Zapatos rojos y ferias unidas, contra la violencia hacia las mujeres
El 25 de noviembre, desde hace varios años, es una fecha ineludible en el calendario del movimiento feminista de Tandil. En este 2018, si bien no se realizó marcha, actividades no faltaron en la Plaza Independencia: junto a las ferias, se hizo una intervención y se leyó un documento sobre la problemática.
En los últimos años, todo 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha sido el marco de movilizaciones que han desembocado en el veredón del palacio municipal, de actividades de todo tipo y de lecturas de comunicados. La concientización, sensibilización y prevención, nortes de esta fecha.
En la edición del último domingo, en horas de la tarde, la Plaza Independencia y la Casa de la Cultura fueron los epicentros de las actividades. En cercanías de la Glorieta de la Plaza, sobre calle Rodríguez, más de 40 emprendedoras de las ferias de Mujeres Emprendedoras, de la Economía Social, de la tradicional de Artesanas y Artesanos de dicha Plaza, y la de trabajadoras de la Economía Popular (nucleadas en la CTEP), ofrecieron sus producciones.
También la plaza fue el escenario sobre el que se realizó una instalación impactante: obra de las organizaciones nucleadas en Unidad Ciudadana, más de 200 zapatos rojos, para hacer gráfico el desgarrador dolor de los femicidios ocurridos en el país en lo que va de este 2018. Y a cada minuto que pasa, esa cantidad de zapatos queda lamentablemente desactualizada.
En la Casa de la Cultura, en la céntrica esquina de Belgrano y Rodríguez, se encontraba expuesta desde el 19 de noviembre la muestra ‘Mi dignidad no es el largo de mi pollera’: alrededor de 400 postales de distintos puntos del planeta, que visibilizan y ejemplifican las múltiples caras de la violencia de género entre diversas sociedades y clases. Muestra que hasta el 2 de diciembre estará en exposición, para ser recorrida de 8 a 20.
DOCUMENTO DE LAS ORGANIZACIONES DE UNIDAD CIUDADANA
“Más de 200 zapatos rojos sobre el césped de la Plaza Independencia de Tandil. Más de 200 zapatos rojos que simbolizan los femicidios de las niñas, adolescentes y mujeres asesinadas por violencia machista en Argentina en lo que va de este año, que aún no termina. La mayor parte de estos asesinatos fueron cometidos por parejas, ex parejas, familiares o conocidos. Mujeres apuñaladas, ahorcadas, quemadas, descuartizadas. En muchos casos, violadas y abusadas antes de su muerte.
“Cifras y datos que espantan, que gritan, que nos interpelan. Y nos hacen salir a la calle una vez más, hoy, 25 de noviembre, a reclamar por la ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. La violencia sobre los cuerpos y el femicidio, como el extremo, la cara más cruel, la que termina con nuestros sueños, nuestros proyectos y nuestra vida; la que deja miles de niños y niñas huérfanos y huérfanas de sus madres.
Pero las mujeres estamos atravesadas por diversas formas de violencia, muchas de las cuales, de tan cotidianas y hasta sutiles, están naturalizadas. No tienen cifras, porque son de difícil cuantificación, pero están ahí: violencia psicológica; violencia obstétrica; violencia laboral; la descalificación para realizar algunas tareas u ocupar ciertos cargos; la cosificación en los medios de comunicación y la presión sobre los cuerpos que no responden al ideal de belleza; el ‘andá a lavar los platos’, ‘no servís para nada’, ‘vos de esto no entendés’, ‘necesitás un novio’, ‘son cosas de viejas’, ‘con esa ropa no salís’, ‘dónde estuviste?’. La tutela y cosificación. La base de las otras formas de violencia. Y es una tarea cotidiana y permanente la lucha por la deconstrucción de estas construcciones patriarcales, políticas, sociales y culturales.
“Para esto, es fundamental el desarrollo de políticas públicas a través de un Estado presente, que contribuya a la prevención, erradicación y sanción de la violencia contra las mujeres. En nuestro país, contamos para ello con una herramienta de avanzada a nivel internacional, la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que desarrollan sus relaciones interpersonales. Sus objetivos son eliminar la discriminación; garantizar el derecho de las mujeres a una vida sin violencia; el acceso a la asistencia integral e interdisciplinaria y a la justicia de aquellas que padecen violencia; el desarrollo de políticas públicas de carácter interinstitucional sobre violencia contra las mujeres; eliminar los patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder que recaen sobre las mujeres, que la sanción de la ESI (Ley de Educación Sexual Integral) contribuyó a abordar y complementar.
“En este sentido, observamos con preocupación el retroceso que se viene produciendo desde hace tres años, a través de la desinversión y el vaciamiento que el gobierno de Cambiemos ha producido en las áreas claves que atienden a las problemáticas de género contempladas por esta ley. Retroceso que se profundizará aún más a partir del presupuesto votado para 2019, y que en el caso de las políticas de género significará la reducción del 18% de los fondos asignados al Instituto Nacional de las Mujeres, del 55% a los del plan nacional de acción para la prevención y erradicación de la violencia hacia las mujeres, y del 44% al programa ‘hacemos futuro juntas’, destinado a brindar oportunidades laborales y capacitación a mujeres víctimas de violencia.
“La desinversión del Estado en políticas de género tiene lugar en un contexto de ajuste generalizado, en un modelo de colosal transferencia de recursos hacia los sectores económicos concentrados, y con base en un presupuesto pensado para atender al pago de la deuda externa, en desmedro del bienestar de las mayorías y del desarrollo de políticas públicas de impacto social, entre las que se encuentran las destinadas a garantizar los derechos de las mujeres. El retraimiento del Estado se observa en todas las áreas sensibles que afectan el bienestar, la manutención, la integridad, la salud y la vida de las mujeres. La precarización laboral, el aumento de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la reducción en términos reales del poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo, de las jubilaciones mínimas, la reforma previsional y el fin del régimen de moratoria (cuyas beneficiarias eran en un 86% mujeres, muchas de ellas amas de casa). La pobreza nos golpea doblemente a nosotras, de la mano de las políticas de recortes y ajuste.
“En un contexto como el que estamos viviendo hoy, en Argentina y en la mayor parte de los países de América Latina, para conmemorar este día de concientización, visibilización y lucha de las mujeres, en el que se recuerda a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, varias veces encarcelas, torturadas y finalmente asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por oponerse y resistirse a la dictadura Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, no valen ni sirven los discursos tibios, oficialistas, los actos de salón.
“En un contexto como el que estamos viviendo, las mujeres de Tandil decidimos estar en la calle y en la plaza; alzar nuestra voz, nuestro puño, nuestros dedos en V, nuestros pañuelos violetas y verdes, porque nos matan, porque nos acosan, porque nos hieren, porque vulneran nuestros derechos, porque la pobreza se feminiza, porque cercenan nuestros sueños.
“Las mujeres de Tandil exigimos que las políticas de género se hagan efectivas en nuestro municipio, que se deje de mirar para otro lado, que se deje de hacer ‘como si’; que la justicia local y las fuerzas de seguridad se formen en perspectiva de género para abordar los casos de violencia de manera adecuada; que las víctimas y sus hijxs sean acompañadas. Apoyamos también a nuestras compañeras víctimas de violencia laboral y denostamos los discursos que nos invitan a ‘recuperar la cultura del trabajo’, mientras se derrumban las fuentes laborales producto del ajuste feroz.
“Las mujeres de Tandil levantamos la voz para decir NI UNA MENOS. VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS. EL ESTADO ES RESPONSABLE. EL AJUSTE DE CAMBIEMOS TAMBIÉN NOS MATA”.
ARGENTINA: UN PAÍS CON UN FEMICIDIO CADA 32 HORAS (Y NO TAN BUENA GENTE)
La cifra la informaron desde el Observatorio de Femicidios de Argentina ‘Adriana Marisel Zambrano’, dependiente de la Casa del Encuentro, al presentar el último relevamiento, que abarca desde el 1 de enero hasta el 31 de octubre de este 2018. Del trabajo que se hizo en base a notas publicadas en más de 120 diarios y agencias del país, se registraron 225 casos de femicidios vinculados a mujeres y niñas (asesinadas por estar en la línea de fuego o para torturar psíquicamente a la mujer), junto a 29 femicidios vinculados de hombres y niños. 250 hijas e hijos a quienes les arrebataron su mamá, 67% menores de edad. Un hombre se convierte en femicida cada 32 horas en Argentina.
Según las cifras arrojadas desde el Observatorio, en más del 60% de los casos, el victimario fue una pareja o ex pareja; en 21 casos, no hay registro de quién fue el agresor, porque no hubo personas detenidas. El relevamiento también contempló 4 casos de mujeres muertas en abortos clandestinos. Víctimas que en más del 60% tenían entre 19 y 50 años; más de 15%, menor de 18; 22%, mayor de 51; y en 3 casos no hay registro de la edad. Una de cada cuatro mujeres fue asesinada con armas de fuego. El 62% de los femicidios se cometieron en la casa de la víctima. De estas 225 mujeres, sólo el 20% había denunciado, y de ellas, apenas el 12% tenía medidas de protección.
A lo largo y ancho de la historia de Tandil, no han sido pocos los casos de violencia hacia las mujeres que han llegado al extremo del femicidio. El detalle es que desde el periodismo, a nivel nacional como también regional, se ha virado en llamar a estos hechos por su nombre, para desterrar aquello de los ‘crímenes pasionales’. Como explicó a El Eco de Tandil Micaela Herrera, integrante de la Mesa Intersectorial contra la violencia de género de Tandil, otro de los avances que se han dado ha sido el de la condena social de los femicidios. Hecho notorio que se gráfico en las calles, por ejemplo, cuando el femicidio de la joven Ailín Torres, atroz obra de su por entonces ex pareja Damián Gómez el 11 de noviembre de 2017, que recibió hace algunas semanas la sentencia de la prisión perpetua. “La sociedad está entendiendo y apoyando aquellas acciones que van contra la violencia de género, pero tenemos desafíos que tiene que ver entender la perspectiva de género para entender las desigualdades”, remarcó Herrera.
Ni una Ailín menos: testimonios de la violencia, un año después
Ailín, hacia su día de justicia: las margaritas y el divagador no perdido