“El derecho a usar no es derecho a saquear, destruir o contaminar”
Estamos ante un nuevo 5 de junio, Día Internacional del Ambiente, y desde la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil emitieron un comunicado, a propósito de esta fecha cara al ‘calendario verde’. Mientras, el lobby inmobiliario (y las construcciones, como su expresión material) avanza sobre el faldeo serrano, con la venia de la gestión del Municipio de Tandil (por acción y omisión), que parece hacer caso omiso a la destrucción que avala. Destrucción cuyos efectos no escatiman en manifestarse…
COMUNICADO DE LA ASAMBLEA POR LA PRESERVACIÓN DE LAS SIERRAS
Informaciones recientes nos hablan de la aparición de un sitio arqueológico con evidencias de presencia humana de 40 mil años en América. De confirmarse la datación, modifica los datos vigentes que acreditan la existencia de humanos en América del Sur hace 15 mil años. ¿Podemos pensar los tandilenses en esa escala de tiempo, parados sobre rocas que existían hace 2.200 millones de años? ¿Somos conscientes de lo que eso significa? No sólo es magnífica la historia de la formación de las rocas que hoy vemos, gestadas cuando América y África formaban parte de un gran continente llamado Gondwana.
Las transformaciones ocurridas en tanto tiempo, la aparición de las primeras formas de vida, la evolución de la flora y la fauna, los seres humanos que habitaron estas tierras, todo está escrito en el libro de la Naturaleza, que es nuestro ambiente pero también el de otros seres y un universo de existencias valiosas en sí mismas. ¿Quién tiene derecho a arrancar páginas de ese libro o destruirlas? ¿Quién tiene derecho a robar a las generaciones futuras el disfrute y la posibilidad de conocer y co-evolucionar con la naturaleza de la que también serán parte? ¿Somos conscientes de nuestra manera de habitar este lugar maravilloso? ¿Sabemos verlo? ¿Lo estamos cuidando?
El habitar respetuoso y amoroso es responsabilidad de todos. Pero, en tanto no tenemos todos el mismo poder de decisión sobre las acciones que modifican el ambiente, las responsabilidades son comunes pero diferenciadas. A más poder de decisión, más responsabilidad. Los que pueden decidir sobre construir o no sobre una sierra, destruyendo flora, fauna, degradando cuencas hídricas y aumentando el riesgo de inundaciones, son más responsables que el resto de los ciudadanos. Y esa responsabilidad no se limita a ajustarse a las normas, indispensable pero no suficiente.
Las leyes no prohíben ser egoístas, pero debemos superar los egoísmos para pensar nuestro lugar en el mundo. Satisfacer el deseo particular de disfrutar o lucrar con el uso inadecuado de un ambiente es una forma de egoísmo, en tanto degrada y destruye un ambiente que lo es también de otros en el presente y el futuro. El derecho a usar no es derecho a saquear, degradar, destruir o contaminar.
Las autoridades, que no cumplen con el deber de cuidar el patrimonio común, tienen una responsabilidad principal, y no se acaba cuando se van del cargo, porque lo que provocan no cesa ni vuelve atrás. Muchas veces, el mal aplicado ‘principio del justo medio’ se utiliza de modo falaz, en tanto se ponen en los dos platillos de la balanza intereses que no son comparables. No hay justo medio entre el interés de lucrar con el negocio inmobiliario, la explotación canteril o un interés particular, y el interés general y obligación primaria de preservar el ambiente y el patrimonio natural y cultural de un pueblo.
Los representantes del pueblo deben asegurar los intereses generales y el bien común y ordenar el territorio, para que los usos que reclaman los particulares se realicen en la localización y de las maneras adecuadas. ¿Quién puede decir que en Tandil no hay terrenos aptos para construir en zonas no serranas adecuadas a tal fin? El nefasto avance de la construcción sobre las Sierras es el fruto de una carrera por la apropiación privada del paisaje, que al mismo tiempo lo destruye. Cada construcción sobre las Sierras destruye paisaje, y al mismo tiempo lucra con el paisaje que mantienen quienes no construyen ni degradan las Sierras.
Somos habitantes responsables por nuestros actos y ciudadanos. En democracia, todos tenemos derecho a decidir sobre nuestra organización social y las regulaciones que sustenten la relación sociedad-naturaleza que elegimos. Por eso, en este 5 de junio, como en cada uno de los 365 días del año, pequeños instantes que tejen el tiempo planetario y definen la vida que compartimos y dejamos a las generaciones futuras, instamos a preguntar y preguntarnos ¿Cómo estamos habitando Tandil, esta página de valor inconmensurable en el Libro de la Naturaleza?
Asamblea Ciudadana en Defensa de las Sierras de Tandil
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