Para la democracia del futuro, armados de instantáneas y microrrelatos

En la tarde de este martes 2 de octubre, el Consejo Académico de la Facultad de Arte fue el tablado para la presentación del libro ‘Con Memoria reivindicamos la Democracia del futuro’, fruto palpable de un concurso de microrrelatos y fotografías que realizó el área de Derechos Humanos de la Universidad Nacional del Centro en 2016, a propósito de los 40 años del Golpe que fue inicio de la última dictadura cívico-militar.

Corría el 2016 y fue en el marco de las tantas acciones conmemorativas que desarrolló la Unicen, al cumplirse el 40° aniversario del Golpe cívico, empresarial, eclesiástico y militar del 24 de marzo de 1976. Desde el área de Derechos Humanos de la casa de altos estudios, bajo la dirección de María Nazabal y Eduardo Martínez, surgió la idea de realizar un concurso, “para fomentar la participación y la reflexión desde diversas disciplinas, sobre la defensa y promoción de los derechos humanos y la democracia, afianzando y profundizando la intrínseca relación entre las manifestaciones artísticas y el fortalecimiento de la misma”.

Eduardo Martínez, integrante del área encargada de la realización del concurso, subrayó en la presentación que ese aporte al fortalecimiento de la lucha por los derechos humanos y la democracia se enmarca “en la interrelación que tiene con el arte como algo trascendental, como una herramienta transformadora”. Con ejes temáticos orientadores, como ‘Dictadura y Malvinas’, ‘Dictadura y Represión’, ‘Dictadura en mi ciudad’, ‘Dictadura y Censura’ y ‘Memoria, Verdad y Justicia’, la convocatoria estuvo destinada a la participación de la sociedad en general. Y a la hora de los premios, se trataban más bien de índole simbólica: menciones para los primeros diez microrrelatos y las diez primeras fotografías; y a la producción seleccionada como ‘primera’, tanto de fotografía como de microrrelato, un premio en efectivo.

Eduardo Martínez, junto a Ana Caliyuri y Alejandro Ippolito. Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

Sorprendidos gratamente por la gran participación de estudiantes de las secundarias de Tandil, la Unicen dio lugar a encuentros de formación, difusión y sensibilización para trabajar articuladamente con las instituciones educativas del distrito. Y en esas instancias, se dio cuenta de la necesidad de que el material recibido y gestado con la excusa del concurso, quedara plasmado y publicado en un libro.

Libro que, como señaló Martínez, “viene a aportar un granito de arena, para fortalecer la democracia que se viene, la democracia del futuro, a partir de la memoria”, en medio de una democracia tan débil como la que se vive por estos días, con vulneración de derechos “y con la memoria, que parece una llama que se va diluyendo, que se va apagando”. Por eso, para quienes se embarcaron en la aventura de editar esta obra, “es un mensaje alentador: recuperar la memoria, sembrarla en cada uno de los y las estudiantes que participaron de esta edición, porque la memoria sigue viva”.

Participaron con su pluma: Alejandro Ippolito, Sebastián Huber,  Ivy Cángaro, Gaspar Verna, Ana Catalina Lacunza, Diego Ezequiel Vivares, Micaela Castro, Irina Barragán, Cecilia González, Jose María Iarussi y Karen Schell. Integran el libro las fotografías de: Germán Olivera, Bernarda Ballesteros, Nicolás Silva, Celeste Valenzuela, Milagros Zainz, Paloma Uranga, María Laura Deguer, Gonzalo Celasco, Juan Derdoy y Rodrigo Velázquez.

Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

“APOSTAR A LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA, ES UN DEBER”

El comunicador, escritor y docente Alejandro Ippolito, cuyo microrrelato ‘El vuelo’ fue merecedor del primer premio en su categoría, brindó el siguiente discurso, que aquí compartimos: “No es ninguna revelación decir que estamos en tiempos complicados. En estos océanos medio turbulentos, uno se agarra de las tablas que puede, de las que van pasando cerca. Cada uno va tratando de seguir a flote a su manera: algunos encuentran las palabras, otros las imágenes, otros la militancia desde otros lugares. Esta convocatoria fue, sin ninguna duda, una de esas tablas, uno de esos lugares donde decir, porque las palabras estaban, pero estaban necesitando su momento para ser dichas, por tantos que participaron.

“Que haya tantos jóvenes también, tomando esta tabla para contar una historia que, por ahí, no han vivido pero que sienten de alguna forma, que les llega desde algún rincón de la historia o de la familia, es muy alentador. Uno anda con muchas ganas de tener esperanza en estos tiempos, y no hay demasiados lugares donde encontrarla. Yo la encuentro hoy acá: en el lugar de María (Nazabal), que trabaja por la Memoria y por los Derechos Humanos; lo encuentro en Ana (Caliyuri), con su historia de vida; la encuentro en queridos amigos, con quienes hemos compartido espacios de decir, de encontrar rincones para la palabra; y la encuentro acá, con la gente que se hace un tiempo de su vida para compartir este momento. Son unas cuantas celebraciones que no son menores. Decíamos que las dimensiones de una publicación aparentemente son delgadas, pequeñas. Quizá no haya nada más grande hoy que esto. Hoy, para mí, en este momento.

Alejandro Ippolito. Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

“No encuentro otro lugar más grande en donde decir que hay que luchar por la Memoria, la Verdad y la Justicia, porque nos están invitando cotidianamente a la desmemoria, nos dicen todo el tiempo que nos tenemos que olvidar. Dicen que la Historia no solamente no es importante, sino que no sucedió, lo que es peor; que aquellos horrores que vivimos no pasaron, que hay que apostar a otra cosa, que hay que mirar para adelante. Quizás, ese convite venga de parte de quienes no les conviene la Memoria, de quienes pretenden borrar por decreto lo que ha pasado.

“La Verdad está bastardeada sobradamente: nos invitan siempre a presenciar falsedades, circos, puestas en escena, que no tienen nada que ver con la realidad. La Justicia ha sido prostituida de una manera absoluta: ha sido comprada a cambio de favores que presenciamos  todos los días. Entonces, apostar a Memoria, Verdad y Justicia, a contrapelo del mandato, no es un derecho, es un deber: es algo que tenemos que hacer.

Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

“Como también los sucesivos golpes nos llevan a bajonearnos, a no encontrar de qué asirnos, estos encuentros son interesantes. Hemos agotado la mirada hacia arriba, ya no encontramos en los balcones, o en los lugares donde solía estar, la mirada que enamoraba. Ahora, esos balcones están vacíos. Las últimas veces que miramos hacia arriba, vimos un baile descoordinado, una canción extraña, un show que nos avisaba lo que venía. Entonces, va a ser el tiempo de empezar a mirar para el costado: mirarnos entre nosotros, a los que tenemos más cerca, porque, a veces, buscamos donde no hay.

“Creo que la esperanza está en los que nos reunimos, en los que estamos juntos, a pesar de las distancias, que hoy la virtualidad las ha achicado enormemente. Nos encontramos, a veces, diciendo lo mismo un montón de gente: ‘Esas eran las palabras que andaba buscando y no encontraba’, te dicen, y ahí están. Quizás, esa sea la misión de algunos, pero todos tenemos algo para hacer. Creo que se agotó el tiempo de los espectadores en esta historia: todos estamos en el escenario y nos está llamando la Historia a ser protagonistas, cada uno desde nuestro espacio.

Alejandro Ippolito. Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

“Celebro esto. El premio es éste, es hoy. No hay primeros puestos ni segundos en la literatura, eso lo dejamos para una carrera de embolsados. Puestos a escribir, si cada uno vuelca la participación tan fuertemente, como estuve leyendo y viendo las imágenes, ahí está el premio. Esta obra, por sí sola, ya encontró su sentido.

“Está eso que nos golpea del otro lado. Pero de este lado, están María y Eduardo, y gente muy querida que escribe con el alma, y a mí me alcanza para nivelar la balanza a favor. Eso que llaman ‘grieta’, no es tal cosa: para que haya una grieta, tuvo que haber una superficie uniforme antes. Sólo se agrieta lo que ha estado unido previamente. Acá no hay grieta: acá hay un abismo entre dos modelos de vida, de pueblo, de país; en una está la desmemoria y en el otro estamos los que queremos no olvidar nada, ni por un rato.

“Quiero atesorar estos momentos, como quien se agarra a esa tabla de náufrago y seguir a flote, y ayudar a que otros se suban a esa tabla; y que en las palabras, en la música, en el arte, en la educación pública, en las causas, en las banderas que no bajamos, encuentren la razón de ser, para pensar que la Memoria, la Verdad y la Justicia valen la pena ser sostenidas. Agradezco la convocatoria, porque me ha salvado, en un momento donde necesitaba poner esta historia en algún lado”. Ippolito agradeció a todos los presentes el acompañar la jornada, “porque, hoy por hoy, es lo que nos hace volver a comenzar en el día de mañana”.

Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

LECTURAS, LANZAMIENTOS Y AGRADECIMIENTOS

La escritora Ana Caliyuri agradeció y comunicó las palabras de Olga Echeverría (docente de la Facultad de Ciencias Humanas e investigadora del Conicet, también integrante del jurado), quien recalcó la importancia y necesidad de conservar la Memoria y la solidaridad. Caliyuri, además, destacó que ese rol evaluador, cuatro décadas después, le permitió “ver las cosas desde otro ángulo”, aún desde su pertenencia “a una generación diezmada, ‘protagonista’ de una parte de la historia de nuestro país deleznable y lamentable”. Esta pluma tandilense es la autora de ‘Melodía Itinerante’, poema premiado internacionalmente, que cierra la edición de ‘Con Memoria reivindicamos la Democracia del futuro’.

La lectura de algunos pasajes estuvieron a cargo de Sebastián Huber (cuyo ‘Realidad 81 o están jugando’ fue merecedor de la primera mención), Ana Caliyuri e Ivy Cángaro (autora de ‘El limpio’ –segunda mención-), periodista y escritora que planteó su microrrelato desde una perspectiva “más áspera, más incómoda, que tiene que ver con tratar de ‘entender’ –aunque jamás una pueda entenderlo-, de instalarse en la mente de un torturador, no por empatía sino por rechazo. Es una voz que, generalmente, no se plantea, y que está bueno dimensionarla en toda su perversidad y horror”.

Ivy Cágaro, junto a Martínez, Caliyuri e Ippolito. Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

Asimismo, se lanzó un concurso de cortos para escuelas secundarias, “porque creemos firmemente que las y los jóvenes constituyen esa voz poderosa que moviliza y promueve la protección de los derechos humanos”, comunicaron desde el área de Derechos Humanos de la Unicen, y agregaron: “Son ellos y ellas quienes podrán aportar su creatividad y energía renovadora a las actividades necesarias para la defensa y promoción de los derechos humanos”.

A la hora de los agradecimientos, Eduardo Martínez mencionó, entre otros, al contador Roberto Tassara, rector de la Unicen; al Consejo Superior (por su declaración del 23 de marzo, donde se efectuó la premiación); al jurado (Ana Caliyuri y Olga Echeverría, que evaluaron los microrrelatos; y a Luciano Di Salvo -profesor de Historia y responsable de la Fototeca de la Facultad de Ciencias Humanas- y Adrián Botella –fotógrafo, profesor de fotografía en nivel terciario y presidente del fotoclub ‘El Portal de Tandil’-); a Claudia Castro (coordinadora del área de Cultura de la Unicen (“por hacer posible la edición palpable y hacer de la Memoria, la Verdad y la Justicia una política cultural del área que coordina”); al reconocido artista internacional Pablo Bernasconi (por la imagen de la tapa, “que iba con todo lo que está en este libro”); a la Facultad de Arte (en especial a Rubén Maidana); a las autoras y autores de los 10 microrrelatos y las 10 fotografías (que, junto a ‘Melodía itinerante’, poema de Ana Caliyuri, componen el libro); y a quienes enviaron los más de 70 microrrelatos y las cuarenta fotografías, “que se animaron a contar, a escribir, a tomar una foto y dar su percepción de lo que fue la última dictadura cívico-militar”. Y el especial agradecimiento a María Nazabal, coordinadora del área de Derechos Humanos de la Unicen.

Martínez, al cerrar su intervención, leyó un extracto de ‘La Memoria Viva’, de Eduardo Galeano, que fue incluido en el libro: “Cuando está de veras viva, la Memoria no contempla a la Historia, sino que invita a hacerla, más que en los museos, donde la pobre se aburre. La Memoria está en el aire que respiramos. Ella, desde el aire, nos respira. (…) La Memoria viva no nació para ancla: tiene, más bien, vocación de catapulta. Quiere ser puerto de partida, no de llegada. Ella no reniega de la nostalgia, pero prefiere la esperanza, su peligro, su intemperie. Creyeron los griegos que la Memoria es hermana del Tiempo y de la Mar, y no se equivocaron.”

Foto: Liliana Torres (para Miradas del Centro.com.ar)

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