estado nacional ha invertido importantísimos recursos), recibidos con los brazos abiertos por los países desarrollados. Los institutos de investigación no cuentan con los fondos mínimos y necesarios para su funcionamiento.

“En 2018, el presupuesto destinado a Ciencia y Técnica representó el 0,2% del PBI, mientras que en 2015 representó cerca del 0,35%. Este descenso en el porcentaje implicó una reducción de 18 mil millones de pesos, traducida en deterioro de salarios y estipendio, desfinanciamiento de proyectos y reuniones científicas, exclusión de jóvenes investigadores e insuficiencia presupuestaria para funcionamiento e infraestructura. En este marco, de un total de 2.595 jóvenes con formación altamente calificada, postulantes al ingreso a carrera de investigador científico, sólo 450 fueron admitidos: aproximadamente, el 17%. En la Unicen, de un total de 39 postulantes, sólo ingresaron 5: el 13%.

“Como integrantes de institutos de ciencia y tecnología nacionales, nos vemos en la obligación de denunciar ante la sociedad que de no revertirse en forma urgente esta situación, el deterioro que sufre el sistema científico y tecnológico nacional tendrá consecuencias devastadoras para nuestro país. Exigimos la inmediata implementación de un plan de salvataje del sistema científico y tecnológico nacional, que contemple los siguientes puntos: aumento de emergencia del presupuesto del Conicet, con magnitud suficiente para garantizar el funcionamiento de los institutos, el cumplimiento de proyectos aprobados y la actualización de los salarios y las becas; prórroga de las becas de los jóvenes excluidos hasta la resolución del próximo concurso de ingreso a la carrera de investigador científico (llamado que debe contemplar un aumento sustancial en el número de vacantes, a fin de revertir el deterioro sufrido en los últimos años y retomar una senda de crecimiento); la inmediata normalización del directorio del Conicet, con la designación de los miembros electos; y la restitución del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva”.

UNA CIENTÍFICA EN PRIMERA PERSONA

Como indicaron sus promotores, en Olavarría viven y trabajan 96 personas que dependen laboralmente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires: 43 son investigadoras/es, 7 técnicas/os de la planta estable de estos organismos, y 46 becarias/os doctorales y posdoctorales que trabajan en institutos radicados en la Unicen sede Olavarría. Además, más de un centenar de docentes-investigadoras/es dependen de la Unicen. Las investigaciones que desarrollan tienen un fuerte componente local, por lo que la crisis del sistema científico afecta a familias olavarrienses y repercute en la desatención de problemas de índole local o regional.

Marcela Bavio es docente de la Facultad de Ingeniería e investigadora del Conicet, y se acercó a la manifestación para conversar sobre qué hace un investigador y por qué es importante apoyar a la ciencia y el desarrollo tecnológico. “Cuando hablan de un investigador, se piensa en una persona que está en un laboratorio. Sin embargo, acá nos ven, somos un montón y de distintas ramas de investigaciones y especialidades: sociales, ingeniería, tecnología”, aclaró.

Bavio también ilustró sobre la manera de acceder a la carrera de investigador: “Hay que presentarse con un director, un co-director, un plan de trabajo, analizar las factibilidades económicas y el presupuesto a utilizar en esa investigación”. Lo evalúan referentes y se obtiene un puntaje. La docente e investigadora refirió que “al día de hoy, en nuestra universidad, a través de la Unicen o de los centros de investigación dentro de la institución, hay jóvenes con más de 9 que se quedaron afuera de ser investigadores del Conicet”. Bavio reveló que se había dicho que tenían que ingresar 1100 investigadores por año en el Plan Argentina 2020, porque “se necesita de un número determinado de investigadores per cápita para obtener préstamos del exterior y mayores ingresos para el país”.

Bavio trabaja en temáticas de medio ambiente y almacenamiento de energía. “¿Está bueno vivir en un ambiente contaminado? No. ¿Está bueno quemar combustibles fósiles y no obtener energías desde otros medios? No”, señaló retóricamente, para responder que la ciencia es importante “porque trata de mirar hacia atrás y de resolver los problemas de hoy y a futuro”. Denunció que la plata asignada en 2015 “no nos alcanza para nada, y pasaron cuatro años y ni siquiera depositaron los segundos desembolsos de los proyectos”. Subrayó que se protesta “porque no alcanza el presupuesto” y por los investigadores y becarios, “que también son trabajadores y necesitan un sueldo digno”.

“CELEBRAMOS LOS MIL, PERO RECLAMAMOS LOS 19 MIL MILLONES QUE FALTAN”

El antropólogo Juan Pablo Matta trató de situar coyunturalmente la discusión sobre ciencia y los números que conlleva. Comenzó su intervención con “la estafa electoral detrás de esta situación” y la importancia de que la ciudadanía reclame que se cumpla lo prometido en campaña: “La alianza Cambiemos asumió prometiendo duplicar el porcentaje del PBI en investigaciones de ciencia y tecnología. En 2015, estábamos en alrededor del 0.63% del PBI, y circularon documentos que indicaban se iba a llevar a 1,5%. Hubiera sido una buena noticia, pero en vez de duplicarse hacia arriba se duplicó hacia abajo: ahora estamos en 0.25%”. Campaña en la que también se hizo circular, maliciosamente, la idea de que la Argentina gasta mucha plata en ciencia. “Hay que desmentirla: Argentina necesita invertir en ciencia, que no es un gasto”, indicó Matta, y agregó: “En cualquier país desarrollado, el porcentaje del PBI destinado a ciencia y tecnología está por arriba de 2%. Estamos en 0,25%”.

Sobre el anuncio del ‘refuerzo presupuestario’ de mil millones de pesos, Matta reconoció que mucha gente cree que es un número importante y celebrable la decisión, pero pidió dimensionar en términos de presupuestos estatales: “Mil millones de pesos (que se agregarían no sabemos bajo qué condiciones) serían 23 millones de dólares, para un año, en ciencia y tecnología”. Inmediatamente, graficó: “El Estado nacional utiliza 60 millones de dólares por día para frenar la corrida cambiaria. Nos están ofreciendo anualmente un tercio de esa plata diaria que se está yendo: en un mes, los diferentes actores económicos, muchos dedicados a la timba financiera, fugaron 2341 millones de dólares de Argentina”. En ese punto, destacó a la política como marcadora de la diferencia entre un Estado que invierte en ciencia y el que invierte en timba financiera, y aclaró: “No estoy posicionándome de ninguna manera. Estoy hablando como científico, porque cuando se discute ciencia, se discute política, se discute qué tipo de ciudadanía, de Estado. Olavarría tiene mucha matriz de investigación y hay que sostenerla”.

El investigador informó que un par suyo calculó el recorte en ciencia y tecnología en los últimos cuatro años: un recorte del 34,5%. “En agencias nacionales como la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el recorte fue brutal: del 66% de sus recursos. En Ciencia no había discusión: el sistema de asignación de becas y de ingreso a carrera eran de los más democráticos y equitativos sistemas de distribución de recursos”, en el que son evaluados por pares. Matta denunció que en el otrora Ministerio de Ciencia y Tecnología, “devaluado a Secretaría en desconsideración hacia la ciencia, se hizo una reducción del 58% de su presupuesto. En función de estos datos, se estimó que para estar en las mismas condiciones de 2015, hacen falta 20 mil millones de pesos, no mil. Ese es el déficit en ciencia y tecnología”. Por ende, el antropólogo subrayó: “Celebramos los mil, pero reclamamos los diecinueve mil millones que faltan”.

Como en la contraargumentación al comunicado de la Secretaría, sobre la designación de Mario Pecheny y Alberto Kornblihtt en el directorio del Conicet, elegidos democráticamente por el voto de las y los investigadores de la Argentina, Matta manifestó: “Que lo anuncien como una celebración parece una ofensa. En buena hora que lo hagan. La no firma de esa designación por el presidente de la Nación fue gravísimo institucionalmente: no fueron designados por su orientación política y eso es proscripción”.

Por último, Matta recalcó que “detrás de los avances sociales, hay trabajo científico. En el mundo en que vivimos, es imposible que la Argentina crezca y se desarrolle sin ciencia”; y denunció que “se ha resuelto como política un Estado supeditado a una economía primaria, que prescinde de científicos para aportar valor agregado, y al que le sobra población”. Por ello, “la pelea por la ciencia es por los científicos, por la Argentina y por un futuro que está gravemente amenazado y esperamos que cambie”, concluyó.

LA UNANIMIDAD DEL HCD Y LA DEFENSA OFICIALISTA DE LO INDEFENDIBLE

La falta de financiamiento que sufren tanto los 245 institutos del Conicet (dos de ellos en Olavarría), que no pueden cubrir sus gastos básicos de funcionamiento, mantenimiento edilicio y patrimonial; como los proyectos de investigación (becarias y becarios que no cuentan con los fondos para adquirir insumos o para la recolección de datos), y la reducción en la incorporación de investigadoras/es al sistema científico nacional (que luego de siete años de formación especializada, no pueden continuar sus carreras), junto al consecuente deterioro institucional. Estos temas llegaron al recinto del Concejo Deliberante olavarriense, en la sesión del 23 de mayo, 24 horas después de realizada jornada del ‘Cabildo Abierto’.

Bernardo Houssay, premio Nobel y cofundador del Conicet, alguna vez sentenció: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara: cara es la ignorancia”. De ello dio cuenta buena parte del Deliberante de Olavarría, en la aprobación por unanimidad de un proyecto para manifestar la preocupación por la situación crítica que atraviesa la comunidad científica. Los bloques opositores criticaron las políticas del gobierno nacional y las actitudes del oficialismo local, por no acercarse siquiera a las manifestaciones.

El proyecto fue propuesto por Foro Olavarría para sentar el acompañamiento político de los varios partidos que se acercaron al ‘Cabildo Abierto’ en defensa de la ciencia, ante el ajuste “escalofriante”, como sindicó el edil Eduardo Rodríguez. La concejal Gabriela Delía leyó a las y los presentes (por sobre todo, a sus pares que no aparecieron por el paseo Jesús Mendía) el manifiesto de la comunidad científica olavarriense. Situación que, indicó Delía, vuelca al éxodo a las y los jóvenes científicos, ante la paralización de proyectos sin fondos para su desarrollo.

Como se destacó en varios medios colegas, Einar Iguerategui hizo hincapié en la posibilidad de un “colapso” del sistema científico-tecnológico, resultado de las mentiras de Mauricio Macri: “Se comprometió a mantener equipos de gestión y los fondos, y sólo dejó a un Ministro cómplice del vaciamiento de la ciencia en nuestro país”. El concejal del bloque Cuidemos Olavarría aludió a lo sucedido con la tardía oficialización de las autoridades en el Conicet y sentenció: “Para Cambiemos, la ciencia es un gasto. No les interesa el futuro”. Por su parte, la edil Alicia Almada, de Unidad Ciudadana, agregó: “Desde el minuto 1 de este gobierno, el ámbito académico está en estado de alerta y movilización”. Sobre el ‘refuerzo’ de los mil millones de pesos, Almada afirmó que no alcanzaría para un crecimiento en serio de la ciencia.

El bloque Cambiemos dio su versión oficial de la situación en la palabra de Alejandro Gregorini, que inició su alocución agradeciendo la “forma ‘civilizada’ de la comunidad científica en dar a conocer su reclamo” (según interpretó el concejal, fue por la participación individual de una investigadora, en el programa televisivo ‘Quién quiere ser millonario?’), sin “quemar gomas y molestar al vecino”. El concejal valoró la creación del Ministerio Provincial de Ciencia y Tecnología (encabezado por el ingeniero agrónomo Jorge Elustondo). Según el edil oficialista, el gobierno “respondió con lo que puede, teniendo en cuenta el difícil contexto del país”. Le sugirió a la comunidad científica que “si no está conforme, en octubre habrá elecciones y sabrán expresar las mejores opciones para su crecimiento”.

Las respuestas a estas suertes de provocaciones de Gregorini no se hicieron esperar. Entre las varias críticas recibidas, Rodríguez e Iguerategui coincidieron en calificar de ‘vergonzosa’ la respuesta del concejal de Cambiemos sobre esa supuesta ‘forma civilizada’ de difundir el reclamo. Alicia Almada añadió los datos ‘tras bambalinas’ de esa “puesta en escena”, ya que la científica que participó del programa de Santiago Del Moro es esposa de un funcionario de Cambiemos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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